Partida Rol por web

Iniciamos el regreso, vencidos por la angustia, con la sensación de ser vigilados constantemente desde la bruma. Apenas podíamos conciliar el sueño, todos estábamos enfermos. Creo que fué entonces cuando comenzaron los sueños... - continúa narrando Guntar - El odiado hechicero se presentaba rodeado de sombras, lanzando llamas con su mirada, entre oscuras e ininteligibles palabras en un idioma horrendo, y siempre con ese símbolo terminaba la pesadilla, de la que despertábamos gritando, entre sudores, nosotros, que no conocíamos el miedo.

Sin embargo, para nuestra sorpresa, al traspasar por fin Las Puertas del Mundo, a las que llegamos ya sin esperanza, cesaron angustias y sueños, como si los temibles tentáculos de aquello que nos perseguía no pudieran cruzar el palpitante puente del Arco Iris...

Cuando todo parecía ya olvidado, de nuevo las velas negras fueron vistas, muy al oeste, como si nos buscaran después de tanto tiempo allí donde nos perdieron... - continúa, con la mirada perdida en las cabezas de animales que presiden la sala - Salimos en su busca, para golpear antes de ser encontrados... - su voz disminuye de volumen, transmitiendo una gran tristeza - Nos esperaban, y fuimos emboscados. Todos murieron, todos, salvo yo, que pude escapar para mi vergüenza gracias a una aparición, de la que no hablaré - dice tajante, asiendo con fuerza el extraño bastón de madera negra - Poco más hay que decir, conseguí volver, despistando a mis perseguidores, perdí mis dedos, y volvieron los sueños. No siempre, claro, de vez en cuando, pero el mismo sueño una y otra vez..., hasta ahora...

Solo un nombre pudo hallar Gunnar tras muchos años de estudio... - susurra el Jarl en voz muy baja, como temeroso de invocar oscuras pesadillas con solo mencionarla - Megaera la Cruel..., a ella sirven los adoradores del ojo. Más no sabemos... - menea la cabeza, lamentándose - Qué desgraciada, y poco oportuna, la pérdida del querido Godí...

Ottar siente un nudo en la garganta angustiado por la historia del Jarl, acompañado de un calor abrumador que hace que el cazador desprenda el corchete de asta de venado que mantenía la capa albina sujeta a su espalada. Ávido, busca un cuerno de lo que sea para tapizar el gaznate.

Es amargo relato, sin duda, lleno de misterios y dolor, recordar todo eso de be ser un tormento. Pero y disculpar mi torpeza, ¿qué tiene que ver ese ojo o la bruja con el incendio del Templo?

Mira a Ottar tranquilamente. -¿Es que tienes cera en los oídos cazador? ¿No ha dicho Brunhild que Gunnar tenía ese símbolo marcado con su propia sangre?

-Lo llevamos crudo, Olaf, si es capaz de mandar sueños, si es capáz de controlar demonios de fuego de ese tamaño, después de haber matado a Gunnar, protegido de Odín... ¡Y todo a distancia!

-Cállate cagueta

-He aqui, asqueroso, que tengo miedo. No me importa perder un cuerpo como el que tenemos, ¿pero dejarnos el alma?

-Pues, mira, tampoco es que me guste mucho mi cuerpo, asquerosamente viril, con sus cositas colgando- Hace un gesto de asco- Aunque he de admitir que es bastante práctico para mear. Odín nos protege, cagueta

-Será Thor, por lo menos según el sueño que tuvimos

Mientras murmura para si, Olaf cambia el gesto, como si se le ocurriera algo.

-¡El sueño! Guntar, esa isla es la isla de mi sueño, seguramente. Thor es nuestra salvación. El tormentoso hijo de Odín al rescate de su padre. ¡Guerra! Me extraña que Ojo Rojo haya mandado sus hechizos a lo largo de los mares. Su barco ha de estar cerca, padre del pueblo, el de los pies fríos. Y mi sueño hablaba de guerra. Así lo interpreté.

El pajarraco tiene razón... sueño o no sueño, la lanza que atravesó el corazón del Godi era muy real. La mano que pintó el ojo rojo era real... y real tuvo que ser la mano que llamó al espíritu de fuego.

Hemos de rastrear toda la zona, pues seguro que quien tuvo manos también tuvo pies... quizá tengamos más cerca de lo que pensamos la primera ocasión para enseñar a esos malnacidos cómo tratamos los hombres y mujeres libres a quien osa atacarnos...

Posiblemente encontremos algún rastro que lleve a un campamento escondido, o a una cala protegida donde espere el barco de velas negras...
...mmmmhhh Megaera... no había oído ese nombre antes, pero ya no lo olvidaré.

En todo caso, mañana doblaremos las guardias, celebraremos el rito funerario de Gunnar, y por la noche serán las noches de invierno. Después hemos de prepararnos para una salida de reconocimiento, si no me equivoco...

Kirk observa y escucha impertérrito los relatos de su jarl y compañeros.... no entiende de hechizos ni de sueños extraños, es mas terrenal...según avanza la historia y la explicación de quienes son los posibles atacantes, un extraño escalofrío se aloja a lo largo de su espalda... -tan sólo espero que esos seres de los que se habla esten provistos de carnes que puedan ser aplastadas y destrozadas por martillos y espadas-

EL relato de sus compañeros le esta levantando pasion pro el viaje, quiere ir a toda costa, aunque supone que ira seguro. Pero desea que sea lo antes posible. Lo que ha ocurrido no puede tolerarse apretando el puño.

Esos seres probaran lo frio de mi hacha, no se lo pueden imaginar

Debemos reflexionar sobre todo esto... - comenta el Jarl a modo de despedida, echando una dudosa mirada a la Godi. No parece muy impresionado por sus palabras - Creo que es un buen momento para que descanseis un poco. Ha sido un día muy largo, y mañana nos esperan decisiones difíciles.

Por supuesto, la casa de Guntar es vuestra casa..., Tornbjorg, Gyda, acomodadlos lo mejor posible y ponedlos al corriente de sus nuevas obligaciones como houscarles que son ahora...

Ven, Ruidoso..., pasa a mis habitaciones - añade, levantándose - tenemos que hablar...

Ambos desaparecen por la puerta del fondo.

Noche de duermevela, agitación, sueños y pesadillas...
... levantarse a mear, a beber agua, a dar un breve paseo, y a llorar...

... las llamas del fuego dibujan trémulas las líneas del rostro de Brun... los ojos están cerrados, con la relajación de los sueños, pero las pupilas se mueven debajo...
... de madrugada está velando sus armas... orando.

... los primeros gallos y los primeros ruidos del nuevo día... un perro ladrando, una sirvienta atizando la lumbre y regañando al mozo...
...un alba gris, y poco descanso, pero el día llega...

... el día llega, y hay mucho tajo.

Ottar cabizbajo recoge sus armas y hace un gestod e despedida a la sala en general.

Debo hablar con mi padre y contarle lo ocurrido antes de entregarme a estas las nuevas obligaciones, como houscarl. Volveré dentrod e unas horas. Que Urll os guíe por buenos senderos.

Sin perder tiempo y con la cabeza zumbando como un panal de abejas, sale de la gran casa para dirigirser a la modesta granja de su padre.

Asiento a las palabras de Guntar, tanto de aceptación como de despedida, antes de dirigirme a los presentes, antes de coger la mano de Gyda. Tranquila, que la pesadilla ya ha pasado y pronto podremos descanar. susurro a mi hermana agachándome un poco antes de dirigirme a los que están en la sala.

Está bien, quien quiera cobijo para esta noche, podrá quedarse aquí, quien prefiera el viento sobre su cabeza, es libre de descansar donde más le plazca, siempre que no salga de Upplands.

Mañana deberemos de seguir debatiendo el tema que hoy ha salido a la luz, así que descansad.

Tras unos segundos para esperar a quienes se queden, les llevo a la sala común donde podrán descansar al calor del fuego de las chimeneas, y sobre las numerosas pieles que cubren el frío suelo.

Una vez acomodados, me acerco a Kirk, Lorky y Baraka Houscarl de Uppland, aunque hasta hoy no habíais realizado el juramente, habéis actuado como tales, y no creo que deba recordaros vuestras obligaciones y compromisos. Aún así, si alguno quiere alguna aclaración, éste es el momento.

-Cuatro o cinco horas de sueño bastarán ¿eh cuervo?

-Bastarán... graaaak

-Bien

Olaf se hace dueño de un rincón, sin demasiadas contemplaciones. Lejos del fuego, donde pueda estar tranquilo. Inmediatamente cierra los ojos y duerme...

Horas después, despierta, se levanta y sale al frío. Va lentamente hasta la playa, todavía en ayunas y está un rato muy largo oliendo las plantas que se queman en un cuenco que ha traído, con unas brasas del fuego del salón...

Canturreando, va entrando en trance, en trance, en trance...

Hasta que una gaviota tiene el acierto de darle con su guano recién excretado en toda la frente. Olaf, sobresaltado, maldice con ganas. Tras la limpieza obligatoria mira al pueblo. Ya se encienden los hogares, se oyen los primeros rumores de la mañana, despunta el sol. Se ha arruinado toda su contentración.

Piensa si no sería bueno hacer otro intento.

Agotados tras la larga jornada, os disponéis a descansar. El día, por fin, termina.