Aunque le fastidiaba había resultado que los hombres habían tenido razón. Al final si que iba a ser verdad eso de las mujeres y los mapas, aunque debía ser el hecho de estar bajo tierra, sino habría tenido la razón seguro. Allí estaban de nuevo, en la estación donde casi le arrebatan la vida de Hékate mediante un vagón lanzado a toda velocidad. Olía a pobredumbre. Los cadáveres de los guls seguían allí y su olor era insoportable. Sacó el móvil y empezó a documentar con tranquilidad, mientras iba acercándose a los restos tapándose la boca y la nariz con una manga de su chaqueta. No servía para eliminar el olor, pero lo amortiguaba un poco.
- Dominique Court, 20 de abril de 2019, 18:30, catacumbas de París. Estos restos mortales corresponden a unas criaturas llamadas gul, de aspecto retorcido, agilidad sobrehumana y muy feos. Creemos que están relacionados con el crimen por el que se juzga a Françoise Gallé. Podrían estar relacionados con algún culto a una diosa del caos, y a un objeto llamado el signo amarillo, que parece ser portador de desgracias. Estamos en una estación abandonada, y nos dirigimos a...
Miró a su alrededor
- Probablemente por el túnel en que su jefe, el rey amarillo, se fue, estando en posición del signo, que es una especie de broche o similar.
Dejó de grabar y miró a sus compañeros. Hacían mala pinta, pero es que ellos no estaban acostumbrados como a ella a los cadáveres en circunstancias poco favorecedoras. Se acercó a Hékate y le dijo
- ¿Te encuentras bien? Tranquila, no te pueden hacer daño. Están muertos, y la muerte huele así. Todo está bien.
Miró a los chicos, que eran los que más armados iban y les preguntó
- ¿Qué os parece si seguimos el túnel? No hay muchos más sitios donde ir, y por allí se fue el rey amarillo. Si queremos resolver esto lo vamos a tener que seguir.
Motivo: cordura
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+1)=10 [4, 5]
Tan cabreado estaba Jean por extraviar de la bolsa de deportes donde llevaba los contenedores de gasolina, que ignoró el horror de los cadáveres que habían medio devorado los guls.
Vaya una mierda, podía haber tirado la bolsa con los sandwich y el agua, pero no... joder, joder, joder.
- Yo no confiaría en que los muertos no pueden hacernos daño, Dom. - Masculló entre dientes. - Esos guls podrían ser como... vampiros, zombis o alguna mierda así. Mejor volarles el cerebro. - Gabou estaba realmente cabreado.
En ese momento prestó atención a los cadáveres. Seguro que ninguno iba a levantarse ahora... pero por si acaso, se acercó a mirarlos, por si encontraban algo llamativo. Como que alguno fuera un policía de la comisaria de Mace, o algo así.
Luego enfocó con la linterna el túnel que había encontrado la doctora. No tenían más opciones que seguirlo, por lo que parecía.
Antes de entrar, se aseguró de que todos sus compañeros portaran las armas cargadas, linternas con pilas, y no estuvieran en shock. Gruñó de nuevo ante la insistencia de Court de portar solo una porra. Ni de lejos iba a ser suficiente.
Una vez satisfecho y comprobado que nadie fuera a derrumbarse, Jean enganchó una segunda linterna al rail de su escopeta, y se dispuso a abrir camino por la salida que había tomado el gul de amarillo.
Motivo: Cordura
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 9(+1)=10 (Exito) [4, 5]
Asumo que no tenía acceso a chalecos antibalas cuando arramplé con el equipo vario... pero si los hubiera, en el análisis del armamento de los compañeros me aseguro de que lo lleven bien puesto y de que no les estorben si hay que salir corriendo.
Jonah había corrido tras sus compañeros cada vez más apurado por no quedarse atrás por lo que cuando llegó al lugar donde estaban se dio cuenta que se había olvidado de algo.
Mierda, deje las baterías de mi laptop en el auto. No se si las necesitaré pero si las cosas se complican no creo que pueda hackear nada.
Fue al ver a sus compañeros mirando los cadáveres que se acercó y empezó a notar los cadáveres. Si bien la última vez se había mostrado duro, esta vez no lo pudo aguantar con igual temple.
Mierda, mierda no de nuevo esas criaturas.
Jonah se echó al suelo y se agarró las piernas para verse seguro mientras temblaba desconsoladamente.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 2(+5)=7 (Fracaso) [1, 1]
Motivo: Perdida
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Doble 1 y casi un 6 en la perdida de cordura, buena forma de volver a la partida por todo lo alto.
Mientras que la doctora examina los cuerpos de los guls muertos y se pone ha realizar un detallado registro de la escena, el policía maldice su suerte, haber perdido justo la bolsa donde se encontraba la gasolina, ya no podría hacer molotov. Y además mira con interés los cuerpos de los guls, estos no tienen pinta de que vayan a volver a levantarse. Pero el que peor lo lleva es Jonah, el informático sufre un verdadero trauma, al volver a encontrarse con los cuerpos de los guls, y con aquel terrible olor. Este le hace quedarse prácticamente paralizado, y es necesario que el resto le animéis y le acompañéis un rato hasta que vuelve a ser capaz de volver a ponerse en marcha.
Luego veis que en la zona por la que desapareció el líder de los guls, hay un paso a otra zona de túneles, algunos de ellos muy siniestros, con numerosos cráneos humanos. Hay zonas que están hasta iluminadas, y a lo lejos escucháis lo que parece un guía con un grupo de turistas. Hay numerosas ramificaciones y posibilidades, por lo que es muy complicado saber por donde pudo haber ido el líder de los guls.
Pasan las horas mientras deambuláis por los túneles y catacumbas, en busca del posible destino del líder gul. (Tenéis que hacer una tirada de destreza y otra de ingenio, para tratar de encontrar el camino).
Paris, catacumbas, 20:45 horas del 20 de abril de 2019.
Vuestro turno.
Jean puede llevar un chaleco antibalas, y no tendría muchos penalizadores, ya que su profesión puede hacer que lo use en ocasiones. Para el resto es mejor olvidarse, tendrían demasiados negativos.
Nota: El líder de los guls no es el rey de amarillo, aunque vista una raida capa amarilla, este es el nombre de un primigenio Hastur.
Hékate parecía llevarlo bien, pero el que había acabado traumatizado con la experiencia era Jonah. Era normal, pasarse toda la vida detrás de una pantalla no llevaba a nada bueno. Los videojuegos, por muy explícitos que fueran, no podían igualar a lo que representaba una muerte real, y allí estaba el pobre, más colgado que uno de esos viejos ordenadores de su depósito de cadáveres. Miró a Jean, a ver si iba él, por eso de ser más fuerte y para inspirarle ejemplo, pero Jean estaba remugando entre dientes, y aunque era bueno en lo suyo la empatía no era su fuerte.
Dominique se sonrió, aquello tampoco era lo suyo, las personas, bueno, eran más fáciles los muertos, y si las personas eran del género masculino tenían su extra de dificultad. Habría que hacer lo que se pudiera porque lo que está claro es que Jonah solo no iba a poder, estaba en shock, y si no conseguían que se moviera iban a tener un problema. Le puso la mano en el hombro y le dijo
- Jonah, están muertos, no te pueden hacer nada. - sonrió - Piensa en ellos como células descomponiéndose, unas células que huelen muy mal. Si nos movemos en otra dirección no las verás, y si conseguimos cerrar el caso te prometo que no habrán más gules. Nos tomaremos unas largas vacaciones y te dejaremos jugar a los videojuegos, y colarte en el pentágono, y hacer todas esas cosas que te gustan hacer. Venga, que no se diga que los frikis son unos rajados.
Igual no era la arenga mejor hecha de la historia, pero tenía buena intención. No era psicóloga, pero aquel muchacho iba a necesitar terapia después de aquello casi seguro, aunque en ese momento no podían prescindir de él. Tenía una pistola, y no es que fueran muy sobrados de armas.
Se adentraron en los túneles y Dominique fue iluminando cada rincón, temiendo un ataque por sorpresa. Una voz humana la sobresaltó, elevó su defensa y estuvo a punto de echar a correr, pero entonces lo entendió, turistas, debían estar pared con pared con alguna zona de las catacumbas que era visitable. Se llevó el índice a la boca para pedir silencio e intentó seguir la red de túneles. Suponía que los gules no estarían cerca de las personas, así que ir en dirección contraria y alejarse del ruido parecía lo más lógico, pero ya había demostrado que se perdía bajo tierra, así que de momento lo mejor era seguir a los hombres. Entonces miró a Hékate y le preguntó
- ¿Podrías preguntarle a los esqueletos si han visto pasar gules y hacia donde fueron? No será por muertos, los hay por todos lados....
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+2)=8 [1, 5]
Motivo: Destreza
Tirada: 2d6
Resultado: 3(+2)=5 [1, 2]
Hekate se encontró en una encrucijada de emociones al volver a estar frente a los horribles restos de los guls. Su último encuentro con estas criaturas había estado al borde de la muerte, y el olor y la visión de su descomposición amenazaban con arrastrarla de nuevo hacia la pesadilla. Pero había llegado el momento de superar ese miedo paralizante, no podían permitirse quedarse atrapados en sus propios temores.
Inhaló profundamente, tratando de calmar su corazón acelerado y su mente inquieta. Cerró los ojos por un instante y se recordó a sí misma por qué estaban allí. Este era el camino para desentrañar el misterio y exonerar a Françoise Gallé.
Cuando abrió los ojos, sus compañeros estaban ocupados: Dominique documentaba la escena, Jean inspeccionaba los cuerpos y Jonah, aunque atormentado, mostraba señales de recuperación. Hekate sabía que tenía que hacer lo mismo.
Se acercó a Dominique y asintió, forzando una sonrisa que no sentía del todo. -Estoy bien, querida Dominique. Gracias por preocuparte.
Observó a los hombres mientras continuaban su búsqueda en los oscuros túneles. Aunque no tenía conocimientos especializados para buscar rastros, se centró en tratar de detectar cualquier cambio en el ambiente, una brisa, un sonido inusual o una corriente de aire. No había nada evidente que señalara la presencia de los guls.
Hekate sintió una necesidad urgente de buscar la guía en las palabras de los muertos. Con manos temblorosas, sacó su libreta y un viejo crayón que había guardado en el bolsillo de su abrigo. Se arrodilló junto a los cadáveres de los guls buscando la salmas de gente muerta por culpa de estos y les habló en voz baja como si estuviera realizando una especie de macabro ritual.
-¿Dónde fue el líder de los guls?, murmuró, esperando una respuesta que solo ella podía percibir. Los cuerpos inmóviles no emitieron sonido alguno, pero Hekate sintió una extraña corriente, una indicación que provenía de algún lugar más allá de lo tangible.
Siguiendo la intuición que le dictaba su conexión con lo sobrenatural, comenzó a dibujar en su libreta lo que veía en su mente, trazando líneas y contornos que representaban los túneles, las bifurcaciones y los cráneos humanos que habían visto antes. El dibujo comenzó a cobrar forma, revelando un camino que no habían considerado.
Finalmente, alzó la mirada hacia sus compañeros. -Creo que tengo una idea-, dijo, mostrando el croquis en su libreta. -Los muertos me han guiado. Sigamos este camino; podría llevarnos más cerca del líder de los guls y del misterio que estamos tratando de resolver.-
Motivo: Cordura
Tirada: 2d6
Dificultad: 10+
Resultado: 10 (Exito) [5, 5]
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 4 [2, 2]
*No se si funcione lo de la libreta y la habilidad de hablar con los muertos.
Jonah parecía estar recuperándose con la ayuda de Dom. Bien, porque iban a necesitar que permaneciera fuerte para salir de esa ratonera. Cuando la médico se retiró un poco, le tendió la mano para que se incorporara, lo levantó de un tirón, le miró a los ojos. Se le veía afectado, pero nada que no pudiera superar según le pareció a Jean. Le asintió con la cabeza. El informático estaría bien.
- Hékate, si tu cuaderno te ha dicho algo, dime por donde avanzar. - Escopeta en mano, se dispuso a encabezar la marcha por los túneles.
- Si no... iremos... por aquí. - Dijo Jean, siguiendo los instintos que había adquirido tras una vida de servicio. Había rastros que podían seguir, no tenía pruebas... pero tampoco dudas.
Motivo: Destreza
Tirada: 2d6
Resultado: 11(+1)=12 [6, 5]
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 8 [3, 5]
Si Hékate consigue datos mejores que la habilidad de rastreo de Jean, ignorad la última frase.
Tras recuperarse, aunque no totalmente Jonah, en buena parte gracias al buen hacer de Dominique. Se internan en los túneles, y tratan de orientarse. Tanto Dominique como Jean ven en varias ocasiones huellas que sin duda deben pertenecer a los guls. Estos se mueven por las zonas menos transitadas, en las que el polvo permite en ocasiones poder seguir las huellas. Y todo coincide con lo que Hèkate ha anotado en su cuaderno. Las instrucciones de los muertos le han permitido dibujar un camino. Pero llegáis hasta un lugar, donde aparentemente no hay salida. Algo no encaja en esta sala, hasta aquí habéis llegado siguiendo tanto el esquema de Hèkate como las huellas, y sin embargo no parece que se pueda continuar. Y el dibujo de Hèkate indica que el camino sigue hasta otro lugar no muy lejano. (Haced todos una tirada de destreza o ingenio, lo que mejor se os de).
Paris, catacumbas, 22:25 horas del 20 de abril de 2019.
Vuestro turno.
Hékate que ha hecho una muy buena jugada, tiene que quitarse un punto de cordura por usar su poder (Ya te lo quito yo).
Hekate avanzó lentamente por la sala que, en teoría, debía ser el siguiente paso en su búsqueda. Sus compañeros la seguían con miradas expectantes, esperando alguna señal que les indicara cómo continuar. Su libreta, ahora llena de garabatos y líneas, parecía un portal a otro mundo, un mundo donde los muertos daban indicaciones y los vivos las seguían.
Pero allí, en medio de esa sala aparentemente sin salida, Hekate sintió una profunda inquietud. La intuición que la había guiado hasta ahora comenzaba a fluctuar, como si el camino trazado por los muertos se hubiera desvanecido en un laberinto de sombras.
-Algo no está bien-, murmuró para sí misma, sus ojos escudriñando las paredes, el suelo y el techo en busca de algún indicio. -Los muertos no suelen mentir, ¿verdad?
Sus palabras resonaron en el oscuro recinto como un eco macabro. Un escalofrío recorrió su espalda mientras su mente se adentraba en una especie de locura temporal, una sensación de que los planos de la realidad se entrelazaban en un enigma imposible de resolver.
Se acercó a una de las paredes, sintiendo la aspereza de la piedra bajo sus dedos. Sus ojos escudriñaron cada detalle, buscando alguna irregularidad, algún patrón oculto. El tiempo pareció detenerse mientras la médium se perdía en su obsesión por desentrañar el misterio.
Y entonces, como un destello de lucidez en medio de la confusión, un pensamiento emergió en su mente. -Quizás...-, susurró, mirando hacia arriba. -Quizás debemos buscar... Quizás debemos mo.... Tal vez, Tal vez los muertos nos están mostrando una verdad oculta en este callejón sin salida.
Hekate retrocedió unos pasos y se adentró nuevamente en la sala, esta vez mirando en la dirección contraria. Su mente se sentía más clara, más conectada a la extraña guía de los muertos. Sabía que debían seguir adelante, incluso si eso significaba desafiar la lógica y la apariencia de su entorno.
Motivo: ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 10 [6, 4]
Los muertos acudieron a la ayuda de la siempre misteriosa Hékate. En un idioma que solo escuchaba ella, poco a poco, le fueron dando indicaciones del lugar al que debían ir. En algunos momentos una huella en el polvo les decía que parecían ir en la misma dirección, pero pronto llegarían a un lugar donde parecía que no podían seguir avanzando.
- ¿Qué demonios? - Se acercó a mirar el mapa que había trazado Hékate - No tiene sentido, las huellas venían en esta dirección ¿Qué sentido tiene que conduzcan a un cul-de-sac?
Los muertos, a la manera de Hékate, no le mentían, al igual que los muertos le desvelaban sus secretos en las autopsias. Así que, si los muertos no mentían, ¿Qué había distinto? ¿Por qué no podían pasar?. Le dio una patada a una piedra y entonces algo se le ocurrió
- ¿Y si para los muertos si hay salida? Tal vez cuando ellos murieron la había, y no la conocen ahora, tal vez haya algún tipo de puerta, o mecanismo que ellos no conozcan, o tal vez nuestros sentidos nos engañen. Tanteemos las paredes. Si hay una salida la encontraremos.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+2)=11 [5, 4]
Jonah estaba aún empezando a recuperarse del shock, no sólo la vista de los cadáveres sino la cantidad de vueltas por callejones oscuros, las calaveras marcas en las paredes y todo lo que estaba pasando a su alrededor.
Nada de esto es normal, incluso pedirle ayudas a los muertos no es normal, pero ya estamos metidos hasta el cuello en esto y debemos encontrar la salida.
Diciendo esto empezó a tantear las paredes con sus compañeros mientras buscaba algún botón oculto, pero mientras lo hacía se concentraba en apretar los cráneos.
Quizás alguno de estos cráneos sea un botón y aquí esté la forma de seguir el camino.
Mientras hacía esto se acordaba de las historias de su infancia, allí siempre había un camino oculto y si en alguna parte de París debía haber caminos ocultos era en estas interminables catacumbas.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 6(+3)=9 [5, 1]
- Independientemente de lo que digan los muertos o no, - dijo Jean.- Las huellas de los gules nos han traído aquí. Si esos bichos han salido de la sala por un sitio diferente al que han entrado, es que hay otra salida, pero estará oculta.
Dicho eso, se agachó enfocando con la linterna el suelo. Seguro que había alguna marca de paso, o huella, algún raspón... que llevara a la puerta secreta. Si no lo encontraban, tocaría registrar las paredes llenas de huesos una por una, pero de allí no se iban hasta descubrir el paso de los monstruos.
Motivo: Ingenio
Tirada: 2d6
Resultado: 4 [2, 2]
Los cuatro pensáis que algo falla, algo se os escapa, el camino debería proseguir, no quedarse ahí cortado por esa pared de huesos. Tras un rato, primero Dominique y un poco más tarde Hékate y Jonah, perciben que en esa pared hay algo extraño. Notan una corriente de aire que sale por los ojos de una de las calaveras. Poco más tarde entre todos logran mover la pared, se trata de un panel que da paso a unas escaleras que ascienden. Y en el polvo que las cubre aun se pueden ver las huellas de los guls.
Sin otra pista o camino a seguir, comenzáis el ascenso de las escaleras, este resulta largo y agotador, dando la impresión de que habéis subido mucho, pero no tenéis ni idea de cuanto. En más de una ocasión tenéis que parar para recuperar el aliento. En una de esas paradas, podéis ver un gravado en una de las paredes que indica que este era un paso exclusivo para el clero. Se trata de unas antiguas escaleras de seguridad, que se construyeron como acceso privado para el clero que se encargaba de cuidar de Notre Dame.
Finalmente aparece una puerta, que no esta cerrada.
Pasamos a la última parte de la aventura.