Partida Rol por web

 La irrealidad de la escena se mantuvo por algún tiempo, hasta que algo nuevo llamó la atención de James de nuevo en el pasillo. La atracción hacia la silueta en el humo le hizo dar un paso hacia adelante, fue entonces que reconoció el cadáver de Eva en el suelo, y al dudar buscó apoyo en el rostro trasfigurado de sus acompañantes... cada uno parecía estar sólo en su propio periplo, pero el arrimar la soledad de uno contra la del otro es a lo que llaman solidaridad, y sólo por ello el Agente Sullivan logró calmar un poco la exacerbación de sus nervios.

No podía ver lo que veía. No quería oír lo que oía. Todo a mi alrededor parecía sacado de las más terribles pesadillas como si una parte del infierno hubiera aparecido ante nosotros. Aquella casa se había convertido en un lugar maldito. La lucha que allí tenía lugar entre el bien y el mal era indescriptible. Sólo nosotros estábamos allí para poder detener aquel mal que se aferraba a nuestro mundo como nosotros a nuestras vidas y más aún a lo poco que nos quedaba de nuestra cordura. 

-"El cántico....el cántico" pensaba... "continúa...continúa" me decía a mi mismo.

Lo que ante nosotros apareció fue algo que a ningún otro ser humano desearía. Dentro de aquel torbellino de humo que surgió de la nada se hizo presente una criatura de casi dos metros de altura emitiendo gruñidos y ruidos llenos de maldad. Era evidente que el ritual surtía efecto pero el precio estaba siendo demasiado y la sensación del tiempo transcurrido era aún más terrorífica.

-"ooooooommmmmhhhhh.....blabla....ali......lia, hastur....klu...lllu..ommmhh." - cantaba impasible como si mi vida dependiera de ello.

Un ruido ensordecedor os hace pensar que la casa se viene abajo, súbitamente el ruido se detiene, veis como la criatura, con un último gemido, desaparece tras el humo que forma un remolino cuyo vértice está en el centro del pentáculo. Acto seguido el remolino de humo comienza a reducir su tamaño y densidad hasta desaparecer por completo. La criatura se ha ido.

Carl detiene su canto, está agotado y empapado en sudor, pero su valor y constancia han logrado que la criatura vuelva allá de donde vino. Alice y James, que habían logrado retomar el cántico con el profesor también están agotados y con los nervios de punta. Connor, ya recuperado de su momento de histeria, se encuentra desorientado.

Es de noche, aproximadamente las tres de la madrugada. Ahora la casa no emite más sonidos que los habituales en una antigua vivienda de madera.

Despues de la horrible experiencia apenas habláis entre vosotros, estáis muy agotados, buscáis un buen rincón en el piso de abajo, quizá uno de vosotros encienda la chimenea. Pasáis las últimas horas tratando de conciliar el sueño sin lograrlo esperando a que vuelva a salir el sol y volver a casa. Pero ¿qué hacer con el cadaver de la doctora? ¿dar explicaciones a la policía?

Calma... paz... sosiego...

Después de todo lo acontecido en la granja en las últimas horas, la tranquilidad reina en el ambiente. Rendida por el esfuerzo y la tensión nerviosa Alice no pudo más que dejarse caer en el suelo desmadejada como una muñeca de trapo y comenzar a llorar sin control.

El profesor Merriweather... la doctora Green... el vagabundo desconocido...incluso el grupo de seguidores de Marion Allen... cuantas personas muertas a causa de la imprudencia de un solo hombre. ¡Maldito seas Marion Allen! exclamó para sus adentros Alice.

Poco a poco las horas van pasando hasta que los rayos del sol comienzan a filtrarse a través de las ventanas; sin embargo ni siquiera la luz consigue reconfortala observando los dos cadáveres que hay en la sala. Pobre Eva...

Un sombrío pensamiento cruzó su mente. ¿Y ahora qué? ¿cómo volver a su día a día como profesora de literatura? ¿Y que sería del cuerpo de Eva... deberían avisar a la policía? ¿O huir ante la certeza de que su historia resultará poco creíble?

Después de una larga noche de insomnio la pesadilla había terminado. O casi. 

Observó por un momento los despojos de la noche anterior. Habría que hacer algo. Por primera vez en la vida se le ocurrió pensar fuera de la caja, tendría que ser muy creativo para limpiar todo esto.

 Voy a solicitar una investigación sobre los bienes de Marion Allen bajo cualquier excusa con el fin de evitar que alguien más se involucre en esta historia. Si la ley tiene que ocuparse de este asunto, al menos me aseguré que sea bajo mi jurisdicción. Por ahora volvamos a Arkham a reponer las fuerzas. 

James nunca se había considerado alguien con mucha imaginación, pero luego de reflexionar sobre todo lo que presenció tuvo que admitir que eso tampoco era mucha garantía de sanidad mental. Ahora al menos sabía que a veces, la vida te puede abofetear sin previo aviso, y que algunas verdades pueden llegar a sacarnos del reino de lo real. 

Al despuntar el alba, Connor se incorporó. Le dolía todo el cuerpo y estaba físicamente agotado, pero no podía dormir. No sabría decir si había logrado hacerlo en algún momento de la noche.

Estuvo callado hasta que se marcharon. Lo cierto es que a pesar del momento intenso que habían vivido, las cinco personas que se habían reunido allí no se conocían y no tenía nada en común con ellas. Así que no había mucho que decir. Además, hablar de lo sucedido le resultaba incómodo. Era algo que prefería olvidar cuanto antes.

Asintió sin más a las palabras de James.

El camino de vuelta hasta Arkham fue del mismo modo. Una vez de nuevo allí, volvió a su trabajo y a su vida, como si esto nunca hubiese sucedido. Pero era algo que no podría ignorar y que cambiaría su vida para siempre.