El hombre asustado y tartamudeando con una cara de entre terror y pavor te mira y dice:
Dime, qué es lo que necesitas saber y si puedo te lo explicaré. Pero por favor, no me envíes al infierno... allí no...
-Muy bien.-Digo complacido.-Empezamos a entendernos. Sube a mi espalda, daremos un pequeño paseo y me irás explicando algunas cosas... desde arriba.
Una vez el humano se ha subido a mi espalda, me elevo hasta que consigo estar a unos cuantos metros por encima de aquellos gigantes de metal cubiertos de espejos.
-¿Qué son esas cosas?.-Digo señalando a los edificios.- Hace mil años no había nada semejante.
¿Y eso?-Digo señalando a los coches.-¿Cómo consiguen que los carruajes se muevan sin caballos? ¿Qué clase de hechicería es esa?
Al ver que Puck se eleva decido elevarme por encima suyo y volar a cierta distancia por detrás para mantenerme fuera del alcance de visión del humano mientras iba escuchando las preguntas y respuestas que van diciéndose y mirando a que se refiere Puck en cada pregunta.
La curiosidad no era una cualidad "apetecible" en una mujer. Seguramente no tendría esposo... Aunque los tiempos habían cambiado tanto que quién sabe lo que atraía a los hombres de hoy en día.
Lo único que sabemos es que se llevaron un maletín. Podemos ir a hablar con él por si tiene intención de recuperarlo.
¿Tú que vas a hacer? ¿Te quedarás en el castillo?
Hermano, ¿me acompañas a buscar a Xánatos?
Miraba fijamente a Elisa, no perdía detalle de su conversación, pero a la vez no tenía nada que decirle, me sentía tremendamente confuso.
Por supuesto hermano, te sigo. Conteste con calma a las palabras de mi hermano mientras me disponía a dar la vuelta para volver de nuevo a la azotea.
El humano te va contando y te responde a una pocas preguntas. Pero pronto el conjuro se finalizará y además cargar a aquel individuo a tu espalda te resulta cansado y dificultoso. Así que pronto quedas exhausto y antes de que el conjuro finalice debes tomar alguna decisión o sino todo lo que suceda habrá sido inútil.
Además los primeros rayos del alba empiezan a salir entre lo que ahora conoces como "rascacielos".
Los primeros rayos de sol empezaban a salir entre los gigantes de hierro.
Además, Puck y Slink no habían regresado y si la luz les pillase volando sufrirían una terrible desgracia.
El día empezaba a llegar y es posible que no os diera tiempo a hablar con Xánatos esta noche.
Elisa os respondió a la pregunta.
- No, yo ya he averiguado todo lo que me era de interés en este momento. ¿Un malentín, verdad? Investigaré sobre eso. Ahora me marcharé sin que me vean, Owen pensaba que me había ido así que será mejor que no sepan que os he conocido y que he pasado por aquí. ¿De acuerdo?.
Cuando sepáis algo esta es mi dirección. Dijo sacando un extraño, pequeño y duro papiro. En él había cosas escritas, algún tipo de garabato que vuestro analfabetismo no llegaba a comprender.
- Puck, date prisa. - pienso mientras observo como empieza a despuntar el alba.
Me mantengo a cierta distancia por detrás de mi hermano por si acaso necesita ayuda en un momento dado.
-Bien.-Digo al humano.- Mañana al anochecer nos encontraremos en el parque. Se bueno hasta entonces.
Bajo al suelo, lo dejo caer con cierta suavidad y remonto el vuelo hasta nuestra morada seguido de mi hermano.
¿Qué es esto? ¿Qué es una dirección?
No entendía muy bien lo que esa mujer quería decir.
Creo que será mejor que nos encontremos en otro sitio, algún sitio que podamos saber dónde está y no este dibujado en un papiro. Mujer, tu arte es francamente malo
Elisa te dio las indicaciones de como llegar al lugar donde te había escrito. Como era el edificio que tenías que reconocer.
Quedaremos mejor en la torre del reloj al anochecer. ¿Entendido? Ahora es demasiado peligroso que siga aquí, temo que Xanatos me descubra.
A lo lejos veíais las siluetas de vuestros amigos que regresaban. Ya estaba a punto de amanecer.
Bueno muchachos nos vemos allí. ¡Hasta mañana!
Regresais a vuestro castillo, desde lejos podéis ver como hay alguien que se marcha. Alguien estaba hablando con vuestros amigos. Pero no llegáis a reconocer quien es. Cuando regresáis ya no hay nadie. Pronto amanecerá, quizá os de un poco para explicar lo que os ha sucedido, pero pronto el alba os convertirá de nuevo en estatuas de piedra.
- ¿Qué habeis descubierto hermanos? - pregunto a Enok y Luthien mientras empiezo a tomar posición en mi sitio.
Nuestro castillo ha sido modificado, como si magias demoníacas lo hubieran poseído y lo hubieran cambiado
añadí mientras entrelazaba mis manos
Además, nos hemos encontrado a una mujer. Nos dijo que tuviéramos cuidado con Xánatos, que no era de fiar. Y nos pidió que, cuando supiéramos algo, la informáramos. Ella sí me inspira confianza.
¿Y vosotros, qué habéis descubierto?
- Pregúntale a Puck. - digo. Entabló contacto con un humano haciéndose pasar por un Ángel.
Editado. Sorry. Me lié. :(
-Nada demasiado importante.-Digo con calma.- Un pequeño ratero, un ladrón que merecía un castigo y a la vez una oportunidad para encarrilarse. Me ha explicado cómo es la ciudad y algunas de las cosas que han cambiado. Mañana os explicaré con más detalles.
Mientras ascendía a mi lugar para descansar cuando el sol despuntara continuaba pensando en todo lo ocurrido…En cómo había cambiado el mundo que nos rodeaba.
Al parecer los humanos tienen unos palos negros para defenderse de otros…O eso dijo Elisa, la humana que conocimos…
Que era tan extraña…Comente mientras sacudía la cabeza sin apenas comprender nada.
-Bueno, de lanzas a palos....-Digo mirando al horizonte mientras espero al amanecer.
Ya tengo otra cosa que preguntar al ratero.
Comienza a amanecer en el cielo de Nueva York. La ciudad que os ha visto despertar. Han transcurrido una decena de siglos pero al menos cuatro de vuestra especie se mantienen con vida.
Estáis en un mundo extraño y os sentís tristes, melancólicos y sobre todo os sentís solos y traicionados.
El hombre os ha hecho lo que sois ahora, pero vuestra reza juró protegerles, hasta de ellos mismos si esto fuera necesario.