Partida Rol por web

Termináis haciendo lo más lógico, llamar a la puerta, después de varios intentos nadie os abre

Wynnie se dió cuenta de que Larina, siendo... una araña, lo haría mejor.

-¿Satisfechos? Cuando quieras, querida...

Viendo que la mano de la hechicera no tiene efecto,  le da unas miradas asesinas a la paladín,  y se acerca a la puerta...

Señor Akalis, por favor abra la puerta,  queremos conversar con usted. 

El clérigo revisa si la puerta está sin seguro,  o está trabada. 

Vamos, ayudad, sólo necesitamos abrirla un poco. 

El clérigo prueba empujando y le hace señas a los demás para que le ayuden. 

Vengan,  parece que la puerta está ..uhh.. trabada...

¿Trabada? ¿Quieres decir que no está cerrada pero que algo por detrás te impide abrirla? Si la puerta tiene una tranca, creo que sería mejor intentarlo por las ventanas: llamaríamos menos la  atención

¿No queréis que trastees un poco la cerradura? A ver si se abre. Hace mucho que no me dedico a estas labores pero solía tener buen toque.

Ni los golpes, ni las peticiones de Shakaste parecían abrir la puerta, la enana estaba impacientándose de tantos modales:

-Qué "trabada" y qué "trabada"... - seguramente la enana no sabía ni lo que eso significaba, slo único que sabía era que quería entrar - ¡Dejádme!

Y apartando a los demás hacia los lados le dió una patada con todas sus fuerzas a la puerta a fin de tirarla abajo si era necesario. No era muy delicada ella... respecto a los modales. Porque el pelo y la guja siempre los llevaba divinos.

Larina sacó sus herramientras de ladrón pero antes de poder hacer nada con la puerta recibe un fuerte empujón de la enana que se acerca a la puerta y de una patada la tira abajo, era increible ver como una persona tan pequeña pudiera tener tanta fuerza.

Con el camino despejado, entráis pisando las puertas destrozadas que crujen bajo vuestros pies, en cuanto ponéis los pies en la casa dos criaturas que parecen un enano con pelo y barba en llama con piel de color bronce y que da la sensación de haber sido forjado con metal y llama se aparecen en la habitación.

Uno de esos extraños enanos en llamas se acerca a Nana y agarrando con ambas manos el martillo que porta lo suelta contra la enana que recibe un fuerte golpe, pero lo peor son las quemaduras que el ataque le causan

- ¿Enanos?

Y en ese momento la enana recibió tal golpe que estuvo a punto de caer incosciente en el suelo.

- ASÍ NO SE TRATA A QUIEN PUEDE SER LA FAMILIA ¡VIEJO! ... ¡Podías haber abierto la puerta a la primera, podríais haber estado muertos dentro! -gritaba quejándose desde el suelo -  ¡¿Y qué os ha pasado en la barba?!

La enana seguía gritando cosas sin conexión alguna, tan solo tal y como las sentía. Ella esperaba que el enano recapacitase y le diera alguna explicación pero, por si seguía atizándole... se armó con su escudo y preparó un ataque con la guja.

Nana gritaba al enano que estaba delante de ella, pero no les respondió ni siquiera pareció entenderla, viendo como el otro se acercaba al grupo con intenciones hostiles, la enana no tuvo más remedio que golpear con su guja al enano, le dio un fuerte golpe, pero aquel enano irradiaba calor, quemaba, en cuanto la guja toca el cuerpo del enano ésta se calienta, aunque su potencial no disminuye si se puede ver que comienzan a salirle algunas grietas en la hoja.

El otro enano de fuego se acercó a Larina, soltó un fuerte golpe con su martillo hacia la mujer araña que impactó de lleno en ella haciendole bastante daño, el fuego del arma quemó la armadura de cuero que llevaba haciéndola casi pedazos, ahora era una tela de cuero con muchos agujeros, apenas funcional, pero podría protegerla aún un poco

Wynonna entró en la casa mientras desenfundaba su espada y la asía a dos manos. La paladín se situó frente al primer enano y atrajo su atención.

-Eh, enano calentorro!

Luego abatió su arma sobre el enano con todas sus fuerzas en un torbellino ofensivo

Con un sonoro crujido la puerta se viene abajo, y con el estruendo cierro los ojos inconscientemente. Cuando los abro veo a Nana combatiendo con dos... Enanos de fuego? Malditos magos... están locos.

- Tsk... Joder con los magos...

Enseguida invoco una mano fantasmal que se agarra con fuerza a uno de los enanos de fuego.

Larina mira pasmada la puerta derribada con las herramientas de ladrón en la mano. ¡Qué sorprendente fuerza! Además había sido testigo de primera mano de una demostración típica de carácter enano. ¡Menuda suerte!

Intentando que Nana no entrase sola a la casa del mago Larina saco su espada corta, tras guardar sus herramientas de ladrón, y fue detrás.

Los extraños enanos de fuego fueron otra verdadera sorpresa, pero esta vez poco agradable. Larina se quedó pasmada mirándolos y como recompensa recibió un golpetazo que entre otras cosas la dejó sin armadura de cuero. A ver donde encuentro otra que se ajuste. Se dijo la araina mientras intentaba darle al enano de fuego más próximo (Brea) con todas las ganas.

 El clérigo ve cómo dos enanos de fuego salen de donde nadie sabe y empiezan a atacar a diestra y siniestra. 

La primera afectada es la enana quien cae al suelo del dolor,  y sintiendo olor a carne y pelo chamuscado, el clérigo piensa lo peor,  sin embargo,  el alma le vuelve al cuerpo al verla rezongar, definitivamente esos enanos son huesos duros de roer!!

La paladín ataca inclemente a una de las criaturas y luego intenta curar a la enana. 

Shaq, evalúa la situación para decidir a quién curar, pero antes decide darle el favor de los dioses a sus compañeros,  asi, invoca una plegaria rápida mientras con una redoma de agua bendita,  salpica a sus compañeros y a el mismo.

Un aura blanquecina rodea a Nana, Winona y a el mismo. 

Luego,  murmura unas palabras mientras mira a la primera línea de ataque. 

Vita mortius carihooo.

Un resplandor de chispas blanquecinas empiezan a rodear al grupo,  y se asientan en el cuerpo de uno de ellos. 

Shäkaste evalúa la situación y ve que quien peor está es la enana, un nuevo golpe puede matarla, por lo que decide usar su poder curativo sobre ella, haciendo que las quemaduras de su piel desaparezcan y el dolor disminuya.

Evelynn crea una mano esquelética que con un toque helado toca a uno de los enanos de fuego aferrándose a él mientras le hace daño.

Wynonna golpea con fuerza con su espada al mismo enano que había atacado a Nana por primera vez, combinándolo con su poder para castigar el mal, el daño que el enano recibió lo dejó gravemente herido, pero seguía en pie y dispuesto a luchar, Wynonna sufrió una quemadura cuando su ataque impacta en la criatura.

Larina se ve pasmada con aquellas criaturas, es la primera vez que ve a alguien así, tal es su fascinación que no es capaz de reaccionar cuando el enano la golpea, moviendo su espada en el aire sin impactar a nadie. Por lo menos consigue reaccionar justo a tiempo cuando un segundo golpe va directo a ella.

Habiendo dañado a uno de los Enanos, ahora le tocaba al otro pero justo en el momento que la mano se materializó, el Enano se movió, no se si esquivándolo o evitando otro ataque, pero el ataque no surgió efecto.

Wynonna no podia creer la falta de vision táctica.

-Concentraos en un sólo objetivo, joder! Acabad con el herido! No veis que asi nos vamos a llevar dos ataques en lugar de uno?

Todos a su alrededor intentaban golpear con más o menos suerte a los enanos. El ruido de las armas chocando y el olor a carne calcinada envolvia la escena. Ahora que Nana se encontraba tendida en el suelo y los enanos estaban distraídos luchando contra sus compañeras, ella pudo observarlos mejor. No eran unos enanos normales. Sus barbas parecian forjadas en fuego y sus ojos eran oscuros, negros y fríos. No tenían nada de la calidez típica de la raza enana, eran monstruos de hierro. A la enana le cayeron unas lágrimas al ver a sus compañeros enanos en tal situacion.

En ese momento, desde el suelo, tras ser salpicada por unas gotas de algo parecido al agua, la enana sintió como su cuerpo se elevaba y se henchía de energía. Se tocó la herida y ya no estaba. Un hechizo la curó. Asombrada miró a su alrededor en busca de quien había realizado el hechizo. Evelyn se encontraba en ese momento apurada tratando de redirigir su mano mágica, sin embargo, la voz de Shakaste cojurando hechizos se elevaba de entre todos magistral, hablando en esa lengua totalmente desconocida para ella. Desde el suelo, a sus pies donde estaba ella, su porte era aún más magistral. Sin duda era una imagen digna de ver, la joven ingenua se quedó embobada. Pero pronto los violentos gritos de Wynnona la volvieron en si.

-... Los enanos son leales y cálidos... ¡Habéis embrujado a la raza equivocada!

La enana llena de ira y renovadas sus fuerza, cogió la guja, saltó del suelo y se abalanzó con toda su rabia hacia el primer enano que tenía enfrente.

Evelynn intentó conjurar una nueva mano hacia el otro enano, pero nada sucedió, Wynonna que tenía experiencia en combate táctico gritaba a sus compañeros que se centrasen en un solo enemigo, primero eliminar una amenaza y luego a la siguiente, sus gritos parecía que habían confundido a uno de los enanos que la miró en el momento que atacaba a Larina, pero tan lento que la mujer araña pudo para el ataque con su espada corta

Cierto, se dijo Larina  al oír a la paladina. Buena estrategia y es factible porque los dos están cerca

Intentando centrarse la araina saca también  su daga del cinto y ataca al ataca al enano herido con las dos armas.

El ataque fue bastante desigual. No podía dejarse distraer de esa manera. Larian estaba cada vez más consciente de que sus años de erudita sin otras preocupaciones que sus estudios le había pasado la cuenta  a su espíritu de lucha. Estaba en forma y sus habilidades a punto porque no había dejado de entrenar dado que estaba en la reserva... pero sus instintos de había ido al garete.

Wynonna, furiosa con sus compañeros, golpeó sin pensar, con todas sus fuerzas. La estocada se incrustó de abajo a arriba en el pecho del enano y salió por su nuca, atravesando coraza, piel, carne y hueso y regando de rojo los muebles a la espalda del enano, que cayó muerto. Luego, la paladin se movió y atacó al siguiente flanqueando con Lavinia pero Winnie no estaba segura de que ataque fuera igualmente efectivo. 

 El clérigo vio caer a uno de los enanos,  seguramente la magia divina había ayudado a la paladín,  conjuró nuevamente sobre el enano restante,  mientras musitando unas palabras arcana ya conocidas,  deja caer sobre el otro enano una llama sagrada. 

Toma esto,  engendro...

 Luego se mueve acercándose a la puerta. 

Extrae su maza para esperar su turno.