Partida Rol por web

Volví a bajar la mirada al escuchar la respuesta de la hija de mi señor. No quería herir sus sentimientos, pero contar la verdad significaría traicionar la confianza de mi señor. Sería la primera vez desde que estoy bajo su mando en la que desobedezco una orden. Y significaría también traicionar a mi clan. Y eso era algo que jamás podría hacer.

Me temo que no estamos seguros de quien es el atacante. Lo único seguro es que su objetivo son vuestro padre y sus invitados. En cuanto a la reunión… eso es todo lo que os puedo contar le digo mientras me levanto, mirando directamente al suelo, incapaz de contener su mirada por más tiempo. Ahora volver a vuestros aposentos, os lo ruego. El palacio ha dejado de ser un lugar seguro, y yo debo quedarme aquí protegiendo a vuestro padre y a sus huéspedes.

La shugenja parece absorta en sus quehaceres. Los guardias atienden sus indicaciones como si se tratara de una más de la familia Mantis, aunque es evidente que no es así.

Pero las cosas que están ocurriendo, y el saberse con una eminencia en los campos de la magia les hace estar convencidos de que sus vidas dependen de su ayuda hacia lo que tú les digas. Y  puede que no anden demasiado desencaminados.

Colocas una serie de sellos. Que aunque quisieran alguien que supieran donde están, tendría muchos problemas para quitarlos sin que le explotaran en las manos. Pues aquella era tu especialidad.

Sin embargo, cuando subes un puñado de escalones hacia la parte superior del faro. Tras cruzar una verja interior, notas que hay magia a tu alrededor.

En la piedra ves, solo para tus ojos, una serie de palabras que forman parte de algún tipo de hechizo. Y se te ocurre que aquel pueda ayudarte a entender que es lo que está pasando.

La joven mujer se hincha de ira.

Que no sabeis quienes son los atancantes. Que clase de samurai eres. Atentan contra mi padre, contra mi gente, contra mi castillo, y solo sabes decirme que tengo que econderme, cuando ni siquiera sabes quien nos ataca.

Es una deshonra.

La joven tiende una mirada amarga hacia su subordinado. Una que marca un antes y un despues en el. Y se encamina hacia las escaleras, pero sin intencion de subir por ellas, sino todo lo contrario, para bajar.

Si nadie me da respuestas tendre que buscarlas yo por mi misma.

A pesar de lo que está deseando la joven no va muy lejos, de hecho vuelve sobre sus pasos con miedo en la mirada.
Dos soldados Heimin, suben las escaleras, con los ojos en blanco y ese vapor negro recorriendo su cabeza, como no hacía mucho rato estaban los otros que habíais visto en el faro.

Afortunadamente solo portaban palos. Y no espadas, pero no os quedaba más remedio que reducirlos por la fuerza, pues las palabras sabíais que eran inútiles, y tampoco teníais ganas de usarlas como escudo en esta ocasión.

La joven se quita de en medio, intuyendo que en una confrontación física seria más un estorbo que una ayuda. Y deja que los guardias formen una fila defensiva delante de vosotros.

Se nota la tensión en todos. Los hombres del clan de la Mantis, los que no estaban como poseídos, conocían perfectamente a los hombres que tenían delante. Y les instaban con palabras a deponer su actitud. A que se dejaran de juegos.

Unos  a gritos, otro con susurros. Alguno ya empezaba a rezar a los Kamis para que guardada la vida de sus conocidos, pues suponían desde lo más hondo de su ser, que aquella historia acabaría en tragedia para algunos.

Examino con detalle esos extraños símbolos... ¿De qué puede tratarse?...

Tetsu se prepara, da una palmada y comienza a frotar sus manos casi de forma ritual. Entre dientes, refunfuñea algo incomprensible por su mínima vocalización. Sin mirar a la muchacha y aún a sabiendas de que al yojimbo del clan de la mantis no le gustará nada que vuelva a abrir la boca, responde a sus palabras.

Mi señora, no podemos deciros quien nos ataca, pues no es nadie en concreto. Atienda al certero consejo de su yojimbo. Estamos aquí para evitar que nadie más sucumba bajo ese mal... como lo han hecho esos pobres desgraciados... mira a los heimin poseidos que suben por la escalera.

Se prepara defensivamente para el combate que se avecina y trata de que su cuerpo cubra a la hija del daymio (en caso que esta no se vaya), para que Kouga dispare su arco libre de preocupaciones.

Ordenas que todos se pongan en pie, y que esten ordenados, prometiendo que no pasara nada. Sabes que tienen que tener alguna forma fisica para acceder a la sala de reuniones. Es lo mas logico.

Sin embargo, no es tan facil como siponias, porque aunque no lleven joyas, los empleados llevan toda una variopinta gama de abalorios y correajes, que sin bien tienen un sentido desprecio por la etiqueta y el buen gusto, parece que les hace sentirse mas humanos.

Lo que dificulta tu trabajo. Decides que sera mejor tomartelo con calma y revisar cuidadosamente quienes pueden usar algun abalorio. Aunque quizas si preguntases quienes son tardarias menos en identificarlos.

¡Manteneos atrás mi señora! grito más por reflejos que otra cosa mientras pongo en arco en posición de disparo, pues dudaba que después de lo ocurrido la hija de mi señor volviese a hacer caso de mis palabras. ¡No vaciléis, no son los hombres que conocíais!¡Si no atacáis seréis vosotros los atacados.

Los heimin tienen más adornos de lo que pensaba en un principio por lo que me cuesta más de lo que creía formular una hipotesis de quienes son los encargados de servir a los cortesanos. Una vez que tengo formulada mi hipotesis pregunto en alto.

Los encargados de servir a los cortesanos que me sigan. Tan solo quería llegar yo a la conclusión de quienes ya que había posibles culpables entre los heimin y no quería que me engañaran.

Un par de jovenes se desmarcan del grupo en general. Al tenerlos mas cerca los revisans escrupulosamente, y notas que ambos llevan unas perlas rojizas en un colgante.

Les preguntas por ellas, y los dos no sabes que estaban alli. Supones que es parte de la tactica usada por tu compañera para evitar que entre los empleados pudieran intercambiarse las llaves de la sala de reuniones.

Lo que traduces, en que ellos no sabian como lo hacian para entrar. Incluso puede que aunque les hayas preguntado al respecto no sepan que es lo que pretentes y lo que significan esas joyas.