Partida Rol por web

-¡Sí, genial! ¡Me encantará jugar con vosotros! -dije, animada.

Mamá me había contado cosas de los animales de la selva, que no todos eran buenos, pero éstos parecían simpáticos.

Kiburi se acercó a la nueva leona. Era guapa y parecía que tenía glamour, algo que faltaba mucho en ese grupo. Además, ese tipo tonto y con pinta de yo-odio-los-baños-de-lodo-y-mi-cutis-se-resiente le había llamado mentiroso.

-A mí-pensó.

Cuando estaba a la altura de Haunter, le retiró un poco de un suave culetazo y le dijo a Sheera.

-Encantado, señorita. Soy Kiburi... Y le aconsejo que no le haga caso a ese... inadaptado que no sabe ni siquiera comportarse delante de una dama como usted.

Me quedo sorprendida al ver entrar a otra leona a la cueva..-Hola Sheera, soy Irenin. ¿Qué te ha traído hasta aquí?-

No sabía muy bien qué íbamos a hacer tantos cachorros allí en esa cueva, pero esto empezaba a ponerse interesante y con tantos nuevos amigos podríamos pasarlo muy bien.   

Entro en la cueva, no se como le dire eso a la cebra - Escucharme- miro a todos los que estan presnetes- Estado buscando por todas partes tus padres han muerto, no e podido hacer nada las hienas cometieron una atrocidad, pero te prometo que jamas volvere a permitir que algo asi suceda-

La llegada del rey sorprendió a Kala una vez más, parecía serio y fatigado. La noticia fue abrumadora, no sabía hacia donde mirar. Sintió mucha lástima por la pobre cebra recien llegada, pues ahora se encontraba sola y desamparada "Nos tiene a nosotros...somos un clan" pensó y se acercó a la cebra con mirada de pésame, poniendole una zarpa sobre el hombro y diciéndole -Lo siento, nosotros te apoyaremos-

Por supuesto que conocía a Mufasa... Todos los leones conocíamos a Mufasa. Diría que todos los animales de la selva sabíamos quién era.

Pero yo nunca le había visto antes.

Verle entrar, así, majestuoso, me dejó sin palabras. Pero las que él pronunció me llenaron de tristeza por mi nueva amiga la cebra.

-Lo siento mucho -le dije.

Estaba a punto de decir que, si de una vez, el grupo se iba a poner a jugar o no.

-Esto empezaba a ser un aburrimiento.-pensó.

Fue en ese momento cuando volvió Mufasa. Kiburi se giró, esperando que sus padres aparecieran detrás del león. Pero no lo hicieron. Las palabras de Mufasa traían un mensaje negro.

La pequeña zebra se lanzó a la boca de la cueva, gritando con todas sus fuerzas, llamando a unos padres que ya no aparecerían.

Al ver entrar al rey me puse en reverencia automáticamente, las noticias que traía eran tristes, especialmente para Kiburi, pero nos afectaban a todos ahora, guarde silencio al ver su reacción, nunca había pasado por algo así, pero de seguro querría estar solo…

Mufasa hacía su aparición de nuevo y aunque seguía siendo tan sumamente imponente, esta vez su rostro algo más lángido no daba tanto miedo, así que Darby no se escondió, y se acercó un poco más para escucharle.

- Malas noticias pensó y mientras escuchaba, notó cómo las lágrimas se le escapaban... se acercó un poco a la leona que tenía más cerca... Sheera, y se acurrucó junto a ella sin saber qué decir...

Vi entrar a Mufasa a la cueva y por su expresión supuse que las noticias no iban a ser buenas. Hice una reverencia mientras decía aquellas duras palabras para la cebra... Me levanté poco a poco cuando escuché que fue mi propia manada la culpable de la muerte de los padres de Kiburi. No podía creerlo. Empezaba a sentir una tristeza que me inundaba, antes habría pensado -Bien! Hoy tenemos un manjar- y ahora, al oir los gritos de Kiburi, se me paraba el corazón. No pude decirle nada, me quedé callada esperando una mala reacción de los nuevos amigos hacia mí, era normal, yo era como ellos...

Y de nuevo entró Mufasa. Pero esta vez para traer mals, muey malas noticias....observé cómo Kiburo desesperado comenzaba a llamar a sus padres. Pensé en calmarlo, pero al final me tumbé en el suelo de la cueva con un gesto derrotista. No era quien para decirle nada a la cebra, en todo caso sería Mufasa el que tenía que hablar con ella, u otra persona, pero yo no le caía muy bien, así que lo mejor era mantenerme apartado.

No sabía si había pasado mucho o poco tiempo, pero cuando volvió a la cueva todos sus compañeros tenían una expresión de derrota en el rostro.

Se acercó al rey, despacio y con algo de vergüenza.

- Disculpe... esto... señor... ¿qué vamos a hacer ahora?-dijo Kiburi con un hilo de voz.

- E dado orden a las leones para que no cacen a ninguno de los tuyos durante un tiempo, como luto por este daño, y tu puedes volver con los tuyos, aunque si lo deseas puedes quedarte aquí con este pequeño clan- la pobre criatura ya había sufrido mucho, pero no podía hacer mas por ella.

Kala no podía dejar de preguntárselo y al final lo dijo -Yo...podré volver a ver a mi madre?- Estaba claro que todo el mundo daba por sentado que se quedaría allí, y al fin y al cabo es lo que quería, pero también quería compartir ratos con su madre, la echaba de menos, como cualquier cachorrillo lo haría. Después de los dos incidentes, el de la hiena y el de la cebra, la necesitaba más que nunca.

- Claro- miro estrañado a la leona- Puedes volver a casa cuando quieras, nadie te retiene aqui-

-“Entonces, los que tenemos familia iremos con ella-dije mirando a Kala- creo que todos estamos tristes por las perdidas, los demás quédense aquí y apóyense entre ustedes, nosotros volveremos aquí mañana apenas podamos, les parece bien? Saben que pueden contar con nosotros-luego le pregunte con respeto a Mufasa- su majestad, usted dijo que no revelásemos este lugar a nadie, eso incluye también a nuestros padres?”-

Kiburi intentó balbucear un "Gracias" pero sólo le salió un pequeño murmullo.

-Parece ser que sólo me queda esta manada tan rara-pensó.

Se alejó del grupo y se tumbó en un rincón, esperando que llegara el nuevo día y que todo lo ocurrido hubiera sido sólo un mal sueño.