Con no poca fanfarria y celebración se os recibió en Valdelamora de Enmedio. Las mozas estaban impresionadas con vuestras hazañas, y los mozos envidiaban vuestro valor. Se os pagó, mal y tarde, y entre los despojos encontrados en la guarida del Rey Trasgo y la recompensa pudisteis beber y comer como reyes. Reyes con graves problemas financieros, pero reyes.
Para desgracia de Duilfë, sus compañeros parecían insistentes en matar a los trasgos, por lo que el pobre semielfo tuvo que contentarse con relatar su momento de triunfo a las atentas mozas del pueblo. Sin embargo sus historias y hazañas, sumadas a las del joven Lukas, hicieron que pronto creciera la fama de este grupo de aventureros. Es posible que la fama que creciese fuese la de que eran un grupo de suicidas que se meterían en el más vil agujero por cuatro cobres... Pero bueno, dicen que no existe tal cosa como la mala publicidad.
Muchos años pasaron, y en Valdelamora aún se hablaba de ese par de bárbaros, semiorca y humano, que se bebieron toda la cerveza del pueblo, de aquel mediano que estafó al alcalde con no sé qué cosa de bonos del estado, de la valiente guerrera a la que algunos confundían con un hombre, del bardo que trató de convencer a una furiosa Lady Buñuela de ir con ellos sin pelea, y del elfo bañado en sangre de trasgo. Pero sobretodo, hoy en día en Valdelamora se habla de la leyenda de un nuevo Rey Trasgo. Un Rey Trasgo algo trastornado y extraño, que lidera un ejército de pequeños trasgos con su voluntad, a pesar de ser en realidad un semielfo un tanto estrafalario...
Pero eso son historias para otra ocasión...
Mis disculpas por lo muuuuuucho que hemos tardado. Espero que lo hayáis pasado al menos medio bien. Muchas gracias a todos.