Klamath. Una pequeña ciudad fuera de las fronteras de la RNC.
Los conocedores del viejo mundo sabran que la ciudad se levanto apartir de las ruinas de Klamath Falls, una ciudad del viejo mundo dedicada a la medicina y la enseñanza. Pero ya nada queda de eso.
Ahora, la ciudad se dedica principalmente como paso entre las tribus del norte y los mercaderes del sur. Los que no se dedican a la cria de de Bramanes y la inmensa mayoria, a la caza de Geckos y la venta de sus pieles.
Llevais poco mas de un mes viajando juntos, desde que Matt salvó la pequeña comunidad Greenrock de una pequeña banda pirata con pretensiones de saquear algo mas que aisladas caravanas. Oscar buscando un rumbo fijo para su vida, decidio convertirse en Ranger, con todos los honores que eso conllevaba, siendo el primer ciudadano de la RNC de su pueblo, y de paso, el primer Ranger.
Habeis viajado al norte durante un mes, buscando los restos de los piratas con tal de acabar con ellos, a pesar de saber que abandonabais la seguridad de vuestra patria, la RNC, y acabado en las afueras de un pueblo de incivilizados -al menos comparado con RNC Capital- sin rumbo fijo.
Bienvenidos, a las Tierras Baldias.
Revisad vuestras fichas, os puse el equipo inicial.
Entran en la ciudad, caminando juntos, desde luego, no piensa perder de vista al chavalin que le sigue, "quiero ser como tu!" decia..."quiero ser un Ranger de la RNC!" seguia diciendo, "como es la RNC?" continuava...asi hasta que le cogi cierta mania, no podia estarse callado...pero despues de las ultimas semanas, se le termino apreciando, la verdad es que no es lo mismo que viajar solo, ahora tenia mas oportunidades de sobrevivir, si se topaban con un Sanguinario, (el oso no quiera) ademas, Matt sentia cierto orgullo al ser el mentor de alguien, y sus superiores estarian encantados con el si conseguia convertir a Oscar en un buen ranger.
La ciudad no es mucho mas que casas en ruinas, gente sucia y con cara de estar hasta las narices de todo, cada uno a lo sullo...no cambia mucho de lo tipico en aquella zona, pero al fin y al cabo, es la unica ciudad que han visto desde hace dias, y necesitan descansar, comer algo y a poder ser, reponer algo de su inventario.
-perdone, señor- le dice a un hombre, que parecia estar...sosteniendo la pared de una de las casas, apoyando la espalda contra ella. Llevandose el indice de la mano derecha al ala del sombrero, prosigue.-algun sitio que pueda indicarnos, para descansar...que pongan algo de rancho.-le pregunta, mirandolo a traves de las gafas de sol.
Fueseis donde fueseis siempre encontrabais una radio cerca. En la repisa de la ventana de aquella tiendecita, mientras alguien se paseaba por el yermo cargando con una caravana y consigo algún viejo receptor. O vosotros mismos poseíais algún aparato para escuchar la radio. Pero siempre os acompañaba.
Se escucharon unas ligeras interferencias y de nuevo la música inundo el silencio del Yermo para hacer algo más ligeras vuestras duras vidas.
Mientras la música sonaba la voz del locutor de radio se superponía a esta, ligera, dulce y melodiosa. Cualquiera diría que ya venía con la canción.
-*Carraspeo* Aquí estamos de nuevo escuchando a los chicos de The Ink Spots con su genial tema “I dont want to set the world on fire”. Música del viejo mundo para nuestros oídos, una canción más que adecuada para la época que vivimos, el mundo se prendió fuego hace mucho chicos y es una pena que los Ink Spots no estén con nosotros para verlo.
La voz del Locutor para durante unos minutos mientras la música continua sin cesar, casi al final de la canción vuelve para despedirse de vosotros.
-Ha amanecido un nuevo día en el yermo, espero que la fortuna os sonría hoy y el futuro os depare agradables sorpresas. Hoy me siento especialmente feliz, es la primera vez en mucho tiempo que no tengo noticias de bandoleros ni asaltos en ninguna parte… Esperemos que el temporal continúe así todo lo posible.
-Recordar las enseñanzas de los Ink Spots chicos, no creemos un mundo en llamas, tan solo prendamos un fuego de esperanza a nuestros corazones.
La canción para de sonar y la radio se apaga, en escasos minutos el Locutor volverá a poner otro tema para amainar vuestras vidas.
Un nuevo día amanece para todos, y siempre está bien empezar con algo de música, alimento para el alma.
Klamath. No parecía mucho mejor que el agujero del que había salido, pero al menos era un cambio. Desde que me había ido de Greenrock, pensaba que lo echaría de menos, pero los días habían transcurrido y pese a la inquietante soledad de las Tierras Baldías y los silencios sobrecogedores de Matt, había acabado por gustarme.
La ayuda de Matt había sido vital. Gracias a él el agujero de Greenrock y sus gentes habían sobrevivido y yo había visto algo que me gustaba. Aquella fuerza, aquella visión de los héroes de antaño, de los que los viejos hablaban… Había huido tras él. Al principio lo seguí intentando ocultarme, pero en aquellas tierras era difícil encontrar nada tras lo que guarnecerse y además Matt ya tenía experiencia. Me había querido echar, pero tras rogarle que quería ser como él, un Ranger de la RNC, había accedido a convertirse en mi mentor.
Desde luego, el aprendizaje no fue lo que yo esperaba. A mis preguntas no siempre contestaba lo que yo esperaba, eso cuando lo hacía. Y su forma de tratarme era de inicio un poco distante. Pero poco a poco, habíamos conseguido llegar a una especie de equilibrio. Yo intentaba no atosigarlo con las miles de preguntas que me bullían en mente y él me trataba más cortésmente.
Y ahora estábamos en Klamath Falls, una ciudad antigua que se caía a trozos…
- Señor Matt!!! ¿Crees que nos dejarán entrar o habrán problemas? ¿Quieres que me adelante para ver la situación? – Aún no tenía claro como llamarlo. Si señor Matt, solo señor, o con Matt servía. Así que había optado por la que me parecía más respetuosa aunque eso no parecía afectarle en lo más mínimo…
Pero a modo de respuesta y tras mirarme por encima de las gafas de sol, solo meneó la cabeza en signo negativa y nos adentramos entre las pocas casas. Tras un rato vio a un tipo apoyado en una pared. Después de casi tres horas de silencio, por fin habló Matt… Puff!!! Pensé que nunca volvería a abrir la boca.
La idea de dormir a cubierto y con más gente me animaba. A duras penas podía contenerme para salir a explorar por mi cuenta, pero una de las pocas cosas que me había inculcado Matt era que entre los Rangers había cierto orden y uno no podía hacer lo que se le antojara siempre que le viniese en ganas. Así que tocaba aguantar. Siempre quedaba la esperanza de que durante la cena escuchásemos alguna noticia interesante o algo sobre los asaltantes que llevábamos persiguiendo…
- ¿De verdad no puedo indagar un poco por mi cuenta… Señor Matt? – comenté poco convencido mirando las casas que habían por ahí. Luego añadí, - ¿Crees que habrá algo interesante en esta ciudad? ¿Ya habías estado aquí antes?
Como tantisimas ciudades edificadas sobre viejas ciudades del viejo mundo, lo primero que encontrais son runias de casas destruidas, abiertas a la intemperie, donde podeis deducir que la ciudad fue algun lugar para gente acomodada.... hace demasiados años.
Segun os acercais al centro, se repite el escenario de edificios en ruinas, donde algunos han sido reforzados, reconstruidos y usados por la gente que se habia vuelto a instalar alli. Los trueques a pie de calle, la gente deambulando sin rumbo, los vagabundos y los mendigos parecian algo comun en aquel pueblo. Entrais por la zona este, lugar recomendado por la RNC, que coincide con la ruta de la mayoria de caravanas.
Matt se acerca a uno de esos vagabundos que deambulan sin rumbo cerca de lo que podria considerarse la zona habitada de la ciudad. Viste con algun tipo de traje destrozado de antes de la guerra, bastante sucio. Al tipo le faltan varios dientes, aunque no parece peligroso.
Os mira, y podeis percibir que al menos una de las miradas se dirige al emblema del oso en vuestras armaduras, y en silencio, tras intercalar miradas entre vuestro equipo, vosotros y vuestro simbolo, se humedece los labios. Si claro... Claro... Seguid por esta calle... Esta calle hasta el final, no os desvieis. Alli vereis algunaos carros de mercancias, y por esa zona hay un hotel donde puedes comer algo comestible y descansar seguro.
El hombre carraspea, frotando el dedo indice y pulgar, con el resto del puño cerrado, mirando hacia otro lado.
La gente que vivía por allí era casi seres sin voluntad. Caminaban sin rumbo, con sus ropas raídas y destrozadas. Sus miradas perdidas en recuerdos del pasado… Sin darme cuenta me sentí un poco sobrecogido por la situación y me acerqué a Matt.
Aquel tipo nos miraba raro. Y parecía sopesar la posibilidad de atacarnos o de darnos la información. Su mirada pasó varias veces por nuestras insignias… Y yo, por si acaso moví mi mano de forma visible hasta uno de mis cuchillos. O iba a permitir que nadie nos robase, y menos un pordiosero como aquel. Al final, no obstante, optó por darnos la información aunque no sin exigir un pago… ¿Un hotel?
- ¿Qué diantres es un hotel? – pregunté casi a continuación… - Vámonos ya, ¿no, Señor Matt? Tengo curiosidad por ver qué es eso de un hotel…
Mira al hombre, satisfecho por la informacion, descontento por pedirle algo a cambio, tras meditar unos momentos, saca un panfleto de la RNC, uno de los que lleva para intentar atraer nuevos lugares a la nacion del oso, entregandoselo al hombre. gracias por la informacion, le estoy agradecido, cuando la RNC llegue aqui, deles este folleto y ellos le recompensaran- le dice con una pequeña sonrisa, alejandose del hombre y dandose dos palmadas en la pierna, mirando a Oscar, siguiendo la direccion dicha por el hombre, pero sin perderlo de vista del todo, no se fia, nunca debes fiarte. -cosas asi encontraras en todas partes, Oscar, les faltan ganas para hacer de todo menos pedir. dice, haciendo una mueca de disgusto. -asi que no sabes que es un hotel...verdad?...bueno, es un sitio donde puedes dormir a cobijo, en algo semejante a un catre, y en relativa seguridad...siempre y cuando tengas dinero para pagarlo, claro. -termina de hablar, mientras siguen avanzando por la calle.
¿Pero que mierda es esta? Mira el folleto, haciendo una bola de papel con el, mientras se marcha, no muy contento con aquello. Putos gilipollas de la RNC... se creen que todo es suyo... No, no parece muy contento con la "recompensa" ofrecida por Matt.
Comenzais a avanzar por una calle asfaltada, o almenos lo estuvo en su momento, ya que el tiempo le hace justicia a sus doscientos años. El olor de la ciudad, de la inmundicia de lo insalubre os llega a las fosas nasales. La mayoria de gente cierra las contraventanas al veros, otros os miran con indiferencia o resignacion, y en el mejor de los casos, alguno asiente, de forma timida, dando apoyo a que esteis alli.
Finalmente, en el lugar donde os a indicado el mendigo, hay un letrero luminoso con una luz parpadeante, una autentica atraccion para la gente de los baldios o de las aldeas tribales que posiblemente, sea la primera luz artifical que vean en su vida. Pero para vosotros no es asi.
Las caravanas se amontonan alrededor de la entrada, asi como los guardias de estas, apoyados en los carros, jugando a las cartas o los dados.
ROBCOP INDUSTRIES (TM) TERMLINE PROTOCOL
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+ Mensaje de: Unidad A-325
+ Mensaje para: el Señor Nath Longsow
+Asunto: Informe 325357-P Cuadrante 34-T
+ Actividad pirata reanudada. Actividad Alta
+ Exploradores de la RNC Confirmados
+ Avisatmiento de Vertibirds Negativo. Se prosigue busqueda.
+ Desaparicion de Aldea Tribal 975 "Cazacabezas" Confirmada
+ Fin del Informe.
+ Que tenga un buen dia, Señor Nath.
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Despues de cuatro intentos desisto en hacer la columna de "+" de la derecha xD
A pasado por el pueblo sin hacer mucho caso a las miradas, mientras le comenta a Oscar.
-Mantente alerta, ahora representas a la RNC, y estamos fuera de sus fronteras, cualquiera podria intentar atacarnos por sorpresa, ya sea porque odia a la RNC o porque crea que tenemos suministros de todo...- dice, terminando de hablar frente al edificio del letrero luminoso, mirando un momento la entrada y a los mercaderes de alrededor, dando unos pasos hacia delante, entrando en el edificio. -ahora, no te separes- dice en un susurro, sin mirar a Oscar directamente, abriendo la puerta del local, observando el lugar.
Nada más entrar en el sórdido tugurio la música de la radio llego a vuestros oídos rápidamente, un vestigio del arte que florecía en el viejo mundo y las bombas acallaron.
Una vez la música paro y la radio se quedo unos segundos en silencio la voz del locutor regreso de su descanso.
-Estamos de nuevo en el aire chicos, bienvenidos otra vez a esta gran sección que son las noticias con vuestro querido Nath. Porque sabéis que yo os aprecio, y en este mundo no hay mejor manera de demostrar el amor que compartiendo lo que sabemos.
Se escucho un leve pitido mecánico y de nuevo la voz e Nath inundo la habitación.
-Parece ser que aun tenemos a algunas personas en busca de los viejos Vertibirds del ejército, si alguien ha visto algo concerniente a ellos que me lo haga saber y lo retransmitiere con la esperanza de que sus buscadores lo sepan. Toda ayuda es poca a día de hoy amigos.
-Parece que tenemos problemas en algunas aldeas colindantes con las montañas del norte, no sabemos mucho y eso es lo que más me preocupa. Sera mejor mantenerse alejado de esos lugares por un tiempo chavales, toda precaución es poca ahora mismo.
La voz continua hablando durante un rato, haciendo de vez en cuando una breve pausar para coger aire.
-En otro orden, se han avistado varios exploradores de la RNC por las proximidades de Klamath y de las Broken Hills. Recordar que estos chicos sirven a fuerzas mayores y será mejor no impedir sus objetivos. Tratarlos bien, son uno más de nosotros solo que con uniformes.
La voz paró en seco y una melodía empezó a sonar de fondo, anunciando que Nath se despediría de vosotros y os dejaría de nuevo con su música.
-Bueno queridos amigos, por ahora es todo lo que puedo decir. Espero que este nuevo día os este tratando bien, y si no es así pues que al menos sea rápido. Volveremos a vernos en unos minutos. Mientras tanto disfrutar de esta alegre música que seguramente va a hacer más llevadero vuestro amanecer.
A aquel tipo malcarado no le gustó en absoluto el panfleto que Matt le había dado. Y no era para menos, ya que este no servía para mucho más que hacer fuego. En estos días, lo que no se podía comer o usar para defenderse, no servía para nada. Con mis manos aún en los cuchillos, y sin quitar la vista del tipo que arrugaba el papel y lo tiraba entre los escombros, seguí a Matt hasta a Director.
- ¿Por qué no lo leyó siquiera? A veces me da la sensación de que todos nos odian Señor Matt, pero tal vez es solo eso, uuna sensación… Pero da igual!!! – Y retomando la pregunta anterior añadí, - ¿Así que eso es un hotel? Pues debe de ser un fortín porque hoy en día hay pocos sitios en los que poder dormir tranquilo y a resguardo.
Seguimos la carretera, siendo observados por varias personas más, aunque la mayoría parecían estar más bien en contra de nuestra organización a juzgar por su forma de actuar. Una cosa estaba clara y es que allí no éramos del todo bienvenidos.. Finalmente llegamos hasta llegar a un edificio con un cartel luminoso… Cáspitas!!! Pensé. Deben de ser inmensamente ricos si pueden tener su propia luz.
Varias caravanas se amontonaban alrededor, junto con varios guardianes de aspecto duro. Todo ello daba mala espina, pero si había caravanas es que había algo parecido al comercio. Matt de seguida llamó m atención. El debía de notar la tensión igual que la notaba yo, no en balde era un explorador de la RNC ya veterano…
- Si!! Señor Matt!!! Estaré atento… - le dije pegándome a su espalda mientras abríamos las puertas de aquel lugar bajo la mirada amenazante de los guardias.
Por alguna extraña razón ahora me parecían todos más peligrosos que instantes antes, cuando los vi la primera vez jugando a las cartas. La radio sonó nada más abrir. Aquellas canciones tenían la ventaja de calmarme un poco y me hacía evocar a alguien que siempre estaba ahí para ayudarte… Para cuando habló de nosotros di un respingo…
- ¿Cómo diantres se han enterado de que estamos aquí? – comenté en voz alta mientras seguía a Matt.
Un gesto con la mano, llevandose un dedo a los labios mientras miraba a Oscar, eso deberia bastarle al muchacho para guardar silencio. Deja de gritar, hombre...a esta gente le falta poco para saltarnos al cuello, no les des mas motivos...-le digo al chico, acercandome a la barra, no sin antes echar un vistazo alrededor, para tener una minima idea de la gente que hay en el interior.
-Hay mas rangers por la zona, no somos los unicos, probablemente el de la radio haya visto a otro...-continuo hablandole a Oscar, mientras espero a que alguien atienda...-y no estes tan nervioso, casi estas temblando...asi la gente pensara que eres un canibal o algo asi...-termino, en voz baja, con una pequeña sonrisa y dandole una palmada en la espalda.