Partida Rol por web

— Disculpe la interrupción, mi señor. Espero que no le moleste mi intromisión, pero me preguntaba si podríamos charlar un poco más. Gozo de su buena compañía y me complacería enormemente discutir un par de cosas con su merced. Además, quería agradecerle personalmente y en nombre de mi familia el enorme esfuerzo que ha supuesto llevar a cabo esta celebración - añadió, haciendo una reverencia completa ante su presencia.

Nunca antes había hablado con alguien tan importante, así que no podía negar que estaba nerviosa por hacer algo mal. Las palabras amenazaban con atascársele en la boca cada vez que las pronunciaba, pero recordaba claramente todos los pasos de etiqueta y formalidad que había aprendido con su tutor. Su familia la había preparado a conciencia, y ni tan siquiera su timidez se podía interponer en algo que ya había aprendido tan mecánicamente como lo era comer o respirar.

— Yo... me preguntaba qué es lo que habíamos visto exactamente. Ha sido algo increíble, parecía tan real que casi creí poder tocarlo con mis propias manos. He estudiado historia y comprendo la importancia de estos hechos históricos, aunque si no es indiscreción... ¿nos deberíamos preparar para llegar a ese futuro que nos prometían las visiones? ¿Estaremos todos unificados bajo la gloria y gracia del Imperio de la Luz?

El hombre gira sus ojos escrutadores de la mesa a la joven que se ha sentado a su lado y le dedica una gentil sonrisa, parece complacido de cómo se está llevando a cabo el banquete.

- Oh, joven Hotaru. No hace falta el agradecimiento, es como un presente para mostraros las virtudes de nuestro Imperio a las gentes de este lugar. -comenta con un ademán de la mano para restarle importancia- Ven, come conmigo, por favor. -te indica, acercándote unos platos variados.

Ante las preguntas de la chiquilla, el Magistrado sonríe con felicidad y le responde:

- Si, Hotaru, eso es un atisbo del futuro que está por venir... Que antes y más fácil llegará cuanta más gente crea en nosotros de forma sincera. Seguro que podríamos convencer a la gente del pueblo si trajésemos grandes regalos y sumas de dinero, pero lo que nos ayuda es su convicción y devoción. 

Su explicación es tranquila y amable, muy centrado en que sus palabras te lleguen.

- Ni siquiera la oscuridad más persistente alcanzará ya buestros corazones cuando se completen los rituales. -concluye.

La joven sonrió de vuelta, agradeciendo las palabras y el gesto del magistrado. — Es un gran honor que me invite a comer junto a usted, eminencia. Con gusto accederé a su petición - respondió, inclinando la cabeza con un toque entre servicial y complaciente. 

— ¿Cómo pueden saber lo que nos depara el futuro? Parece un poder de lo más extraordinario. ¿La magia puede hacer algo así? - preguntó ella, genuinamente interesada. La visión la había dejado desorientada por varios motivos, y uno de ellos era que le costaba creer que todo aquello fuera a pasar al pie de la letra. ¿Dónde quedaba el libre albedrío del que había estudiado tanto con sus autores clásicos? ¿Era el destino inamovible? Todas esas y más preguntas se iban sucediendo en su cabeza, mientras atendía al magistrado con una sonrisa de oreja a oreja, y comiendo pulcramente de aquellos platos tan exquisitos.

"Si supiera que la oscuridad ya ha llegado a nosotros... ¿Qué es realmente lo correcto?"