- Hagámoslo. - digo lanzándome tras Enok y Puck. Veamos ese reloj.
Muy bien, me parece un buen razonamiento. Comente pensando en lo que Elisa nos había dicho sobre que nuestra investigación no sería ni de lejos tan fructífera como la suya…
- Vamos a ver nuestro hogar, tengo ganas de estirar las alas comente mientras me encaminaba al balcón para tomar altura.
Las cuatro gárgolas se despidieron de Elisa y se marcharon para conocer el nuevo lugar que sería su hogar.
La torre de un reloj donde estarían seguros y donde tendrían que hacer de aquel lugar su hogar.