Partida Rol por web

Una vez fuera del edificio de Shinra, el trio de agentes se enfrenta a las calles de siempre, pobladas por gente que camina ocupada. 

Por fin al estar con aquellos otros TURKS, de manera oficial, impresionó bastante a Otikuro Otimato, la cual se centró en ellos para hacer su trabajo, es decir, para comprobar si estos estaban heridos y cómo tenían las heridas de sus últimas batallas, realmente la pequeña aparecía y desaparecía detrás de las espaldas de cada uno de ellos mientras los toqueteaba en busca de las heridas recientes... nuevamente.

-¿Y vosotros dos habéis tenido muchas peleas?. -Preguntó con claro entusiasmo en su tono de voz- ¿Os hicieron daño?  ¡Contádmelo todo!. ¿Tenéis antecedentes de enfermedades en la familia?. ¿Alguno de vosotros es hematofílico?. ¡Eso sí que sería divertido!.

Santoku miro a sus compañeros, de nuevo le tocaba con Raven, su actitud podía poner sus nervios de punta, pero la ultima vez demostró que podía hacer un gran trabajo así que lo aguantaría, sobre la nueva, n sabia bien que pensar, menos aun después de aquellas preguntas, pero prefería ver como trabajaba antes de juzgarla mas. Se aclaro la garganta y hablo con calma.

-Somos un grupo de infiltración, así que tratamos de meternos lo mínimo posible en peleas. La ultima vez por suerte solo me las tuve que ver con un matón, pero no fue capaz ni de tocarme, hace algunos años si que me tocaba meterme en mas de una refriega pero por suerte esos tiempos pasarón.

Se rasco la cabeza intentando recordar sobre enfermedades.

-Tanto mi madre como yo tenemos buena salud, mi padre ni idea, nunca lo conocí, pero supongo que también, es una de las cosas que necesitas para poder sobrevivir en los suburbios después de todo.

Mientras el grupo se aleja un poco del edificio de Shinra, puede dirimir cuál es el mejor camino a seguir. El objetivo geográfico es sector 7. Para ello, pueden dirigirse a pie (aunque es más cansino) o buscar la estación de tren más cercana para acercarse allí. Este camino sería mucho más rápido, pero no les permitiría ver los alrededores del camino de vías en un primer recorrido. 

La joven Otikuro Otimato estaba suficientemente distraída con Santoku como para percatarse de que, hasta ese momento, Raven Long-Shot no había comentado nada, pese a que parecía que iba a ser su compañero de tropelías en aquella misión, este parecía estar más tranquilo de lo que hubo imaginado.

-Aha... Aha... -La joven no parecía tener ningún tipo de opinión al respecto si caminar o buscar un tren, a ella le interesaba la charla- ¿Y que opinas si te dejas golpear?. ¿Aunque sea un poquito?. Me refiero, si no te golpean, no podré curarte y si no puedo curarte me quedaré de brazos cruzados y si me quedo de brazos cruzados me aburro.

Quizás no fuera algo demasiado gentil pedirle a un compañero de equipo que fuera golpeado, pero a fin de cuentas, a ella le gustaba la lucha entre la vida y la muerte y si era capaz de derrotar a enemigos sin recibir daño, su afición se vendría abajo.

A Raven no le molestaba mucho la actitud de la chica nueva, pero de todas formas reaccionaba cada vez que esta intentaba tocar su cuerpo, ya sea esquivándola o apartando su mano con un golpe suave. Raven no era muy fan de que andasen inspeccionando su cuerpo sin permiso. De todas formas, Otikuro la verdad no era una molestia a sus ojos, era una persona interesante y divertida a su parecer, aunque hablaba de forma peculiar.

- ¿Hemato-que? -Pregunto Raven en confusión- ¿Eso se come?

- Pues en la ultima misión me metí en una sola pelea. Fue con otros dos tipos bien malotes. Uno de ellos me golpeo en la cabeza con un tubo y yo le metí una bala en la de el. Gajes del oficio ¿sabes? -Dijo para lucirse frente a la nueva- El otro pues… A saber que habrá pasado con el. ¡Ah! Ahora que lo recuerdo, -Dijo de repente- yo no recuerdo haber tenido ninguna enfermedad, pero mi padre solía decir que yo tenia una enfermedad en la cabeza y que por eso no servia para nada. Nunca supe a que se refería con eso. No creo que sea nada importante al fin y al cabo.

Mientras el equipo habla sobre sus historias clínicas, comienzan a ponerse en marcha aún sin rumbo fijo. De fondo, escuchan el silbido característico del tren. 

La joven Otikuro Otimato estaba suficientemente distraída con Raven Long-Shot como para percatarse de que, hasta ese momento, Santoku no había comentado nada, pese a que parecía que iba a ser su "chico de juegos" en aquella misión, este parecía estar más tranquilo de lo que hubo imaginado.

-¡Pues si quieres te la podemos abrir y ver qué hay ahí dentro!. -Comentó bastante alegre percatándose de que cuando uno hablaba, el otro se quedaba callado. ¿Acaso se odiaban por lo de casi-tortilla?- Aunque supongo que... ¿Es cosa mía o ese trasto está haciendo un ruido molesto siempre que intento hablar?. ¡Malditas máquinas!.

La novata cada vez le hacia mas gracia a Raven. Aunque no supo muy bien a que se refería con eso de “Abrírsela para ver que hay allí dentro” ¿Se refería a su mente o a su cabeza? Si ese era el caso, la idea no le hacia mucha gracia. De todas formas, Raven confiaba en que su nueva compañera no estaba tan loca como para hablar de esa forma. Según su razonamiento, si una persona te parecía normal, era simplemente imposible que estuviese loco, y Otikuro parecía ser bastante normal a los ojos de Raven.

Mientras dejaba salir una sonrisa un tanto insegura por no entender bien el ultimo comentario de la novata, escucho como el tren parecía estar acercándose a la estación, justo a tiempo como para cambiar el curso de la conversación de abrir cosas raras a si se subían o no a la maquina de transporte.

- Yey. Ya llego nuestro transporte. -Dijo Raven dando un salto de la banca donde estaban sentados los tres agentes- ¿Te molesta tanto como para no subirte? - Le preguntó a Otikuro al ver que el sonido del tren parecia molestarle- Yo preferiría montarme...

La muchacha simplemente se encogió de hombros, claramente ir en tren tenía sus ventajas, tales como no caminar, algo que para ellos, los pati-cortos, era un buen argumento; pero a su vez también tenían sus desventajas, tales y como no poder ver los alrededores y golpear a gente que estuviera por la calle hasta hacerlos sangrar.

-Meh... -Respondió a su compañero- Si queréis subiros, nos subimos. Pero espero que por subirnos no os contengáis a la hora de golpear a nuestros enemigos hasta hacerlos una masa informe de sangre, vísceras y trozos de carne y huesos rotos... ¡Aunque estemos en un transporte público no estamos constreñidos por las Normas Sociales de Etiqueta!.

Santoku hizo un gran esfuerzo por parecer imperterrito ante la situacion que parecia que se le venia encima, al lado de Otikuro Raven parecia hasta normal...

-¿Subimos? ¿No creeis que seria buena idea echar un vistazo al terreno?

Comento algo inseguro, después de todo, a el lo de pensar no se le solía dar bien, así que igual estaba pasando por alto algo, o realmente carecía de importancia echar un vistazo al terreno.

También había que tener en cuenta que estaba acostumbrado a ir a casi todos lados a pie, no tenia demasiado dinero para coger el transporte precisamente.

El tren se acerca a la estación cercana de donde se encuentran. Si deciden montarlo, es el momento idóneo. Aunque no se encuentran obligados a hacerlo todo juntos. Bien podrían dividirse en esa decisión si fuera pertinente... 

Escuchando la petición de aquellos dos compañeros, Otikuro Otimato no tuvo más remedio que ceder, a fin de cuentas, prefería estar junto a ambos, así en caso de que estos recibieran algún tipo de daño, ella podía observarlo en primera fila y, después de entusiasmarse por las heridas, tratarlas.

-Vamos al tren entonces... -El comentario fue hecho sin ningún tipo de ánimo o energía, con una desgana propia de una niña que estaba cansada y que aún así, tenía que hacer los deberes del colegio antes de ir a merendar, sin poder ir a jugar hasta que los terminara y los entendiera. -Pero exijo una amputación como mínimo...

Al escuchar la respuesta positiva de la novata, Raven dejo salir una sonrisa y tomo una mano de Otikuro y la jalo con fuerza hacia el tren. Había conseguido convencer a su compañera de subirse en el tren, y a Raven le gustaban los trenes, así que esta vez todo le había salido bien, y no hay nada que le guste mas a Raven que las cosas le salgan bien.

- ¡Vamos entonces! -Dijo mientras jalaba a Otikuro con fuerza- ¡No te quedes atrás Sentoku!

Santoku simplemente se encogió de hombros ante aquello.

-Esta bien, pues vamos en tren, al menos será mas rápido.

Comento mientras les seguía desde una distancia "prudencial" Por un momento pensó que inspeccionar los alrededores podía ser buena idea, pero bueno, tal vez se equivocaba, y estaba pensando las cosas demasiado, si las otras dos no lo veían necesario, seria que no lo era.

Raven y Otikuro corren por delante cómicamente hacia la estación, mientras Santoku las sigue con velocidad pero cierta distancia. El equipo llega al tren con el tiempo justo antes de que cierre sus puertas. Inclusive, Santoku siente las puertas golpear sus hombros al momento de entrar. El vagón comienza a moverse segundos después- El tren está bastante vacío, pero algunas personas están en el vagón. A simple vista, se puede ver una pareja sentada en un asiento, dos chicas jóvenes de pie frente a la puerta, dos hombres de traje y un hombre con aspecto de vagabundo sentado en el suelo, mirando hacia las chicas jóvenes con ojos libidinosos. Mirando hacia afuera, puede verse la zona alrededor de las vías. Algunos páramos abiertos y casas de precario estado, pero pueden detectar varios recovecos aptos para el ocultamiento. 

Por desgracia no parecía haber ningún enemigo al cual podían desmembrar dentro de aquel vagón del tren, por lo que Otikuro Otimato simplemente se sentó en uno de los asientos libres y se puso de morros a la espera de que sus dos compañeros masculinos terminaran de hacer lo que vinieron a hacer, a fin de cuentas, ella no era más que una soporte.

-Jooooooo... -Comentó desganada mientras se tumbaba en los asientos- Al parecer no habrá diversión aún... Y lo peor dentro de una máquina... malditos aparatos... lo mecánico no es divertido... Excepto el "Rompe Fémures"... Esa siempre me hace sonreír cuando la veo actuar... -Girándose para quedar boca abajo en el asiento esta se dirige hacia sus compañeros- ¿Y qué máquinas os gustan a vosotros?.

Santoku se espolsó los hombros tras entrar en el tren, no le gustaba la idea de manchar su traje de trabajo si no era necesario.

Echo un vistazo rápido a los pasajeros, buscando posible amenazas, y frunció ligeramente el ceño al ver al vagabundo, sentía bastante desprecio por los hombres libidinosos y aun no se había recuperado mentalmente de su ultima misión.

La pregunta de Otikuro le pillo por sorpresa.

-¿Eh?¿Maquinas? ehmmm, no me gusta ninguna en especial, tampoco es que haya podido permitirme ninguna en este tiempo.

Comento con una leve sonrisa mientras era consciente de como su fortuna había mejorado.

-Tampoco se muy bien que es ese "Rompe Femures" del que hablas aunque en el barrio teniamos a un tipo que lo apodaban asi, supongo que por el mismo motivo.

Raven estaba en su onda de siempre. Al entrar al Tren soltó a Orikuro y comenzó a dar vueltas por todo el tren, mirando por cada ventana y poniendose frente a cada pasajero para verlo a la cara y luego seguir con su camino. Le dedico especial atención a la pareja. Los estuvo mirando de cerca por un buen rato e incluso llego a olfatear un poco a la chica antes de salir corriendo hacia Sentoku y la novata y dejarse caer en uno de los asientos junto a Otikuro.

- Bah, tienes razón. -Dijo en voz alta- Aquí no hay nadie interesante. Deberían mejorar el servicio del tren.

Raven también era una persona que buscaba diversión. Le gustaba tener algo que ver o hacer para divertirse a todos los lugares que fuera y si no lo tenia se quejaba y le echaba la culpa a los demás.

- ¿Maquinas que me gusten? -Dijo mientras se llevaba un dedo a la barbilla de forma pensativa- Veamos... ¿Los rifles se consideraran como maquinas?, Si es así, yo diría que esas son mis maquinas favoritas... Aunque ese rompe fémures suena curioso. ¿Como funciona?

La situación de aquel tren era tranquila, al punto de que les permitía tener una conversación tranquila y amena mientras esta máquina gigante iba cruzándolos de un lado a otro de aquel territorio, aunque sin demasiadas pretensiones, a fin de cuentas, la situación era la misma que antes, pero sin gastar suela de zapato.

-Sí, supongo que es una máquina. -Comentó asintiendo- El rompe fémures es un instrumento musical en donde el artista se sienta en una silla con una pierna levantada y poco a poco una placa metálica va bajando hasta... ¡Hacerle cantar!. ¡Incluso llega a notas que nunca antes se hubiera imaginado que llegaría!.