Partida Rol por web

De mis manos volvieron a salir otros dos proyectiles, buscando la muerte de esas criaturas

El primer licántropo se abalanzó sobre Pierot y usó sus garras contra él e intentó morderle pero la destreza del guerrero, pero sobre todo la fuerte armadura, hicieron que aguantara bien la embestida. Además consiguió usar su arma hiriendo levemente a la criatura

Bellatrix volvió a conjurar sus bolas de energía y las dirigió contra uno de los enemigo que se encontraban en su flanco.

Ayash dio un paso al frente usando el arma contra uno de los peludos enemigos, pero no esperaba que su contrincante fuera tan ágil y que esquivara su ataque tan fácilmente. La criatura aprovechó la guardia baja para atravesar las defensas de Ayash y herirle con una de sus garras

Elías por su parte retrocedió y empezó a entonar su cántico que insufló energía a vuestros brazos y valor a vuestros corazones

El último licántropo atacó a Medrik. El ágil monje esquivó la primera garra y detuvo la segunda, pero no tuvo en cuenta la gran fuerza del enemigo que lo desestabilizó lo suficiente para sentir como los colmillos de la bestia hendían su carne. Ese dolor hizo que sus golpes perdieran fuerza y no consiguieran dañar al enemigo

Haciendo caso al consejo de Ayash, el clérigo decide centrar su ataque sobre el licántropo que ya ha sufrido algo de daño. Agita la mano libre de la antorcha de una forma característica, mientras susurra una oración implorando fuerza a Ilmater, antes de dirigir su puño al estómago de su enemigo, aunque éste consigue esquivarlo.

Sonriendo al comprobar que mis compañeros me han hecho caso descargo mi gran hacha contra el mismo enemigo que Medrik, cuanto antes acabemos con uno de ellos menos nos debilitarán.

Elías persiste en su canción y se va dejando arrastrar mas hondo en el abismo donde viaja su mente. Poco a poco va dejando de sentir su entorno y solo puede fijarse en la melodía.

 Pierot se mantuvo firme a pesar de ver la gran dureza de su adversario, que había encajado casi sin notar, su puerte golpe. Ayash tenía razón, lo mejor era centrar todos los ataques sobre la misma criatura. Pero no podían descuidara los otros adversarios.

 Así pues cuando Medrik se atacó al que el semiorco hirió, el caballero se interpuso entre el hombre lobo que atacara al sacerdote y el suyo propio, para que estos no atacaran a Bellatrix, Elías o al mismo Medrik, confiando en sus destrezas y armamento para repeler sus ataques.

 NO PASARÉIS.

Los tres os ponéis de acuerdo en atacar a la misma criatura, la que está combatiendo con Pierot.

Éste ataca a Pierot, pero la resistente armadura aguanta todos los golpes. La rápida criatura consigue esquivar el mortífero golpe de Pierot y ruge abriendo los brazos con las garras desafiando al guerrero

Bellatrix vuelve a lanzar sus proyectiles de energía contar uno de los licántropos, el mismo al que ya había atacado, consiguiendo arrancarle un aullido de dolor.

Ayash, en su afán de golpear al del medio, resbaló y apunto estuvo de que el arma se le escapara de las manas, lo peor es que había dejado su flanco al descubierto. La suerte estuvo de su lado porque de los ataques que sufrió ninguno consiguió herirle.

Elías continuaba tocando, ensimismado con la música, ajeno a todo lo que pasaba, confiando que la ayuda que propiciaba a sus compañeros bastase para derrotar a aquellos seres peludos 

Medrik intenta herir al cabecilla mediante un conjuro pero falla, no así su contrincante que vuelve a herirle, pero esta vez con sus afiladas garrras

El joven clérigo aun conserva la energía del conjuro palpitando en su puño, y sus compañeros parecen resistir sin problemas las zarpas y los dientes de sus enemigos. Así que, Medrik vuelve a dirigir su puño repetidamente contra el hombre lobo herido, tratando de traspasar su dura piel con el impacto, para al mismo tiempo desencadenar el poder divino.

Después de que el licántropo reciba el golpe, vuelve sus ojos a sus compañeros, evaluando sus heridas, convencido de que su siguiente misión será mantener a Ayash y Pierot conscientes y en condiciones de pelear.

 Sin bajar su guardia, manteniendo las zarpas y las fauces de la criatura alejadas de sí, el caballero continuó esgrimiendo con fuerza su acero.

 Está vez el ataque tomó por sorpresa al hombre lobo que le incitava a atacar.

 - Este será tu último error, criatura del aberno.

Ayash seguía arremetiendo fuertes golpes pero su fuerza dificultaba su precisión y esto estaba evitando que las criaturas fueran dañadas. A partir de entonces cambiaría de estrategia, tenía que aumentar la precisión si es que quería hacerles algun tipo de daño...

Que harta me tenéis escupí. Hice un gesto con el brazo y, de entre mis mangas salió una varita. La sujeté con fuerzas y apunté al licántropo que tenía más a tiro.

Veamos si te quedas sin un poco de fuerza dije apuntando a la criatura.

De la varita salió un rayo de gran fulgor

Elias mantiene su canción y sigue enfrascado en ella, animado.

La criatura que se enfrenta a Pierot consigue atravesar sus defensas con una de sus garras, pero la fuerte armadura detiene el fuerte golpe.

Bellatrix saca una de sus varitas y apuntando a uno de aquellos seres le lanza un rayo que por poco lo deja seco.

Ayash, por su parte, vuelve a fallar su golpe. El guerrero no ve el momento en que su arma se tiña de rojo con la sangre de sus enemigos. En cambio la criatura que tiene enfrente vuelve a producirle una profunda herida con una de sus garras.

Elías sigue entonando su melodía abstrayéndose cada vez más del entorno que le rodea.

El peludo que ataca a Medrik alza los brazos contra el desprotegido monge dispuesto a sesgar su vida con sus mortíferas garras, pero falla sus golpes, quizás el rayo de Bellatrix haya cometido su función mejor de lo que esperaba.

Medrik consigue golpear con uno de sus puños a la criatura produciéndole una herida abierta gracias a su conjuro

Pierot alza el arma buscando hacer el máximo daño, a sabiendas que ese movimiento dejaba sus defensas al descubierto. La jugada le salió bien ya que hundió el filo de la espada en el cráneo del hombre lobo, partiéndolo por la mitad.La criatura cae al suelo, muerta.

Apunté a otra de esas bestias

Secos os vais a quedar, sucios animales

-Pierot, Ayash, ¿estáis bien?- grita el clérigo. Les echa un rápido vistazo y parece contento al ver que sus heridas no son graves por el momento. De modo que vuelve a intentar golpear a la bestia que tiene frente a él, aunque cuidando su defensa, ya que se da cuenta de que un paso en falso suyo podría dejar al grupo sin sanador, y su labor es permanecer en condiciones de ayudar si el combate se tuerce. -Bellatrix, aléjate un poco, necesito colocarme detrás.

Como en otras batallas, la intención de Medrik es retroceder hasta el pasillo, de forma que mantenga la posibilidad de seguir combatiendo pero al mismo tiempo pueda alcanza con sus hechizos tanto a Pierot como a Ayash, al que no puede curar desde donde está actualmente.

Elías mantiene su canción, pero el sonido del cráneo de un hombre lobo le hace tomar contacto con su entorno. Su melodia adquiere un tono mas relajado y lento, mientras el intérprete examina la situación de sus compañeros.