Partida Rol por web

El caos reinaba en la catedral, y Hekate se encontraba postrada en el suelo, abrumada por la magnitud de los eventos que se desarrollaban a su alrededor. El dolor palpitaba en su cuerpo, el terror y la desesperación nublaban sus pensamientos. Pero en ese momento, un destello de determinación surgió en su interior.

Con movimientos torpes y dolorosos, alzó la pistola, cuyas manos temblaban con fuerza, y apuntó hacia el líder Gul. Sus ojos, que reflejaban una mezcla de miedo y valentía, se encontraron con los del ser que amenazaba con traer la destrucción. El tiempo parecía haberse ralentizado, y por un instante, todo lo que importaba era ese disparo, esa pequeña oportunidad de cambiar el destino inminente.

El estruendo del disparo resonó en la catedral, pero el proyectil erró su blanco. Hekate había fallado estrepitosamente, su visión borrosa y sus manos trémulas habían traicionado su intento desesperado. La mirada del líder Gul se volvió hacia ella, y en ese instante, sintió una oleada de impotencia que la abrumó. Las lágrimas se mezclaron con el dolor en su rostro, mientras el ritual continuaba inexorablemente.

Era una tragedia en su máxima expresión: el peso de la responsabilidad, la lucha contra lo desconocido y el inminente desastre. Hekate sabía que el tiempo se les agotaba, y a pesar de su fracaso, no podía rendirse. La oscuridad se cernía sobre ellos, pero aún debían pelear hasta el último aliento por detener el ritual y salvar al mundo.

Pero no todo era como parecía, de repente un ligero temblor en los párpados de Jean, luego otro y finalmente todo el cuerpo se mueve. El chaleco le ha salvado la vida, esta muy débil, pero aun tiene fuerzas para sujetar su escopeta y volver a disparar. 

Sintió una explosión de calor en su brazo izquierdo y pronto su ropaje se había visto cubierto de sangre. No se dio cuenta hasta después de golpear que lo que había recibido es un disparo por parte del anticuario. Afortunadamente no tenía la misma puntería que la inspectora, porque sino estaría muerta. La policía había disparado a Jean, un solo tiro, y con él, había hecho que Jean cayera, agarrándose el lugar donde la bala había impactado, con ojos vacíos.

Lo han matado, han matado a Jean, estos malnacidos han matado a Jean..... Vamos a morir todos.

No se atrevía a girarse a mirar más. Una parte de ella chillaba porque corriera en su auxilio. Sabía que los segundos en esos momentos eran cruciales, y retrasar una intervención 30 segundos podía suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Jean era fuerte, pero una bala era una bala, y había visto muchos hombres fuertes en su mesa debido a heridas de bala.... Era doctora, debía curar, lo había jurado, pero si lo hacía, moriría. No solo ella, el mundo, el mundo lo haría en cuanto Hastur viniera, y ella podía evitarlo, aunque tuviera que entregar su vida. Un mundo sin Hékate, no era mundo, y sin Jonah, y sin Jean, podían hacer mucho bien, confiaba en ellos, eran sus amigos, pero un mundo podía seguir girando sin una doctora aburrida que ya no tenía ni título para poner una tirita.

Apretó los dientes. Iba a hacer la última locura, iba a ignorar el dolor del brazo e iba a golpear al gul hasta que el ritual cesase. Puede que no lo matara, puede que muriera, pero si conseguía retrasarlo, tal vez sería suficiente, las alineaciones planetarias no eran eternas, ni los eclipses, tal vez consiguiera hacerles perder el tiempo suficiente, valía la pena probar. Alzó la defensa y volvió a golpear, no con mucha dureza, pero sí lo suficiente para que le doliera y tratar de interrumpir el ritual.

De pronto escuchó un sonido detrás, alguien estaba descorriendo el cerrojo de una escopeta. No tuvo ni que mirar para saber que Jean no debía estar muerto del todo. No sabía como podía haber sobrevivido, pero estaba feliz porque lo hubiera hecho.

Desde el suelo, Jean se revolvió para ponerse boca abajo, e hizo sonar su escopeta corredera cuando el siguiente cartucho se cargó. Entre la bruma del dolor, el detective vio que el ritual había sido ralentizado, y tenían algo de tiempo. Había que capitalizarlo.

Apuntó y disparó a Mace, en su estado no se atrevía a disparar al gul otra vez, quizás diera a Dom, y además los porrazos de la alocada forense estaban haciendo su efecto en el monstruo. Ahora la mayor amenaza era la cultista.

A tan corta distancia era imposible fallar con una escopeta: Impacto de lleno a Elisa. Puede que fuera lo último que Jean hiciera, pero si moría, al menos se llevaría por delante a la policía traidora... y eso lo llenó de satisfacción.

Hékate hace todo lo que puede pero es incapaz de acertar con su pistola al líder gul. Es de nuevo la valiente Dominique quien le arrea un buen golpe al líder gul, este a punto esta de lograr evitarlo, pero recibe un porrazo. Pero Jean, que parecía haber muerto, se incorpora y dispara contra la inspectora Mace, a la que odia por ser ella una representante de la ley una traidora. Y le hace mucho daño, pero no cae. Debido a su buen disparo es capaz de volver a disparar contra el líder gul, que cae al suelo destrozado. 

Jonah permanece como atontado, la situación claramente le esta superando. Es el tiempo de responder de los dos que aun quedan en pie. El anticuario dispara a Dominique (Que pierde 3 puntos de vida), mientras que la inspectora lo hace contra Jonah que cae muerto al suelo.

Son varias las cosas que ocurren, el líder gul cae, de sus manos sale el signo amarillo que brillante cual pequeña estrella dorada queda en el suelo a los pies de Dominique. El ritual se interrumpe, la campana suena cada vez más despacio, y ese halo mágico, como una enorme puerta en el cielo se desdibuja hasta desaparecer por completo. Os da la sensación de escuchar un lejano y atronador grito de rabia. 

Mace y el anticuario tienen cara de rabia y venganza, no pararán hasta acabar con vosotros, aunque a Mace se la ve sangrando de forma abundante. 

Paris, catedral de Notre Dame 00:29 del 21 de abril de 2019.

Vuestro turno. 

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Un trueno sonó detrás de ella y una explosión de sangre bañó a la inspectora Mace y abatió al gul. Una escopeta, hasta alguien como Dominique había aprendido a diferenciar entre una cosa y la otra. Una escopeta, Jean, Jean no estaba muerto, o Hékate había aprendido a levantar a los muertos. En medio de aquella locura cualquier cosa era posible, así que, no se volvió, no tenía tiempo, otro fogonazo del dolor en su cuerpo y la debilidad de la pérdida de sangre le avisaban de que no le quedaba mucho. 

Intentó golpear al anticuario, pero estaba muy débil, no iba a poder, pero aun así lo hizo. No consiguió dañarle, pero entonces lo vio en el suelo. Era el símbolo amarillo, un símbolo que había traído tanto dolor al mundo, que no se lo pensó. Tal vez fuera la última cosa que hiciera en esta vida, pero tampoco es que el mundo se fuera a perder mucho sin ella. Lo pisó, lo pisó varias veces con intención de romperlo. No sabía si sería inútil, no sabía de donde le llegaría el próximo disparo, pero sabía que llegaría.

Ya se había despedido, estaba en paz. Al menos podrían seguir hablando, era una de las ventajas de amar a una medium.

Mientras la forense pisoteaba el artefacto impío, Jean prestó atención a los dos locos que tenían enfrente, que babeaban y gritaban como poseídos. Y quizás lo estuvieran, por lo que el detective sabía.

El aullido iracundo que había sentido más que oído cuando el ritual se interrumpió aún le dañaba los oídos... otro dolor más que juntar a los golpes y balazos.

De nuevo, encañonó a Mace. Seguía dispuesto a eliminarla a como fuera menester. Apretó el gatillo, pero la andanada de perdigones se desvió. La vista se le oscurecía, y no había podido fijar bien el blanco, a pesar de la ventaja que le daba la escopeta.

Dominique trata de golpear al anticuario pero falla, tras lo que se fija en el signo amarillo y lo pisa varias veces con intención de romperlo, pero de momento no parece conseguirlo.

A continuación Jean dispara, pero en esta ocasión el disparo no es bueno y ni con la escopeta logra alcanzar a Mace. 

Cuando todo parecía indicar que aquel podía ser su final, Hékate avanzó un paso y a corta distancia dispara contra la ya herida inspectora que cae muerta al suelo. No sin antes disparar contra Jean (pierde 3 puntos gracias al chaleco) que cae inconsciente al suelo. Mientras que el anticuario dispara contra Dominique (Le quita 3 puntos de vida) y esta también cae al suelo inconsciente.

Tan solo quedan en pie el anticuario y Hékate, por lo que el resto estáis en sus manos. 

Paris, catedral de Notre Dame 00:30 del 21 de abril de 2019.

Vuestro turno. 

Enlace al tablero

Pisoteó el símbolo amarillo pero ni siquiera para eso servía. Un fogonazo, otro impacto, y todo se oscureció de pronto. En un último fogonazo de lucidez se dio cuenta que se moría y por algún motivo no pareció importarle. Habían salvado el mundo, ella, una fría y aburrida forense lo había logrado con todos sus compañeros. Podía irse en paz. Cerró los ojos y se dejó ir.

Cuando los volvió a abrir se encontró flotando por encima del cielo de París. Desde su posición veía su cuerpo, donde la sangre escapaba y donde su rostro tenía la lividez de la muerte. Bajó la vista, allí estaba el anticuario, que la había matado y su amada Hékate, tan cercana y tan lejana. La había amado en la distancia, incapaz de dar el salto, atraída y repelida a partes iguales por sus locuras. Se sonrió, ya poco importaba. Aquellos locos le habían permitido vivir aquellos meses con la intensidad que nunca había vivido. Estaba agradecida, agradecida de haberlos conocido. Podía irse en paz.

Y en el fondo, querer a una medium tenía un montón de ventajas cuando te morías. No iba a estar sola, y conociendo a Hékate seguro que no se aburría.

Notó un tirón. No sabía hacia donde le llevaría aquella fuerza pero suponía que, si existía Dios o el infierno, no iba a tardar mucho en descubrirlo.

La catedral de Notre Dame, en silencio, era testigo de la caída de los héroes, uno tras otro. El líder Gul yacía sin vida, el signo amarillo ahora abandonado brillaba como un inquietante trofeo en el suelo. El anticuario, con su mirada llena de odio y desesperación, Hekate contemplaba a los caídos. Dominique, Jean yacían inconscientes y heridos en el suelo, junto a jonah.

La situación era crítica, y Hékate estaba en pie, siendo la última esperanza para detener a aquellos que buscaban desencadenar el caos y la oscuridad en París. El grito de rabia que retumbó en sus oídos, tras la caída del líder Gul, era un recordatorio constante de que la lucha aún no había terminado.

La situación era crítica, y Hékate, impulsada por una fuerza de voluntad indomable, sabía que debía actuar con rapidez. Se lanzó hacia el signo amarillo con una determinación feroz. Sus dedos se cerraron alrededor del objeto brillante, y en un movimiento ágil, lo guardó con cuidado en su chaqueta.

Con el signo amarillo en su poder, su mente estaba centrada en la huida. Sabía que no podía enfrentar al anticuario en su estado actual y que cada segundo que pasaba aumentaba el peligro. Apretó su pistola con firmeza, preparada para defenderse si era necesario, y se giró hacia la salida. Con agilidad, comenzó a moverse hacia la puerta, tratando de escapar de la catedral y llamar a la policía para detener a quienes aún acechaban en la oscuridad. Su corazón latía con fuerza, pero su determinación la guiaba en ese momento crítico.

Pronto Hékate es consciente de que se ha quedado sola, todos sus amigos están inconscientes o muertos en el suelo. El suelo del campanario esta lleno de sangre y restos humanos, una auténtica carnicería ha tenido lugar, y todos los cuerpos están inmóviles. Tan solo queda ella y el anticuario, pero este se encuentra en perfectas condiciones ya que parece no haber recibido ninguna herida. No duda mucho tiempo, se lanza a por el signo amarillo y una vez en su poder echa a correr. Trata de escapar del lugar, y lo hace con relativa facilidad ya que Joseph es bastante mayor y mucho más lento.

Pero el que no tarda en alcanzarla es el cansancio que llega de golpe y es demoledor. A pesar de las campanadas y de lo extraño que estaba el cielo, los numerosos curiosos de los que estaban esa noche las calles abarrotadas han escuchado los disparos y han avisado a la policía. Esta no tarda en llegar, y detienen a Hékate y a Joseph, y trasladan los heridos al cercano hospital, de nuevo al Hótel Dieu. Donde todos son tratados y milagrosamente se encuentran con vida. Pasan unas complicadas horas en las que estabilizan y curan las principales heridas, algunos incluso son intervenidos en quirófano. Mientras tanto Hékate tiene que hacer frente a las abundantes y algunas incómodas preguntas de los policías, que entre otras muchas cosas quieren saber que papel que jugó la famosa inspectora Mace en lo ocurrido. 

Pasan un montón de horas hasta que todos os podéis mover, habéis salvado vuestras vidas, y a la policía le gustaría saber que es lo que ha pasado. Pero no os desplazan a la comisaría, sino que utilizan una sala bien acondicionada en el propio hospital. Y además hay un pintor encarcelado acusado de asesinato y tal vez posáis hacer algo por el. Frente a vosotros el inspector Adrien que esta al frente de la investigación. 

Paris, sala privada del Hospital "Hótel Dieu" 19:20 del 22 de abril de 2019.

Vuestro turno. 

Estaba muerta, y salvo que no sentía nada, ni le dolía nada, por lo demás podía pensar lo que le aterró. Si podía pensar estando muerta, al final se iba a aburrir, y sus pensamientos no eran muy divertidos para soportarlos durante toda la eternidad. Sintió que se elevaba, y luego la empujaban, y muy muy lejos un sonido muy repetitivo que la molestaba, y eso era una lata, porque ya que estaba muerta al menos podía haber silencio, o sonidos menos molestos, pero no, el aullido chillón le siguió taladrando. Después sintió como le hacían la autopsia, que al menos no le dolió nada. Aunque se la estaban haciendo mal, le estaban rajando donde no era, tenían que hacerle una incisión en Y, pero seguro que la habían asignado a un novato....

Y se despertó, el dolor lo hizo, y el olor. Eso lo había olido antes, y cuando abrió los ojos constató que aquello era un hospital. Miró a su alrededor y vio una bolsa de suero. La habían operado, ¿Pero de qué?. Su mente divagaba lenta mientras trataba de concentrarse. Solo por estar segura preguntó

- ¿Estoy viva de verdad?

Pero por lo que le dolía suponía que sí. No era su único problema, estaba custodiada por la policía y tenían mucho que explicar. Frente a ella estaba el inspector, pero no obvió que Hékate estaba relativamente cerca, así que antes de empezar a hablar le dijo.

- Si después de esto me meten en la cárcel o en el psiquiátrico.... que sepas que te quiero, joder - Dijo con una mezcla de rabia y alivio - Y si pudiera levantarme te iba a reventar a polvos, ea, ya lo he dicho.

Se sentía muy liberada. Igual no había sido muy romántica, pero es que ella era así, contundente como las piedras, contundente, y en según que circunstancias poco refinada y con menos tacto. Suspiró, para calmarse y le dijo al inspector

- Supongo que quiere una explicación, y me gustaría dársela, pero me temo que me faltan detalles, aun así haré lo mejor que pueda. Comenzamos a investigar en el caso de Françoise Gallé, porque aquí el señor Gabou es amigo personal del detenido. Le pedimos permiso a la inspectora Mace, y ella por cortesía profesional nos lo dio, y allí empezamos a ver que habían cosas que no cuadraban. Hay detalles en la autopsia que no se corresponden, o no aparecen, por ejemplo una laceración en la cabeza de la victima o de la escena del crimen, la inspectora nos dejó ver el informe, por lo que empezamos a investigar. El señor Gallé nos dijo que había visto a alguien merodear su casa, alguien de aspecto monstruoso cerca de la estación de metro de cerca de su casa. Y cuando preguntamos al señor Bastogne nos encontramos que, a pesar de ser supuestamente amigo del señor Gallé, se oponía a ayudarnos. Nos habló de algún tipo de secta, de una diosa, no se qué, y lo dimos por loco, antes de investigar en las catacumbas, junto a la estación de metro.

Dominique bebió un poco de agua. Aquello era mejor que decir toda la verdad, la sesión de espiritismo con la víctima, que se habían colado en el apartamento de Gallé, que habían interrogado a Bastogne sobre el signo amarillo

- Allí nos encontramos monstruos, eran humanos deformes, seguramente fetos con deformidades que habían estado criando, y que parecían comer carne. Nos atacaron, y nos tuvimos que defender. Grabé en mi móvil evidencias de eso, y aunque están algo descompuestos se puede ver a la perfección su naturaleza. Sus uñas coinciden con las marcas de la víctima, a la perfección. - Volvió a beber agua - Nos hirieron, tuvimos que ir al hospital, y tras ello, los seguimos hasta Notre Dame, donde nos encontramos con algún tipo de ritual aprovechando el eclipse. Al llegar al campanario abrieron fuego contra nosotros y nos tuvimos que defender. A mi me disparó el señor Bastogne, y no sé lo que pasaría, después, ya me he despertado aquí

Aquello sonaba razonable, sin eventos paranormales, algo que pudieran comprar sin que pensaran que estaba loca. Solo añadió

- La inspectora Mace trucó las pruebas para exculpar a algunos de esos seres monstruosos. Solo diré que como antigua forense trucar las marcas del cuello para que coincidan con las del señor Gallé es extremadamente fácil, y que habiendo en la habitación como mínimo otra persona más, el caso no se sostiene.

Gabou asentía a todo lo que explicaba Dominique, aunque el mero hecho de cabecear ya hacía que le dolieran partes del cuerpo que ni sabía que existían. 

- Hay poco que añadir a lo explicado por la señorita Court. - Dijo Jean, notando sabor a hierro en la boca.

- Mace y Bastogne era unos pirados pertenecientes a un culto ocultista, satanista o como quiera llamarlo. Uno de sus monstruitos deformes mató a la novia de Gallé, y la inspectora aprovechó su posición para inculparlo. Descubrimos el pastel... y ya ve como a terminado esto.

Ahora mismo, Jean agradecía hasta el infinito el haber llevado cámaras y teléfonos grabando. Aunque le daba algo de pena los pringados que tuvieran que repasarlo. Esperaba que tuvieran el estómago fuerte. Casi se río con el pensamiento, pero lo único que consiguió es dolor en los pulmones y un fuerte ataque de tos... le habían dado fuerte, esos cabrones.

Hékate contempló a sus compañeros, aún marcados por las heridas y la reciente lucha, pero, en su mayoría, vivos. La sensación de alivio la invadió. La voz de Dominique explicando la versión más "terrenal" de lo ocurrido resonaba en la habitación del hospital.

La medium se mantenía en silencio, un espectro silencioso al lado de Dominique, apoyándola con su sola presencia. Escuchaba las palabras de la forense, asintiendo levemente en acuerdo. Aunque no podía evitar sentir que la versión de Dominique era solo la punta del iceberg en comparación con la complejidad de lo que habían enfrentado. Pero, por el bien de todos, era sabio omitir ciertos detalles por ahora.

El eco de la historia de Jean se sumó a la de Dominique. Hékate mantuvo su serena postura. No emitía juicio, solo un profundo agradecimiento por la vida de sus amigos y su propia supervivencia. No necesitaba añadir palabras a las explicaciones de sus compañeros. Su presencia era su apoyo silencioso y su deseo de que la verdad saliera a la luz.

Un halo de misterio y oscuridad los envolvía en esa sala del hospital, y Hékate era como una sombra en el fondo, observando, a la espera.

Tras vuestras declaraciones y con lo encontrado por la policía fundamentalmente en el campanario de Notre Dame, van quedando pocas dudas de vuestra inocencia. Habéis descubierto una secta, o algo parecido en la que tanto el anticuario como la inspectora Mace jugaban un importante papel. Joseph de la Bastogne se niega a declarar y dice no recordar nada de lo sucedido. El estudio de las cámaras de seguridad y las descripciones de algunos testigos, indican que vuestra investigación os llevó a las catacumbas y luego hasta el campanario de la catedral. En el que hay unos restos, que muy difícilmente pueden ser atribuidos a un ser humano. Al menos, no a uno normal, ya que presenta demasiadas modificaciones como para continuar siendo humano.

Todo lo que reúne la policía os ayuda a demostrar vuestra inocencia, y esa misma tarde os dejan libres y sin cargos. Aunque os avisan de que tendréis que estar localizables y no salir de Paris, ya que la investigación dista mucho de estar cerrada.

Pero en lo referente a Galle, la cosa no es tan sencilla, si bien es cierto que podría haber otra persona o ser en el apartamento, y hasta la víctima tener marcas en la cabeza ocasionadas por unas uñas muy largas, como las del ser que encontraron en el campanario. Tienen muy claro que fue el pintor quien la mato, y todo les indica que fue un crimen pasional, no hay ningún otro móvil que pudiese desencadenar tan trágico suceso. Por lo que parece que Galle sigue acusado del asesinato y a pesar de que se sigue investigando otra posible presencia en el estudio, de momento no hay más móvil que el crimen pasional.

Tras pasar la noche en el hospital, a la mañana siguiente a todos os dan el alta, y tras un breve paseo, paráis en la terraza de un café a orillas del Sena. Donde el olor del café y de los bollos de mantequilla, os hace ocupar una mesa y desayunar mientras pensáis en todo lo acontecido en los últimos días. 

Paris, 8:30 del 23 de abril de 2019.

Vuestro turno. 

Todavía les interrogarían un par de veces para atar cabos, pero el hecho de encontrar al cadáver del líder gul fue mucho más esclarecedor que cualquier cosa que les dijeran. No fue la única cosa que le fue aclarada ese día, aunque alguna de esas no fueran más que la confirmación de una sospecha. A su declaración solo la había respondido el silencio, aunque también era cierto que no se había retirado de su lado. Dominique lo sabía, sabía que Hékate estaba más en el otro mundo que en este, y para que negarlo, ella era demasiado para una doctora aburrida.

Pasó la noche en el hospital, y no pudo dormir mucho, nunca le habían disparado, y dolía, más saber que el anticuario podía escapar de aquello indemne. Alegaba falta de memoria, y aunque ella creía que era mentira no podía probarlo, no era psiquiatra, y, en el fondo, tampoco les interesaba que se investigara mucho más. Ellos habían dicho que habían sido atacados, y se lo habían creído, pero si movían mucho el olivo podía cambiar a peor su situación.

Tras darles el alta se sentaron en un café. Sentaba bien volver a respirar el aire sucio de la capital, el aroma de un café y el de bollos recién hechos. Se acomodó en el asiento, tratando de buscar una postura donde los puntos le tiraran menos y dijo

- Garçon, café au lait, s'il voux plait.

Escondió su cara en la taza y suspiró. Ese tipo de noticias nunca eran gratas, pero cuanto antes las dijera sería mucho mejor. Sonrió, una sonrisa pequeña, porque Dominique no se daba mucho a las alegrías y dijo

- Parece que no vamos a pudrirnos en la cárcel o en el psiquiátrico, y aunque hay cierta duda respecto al señor Gallé poco más podemos hacer sin perjudicarnos, y aun perjudicándonos.... - Dijo dejando colgadas sus palabras - Magia, sectas, sesiones de espiritismo, nadie se lo creería, y, aunque se puede arrojar cierta duda, ante un jurado, los dedos que se cerraron en torno a la pobre muchacha fueron los de Gallé.

Bebió otro trago de café y finalmente dijo

- En cuanto al anticuario, se podría mostrar pruebas del recibo, pero tendríamos que explicar como lo tenemos, y nos buscaríamos problemas, a no ser que se envíe de forma anónima a la policía. - Suspiró - No sé como salvar a tu amigo Jean, lo siento mucho, no sin quedar como locos de feria.

Apuró su café y sonrió, relajando los hombros y quitándose las gafas. Entornó los ojos por la miopía y finalmente dijo

- En cuanto quedemos exonerados voy a dejar el equipo. Esto no es para mi, no me va la violencia, y creo que tengo alergia a las pistolas. Tengo un amigo en la Martinica que me lleva diciendo que puedo ir a trabajar allí, ya sabéis, sol, paraíso, cuidar de turistas bebidos. No volver oír de gules, espíritismos y cosas raras. Esto es demasiado para mi cordura, y no quiero volver a levantar una mano contra una persona, no quiero volver a eso, aunque estuviera actuando en defensa propia.

- Creo que yo también necesitaré unas vacaciones, aparte de tiempo para curar las heridas. Sin embargo, no doy todo por perdido con Galle. Al fin y al cabo, tenemos a Antuan el portero, que dijo que vio a alguien entrar también al estudio. Y allí había huellas de garras, que obviamente no eran de mi amigo. El informe que dice que la mató él es de Mace... y Elisa ha quedado demostrado que era una cultista demente. Hablaré con el abogado para que haga constar estos hechos... 

Jean pidió otro cruasán, y un café doble. Con un chorrito de licor, ya de paso. Que leches, se había ganado algunos caprichos.

- Te echaremos de menos, Dom. Si quieres volver, siempre esta es tu casa. Por mi parte, creo que hemos hecho algo bueno pateando el culo de esos locos... y por mi parte, pienso seguir haciéndolo.

Miró su cruasán y su café. Luego, sin tocarlos, sacó una petaca de su gabardina y dio un buen trago al whisky borbón que llevaba dentro. Miró al cielo y sonrío. Hoy era un día mejor que ayer.

Hékate observó a sus amigos con una expresión serena, como si estuviera en comunión con el misterio del universo. Las palabras de Dominique resonaron en sus oídos y sintió un respeto profundo por la decisión de la forense. Cada alma tenía su camino, y el de Dominique claramente se alejaba de las sombras en las que habían estado inmersos.

Jean, por su parte, expresó su deseo de no dar por perdido el caso de Galle, y eso era loable. Hékate asintió con respeto a su determinación.

Cuando la taza de café con leche llegó a sus labios, un breve suspiro escapó de Hékate. El café, la conversación, y la calidez de sus amigos le daban cierta sensación de normalidad en un mundo que había estado al borde del abismo. Observó a Jean mientras disfrutaba de su cruasán y un trago de licor. La ligera sonrisa de Jean era contagiosa, y Hékate sonrió también.

Luego, habló con voz suave y sosegada -Amigos, hemos contemplado abismos y secretos insondables, y aunque la cordura a menudo titubeó al borde de la locura, hemos regresado. Pero no podemos olvidar lo que hemos visto y enfrentado. Para Jean, quizás aún haya un camino para hacer justicia por Galle. Sin embargo, sugeriría que Jonah, con su habilidad para ocultar su presencia, entregue de manera anónima las pruebas que exculpen al pintor. No sabemos qué sombras acechan en las profundidades de la policía y qué otros oscuros secretos podrían emerger.

Hékate pausó, su mirada a la deriva en las aguas del Sena. -Y si el caso de Galle se disuelve en la oscuridad, recordemos que hemos enfrentado terrores innombrables y hemos sobrevivido. Los hilos del destino a menudo se tejen de maneras extrañas y, en ocasiones, cruzan nuestro camino con propósitos que no podemos comprender. Sigamos adelante, cada uno en su camino, y estemos preparados para lo que el universo arroje en nuestros caminos.

La medium levantó su taza en un gesto de camaradería. -Por nuestros destinos, inciertos pero compartidos, y por aquellos que no sobrevivieron para ver el amanecer de un nuevo día. Que la oscuridad se disipe y la luz guíe nuestros pasos.

Hékate continuó observando el río, pero su mirada se posó en Dominique, y un destello de cariño y gratitud relució en sus ojos. Si bien sus palabras no lo expresaron directamente, la medium sabía que Dominique era su faro en la noche más oscura, la chispa de humanidad que la mantenía conectada con este mundo de sombras. Era un vínculo que Hékate valoraba profundamente, un anclaje en un océano de misterios. Por mucho que el destino las llevara por caminos separados, en el fondo de su ser, anhelaba que sus trayectorias se cruzaran de nuevo en el futuro, porque Dominique era su confidente en esta lucha contra las tinieblas, y una persona de inmenso significado.

Luego, Hékate dio un sorbo al café y se perdió de nuevo en sus pensamientos, sus ojos reflejando el eterno enigma que rodeaba sus vidas.

Pasan los días y todos estáis completamente recuperados, al menos a nivel físico, algunas de las imágenes y escenas pasadas dejarán una huella muy duradera o incluso permanente en vuestras mentes y también en vuestras almas (Los puntos de cordura son más lentos de recuperar). Os tomáis un tiempo de descanso, no os podéis meter en una nueva investigación, mientras que sois llamados de vez en cuando a comisaría para testificar y aclarar algunos detalles. Asimismo, hay quien ha manifestado su clara intención de dejar el grupo, viendo que esto no es lo que quiere para su futuro.

A pesar de vuestros esfuerzos la policía no ve indicios claros que indiquen que Galle no fue el autor del asesinato, más bien al contrario. Pero hay varias cosas que le ayudaran ante los jueces. En primer lugar, esta la presencia en el momento del crimen, de alguien o algo más, hay huellas en el estudio del pintor y unas extrañas heridas hechas en la nuca de la modelo que son compatibles con las enormes uñas que tenía la criatura que lograsteis matar en el campanario de Notre Dame. Y además el portero, aunque ha sido muy trabajoso que lo hiciera, ha decidido testificar que la noche del crimen había alguien más en el edificio. Pero lo que realmente ha ayudado, y mucho, sembrando unas dudas más que razonables es una versión de los hechos que les ha sido enviada a los investigadores del caso, y que de hecho, está circulando por algunos lugares oscuros de la red. En esta historia se cuenta casi todo lo que os ha pasado, hablando del signo amarillo, del primigenio Hastur, de los gules y su líder, así como de los sectarios que querían abrir un portal para que el primigenio llegara a Paris. Hay muchas cosas que sencillamente nadie en su sano juicio podría creerse, y vosotros no estáis por la labor de decir que eso es lo que ha ocurrido ya que eso podría llevaros a un sanatorio mental. Pero la criatura encontrada en el campanario, los restos de la antigua estación de metro, y las cosas encontradas en el registro de la tienda del anticuario, han dado numerosas pistas que ponen la posibilidad de que el pintor no actuó solo. Cuando han buscado el signo amarillo y os han preguntado nada han podido sacaros, por lo tanto, el caso está en un punto muerto. Hay pruebas que implican a Galle, pero también había alguien más. El pintor se pasará unos años en la cárcel, pero al final será liberado.

Y con respecto al grupo, Jean y Jonah continuaran con el grupo de investigación. Dominique encontrará la oportunidad de viajar, conocer mundo y trabajar para Médicos sin Fronteras, una organización en la que será admitida sin problemas y en la que se sentirá de gran utilidad y en su lugar. Aunque no podrá evitar pensar en Hékate. Y finalmente la médium es la que peor lo tiene, el maldito signo amarillo la ha convertido en la mejor médium de Paris, sus poderes están amplificados llegando hasta límites que nunca había imaginado, aunque su locura también se esta desarrollando de forma casi imparable.

Jean y Jonah podrán intentar quitarle el signo amarillo a Hékate, pero eso no será nada sencillo, Hastur está tras el signo amarillo que es su principal amuleto y utilizará a Hékate hasta que deje de serle útil, momento en el que está morirá. También avisan a Dominique del problema, pero, aunque lo intenten entre los tres no será sencillo que la médium renuncie al signo amarillo, es algo realmente complicado, requeriría una enorme fuerza de voluntad. El poder de Hékate es enorme, así como su aguante por lo que su caída, de acontecer, no será hasta dentro de mucho tiempo. Y así con esta terrible amenaza sobre el grupo termina nuestra historia.

FIN