Partida Rol por web

Es el salón de variedades de Ratalia. Un sitio con clase dirigido por la exótica madame Satín. La Mansión Rosa ofrece espectáculos y servicios de todo tipo.

Un lugar de recreo para los varones de clase alta y un hogar para muchas de las chicas de barrios como Estercolero.

Los gritos de La Mansión Rosa retumban por toda la calle de La Confitura. En las ventanas puede verse a la gente del interior corriendo de un lado a otro, como sombras chinescas tras las cortinas color carmín.

El pánico ha cundido en el interior y sólo los caballeros más listos han conseguido mantener lo suficiente la calma como para salir de forma discreta del burdel. El resto se mueve de forma torpe y a voz en grito, tratando de evitar a las cucarachas.

Jimmy llega con velocidad a La Mansión Rosa. Parece que con presteza habia tenido tiempo para adelantarse.

Se paró en la entrada y dejó que sus amigos llegasen hasta su posición.

-Olle...¿creeis que tendran manicura para mí hay? - dijo con cierto tono de sorna ignorando con sarcasmo que las cucarachas invadian La Mansión Rosa.

-Menos cachondeo, vamos dentro a terminar con el problema; con discreción y rapidez.

Se arma y emprende el camino hacia el interior del edificio. Mirando a su alrededor en busca de los oponentes y gente en apuros.

tomo mi arma voy junto con mis compañeros adentro de la mansion -a la carga amigos, a por esas malvadas cucarachas!- voy para adentro tambien

-¿Y a que esperamos? ¡Vamos alla!

Sally entro en La Mansion corriendo, sacando los puñales. Se puso a pisar las cucarachas y a acribillarlas con las dagas.

Jimmy entró con mucho pasotismo dentro de "La Mansión Rosa" mientras sus amigos hacian todo el trabajo puesto que no le dejaban espacio para combatir, por lo que se sentó en una silla con tranquilidad y esperó a que terminaran lo que habian empezado.

El interior de la mansión es amplio, lleno de espacio para los espectáculos ocasionales. Sobre el sueño alfombrado descansan hermosos muebles, labrados en buena madera. De las pareces cuelgan tapices y retratos sugerentes y, del techo, lámparas con ciento de pequeñas velas y alguna que otra, eh… ¿jaula?

Un par de muchachas pasan corriendo a vuestro lado, huyendo de un grupo de terribles ¿cucarachas?

El ratoncito se estiró y se cruzo de brazos seguido de ello, miro al techo pensando, mientras los otros se liaban a palos con todo lo que pillaban.

Sally es la única en percibir algo extraño en estas cucarachas, pero no sabría decir qué.

Por otro lado, el capitán y Chinchulino están demasiado emocionados por el combate que se les viene encima, como para prestar atención a los detalles de las criaturas…

Por no hablar de Jimmy, que ha quedado demasiado fascinado con las jaulas como para siquiera centrarse en lo que han ido a hacer a La Mansión Rosa.

Los negros insectos se acercan a La Guardia como una marabunta. No son muy grandes. A penas alcanzan el tamaño del muslo de una rata.

Un par de chicas luchan por colgarse de las jaulas para alejarse de ellas. Por lo demás, La Guardia es libre de atacar primero. Las cucarachas mueven las pinzas de su boca. Algunas, incluso… ¿aletean?

Sally sentia que algo raro pasaba. Esas cucarachas no eran normales, y se lo hizo saber a los demas.

-Creo que no deberiamos acercarnos mucho a ellas. Son muy diferentes a las que se suelen ver por aqui, aparte de que en este barrio no hay.

Cogio una de sus cuchillas y se la tiro al bicho mas cercano.

El bicho más cercano salió volando, abriendo sus duros élitros, que liberaron las membranosas alas metatorácicas. Un ejemplar robusto, con un cuerpo bastante más redondeado que el de la cucaracha común, al que tanto os habéis acostumbrado.

Su lugar lo ocupa, entonces, otro bichejo de antenas extremadamente largas, que empieza a saltar delante de Selly, dándole un buen repaso con ellas. Parece una cucaracha muy cariñosa…

-madre que cosa!- corro hacia Sally y empiezo a espadear cucarachas a su alrededor -On Gard! malicios bichos rastreros- XDD

-Menudo lugar...-dice Jimmy mirando las jaulas sin siquiera presar atención a las cucarachas ni a nada.

-Olle, si les atacais saldra sangre de cucaracha, yo que vosotros las echaba a la calle y en la calle las mataba - dijo en un momento de lucidez

-Bien tratemos de echarlas, no es normal esta actitud y quiero ser precavido en cuanto a matar se trata.

Coge la espada y habré las puertas de la mansión de par en par, se acerca al primer bicho pues no sabe bien que puede ser y lo trata de sacar.

Algunas huyen, sí. Pero la mayoría se quedan a la espera de que las hagáis casito.

Aún así, los chillidos de la calle aumentan:

¡¡Mis bebés, mis bebés!! -grita una mujer, desde el exterior.

-Creo que tampoco sea muy buena idea sacarlos afuera.-dijo Sally mientras salia a socorrer a la asustada mujer que gritaba ahi fuera.