Partida Rol por web

Ahora que todo estaba medio hilado, había que mojarse. Cave giró el portátil hacia sí y se puso a trabajar. Abrió un archivo que estaba oculto. Era un programa con el icono de un ninja. Cave lo ejecutó. Metió la contraseña y el programa se abrió.  La pantalla se volvió negra y enseguida empezaron a salir textos planos en verde fosforito. Cave empezó a meter comandos y a teclear. El tío se movía rápido. Parecía que sabía lo que hacía.

Los gruñidos de satisfacción de Cave les indicaron al resto que había conseguido colarse en los sistemas del Afrodita. Mientras descargaba información, seguía tecleando como un loco para saltar de una máquina comprometida a otra dentro de la red. Sabía que los programas anti-intrusos lo estaban rastreando, y no debía dejar de moverse si no quería que lo cogieran.

Tras unos diez minutos de frenético tecleado, la pantalla se volvió negra por un momento, todo el texto en verde había desaparecido, y salió solamente el "prompt" de sistema de aquel portátil antediluviano.

- Mierda, al final han conseguido echarme. Pero eh, he conseguido bastante información antes de eso, echemos un vistazo a estos archivos de Seguridad.

-Podía pasar, Cave. Es algo con lo que contábamos -Verca intentó animar a su compañero. Estaban un poquito jodidos, pero dentro de lo tolerable. 

-El código podré conseguirlo -afirmó, más para que sonara creíble y con confianza que otra cosa. Resultaría difícil. -Tenemos que ser muy sutiles, no somos como aquellos míticos Ocean´s eleven de la leyenda. Demasiado efectivos de seguridad para enfrentarnos a todos ellos. Hemos de ser totalmente fantasmas -insistió.

Leyó la lista -¿Quién es esa Adela? -Entonces recordó al posar los ojos en otro de los nombres. Una curiosa sonrisa traviesa, que desentonaba en su habitual expresión hierática, se dibujó en sus generosos labios.

-Ah, creo que ya tengo solucionado lo de la retina. Confiad en mí. *

- Vaa-ya lislis-toos quuuee soyyys - dijo Quentin después de ver como sus compañeros habían planificado todo lo relativo al golpe.

- No no seee me cae-raaa la bana-dee-jaaa - añadió en relación a su papel como camarero en la fiesta al tiempo que flexionaba los músculos de sus brazos. Se quedó mirando extrañado a Verca sin entender que es eso que había dicho sobre no se sabe qué once...

Armando volvió al día siguiente con dos invitaciones para la exclusiva fiesta de fin de año. Había tenido que tirar de contactos para ello, hablando con un antiguo compañero que le debía un favor, y que a su vez tenía contactos en el mercado negro. Y se las iba a dejar por un precio no excesivamente abusivo.

Por desgracia, la noche de la compra las cosas se torcieron. Por lo visto, el tipo era un traficante de biomods ilegales, y Armando tuvo la mala suerte de ir a su casa justo la misma noche que la policía venusiana tenía planeada una redada. Consiguió salir por patas por los pelos, con los disparos silbando tras él, y con las entradas en la mano. Pero no tenía ni idea de si su contacto había sobrevivido, o si lo habían atrapado. O que otras pruebas que pudieran incriminar a su grupo encontraría la poli en su apartamento...