Partida Rol por web

En los Sauzales de Tasarinan

ESCENA 1 - Las últimas canciones de Beleriand

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18/07/2020, 23:54
Annienor

-Señor enano, al remo. Si no puedes con él siéntate y no estorbes.*

El tono de Annienor, digno del comitre más duro, sonó como si no admitiera discusión. Maldiciendo entre dientes amarró escotas y obenques como mejor le pareció, y aferró el timón con una mano y la botavara con la otra como buenamente pudo. Alzaba la cabeza al cielo buscando sentir el viento, miraba el mástil con mala cara y no ahorraba empujones e insultos cuando consideraba que los demás le estorbaban.

Parecía transformado, pero es que sabía que ceñir bien el viento podía ganarles unas pocas brazas, y que esas pocas brazas podrían marcar la diferencia entre ser alcanzados o no.

De vez en cuando se inclinaba, corregía la postura de la vela tirando de alguna soga y miraba atrás, a los barcos enemigos. Sucia escoria. Les enseñaba los dientes, pero murmuraba oraciones a Ossë en voz baja...

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Si le da la fuerza, tanto esto como lo que viene ahora, el tonoto chulesco, es cosa interpretativa.

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19/07/2020, 09:31
Daebeg Aenion

Depositó su arco de cuerno con cuidado, colgado de un clavo en el mástil, cerca de él. Tomó entonces el arco que le tendía el humano. Madera de Telperión. Sus manos siempre parecían acariciar la madera, y en este momento no fue menos. ¿Dónde estaría él en estos momentos? Miró hacia los cielos. Quisieran los valar que él pudiera ahora tener a tiro a sus enemigos o, al menos, que le inspirara para ser certero.

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19/07/2020, 15:13
Karel Drûm

Karel asumió uno de los remos y empezó a tirar con fuerza coordinándose con Saelh. Silbaba una canción enana de trabajo que había aprendido de su padre cuando empezó a trabajar el metal.

- Tiradas (1)

Notas de juego

pnjotizado

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19/07/2020, 15:20

Los fuertes brazos de Saelh y Karel remaban con potencia consiguiendo aumentarla ventaja sobre uno de los perseguidores y manteniendo a raya a otro de ellos. Los orientales seguían trabajando a destajo, se escuchaban gritos furiosos que trataban de animar a los remeros a esforzarse más. La segunda de las barcas pareció sentirse motivada y se percibía como los remeros se esforzaban con mayor intensidad.

- Tiradas (2)

Notas de juego

TRAS EL TURNO 2

BARCA 1: 360 m de distancia

BARCA 2: 310 m de distancia

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19/07/2020, 16:25
Annienor

-¡Remad, remad, malditos! -voceó Annienor, escupiendo las palabras; imposible saber si las dirigía con sorna al enemigo o con furia a sus compañeros. Entrecerraba los ojos cuando miraba atrás; la distancia parecía crecer, pero con una lentitud exasperante.

-Ahora verán...

El falathrim, como todos los marinos elfos, despreciaban profundamente a los hombres que intentaban adentrarse en las aguas del Belegaer. Era este para ellos su terreno exclusivo, y les parecía que los Nacidos Después estaban aquí completamente fuera de su elemento. Cuando los hildor que se atrevían a surcar las olas eran orientales, el desdén se convertía en rabia, y tal osadía en una sucia manera de mancillar un territorio casi sagrado.

De pronto dio un golpe de botavara y giró violentamente el timón. Remolino se ladeó violentamente, y las olas más encrespadas lamieron la borda y la tapa de la regala de estribor. La vela perdió fuelle durante un dramático instante, para volver a hincharse con más fuerza que antes -¡Ahora, más fuerte, vamos! Animaba a los remeros sin mirarlos; sus ojos se clavaban más allá de la proa, que había virado sutilmente; si antes mantenía una derrota paralela a la costa sur del estuario, ahora parecía dirigirse al centro del mismo. Lejos de la costa. Directos al Gran Mar.

-Veamos si se atreven a seguirnos allí...

- Tiradas (1)

Notas de juego

El anterior sería el turno1 de alejamiento, no? Con otro como este los buenos libran, cierto?

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19/07/2020, 18:04
Karel Drûm

Apreté la mandíbula y, agarrando con fuerza el remo, redoblé esfuerzos. El cambio de humor de Annienor me pilló de sorpresa, sobre todo cuando me dijo que estorbaba si no iba a remar. Un fuego interno subía desde mi estómago hasta las chapetas de la cara, encendiendo mi rostro. El sabor de la bilis lo notaba en la boca.

-Estorbo... ¿Que soy un estorbo? Ahora verá ese estúpido elfo con barba. Se cree que porque soy enano y odiemos el mar, no se remar. ¡Estorbo! ¡Jaaa! Cuando salgamos de esta, a ver si se atreve otra vez a decírmelo. ¡Estorbo dice!...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Director, si quiere avanzar la escena veo perfecto que me PNJotice.

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19/07/2020, 19:16
Saelh

El montaraz se dedicó a la ingrata tarea de remar con todas sus fuerzas, mientras Annienor trataba de sacarle todo el partido posible al viento, las corrientes y la voluntad de Ossë.

Vamos, Maese Drûm. - dijo Saelh, con una sonrisa feroz. - Demostremos a los Primeros Nacidos la fuerza de nuestros brazos. 

Y si era inquietante ver a Annienor imbuido de una energía rara vez vista en el falathrim... más aún lo era observar a Daebeg, apuntando con el arco, dispuesto a disparar tan pronto como sus perseguidores se pusieran a tiro.

Pero, si se esforzaba lo suficiente, lograrían escapar antes de que eso sucediese.

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21/07/2020, 18:48

El mar empezó a embravecerse, se estaba alzando una tormenta de forma repentina pareciera que la furia de Ossë había despertado de forma violenta e incontrolable. Los orientales del primer bote dieron la vuelta buscando el refugio del río, pero el segundo bote seguía empecinado en la persecución mientras su proa se alzaba y caía salpicando de espuma salada a los remeros que gritaban furiosos. 

Las olas golpeaban vuestra embarcación de forma violenta, sacudiéndola como haría un potro salvaje a su jinete. La proa se alzaba y caía sobre las olas con velocidad en un movimiento furioso y vertiginoso. Estabais mojados por completo por cada sacudida de las olas que chocaban contra las amuras de la barca, mientras, el agua salía a chorro por los imbornales. Parecía que la situación se ponía peligrosa, caer al agua ahora supondría la muerte por ahogamiento seguro. 

La fuerza de las olas y del temporal empezaba a hacer mella en los orientales cuyo ritmo se volvía menor por momentos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

BARCO 2 a 290m

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21/07/2020, 22:51
Annienor

-¡Más brío, señores! ¡Parecen las doncellas de Nessa! Y tú, Daebeg, ¿vas a decidirte a tirar, o estarás ahí mirando hasta que lleguemos a Tol Eressëa? ¡Haz algo útil, trinca todo lo que pueda perderse!

Una fiera sonrisa se dibujaba en el rostro empapado de Annienor, que seguía orientado al Oeste, pese a los quiebros de las olas y al bamboleo del lanchón. Parecía divertirle todo aquello; o, más bien, parecía que la furia del mar, las sacudidas del barco y el inevitable miedo que anida en las entrañas del más avezado marino eran para él como un bálsamo contra los sinsabores y angustias que se vivían en tierra firme. Ni siquiera parecían importarle ya los perseguidores. En el mar, cada uno se encontraba consigo mismo, y con nadie más.

Con la costa a barlovento, el marino se decidió a correr el temporal. Rizó la única vela de la embarcación, pidió unas estachas a grandes voces (que resultaron ser unas cuerdas) y, tras tenderlas a popa, encaró los oscuros nubarrones que se arremolinaban a baja altura frente a ellos con el viento de aleta. Remolino orzaba despreocupado, lanzándose al abismo marino desde la cresta de cada ola con una soltura espeluznante, y el elfo lo contenía a duras penas sosteniendo con brío el timón. Po lo demás, parecían navegar sin grandes esfuerzos; pero iban directos a la tormenta, en alta mar...

-El verdadero problema vendrá cuando intentemos ponernos a la capa...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Venga, un último golpe de riñón muchachos, que los orientales son marinos de agua dulce...!!!

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22/07/2020, 10:55
Karel Drûm

El tiempo empeoraba, el mar se encrespaba y mi estómago quería salir por mi garganta. Odiaba el mar, odiaba el mal tiempo en el mar y odiaba los botes en mitad del mar. Aún así, sacando fuerzas de lo más recóndito de mi ser, remé con más intensidad. Todos los músculos se tensaron y las venas se remarcaron. El agua salada me empapaba hasta los calzones y me resecaba los labios. Por Durin que, o nos hundíamos en breve, o saliamos victoriosos de la persecución y de la tormenta.

- Tiradas (1)
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22/07/2020, 11:29
Saelh

Tratar de mantener el ritmo del señor enano no era sencillo, pues Maese Drûm parecía poseedor de una resistencia inagotable. Pero siguió remando, consciente de que les iba la vida en ello. Si habían sobrevivido a un enfrentamiento con un Balrog, tenían que poder escapar de unos pocos bandoleros.

Notas de juego

En realidad, los remeros no tenemos que hacer tirada, ¿verdad?

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22/07/2020, 20:21
Daebeg Aenion

¡No están a tiro, maese Capitán! Al menos podía decirse que Daebeg estaba en el espíritu del tema. "Trincar" había aprendido que era atar las cosas a algún sitio, para que no se movieran, así que -¡A la orden, maese Capitán!- se puso a "trincar" todo lo que veía de cualquier manera. Como era bastante desconocedor (y no había estado jamás en una tormenta a mar abierto) salvaba la vida y la cabeza más por pura rapidez que por gracia y elegancia.

Notas de juego

Cuando estén a  tiro, jefe. Entocnes va a ver su timonel :)

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22/07/2020, 20:32

Los remeros orientales no podían competir con la pericia marinera de Annienos y con la fuerza y coraje de Karel y Saelh. Deabeg, por su parte, constituía un fuerte apoyo moral en su puesto de vigía. Los remeros orientales empezaron a batir con locura indómita, era admirable su valor en plena tempestad, sin embargo el exceso de arrancada hizo que su proa entrase dentro de las olas y su patrón fue incapaz de librar la entrada de agua. Aquellos hombres de la estirpe traidora de Ulfang se hundían frente a las Costas de Lammoth sin remedio, ni posibilidad de supervivencia... Y vosotros ahora teníais que centraros en sobrevivir a la tormenta.

La tormenta parecía haber alcanzado su cenit, su fuerza no seguía creciendo, pero los golpes de mar hacían cabecear al Remolino como si fuera un caballo salvaje sobre las praderas verdes de Ossiriand. El mar se había convertido en vuestro gran enemigo ahora.

- Tiradas (3)

Notas de juego

 "Trincar" había aprendido que era atar las cosas a algún sitio, para que no se movieran, así que

Menos mal, mira que si llegas a tener un lapsus entre trincar y trincarte... ¡Y te trincas a todo el que pueda perderse!

SAELH: Si, las tiradas por norma general las hago yo, pero ya que el enano hizo una buena, me pareció una pena desecharla.


TURNO 3: DISTANCIA 330metros (Un turno más y sois libres)

Ah, como hay tormenta... Annienor dificultad 18 para mantener las olas entrando por la amura y evitar quedar atravesado a la mar.... un turno más y sois libres... libres de perseguidores.

DAEBEG: Tirada de advertir dif. 16

AL CARAJO! PIFIOTE DEL MÁSTER.

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22/07/2020, 20:52
Daebeg Aenion

¡Maese Capitán! ¡Ossë no puede contener su fuerza! ¡Su intención es buena, pero a veces se excede si le obligan a poner la mano sobre un asunto! ¿Qué podemos hacer?

- Tiradas (1)

Notas de juego

No se si computa, tras la pifia, pero ahí va.

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22/07/2020, 21:13
Eärendil

Daebeg alzó su dedo señalando hacía el suroeste, apoyado en la regala y firmemente agarrado a un estay, salpicado por las olas del mar. Su grito, con su voz clara y pura, se oyó claramente.

¡Una vela a una cuarta del través! Todos mirasteis y asombrados visteis aparecer un navío blanco de hechuras élficas, similar a las de Cirdan, pero luciendo los emblemas de Eärendil, aquel que es del linaje de los Noldo, de las casas de los Edain, de Luthien y de Melian la Maia. El más poderoso y rutilante de los mortales cuyo navío, proféticamente, brillaba en la tormenta como una estrella en el crepúsculo.

El navío blanco se abarloó a vuestro costado y el marino que será más recordado en los cantares de los elfos asomó en la borda, con el rostro fatigado y una sonrisa agotada.

Hace una semana, un mensajero misterioso nos dió la voz de que un Balrog de Morgoth marchaba hacía Lammoth con una hueste escogida. Decidimos partir en vuestra busqueda y apresurarnos en un viaje en busca del Occidente. Su sonrisa, más relajada, se hizo más notoria. Y aquí os encuentro en las manos de Ossë, pero no temáis, Ulmo el bienamado ya ha hablado a su vasallo y hay señales de calma al oeste. Quedaros a sotavento nuestra, os daremos resguardo... pero contadme ¿Cómo ha ido vuestra empresa?

Notas de juego

Si, el que no debe tirar ya es Annienor. Esto cierra la partida casi.

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22/07/2020, 21:36
Saelh

Los hombres de Morgoth habían perecido y la tormenta amenazaba con hacerles sufrir el mismo aciago destino. Saelh aún confiaba en la pericia de Annienor para salvarlos, aunque no sabía si podría ayudar demasiado.

Cuando todo parecía ponerse en su contra, el grito de Daebeg les infundió esperanza, y cuando el barco de Eärendil llegó hasta ellos, el montaraz sintió que estaban realmente a salvo, que su misión estaba bendecida por los Valar y estaba a punto de llegar a un fin venturoso.

Cuando Eärendil les preguntó por el resultado de su búsqueda, Saelh levantó el cuerno y lo elevó por encima de su cabeza, aún atado a su cuerpo por la cadena. - ¡Tenemos el Cuerno de Menellëna! ¡Lo encontramos, después de muchas luchas y largos afanes! 

Y mientras lo decía, Saelh no pudo evitar emocionarse y llorar de alegría, pues sentía que al fin todos sus esfuerzos habían servido para algo y que gracias a sus compañeros y a él mismo, aún había esperanzas en un mundo que casi las había perdido todas.

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22/07/2020, 23:25
Annienor

¡Una vela a una cuarta del través!

Al grito de Daebeg, Annienor alzó la cabeza sobresaltado, y se puso a mirar en todas direcciones, como desorientado. Tardó un buen rato en dar con la vela blanca de la nave que se aproximaba. También tardó en reconocer el emblema de Eärendil, aunque extrañamente la silueta del barco le fue familiar al instante: Vingilot. Apenas se movió mientras este se acercaba, y nada dihjo, ni hizo nada para facilitar su maniobra. Parecía sumido en una especie de trance incluso cuando, mecánicamente, amarró una de las maromas que les tendían. Sí, parecía que la tormenta amainaba, pues las aguas se apaciguaban y algunos rayos de sol comenzaban a colarse entre las nubes. ¿Quedaba demasiado lejos la costa? Quizás no hiciera falta retornar, pues muchos falathrim que alcanzaban estas latitudes volvían al sur dando un amplio rodeo hacia el oeste; algunos decían haber avistado, incluso, las Islas Encantadas...

La voz de Saelh lo hizo volver a la realidad. Allí estaba aquel hombre entregando a Eärendil el Cuerno de Menellëna, que tanto les había costado conseguir, tanto miedo y angustia, por el que había caído Ehödil. Allí estaba, llorando. Allí estaba Karel Drûm, el Dolor del Balrog, desafiando impertérrito al océano. Allí Daebeg Aenion, el alegre e impredecible laiquendi, ni viejo ni joven, ya desesperadamente enamorado del mar. Allí estaba también él, en último término. Y lloró también.

Notas de juego

Bueh, ahora que iba a lucirse mi Anny... Dificultades 18 a mi muchachote, con su +15... Pos ahora tiro, hala! bueno no, que hay dires muy cabrones que como la pifie son capaces de decirme pos ahora al fondo, hala!

 

EDIT: Y pa rematar, se me borra medio post. Cojones ya. Y como siempre en estos casos, la réplica es un pálido reflejo del original...

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23/07/2020, 18:01
Daebeg Aenion

El último manotazo de Ossë hizo bucear a aquellos que se habían rendido al enemigo. Ya solamente Daebeg esperaba probar de una vez por todas un buen trago del agua de Ulmo, el trago definitivo que liberara su espíritu (y una voz pequeña en su interior deseaba que así fuera, y que la astilla de perversión que portaba fuera custodiada por el amado vala) para así, quizá, poder volver de las estancias de Mandos con un cuerpo recién nacido, a pasear por los bosques, sin la exigente impronta del mar infinito grabada a sal y a fuego en su piel y debajo de su piel.

Pero no. Sin gentileza, pero con suma eficacia, el maia reunió en el tapiz de Vairë los hilos que deseaba trenzar juntos, quizá mirado de cerca por su hermano mayor, o apaciguado por su esposa, si desgarros ni violencias.

¡Eärendil! ¡Eärendil! ¡Te pedimos un don! ¡Yo te pido un don! ¡Déjame viajar contigo! ¡Déjame acompañarte a las tierras del más allá!

Se volvió a sus compañeros de fatigas. También al hombre, y al enano. ¿No deseáis venir? ¿Uniréis a la mía vuestras voces?

Seguramente también lloraba, aunque no parecía más que un roción de agua salada traída por la brisa.

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24/07/2020, 00:29
Karel Drûm

La tempestad parecía que quería engullirnos, hundirnos en las aguas profundas del océano. Que tan distinto era de las preciosas estancias de donde provenía. La embarcación perseguidora cayó ante el ímpetu del oleaje, mientras que nosotros intentábamos escapar de ello, aunque inútilmente. De repente, ante el aviso de Daebeg, giré la cabeza creyendo ver nuestro final en una gran ola, pero lo que vi me dejó sin habla. Una vela blanca venía hacia nosotros. Pude ver que se trataba de un velero, comandado por el señor Eärendil. La dicha fue enorme; estábamos salvados.

Justo en ese momento se me vino a la mente un aluvión de imágenes de todo lo que habíamos vivido para conseguir el cuerno. Sangre, sudor y vidas. Todo para conseguir traer un rayo de esperanza a todo ser viviente de buen corazón, para que tuvieran un futuro en esta tierra barrida por el Mal. Nosotros habíamos hecho un enorme esfuerzo para darle una oportunidad a la vida, a la unión de las razas: elfos, enanos, humanos...

Atrás quedaron las fatigosas caminatas, los incendios en campamentos, el descenso de barrancos, luchar sin tregua contra todo lo que nos enviaba Morgoth, navegar sin descanso, combatir al miedo del poderoso balrog... Sí, éramos héroes!!!

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24/07/2020, 12:36
Eärendil

Eärendil tomó el cuerno, y lo alzó mostrándolo a sus marineros para acto seguido soplarlo. Sonó con un sonido claro y vibrante resonando en los corazones de los presentes, inflamando el ánimo de todos y despertando un deseo de navegar hacía el Oeste. Las nubes se calmaron y las olas calmaban su fuerza. El sonido del mar se quedó fijo en el alma de todos los miembros de La Compañía y anhelo de navegar, de buscar la beatitud de Amán quedó grabado en el deseo de todos. Eärendil sonrió.

Esta es la hora que fue predicha por el padre de mi padre durante las Lágrimas Innumerables. Dijo mirando al Occidente. Una nueva estrella se alzará ¿Será una estrella de esperanza o será la hora del destino? Partiré en busca de Valinor, que me acompañe quién quiera, pero quien venga no albergue ilusiones pues puede que este sea un viaje sin retorno y el corazón me dice que será la última vez que mire las costas de Beleriand.

Con este gesto invitó a quién quisiera acompañarle para partir en busca de El Reino Bienaventurado para llevar el último llamado de piedad de hombres y elfos frente a la crueldad de Morgoth. Sería un viaje incierto, de destino desconocido y lleno de peligros hacía tierras escondidas del mundo por los Valar, sin embargo, la historia será la que demuestre el valor de los hechos acontecidos.

FIN DE LA PARTIDA