Partida Rol por web

Tras conocer el contenido de la carta, el doctor Saroch se sintió desfallecer. Seguro que esos desalmados no tendrían ningún problema en matar al chiquillo. Eso si no lo habían hecho ya puesto un nuevo fez.

- ¿Qué podemos hacer?- preguntó al profesor - No podemos dejar que los feces caigan de nuevo en esas manos para que sigan desarrollando sus maléficos planes. ¿Podríamos preparar más feces falsos que pudieran pasar por auténticos? -

El profesor Demir os hace varias preguntas sobre vuestro viaje.

- Si, como me ha dicho el profesor Smith, ese maldito fez rojo susurra, y roba almas, difícilmente podremos encontrar un sombrero de similares dotes, doctor Saroch. Será fácil descubrir imitaciones. Además querrán el libro.

"Mi sirviente Aram tendrá sumo placer en ser su guía y escudero, barón Von Hartzman. Conoce perfectamente la ciudad y no le asusta la violencia. Aunque le advierto que no habla lenguas occidentales.

"Con mucho gusto traduciré las páginas finales del libro, barón. 

"Lamento comunicar que en mi casa no hay sitio para tantos huéspedes, pero Toprak les ha reservado habitaciones en el Hotel de Byzance. 

"Imagino que hay dos formas de adelantarse a los Seguidores: encontrar a mi hijo antes del intercambio, o emboscarles durante el mismo. 

"Aram y yo hemos reunido alguna información sobre Menkaph, gracias a los contactos que él tiene en Pera, y a mis conocidos en el mercado de los libros exóticos y malditos. Menkaph fue uno de los acólitos de la Hermandad de la Piel. Cuyo líder, Selim Makryat, adora un demonio conocido como el Despellejado. Habitan en Scutari, en una antigua fortaleza al otro lado del Bósforo. Donde se dedican a extraños rituales y horribles experimentos. Tengan mucho cuidado con esa gente.

"Al principio no creí que la nueva versión de los Seguidores fuera muy poderosa, porque mi padre hizo grandes esfuerzos para eliminar los pocos eruditos de su grupo que podían descibrar sus arcanos conocimientos. Menkaph no parecía un experto iniciado en arcanos menesteres, pero he oído que se relaciona con un turbio individuo al que llaman Faranj, un degenerado diletante que tiene una mansión en la ciudad. Y aparte con Nisra, la Hija del Destino, una antigua odalisca del Harén Imperial. 

EL capitán tomó aire y manifestó solemnemente:
Profesor Demir, tenga usted por seguro que haremos lo humanamente posible para traer sano y salvo a su inocente hijo. Le agradezco que su sirviente armenio nos pueda acompañar, me defiendo con la lengua turca, seguro que nos podremos entender

Con gusto nos instalaremos en el Hotel de Byzance, seguro que siendo recomendación suya será un sitio seguro, aunque las comodidades no son ahora mi mayor preocupación

¿ Sabe buen Profesor si las autoridades políticas otomanas permiten o alentan tales tipos de degeneradas sectas? ¿ O bien las persiguen en la medida de lo posible?

Y dirigiéndose a sus compañeros, dijo:
No veo nada claro desplazarnos a Scutari para reunir información sobre el bellaco de Menkaph, preguntando a Selim Makyrat, estoy seguro que será de la misma calaña, sino peor. No obstante, podría ser interesante hablar con el oscuro Faranj, pues tal vez, saber más sobre Menkaph y su culto, podría darnos alguna ventaja por si conocen alguna debilidad. También está esa mujer conocida como Hija del Destino, si bien, su apodo parece también algo perverso. Eso sí, deberíamos prepararnos si deseamos acudir a la cita del supuesto rescate según marca la nota de rescate. Pero bajo ningún concepto entregaría el libro ni los fezzes malditos a esos cultistas

Paul Von Hartzman pensó que tenían delante una tasca mayúscula. También pensó que muy posiblmente, estaban solos con este asunto.

—Aprenderé ese ritual gracias a su ayuda como traductor, mi querido y desdichado amigo e iré con ustedes y haré lo que haga falta, mas en temas de acción me temo que debo ser un simple subordinado pues, acaso, lo único que puedo hacer es tomar por sorpresa a los malvados gracias a mi inexperiencia.

—Por mi, si desean saber mi ingenua opinión, reuniría todo el dinero que tuviera y contrataría un pequeño ejército para arrasar a los impíos. Sin más planes. Y con unos cuantos explosivos. Pero esas cosas, me dice la literatura, acaban con heridos inocentes y tragedias. —Se encoge de hombros. —Solo se que no me dejaré llevar por el desánimo.

- Me temo que mi padre tenía mejores contactos con la Sublime Puerta* que yo.  Ahora mismo al Sultán Padishah** le preocupan sobre todo lo disturbios en Macedonia y Sasun. Es un hombre racional y no cree en amenazas sobrenaturales. La policía se centra en terroristas búlgaros y trata de blancas. Armas y municiones están estrictamente controladas en la ciudad, aunque quizá Aram pueda serles de ayuda.

Tras escuchar las palabras del Profesor Demir, el Capitán Von Hartzman deshechó la idea de contactar por telegrama o carts con alguna guarnición militar cercana por si un par o tres de valientes cadetes deseaban unirse a tal arriesgada empresa.
Entonces dijo:
Estimados compañeros, deberíamos.pensar si queremos acudir a la cita de rescate a la hora prevista por ellos o bien, si queremos preparar alguna emboscada previa... Pero no sabemos donde pueden esconderse esas alimañas. Si alguno de ustedes quiere acompañarme, creo que podria ser buena idea ir a hablar con el siniestro diletante Faranj, por si podemos sacarle algo del paradero o algún otro detalle útil sobre Menkaph. Almenos, sabemos según ha dicho el Profesor,donde encontrarle. No sabemos donde puede ubicarse esa antigua odalisca, quién quizás también sepa algo..

El Barón pensó en si Aram tenía experiencia con armas de fuego o blancas, pues si era necesario, podría dejarle su pistola, mientras que él mismo llevaría su escopeta galga, todavía en su maleta.

El doctor Saroch suspiró. Había visto los poderes malditos de los feces y no pensaba dejar que por culpa suya se extendieran más aún - Coincido en que el libro y los feces deberían de ser destruidos, porque en caso contrario corremos el riesgo de que acabe en una apocalipsis con poderes oscuros desatados. Coincido también en aplicar la solución por la fuerza, puesto que ni siquiera sabemos si el pequeño sigue vivo o si ya ha fallecido -

Iré a donde haga falta. Vamos ya. Cada latido cuenta.

Aram lleva una carabina WInchester cuyo uso conoce, por ser veterano de la guerra con Rusia en 1875.  Es además un hombre corpulento con brazos poderosos.

Os lleva a un discreto palacete a orillas del Bósforo donde reside Faranj*, atendido por varios sirvientes.

Al Barón Von Hartzman le complació saber que el armenio Aram tenía experiencia con armas largas, al ser veterano de la última guerra ruso-turca.

Mientras se desplazaba con sus compañeros y el mismo Aram a las dependencias de Faranj, pidió parar unos minutos el carro a caballos para poder enviar un telegrama a la academia militar Taskista, donde era un hombre respetado por ser enviado militar alemán. Decidió escribir al teniente general Belozōglu, solicitándole en su mejor turco, apoyo para un asunto extraoficial de carácter sumamente importante. No obstante, siendo informado por Demir de los problemas intestinos en el "decadente" Imperio Otomano, Von Hartzman no esperaba que fructificara.

Al llegar, se quedó observando el palacete, preguntándose que europeo estaría ahí instalado y a que asuntos extraños se dedicaba...

Id con mis bendiciones y mis oraciones. Me quedaré estudiando aquí. Informad de vuestro recorrido cada vez que podáis para poder acudir en vuestro auxilio si es necesario.

A las puertas del palacete supuestamente habitado por el todavía desconocido Faranj, el Capitán dijo :
Aram, creo que debería esperarnos fuera, pero éste atento a cualquier aviso por nuestra parte, no sabemos que podemos encontrar ahí dentro

El Baró, junto con los camaradas que le seguían, pretendían conocer y sacar información sobre ese hombre conocido como Faranj.

Se dirigió a uno de los sirvientes de esa casa y dijo en turco:
Por favor, avise al señor Faranj, deseamos mantener una conversación con él

El Dr. Saroch siguió a sus compañeros. No tenía muy claro qué información estaría dispuesto a desvelar turbio individuo que posiblemente tuviera relación y tratos con Menkaph, advirtiéndoles de que tuvieran cuidado de no desvelar demasiados detalles de su motivo de la visita.

Los sirvientes os clavan una mirada incómodamente larga y luego preguntan en voz entrecortada quien pregunta por su amo y porqué.

El Freiherr vaciló un segundo antes de contestar a los sirvientes de ese oscuro personaje. No estaba seguro que revelar su identidad o sus intenciones fuera lo mejor, y sin la intención de poner en peligro a él o a sus compañeros, pero sin alejarse mucho de la realidad, declaró:

Diga al Sr.Faranj que venimos de lejos para hablar con él sobre Hyeronimus Menkaph. No creo que nuestros nombres le sean de utilidad en este preciso momento.

Tras haceros esperar unos quince minutos, los silenciosos sirvientes os hacen pasar dentro de la finca, donde destaca un ivernadero con paredes de cristal, al estilo de las modas modernistas europeas. Dentro el calor es notable, y pronto el sudor os moja la espalda. No en vano vais vestidos para el mes de enero de Londres. 

Vuestro anfitrión, pero, muestra una total indiferencia al calor. Sentado en una otomana, no se levanta para recibiros ni os da la mano, pero os ofrece asiento y un refrigerio.

- Madame et monsieurs, bienvenidos a mi humilde morada. 

El Barón Von Hartzman se sintió algo incómodo por la humedad del ambiente en ese invernadero, si bien estaba acostumbrado al calor mediterráneo por sus anteriores estancias en Turquía, aquel grado de humedad era superior a lo aceptable para él.

Prefirió, por el momento, no beber ni comer nada de lo ofrecido, pues no estaba seguro de las intenciones reales de aquel estrafalario hombre que se expresó con acento francés.

Von Hartzman, tras tomar asiento, abrió la conversación con voz calmada y respetuoso, pues le pareció percibir ciertos "aires de grandeza" en aquel europeo:
Sr.Faranj, mí nombre es Paul Heinrich Von Hartzman, entiendo que se preguntará quién somos y por qué motivo hemos venido a su morada. No me andaré con tapujos a estas alturas, mis compañeros y yo venimos de lejos, y nos gustaría hacerle unas preguntas, que podrían ser de gran utilidad para nosotros. ¿ Tiene algún inconveniente o requiere de algún estímulo para lograr su cooperación al respecto?

Tras esa pregunta, se quedó mirándole para ver si podía captar algo de su reacción o lenguaje no verbal,...Aunque tal vez, la humedad ambiental no le ayudaba en exceso...