HUMÁNIDOS
Los Humánidos son la raza más común y extendida en el mundo, sobre todo en el continente Zen, cuna del todopoderoso Imperio Mundial. Si bien el aspecto y rasgos étnicos de los Humánidos pueden variar en función de condiciones climáticas y ambientales, son una raza que no presenta grandes variaciones dentro de una línea general, sobre todo teniendo en cuenta lo que pueden llegar a variar el resto de las especies. De hecho, si una rama de descendencia Humánida llega a presentar las suficientes variaciones (con la excepción del sobredimensionamiento), acaba siendo calificada como una especie aparte, ya sea como un Híbrido o como un Tribálido (que se ven a continuación).
Los Humánidos adultos suelen medir entre uno y dos metros de altura pero, por alguna misteriosa razón, algunos de ellos tienden a ser bastante más grandes que dicha media, pudiendo alcanzar tallas de tres, cinco e incluso ocho o diez metros de altura. A estas personas superdimensionadas se les sigue teniendo como Humánidos en sí, dado que en un sentido biológico no pertenecen a otra raza ni son Híbridos de las mismas. La ciencia aún está por revelar cuál es el misterio de este poco frecuente fenómeno.
La esperanza de vida de los Humánidos es tan oscilante como su posible tamaño, y depende sobre todo del estilo de vida y las condiciones sanitarias y alimenticias de los lugares que habiten. Se estipula que la esperanza de vida promedio de los Humánidos son unos cien años, pero dependiendo de las circunstancias de cada persona este límite de vitalidad puede extenderse, habiendo personas afortunadas que pueden llegar a alcanzar el siglo y medio de vida o más; o reducirse a la mitad o incluso menos en aquellos lugares donde las condiciones de vida sean desfavorables o directamente atroces.
Al ser la raza más extendida, es una de las que más etnias y variantes poblacionales tiene, y se puede llegar a ver un innumerable elenco de humánidos si se recorre el mundo de isla en isla: desde grandes y peludos neandertales propios de lugares en los que las eras prehistóricas aún perduran, hasta etnias de Humánidos provenientes de islas cuya distópica sociedad se basa en la tecnología y su cuerpo queda alterado con prótesis sintéticas, operaciones estéticas y bioimplantes de moda.
La cultura de los Humánidos es, por consiguiente, variopinta en grado extremo. Es común en todas las especies humanoides que la cultura general de los individuos esté determinada en su mayor parte por la isla o emplazamiento concreto al que pertenezcan dichos individuos. En el caso de los Humánidos, al ser la raza más extendida de todas, es la que presenta un mayor abanico de posibles culturas, religiones, clases, etnias y estilos de vida, que proliferan de isla en isla y de pueblo en pueblo a pesar de los efectos de la globalización comercial, extendida por el auge económico del Imperio Mundial. Esto ocurre sobre todo en localizaciones que, por su geografía, queden muy aisladas y que, por ende, su cultura queda más inalterada e impermeable a las influencias y saberes de otros lugares, tanto para bien como para mal.
ACUÁTIDOS
Los Acuátidos son seres de morfología humanoide, pero que poseen rasgos y características propias de todo tipo de animales marinos. Estos seres tienen la capacidad de vivir en medios acuáticos (de ahí el origen de su nombre como raza), son extraordinarios nadadores y suelen tener una fuerza física mayor que la propia de un Humánido. Poseen muchos rasgos comunes con los Humánidos, incluso muchos de ellos poseen una serie de hebras capiloides que se asemejan al pelo de los Humánidos, pero destacan en ellos los rasgos propios de seres marinos, como cabezas pisciformes, colas, branquias, aletas en diversas partes de su cuerpo… y demás rasgos genéticos únicos.
El que cada Acuátido tenga particularidades animales únicas hace que tenga que haber una clasificación de subrazas dentro de los Acuátidos, como ya se ha dejado entrever.
Los Píscidos los Acuátidos más comunes, pero son los que por lo general viven más lejos de las islas habitadas por Humánidos, a veces por razones no del todo afortunadas. Suelen tener las manos y pies palmeados, la piel cubiertas de escamas más o menos sutiles, aletas en zonas variadas de sus cuerpos y caras con rasgos pisciformes, aparte de rasgos animales más específicos, como, por ejemplo, dientes afilados en aquellos que tengan rasgos de tiburón o púas venenosas si tienen rasgos de pez globo.
Siguiendo esta línea, los Cetácidos son Acuátidos que muestran rasgos de cetáceos como delfines o ballenas. Debido a las especies que los caracterizan suelen ser muy grandes, poseer una piel no escamosa, suave y lisa, así como extraordinarias capacidades sensoriales.
Los Crustácidos muestran rasgos de crustáceos, como cangrejos o langostas. También son humanoides, pero con una piel por lo general bastante dura, algunos teniendo incluso caparazón, pinzas o varias extremidades.
Después estarían los Molúsquidos, que poseen rasgos de moluscos marinos o nudibranquios; y los Púlpidos, que muestran rasgos de seres como pulpos, calamares o medusas. Estas variantes suelen tener pieles muy lisas, varios brazos, capacidades como escupir tinta o veneno y un cuerpo con inmensa flexibilidad en general.
Por último (o no, dado a que la clasificación oficial de especies y subrazas está lejos de estar terminada), los Polípidos son una rama de Acuátidos que poseen rasgos humanoides mucho más definidos y muestran rasgos de pólipos y corales. Sus cuerpos están cubiertos por una piel lisa y suave de vivos y llamativos colores que puede endurecerse a voluntad. Pueden tener protuberancias parecidas a corales en sus extremidades, y suelen poseer una mata de finos tentáculos de variados colores que hace de cabellera.
Entre todos los Acuátidos, los Píscidos son los que más suelen variar de tamaño, presentando también casos de sobredimensionamiento, normalmente según los rasgos animales que se posean. Los Acuátidos son seres muy similares a los Humánidos en lo que a esperanza de vida se refiere. Un claro rasgo muy distintivo de esta especie es la aleatoriedad de sus rasgos animales, ya que cada Acuátido posee claros rasgos únicos, pero no necesariamente por su ascendencia biológica. Es como si toda la especie tuviese en su base genética potencial los genes de todos los seres marinos.
Esta aleatoriedad, claro, es un importante componente de la cultura de los Acuátidos, y ha dado enormes quebraderos de cabeza a la comunidad científica dedicada al estudio de la biología, quedando como un tema aún sin resolver por los mayores eruditos como Carloss D. Arwinn, quien no se ha cortado al remarcar como una ‘broma pesada de la naturaleza’ las innumerables veces que las familias de estos seres tenían individuos de todas las formas y tamaños.
Los Acuátidos tienen en común la capacidad de poder respirar tanto bajo el agua como en tierra firme sin problemas, siendo el mar su hábitat más natural. Suelen vivir desde en los bajíos de las islas hasta en ciudades en el fondo marino erigidas en misteriosas islas de Submar, donde quedan más aislados (para bien y para mal) del resto de las civilizaciones. Al ser una raza tan extendida en el mundo, no hay un patrón para definir de forma unitaria una sociología o cultura concreta para los Acuátidos. En este sentido, les sucede algo similar que a los Humánidos, y es que su estilo de vida se basará casi por completo en las características específicas y la naturaleza de los lugares en los que residan.
FÚRIDOS
Los Fúridos son una especie compuesta por personas que pueden describirse como animales mamíferos antropomorfos. De forma similar a lo que ocurre con los Acuátidos, cada Fúrido posee los rasgos de un animal mamífero en concreto destacando, en general, una piel cubierta de tupido pelaje, manos cuyos dedos se asemejan a garras o pezuñas y la tenencia de una cabeza y una cola cuyas formas corresponden al animal en cuestión.
Esto hace que los Fúridos sean una especie muy vistosa y variopinta. Sus sociedades tienden a estructurarse de dos formas principales, que varían de isla a isla: o bien forman castas o clanes de Fúridos con rasgos de la misma especie o familia animal, que suelen ir acompañadas de una cultura basada en algún tipo de orgullo racial; o bien forman comunidades conocidas como Furípias, compuestas por Fúridos de todo tipo, clase y tamaño.
El tamaño de los Fúridos suele estar relacionado con los rasgos animales que pueden poseer, así como su esperanza de vida, aunque no suele ser muy distinta a la de un Humánido. Así mismo, las culturas de los pueblos de esta raza dependen del tipo de sociedad que formen y de dónde lo hagan, pero siempre suelen incluir un elemento común: el orgullo marcial. No todos los Fúridos son guerreros, ni muchísimo menos, pero los rasgos animales de los que hacen gala suelen proveerlos de sorprendentes capacidades físicas que, al final, terminan siendo una parte importante de su estilo de vida y les da la posibilidad de convertirse en notables luchadores con facilidad. Estas capacidades dependen de los rasgos animales concretos de cada Fúrido.
Los rasgos animales de los Fúridos no se limitan a lo físico, sino que también pueden influir en los rasgos psicológicos de estos individuos.
Plantear una clasificación de subrazas de Fúridos es algo que está comenzando a hacerse ahora. La ciencia está considerando la existencia de subrazas de Fúrido como los Paquidérmidos, Fúridos que poseen rasgos de grandes mamíferos, como elefantes, hipopótamos o rinocerontes.
Lo normal es que cuando una pareja de esta especie concibe un vástago, éste tendrá los rasgos animales de uno de los progenitores, de forma casi opuesta a lo que sucede con los Píscidos.
Aunque algunos Fúridos, por puro instinto animal, tienden a cierta agresividad, lo cierto es que, por lo general, son gentes pacíficas dado a que sus limitaciones reproductivas hacen que, a nivel cultural, sean un pueblo que valora la vida de los individuos por encima de todo. Aunque suene extraño, los Fúridos poseen un reducido ciclo reproductivo, que provoca que la media de descendientes de esta especie sea de poco más de uno por cada Fúrido. Es raro que una pareja de Fúridos engendre a más de dos hijos en toda su vida, sobre todo en sociedades formadas por clanes de Fúridos con rasgos concretos. Este hecho suele ser un pilar importante de su cultura y hace que sea de las razas menos extendidas por el mundo. Tanto como pueblo como a nivel individual, los Fúridos han aprendido a medir con sorprendente destreza hasta qué punto se implican en situaciones violentas y, por supuesto, en guerras. Los eruditos de la evolución como D. Arwinn explican este fenómeno como una especie de limitación que la propia naturaleza ha impuesto sobre esta raza, para que guarde cierto nivel de equilibrio con respecto a las otras especies.
Todo este planteamiento con respecto a la importancia del individuo, no obstante, cambia de forma radical cuando se origina lo que los Fúridos llaman un Engendro. Con una probabilidad de uno entre un millón, un vástago entre Fúridos nace combinando los rasgos animales de sus progenitores, resultando ser una criatura de rasgos quiméricos que, por razones más biológicas e instintivas que sociales, es repudiado por el resto de los Fúridos, los cuales no pararán de sentirlo, de forma subconsciente, como una versión corrompida de su especie. Lo curioso, por lo menos para los estudiosos de la biología, es que este fenómeno de repudio instintivo no se da cuando los Fúridos conciben hijos con otras especies, teniendo un descendiente que pueda catalogarse como un Híbrido (ver más adelante).
BATRÁCIDOS
Son otra de las razas que combina rasgos animales junto a rasgos humanoides, por lo que guardan características en común tanto con los Píscidos como con los Fúridos. Es otra de las razas que más rasgos animales suelen poseer. Los Batrácidos son personas cuyo cuerpo suele estar cubierto de escamas, acabando sus manos en dedos que recuerdan a ancas o a garras. También presentan tanto una cabeza como una cola que se corresponde casi con totalidad con la naturaleza del reptil o anfibio en cuestión del que posean rasgos. Una característica destacable de esta especie es que son capaces de poseer hebras capiloides (al igual que los Acuátidos) similares al pelo en la cabeza, lo que, curiosamente, ha sido una de las bazas determinantes para que esta especie comenzara a tenerse como humanoide dentro de la comunidad científica.
Esta raza reúne a personas que presentan rasgos animales concretos de muchísimas especies de reptiles y anfibios, lo que también deriva en sorprendentes habilidades físicas concretas que manifiestan los individuos de esta especie.
Este hecho también ha derivado en una clasificación de subrazas dentro de los Batrácidos. Entre dichas subrazas, las más comunes son: los Lagártidos, que comprenden a aquellos Batrácidos con rasgos animales de toda clase de lagartos y saurios, desde iguanas hasta varanos; los Cocódridos, que poseen rasgos de animales como los caimanes o los gaviales; los Tortúguidos, que tienen rasgos de testudos, resaltando el caparazón, por supuesto; y los Serpéntidos, que poseen rasgos de animales ofidios. También hay subrazas de Batrácidos que poseen rasgos de animales anfibios como los Ránidos, que poseen rasgos de anuros o bufónidos; o los Salamánidos, que poseen rasgos de caudados.
De forma independiente a los rasgos animales concretos que pueda tener un Batrácido, como especie tienen una fisionomía que fusiona rasgos reptilianos con rasgos anfibios, que hace que los Batrácidos tengan un régimen de funcionamiento corporal que aúna patrones de ambos tipos de seres. Las consecuencias más visibles de esto son: la tenencia de una fuerza física media superior a la de los Humánidos, poseer una gran vitalidad que hace que esta raza no sufra apenas enfermedades y el poder desenvolverse de forma anfibia en su entorno, pudiendo adaptarse tanto a la tierra como al agua. Aunque no suelen poder respirar de forma subacuática, sí suelen llegar a aguantar un tiempo más que considerable sin respirar bajo el agua.
Uno de los rasgos de esta especie que más quebraderos de cabeza da a la comunidad científica es la asombrosa capacidad que tiene esta raza para variar su tamaño, pues no solo es más fácil encontrar a miembros de los Batrácidos que presentan rasgos sobredimensionados que en cualquier otra especie, sino que además, este hecho nunca se relaciona con la especie animal del que el Batrácido en cuestión tenga rasgos.
Sin embargo, su rasgo como especie más conocido y el que más rumores ha generado en todo tipo de entornos es la de su sangre fría. Este aspecto no solo se refiere a una tendencia natural de la especie a aborrecer los climas fríos, sino a un patrón de conducta biológico que hace que estos seres no sean muy emocionales. Este es un rasgo que no solo los identifica como individuos sino como pueblo, ya que las sociedades de Batrácidos suelen implicar la existencia de numerosos filósofos y pensadores de todo tipo que, si bien hace que sean gentes tendentes a la justicia y a la resolución lógica de los problemas, a veces puede ser muy poco práctico.
La sangre fría es un pilar que rige las características básicas de toda sociedad Batrácida, siendo otros pilares dos características que puede que sean más relevantes incluso: su longevidad y su ciclo reproductivo. Al igual que los Fúridos, los Batrácidos poseen un ciclo reproductivo muy reducido, que hace que sea raro (rarísimo, en este caso) que se contraiga más de un descendiente por cada individuo, pero si bien los Fúridos poseen una esperanza de vida similar a la de un Humánido, la esperanza de vida de los Batrácidos es mucho mayor, muy superior a la media de otras especies, alcanzando una esperanza de vida media de trescientos años, lo que hace que la proporción total con la que se reproducen sea muy inferior con respecto a la de las otras especies. Este hecho es determinante para su cultura y, con seguridad, provocaría que esta especie pudiera ser una de las más escasas si no fuese por la alta longevidad de sus gentes.
Son una de las especies más antiguas del mundo. Según los estudios de D. Arwinn, existen desde eras jurásicas, aunque haya gente que se empeñe en negar este hecho por razones de lo más maliciosas. Hay que remarcar que hay una rama de la ciencia que contradice esta teoría asegurando que, en dichas eras prehistóricas, la mayoría de los miembros de esta especie no eran como en la actualidad, sino mucho más grandes y feroces.
La gran longevidad y la propensión a desarrollar su mentalidad y su psique más allá de las emociones (tanto para bien como para mal), hace que los Batrácidos puedan llegar a ser grandes sabios y eruditos, con conocimientos centenarios que abarcan múltiples campos, desde la filosofía hasta las ciencias históricas o las artes espirituales, así como con una muy particular manera de entender la vida y el paso del tiempo; lo cual puede hacer un tanto extrañas sus interacciones con otras razas o pueblos, aunque no siempre en un sentido negativo.
ÁVIDOS
Estos emplumados seres son de las razas humanoides más hermosas de cuantas hay. Son una especie de aves y pájaros antropomorfos, poseedores de una fisionomía humanoide que no solo les permite moverse y comportarse como personas, sino que les otorga una inteligencia por lo general superior a la media interespecies. Cada Ávido posee rasgos de un ave concreta, haciendo que, al igual que ocurre con los Fúridos, una clasificación científica por subrazas de esta raza sea inviable. Esto es, además, porque las capacidades físicas que poseen los Ávidos provenientes de rasgos genéticos animales no suelen variar demasiado. Todos los Ávidos poseen una cabeza, plumaje, cola, piernas-pata y brazosala correspondientes al ave del que posean rasgos, así como ciertos dones particulares como tener una gran vista, por lo general.
En este sentido, aparte de ciertos rasgos concretos que puedan tener ciertos individuos como poseer un cuello o un pico más o menos largo, o un plumaje más o menos colorido, las principales distinciones entre miembros de esta especie suelen ser relativas al tamaño de cada Ávido, aunque es muy raro que alcancen el sobredimensionamiento, quedándose la especie en estaturas que van desde el metro hasta los tres metros de alto en la gran mayoría de los casos. Las plumas que crecen en su cabeza y rostro pueden llegar a alargarse tanto como los cabellos de los Humánidos, y acaban por cumplir más o menos la misma función. Por último, aunque no se suelan ver, poseen oído con oreja al igual que el resto de las razas humanoides, pero son tan pequeñas que quedan cubiertas por el plumaje de los Ávidos. Al igual que ocurre con los Fúridos, los rasgos animales de los Ávidos no son aleatorios dentro de la especie, sino que son heredados de uno de los progenitores.
Los Ávidos no son capaces de volar como tal, sino que pueden planear con cierto esfuerzo siempre que no tengan sobrepeso. Sus cuerpos poseen un gran número de glándulas rellenas de helio que los vuelven muy ligeros en relación a su tamaño. Sus brazos-ala se parecen más a los brazos de los Humánidos que a las alas de las aves, aunque posean un extenso plumaje en los mismos, más relacionado con su estética de cara a su estatus y a su capacidad de seducción. Los brazos-ala de los Ávidos, de hecho, terminan en un tipo especial de pluma conocidas por los expertos en la materia como plumas digitales, haciendo que los extremos de sus alas sirvan como manos con las que pueden manipular objetos de forma normal, como haría cualquier otra raza, con la salvedad de que los ‘dedos’ de los Ávidos son más anchos y planos. Las piernas-pata de los Ávidos suelen estar compuestas de una parte de plumaje que va hasta las rodillas y, de resto, de una parte con una piel más gruesa y dura que va hasta el pie, que suele acabar en afiladas garras.
Aunque los Ávidos no hagan gala de capacidades animales demasiado notables en comparación a otras especies humanoides, sus rasgos animales suelen focalizarse en su adaptación al medio, siendo un pueblo capaz de vivir, según los rasgos genéticos concretos posean sus individuos, en casi todos los ecosistemas terrestres existentes.
Es por ello que las sociedades de Ávidos, al igual que ocurre con ciertas comunidades de Fúridos, suelen construirse en función de los rasgos animales de sus individuos, pero solo por cuestiones prácticas. Las sociedades de Ávidos, al basarse en las características de sus individuos, tienden a ser reducidas y adaptadas a las necesidades del grupo, de modo que pueden ser muy variopintas de unas a otras. A pesar de todo esto, hay dos elementos propios de esta especie que suelen ser determinantes en sus sociedades.
El primero es su esperanza de vida y su ciclo reproductivo. Los Ávidos poseen un ciclo reproductivo más acelerado que el de otras especies, siendo común, dependiendo de las circunstancias ambientales, que cada pareja llegue a poder tener al menos una decena de descendientes. Sin embargo, la esperanza de vida de esta especie es, de media, bastante más reducida que la de los Humánidos. Los Ávidos se desarrollan rapidísimo. A los siete años ya son adolescentes; a los quince, adultos; a los cincuenta, decrépitos; y no suelen superar los sesenta años. Este hecho hace que, a nivel cultural, los Ávidos suelan tener una filosofía de vida muy basada en el carpe diem, en aprovechar el momento y vivir la vida como si cada día fuese el último.
Ello se relaciona con el segundo elemento determinante, y es el don que los Ávidos suelen tener para el arte. Esta especie, como ya se ha dicho, suele poseer una inteligencia media más alta que la de otras especies y es raro ver a un Ávido que no tenga un don innato para practicar un arte: desde baile, canto, música, poesía, dramaturgia, pintura, escultura, literatura, alfarería, orfebrería, arquitectura o moda; hasta las artes culinarias o las artes marciales. Cada Ávido es un mundo en este sentido y esta tendencia les hace formar comunidades donde la creatividad, la belleza y la estética son un patrón de vida en dicha sociedad.
Eso hace que las interacciones de otras gentes con los Ávidos sean siempre impredecibles. Por lo general, los Ávidos no son gente violenta (pero vaya si pueden llegar a serlo), e incluso los hay que practican la política y la diplomacia como forma de arte, motivo por el que muchos caen en el estereotipo de considerar a los Ávidos como estirados petulantes sabelotodos. Hay Humánidos que no llegan nunca a entender las sutilezas de esta raza, ni siquiera cosas básicas como su sentido del humor o sus necesidades dietéticas (los Ávidos suelen tender al vegetarianismo).
BÍCHIDOS
Son seres que aúnan en sus cuerpos propiedades humanoides y rasgos físicos propios de todo tipo de bichos (en un sentido amplio). Como sucede con otras razas humanoides similares, los individuos de esta especie poseen rasgos animales de insectos, arácnidos, miriápodos, gusanos y todo tipo de especies, a la vez que muchas y variopintas capacidades físicas únicas. Esto también hace que haya una enorme variedad de tipos de Bíchidos. Hoy en día, los eruditos estudiosos de la biología están redactando un sistema de subrazas de Bíchidos, pero aún es un prototipo muy incompleto. Por ahora solo hay dos subrazas definidas de forma clara que han pasado a dicho registro: los Aráñidos, Bíchidos que poseen rasgos animales propios de seres como las arañas o los escorpiones; y los Escarábidos, que poseen rasgos de toda clase de coleópteros.
A pesar de los rasgos animales únicos que pueda tener cada Bíchido, se sabe que la especie tiene una serie de rasgos comunes. Su cabeza y cara son prácticamente humanoides, más allá de que pueda poseer particularidades como varios ojos o dientes filosos. De hecho, tienen pelo en la cabeza como los Humánidos. Suelen poseer antenas que sobresalen de su frente o cabeza, así como varios brazos y/o piernas de características casi humanoides y pieles de toda clase de colores y de texturas, que van desde pieles pelúsidas hasta duras y pedregosas. Su cuerpo, aunque antropomorfo, puede llegar a moldearse de forma similar a un caparazón, y muchos de ellos tienen alas con las que pueden revolotear de forma breve. A su vez, dependiendo de sus rasgos propios, pueden poseer una cola que puede llegar a emular la forma de un abdomen o de otros posibles apéndices.
Sin embargo, su característica general como especie es su desmedida fuerza natural. Y es que, si bien los Bíchidos son de las razas que más variedad de tamaños presentan, habiendo individuos que miden desde el medio metro hasta los cuatro metros de alto, todos ellos poseen una fuerza física extraordinaria, que curiosamente no está vinculada a su tamaño.
Esta particularidad es vital para las sociedades de Bíchidos, en las que se respeta la fuerza y la habilidad marcial por encima de otros valores. No es de extrañar que los Bíchidos se hayan ganado fama de valientes y temerarios. De hecho, una de las figuras más conocida de la literatura popular juvenil es ‘el Escarabajo Enmascarado’, un héroe que lucha contra malvados piratas y bucaneros bajo una identidad secreta. Esto es algo que acaba por no ser una opción demasiado práctica para establecer sociedades, en las que el más fuerte no siempre es el más justo o si quiera el más listo, pero para los Bíchidos parece no suponer mucho problema, ya que ellos lo hacen por la única razón de que ‘es sencillo’. En general, y a pesar de sus capacidades físicas, los Bíchidos son una raza pacífica casi por excelencia. De vez en cuando surge alguno que se deslinda de esta regla y tiene más pretensiones aventurescas de lo común, pero la norma es que los Bíchidos se centren en un estilo de vida sencillo y, a ser posible, con el menor número de percances.
Aunque haya personas que no se corten en tacharlos de vagos, lo cierto es que los Bíchidos son personas trabajadoras. De hecho, suelen tener muchísimos dones para el trabajo, pero con un particular sentido de la eficiencia, primando el no trabajar más de lo necesario, pues todo lo que no sirva para subsistir de forma suficiente es lo que ellos llaman ‘tirar la vida’. Esto hace que, aunque lleguen a asentarse en terrenos inverosímiles, como zonas cercanas a volcanes o propensas a desastres naturales, las comunidades de Bíchidos sean bastante estables, no solo en nivel de violencia sino a nivel económico, dado que los recursos y el trabajo se reparten de una forma equitativa casi por instinto natural. Más allá del trabajo justo, la vida de un Bíchido suele enfocarse al relax y demás placeres mundanos. No necesitan mucho para ello, de hecho, las únicas ramas artísticas a la que suelen darle valor son a la gastronomía y a aquellas que presenten formas de entretenimiento muy explícitas, como la música o las luchas deportivas.
Si bien es cierto que la esperanza de vida de esta especie es bastante corriente, puesto que de media viven casi lo mismo que los Humánidos, el patrón reproductivo de esta raza es de todo menos normal. Los Bíchidos tienen una limitación bastante curiosa para su procreación, que es la necesidad de individuos de la raza de cara al medio. Es bastante normal que una comunidad de pocos Bíchidos se asiente en un lugar y que, al cabo de pocos lustros, la comunidad haya aumentado a cientos de individuos, pero que llegue un punto en el que, de una forma natural e instintiva, la comunidad sienta que el entorno ha alcanzado un límite de Bíchidos a los que puede abastecer de forma sostenible, y es en ese momento cuando el crecimiento de la comunidad se detiene por completo y solo se procrea con ánimo de relevo generacional de una manera casi perfecta. Además, estas comunidades suelen estar provistas de todo tipo de Bíchidos que cubran todas las posibles necesidades, porque al igual que ocurre con los Píscidos, los rasgos animales de los Bíchidos se obtienen de forma aleatoria.
Sería incorrecto decir que la vida en las comunidades de Bíchidos es perfecta, pero sus aptitudes naturales y su psique tendente a la sencillez (que no a la simpleza) les procuran, por lo general, un estilo de vida cuanto menos envidiable. Raro sería que un grupo de viajeros llegase a una comarca asentada por Bíchidos en la que no se estén celebrando algún tipo de festejo local, feria, verbena, torneo deportivo, fiesta de la cosecha; o que no se encuentren con un Bíchido que no esté merendando o que no vaya por su segunda hora del té.
HÍBRIDOS Y TRIBÁLIDOS
Híbrido es un término que se utiliza para englobar a todos aquellos sujetos que combinan rasgos de varias especies debido a una hibridación reproductiva entre razas. Si una pareja de sujetos de distintas razas humanoides tienen un descendiente, éste puede tener solo los rasgos raciales de uno de sus progenitores, pero dependiendo de las circunstancias puede ser un Híbrido. Este fenómeno varía de forma radical en función de las razas que se combinen a la hora de reproducirse. Si bien las razas con rasgos animales como los Fúridos o los Acuátidos pueden engendrar hijos en común, éstas tienen muy pocas posibilidades de hibridarse, por lo que encontrar a un sujeto Híbrido que posea rasgos de distintas razas con rasgos animales es extremadamente raro. No obstante, con la raza de los Humánidos es justo lo contrario. Por alguna razón los genes de la raza Humánida son muy propensos a la hibridación genética, por lo que un descendiente de una pareja compuesta por Humánido y otra raza, con casi total seguridad será un Híbrido. Los Híbridos, por tanto, más que una raza como tal, no es más que un enorme conglomerado de personas, de apariencia Humánida, pero que poseen llamativas características o cualidades de otras especies.
Tribálido es, así mismo, otro concepto que se utiliza para englobar a un tipo de persona con una serie de rasgos en particular, pero que no son producto de una hibridación, sino de una adaptación evolutiva al medio natural. Si bien las especies con rasgos animales suelen adaptarse al medio a través de las diversas subrazas que tiene cada especie, con los Humánidos, de nuevo, pasa de forma muy diferente. La mayoría de los Humánidos no presentan muchas diferencias reseñables entre sí, pero hay ciertos emplazamientos concretos, en especial islas donde las circunstancias biológicas sean más duras o exigentes, en los que los Humánidos que los habitan desarrollan ciertas anomalías que van más allá del tamaño o la esperanza de vida, y llegan a tal punto que acaban siendo una variante como tal de los propios Humánidos, como si fuese una subraza. A todos los sujetos que integran estas variantes es a lo que se llama Tribálidos.
Las razas o variantes Tribálidas más conocidas son, por ejemplo, la variante de los Tetrármidos (más conocidos como ‘gente con cuatro brazos’), los Córnidos (más conocidos como ‘gente con cuernos’), los Plumífidos, los Trioculáridos (‘gente con tres ojos’), o la variante de los Cromadérmidos (son como Humánidos pero con pieles de colores variados); no obstante, los desarrollos genéticos que pueden caracterizar a los Tribálidos es tan amplia que, en la actualidad, la lista oficial de los tipos de variantes de subrazas de Tribálidos está lejos de acabarse.