Partida Rol por web

Salí de la posada junto a mis compañeros, preparado para atrapar a la escoria que había secuestrado a Lorn. Paré al sentir la suave llovizna, mirando hacia el cielo dejando que el agua lavara mi cara. Me encontraba distraído, pero los gritos del enano me despertaron y comencé la marcha detrás del grupo.

Al llegar al punto donde el rastro del caballo y los pies deformes se hacía claro, Tóridas nos libró a nuestra suerte. Comencé a seguir el rastro a paso aligerado, como el resto de la compañía.

Ya podía saborear la justicia que impartiríamos. Tal y como la merecían los horribles lacayos de Sauron.

A lo largo de las cuatro horas la fina llovizna no cesa, la luz aumenta con el paso de las horas pero las nubes no van a dejar ver el sol, Hador va frenando ligeramente el grupo y Alisterel gracias a la adrenalina del inicio de la aventura pasa las cuatro horas sin un ápice de agotamiento.

A la hora de marcha el camino se adentra por en un terreno más yermo, escasean los árboles y la vegetación es casi toda de matorrales. Han transcurrido casi dos horas cuando el camino se bifurca en dos, un camino prosigue en ruta sur-sureste y otro en sentido este-noreste, no tenéis demasiadas dificultades para comprobar que las huellas prosiguen por esta segunda ruta. En cuanto al rastreo, aunque en alguna de las ocasiones alguno de vosotros pierde un poco el rastro dos o tres del grupo si lo tienen claro y no hay perdida de tiempo apreciable, es a la tercera hora cuando Eadar puede afirmar que en realidad son cuatro los orcos, van a la carrera y uno de ellos debe llevar a cuestas una gran carga ya que sus huellas son más profundas.

El camino recorrido ha sido arduo y cansado. Se ha forzado la marcha más de lo normal, pero el tiempo apremia. Es momento de decidir como se ha de continuar. Seguir forzando menguaría nuestras fuerzas, pero podríamos conseguir ventaja respecto a los orcos. Descansar y continuar más tarde, nos retrasaría. Y continuar a ritmo más lento, nos dejaría en término medio. Nos agotaría, menos que en primera opción, pero perderíamos algo de la posible ventaja recuperada en nuestro anterior avance. Todo esto pasa por la mente del humano. Dificil decisión, pero hay que tomarla.

Hemos de seguir a éste ritmo. Nos cansará, es evidente, pero la vida de un hombre depende de nuestro esfuerzo. Dice el montaraz, mirando a los demás compañeros e instándoles a tomar una decisión. Mira fijamente al grupo y espera sus contestaciones. Espera que sean rápidos en elegir, pues si el tiempo es importante, más lo es para perderlo decidiendo.

"No estoy hecho para estas corridas", pensaba mientras continuaba el trote. El tiempo de movimiento había sido arduo, largo, más de lo que acostumbraba a moverme normalmente... Sin embargo, mi cuerpo estaba hecho para soportar los envites más feroces de la naturaleza. "Antaño, de la piedra nacimos y como la piedra nos ha hecho Mahal... Duros e inquebrantables", me repetía constantemente mi padre.

Pasadas unas horas, realizamos un párate para decidir que hacer; ¿continuar o seguir?, nos preguntábamos. Las palabras de Eadar eran razonables en cierto punto, pues no sabíamos la distancia real que distaba entre los orcos y nosotros. Sin embargo, había otra cuestión que me preocupaba...

"- Es entendible lo que dices humano, pero dime: ¿que hará tu cansancio completo frente a los orcos?- le pregunté a Eadar-. Está bien, no sabemos cuan lejos se hallan las bestias, pero si nuestro cuerpo se encuentra agotado no creo siquiera que la efervescencia de la batalla pueda subsanar nuestro cansancio. Sin embargo, tampoco sería oportuna tirarse a descansar y engordar la panza como si nada- agregué-. Veo prudente que aminoremos el ritmo pero que no frenemos la marcha".

Escucho las palabras del enano. En cierto modo tiene razón, sin embargo según mis apreciaciones será complicado alcanzar a los orcos en el día de hoy. Su ritmo es rápido, saben que les persiguen. Son criaturas resistentes y rápidas. En teoría, hay un rastreador camino adelante, pues aún no le hemos localizado. Lo cual implica que por lo menos en bastante tiempo, será dificil encontrar a los orcos. Y tampoco era mi intención atacarles en cuanto les alcanzásemos. Es preferible estudiarlos, si se da la posibilidad. Aún así las palabras del enano no parecen descabelladas. Y no iba a pararse a discutir.

Como deseis. Dice finalmente, accediendo a las palabras del enano.

Las gotas de sudor recorrían mi cara en gran número, y el cansancio iba haciendo mella en mi resistencia. Lo suficiente como para atrasar nuestra marcha. Estaba demasiado acostumbrado a mi montura, pero era cuestión de forjarun resistencia de acero. Para colmo, el elfo, tan delicado en apariencia, no había dado señal de cansancio alguno.

La carrera fue larga y ardua, al menos así me pareció. Llegó el momento de descansar, solo para decidir como mantener el ritmo.

-Concuerdo con Angainor. Es verdad que el tiempo apremia en estos momentos, perono podemos permitirnos interceptar a los orcos fatigados- opiné, empuñando con fuerza el hacha en su vaina.

Deberemos estar en forma cuando llegue el momento de castigarlos

Tras decidir rápidamente la forma en que el grupo sigue adelante, muevo la cabeza en señal de aceptación y acuerdo y retomo rápidamente mi posición, continuo el rastreo, al igual que mis compañeros. Continuamos avnazando

Tras mi propuesta, Hador mostró aceptación. Alisterel no parecía de muchas palabras, sin embargo, había mostrado el mismo interés por la visión que planteábamos el Rohirrim y yo. Acordando finalmente de manera grupal la forma a seguir, aminoramos la marcha para mantener energías y proseguimos a paso firme.

"- Quisiera saber porque la distancias son tan largas y molestas- mencioné mientras vociferaba con fastidio por lo bajo".

Pensaba que mi intervención no iba a ser necesaria y así fue, al no estar cansado dejaría a los otros las decisiones y yo me adaptaría. De cualquier forma, se decidieron por la opción que había considerado la mejor.

Escucho a Angainor y esbozo una sonrisa

Ánimo compañero - le digo con entusiasmo - esto acaba de empezar y seremos bien recompensados - añado dejando en claro que no me refería únicamente al dinero -

La marcha se alentó, como habíamos acordado la mayoría. El rastro seguía visible, aunque más para algunos integrantes del grupo. No estaba hecho para eso, lo sabía, pero trataba de dar una mano para atrapar unos inmundos criminales. Sin embargo, mi afán por ayudar fue una carga, y terminé atrasando al grupo, y permití que Lorn continuara en manos de los orcos por más tiempo del que pudo haber sido.

Tal vez no me necesiten para seguir las huellas. Si me limito a seguir a los mejores rastreadores, seguramente la marcha será más rápida.

La luna amenazaba con ocultar el rastro bajo el manto nocturno en unas pocas horas, por lo que era tiempo de decidir. Mientras caminaba, aún haciendo un esfuerzo con éxitos esporádicos de seguir las pisadas con mi vista, hable al resto de la compañía.

-La noche se acerca. No podemos pasar la noche entera caminando, así como tampoco los repulsivos orcos. Digo que apenas nos cubra la oscuridad, descansemos apropiadamente. Después de todo, el rastro será mínimamente visible, y esa horas perdidas en rastrear inútilmente, podremos recuperarlas en la mañana con un ritmo más acelerado- Agaché la cabeza, en un gesto de vergüenza. -Además, me temo que dejaré de rastrear. Sólo logro atrasarnos- decidí firmemente.

Al parecer Hador estaba avergonzado, sin embargo no veía la razón para tal sentimiento.

Opino igual que Hador compañeros, ya que tendríamos dificultades para seguir el rastro a la luz de la luna - digo a mis compañeros con una mirada amistosa - Oh no, no es que no pueda ver, pero seremos menos y sólo por una hora no me parece que valga la pena.

De cualquier forma, dudo mucho que siquiera alcanzaramos al rastreador.

Y Hador, no sientas verguenza, tan sólo te has equivocado una vez en muchas horas. Me sorprenderías si nunca perdieras el rastro, pero no creo que sea posible en ninguno de nosotros - añado con una sonrisa -

Con mi arco en mano, escruto el entorno con mi mirada mientras escucho las opiniones del resto de mis compañeros...

Mmm....no me gusta esto de pararnos a decidir que hacer cada tan poco tiempo, sin embargo, supongo que es porque el grupo está recién formado, ya empezaremos a conocernos y las cosas se agilizarán un poco.

El grupo continúa camino adelante. En varias ocasiones algún miembro ha perdido el rastro. El cansancio hace mella en el grupo. De nuevo la duda de continuar o parar asoma a la mente de los integrantes del grupo. El rohir es el primero en hablar. El grupo desciende el ritmo para escucharle. Su confianza empieza a debilitarse. Alisterel le anima. Asiento simplemente al comentario del elfo, y escucho sus opiniones al respecto.

Miro al cielo, ciertamente en unas pocas horas anochecerá y será complicado seguir el rastro, y más viendo las horas precedentes. Así pues vuelvo a asentir ante las proposiciones de ambos. Hemos de ser rápidos en ponernos de acuerdo, pues es la tercera vez que lo hacemos, podremos haber perdido algo de tiempo.

"- El anochecer se acerca, como bien dices Rohirrim, pero aun no nos encontró- le dije a Hador-. Deja de preocuparte por si encuentras o no rastro alguno... ¿O acaso esperas que yo rastree?.. Pff- expresé con tono hilarante".

La noche estaba cerca, era verdad, pero aun podíamos continuar un poco sin duda. Una vez se alzara la Luna sobre nuestras cabezas, les sería dificultoso a los humanos lograr ver el rastro.

"- El paliducho y yo seguramente podremos ver algo bajo la luz lunar, pero justamente no somos los mejores rastreadores de este grupo- dije-. Continuemos hasta que sea la noche y ahí descansaremos".

Sujeté una de las tiras de mi mochila mientras, con la mano libre, rascaba placenteramente mi barba, y proseguí la marcha.