Partida Rol por web

En la ancha calle Filón de Almíbar, que separa el distrito de La Mouse del rico barrio de Las Mieles, se encuentra la sede de La Guardia de Ratalia. Un edificio antiguo de tres plantas, con fachada de blanca piedra.

Dentro, en la planta baja, hay un recibidor, con diferentes departamentos, donde pueden poner sus denuncias y quejas, así como los dos cuartos de interrogatorios, una modesta sala de estar y el comedor común de La Guardia.

Más arriba, en la primera planta, se encuentran los registros, el almacén de pruebas, los aseos y catres de los guardias, así como las armas y armaduras de antiguos y nuevos miembros.

El último piso se encuentra casi vacío. Está lleno de despachos para “altos cargos”, ya que, en su fundación, se esperaba que La Guardia de Ratalia experimentase un crecimiento exponencial. Pero, en lugar de ello, fueron los proveedores los que prosperaron, alcanzaron la fama y el prestigio. Por ello, la única oficina habilitada es la del Comandante Enrick, quien prácticamente vive allí.

En los sótanos se encuentran las celdas, para los maleantes de la ciudad. Agujeros austeros, donde pueden pasar la noche borrachos y criminales de poca monta.

La tarde se presenta tranquila, como todos los días. Pero hoy, el Comandante Enrick, parece encontrarse más nervioso de lo habitual. Se le ha acabado el papeleo y la inactividad lo está matando.

Ratalia, la ciudad de las ratas. Una metrópolis bajo la superficie de otra metrópolis aún mayor -anuncia, caminando nervioso por la antesala-. ¡Un hervidero de actividad! -grita, alzando los brazos de forma teatral-. Entonces, que alguien me explique por qué cojones nunca pasa nada.

Sus ojos ojerosos os lanzan una mirada inquisitiva.

Todos aquí, repanchingados, fingiendo que trabajáis -parece al borde de sufrir un ataque. Y es que, desde que el señor Flynn perdiera sus botas, no se ha solicitado la ayuda de La Guardia para nada más-. ¿No debería haber alguien de patrulla?

Modo mira a su alrededor y, sí, todos hacen como que trabajan ajetreadamente. Aunque, claro, todos quedan paralizados con las voces del comandante.

- Sí, parece que aquí es donde estaba la tranquilidad que buscaba desde hace mucho... –piensa.

Pero el comandante parecía que explotaría en momentos. Así que, mira a su hermano y en voz baja le dice:

-¿Esto pasa mucho o es un día especial?, ¿o es que el café esta en mal estado? ¡Jajaja!

Modo está tranquilo, ya que él sí que tiene mucho vivido. Pero nadie parece decir nada.

-Vaya, parece que el jefe hoy no esta de buenas, vaya hombre... -murmura, terminando de hacer lo que estaba haciendo, pues había sido interrumpido por el jefe debido a su cháchara de lo que pasaba y lo que dejaba de pasar.

los comentarios del Comandante me sacaron un poco de lugar

como que no hacemos nada, se que no somos muy populares pero ayudamos al cambio

contesto al comentario de mi hermano que me hizo volver nuevamente a la guardia, en un susurro

no realmente no es así todos los días, solo día por medio jaja!!

yo estoy listo para la patrullar Comandante

cojo mis cuchillos que estaban en la mesa los amarro a mi cinturón

puedo marcharme seguida

Perfecto -exclama el Comandante, con las manos en la cintura, en forma de jarra, sin dejar de caminar de un lado a otro-, coge a tu hermano. Patrullareis por el Estercolero, como a ti te gusta -sonríe-. Últimamente no parece haber demasiada actividad por allí… ¡Así que seguro que traman algo gordo!

-seguro que algo huele mal alli, eh, comandante.

mira a su hermano y le da un toquecillo en el hombro.

-te sigo hermano.

coge la espada larga, pesada y se la engancha en la espalda.

se cruje el cuello en dos movimientos y los dedos.

mira a su hermano y espera que el empiece a caminar para seguirle.
 

Pocos minutos después de que Modo y Kond Fa hayan salido del cuartel, una mujer entra en el recibidor de la sede, muy apurada, mirando hacia todos los lados como sin saber qué hacer o a quién acudir.

Viste de forma elegante y tiene un rostro muy particular: ¡Es madame Satín!

Nos han… -intenta hablar, pero parece agorada por la carrera-. Nos han… ¡Nos han saboteado! -grita, dejando caer sus brazos con fuerza sobre la mesa del agente Chinchulino.

A mí -chilla, dándose la vuelta para mirar al resto-. ¡A mí! ¡¿Cómo osan?!

-Pues osando, como no, le podrian haber saboteado a ella como a mi vecino del frente. - Dice jimmy en voz baja para que ni ella ni el jefe le pudiesen escuchar.

-A ver, ¿que ha pasado? - dijo ya con una voz un tanto más altiva que se podia escuchar mejor.

Se encontraba sentado en una mesa ojeando un papel en blanco mientras decidía que podía decir. Su esposa se había mudado y trataba de informarla de que Verónica se encontraba bien, pero ella no diría lo mismo de estar junto a mí. ¿Que hacer? De repente una distracción y fue derecho al problema.

-El sabotaje es una palabra muy grande, sin unas buenas pruebas sobre las que cimentarse. Así que dígame despacio y con calma ¿que ha ocurrido?

Que qué ha ocurrido -chilla la mujer-. ¡Que qué ha ocurrido! Que mi salón está lleno de sucias y horribles cucarachas -la mujer se desploma y comienza a llorar-. Mi mansión… ¡Mi preciosa mansión! ¡¿Qué pensarán de mí, ahora, nuestros ilustres clientes?!

El Comandante se acerca a ella con ánimo de consolarla, pero ella le aparta la mano con un gesto demasiado brusco para una dama.

¡¿Todavía están aquí?! -grita llena de cólera-. ¡¡Vayan a deshacerse de esos bichejos!!

-Pero, ¿por qué no vamos ahora? Esto ya esta bastante aburrido... -dijo Sally, una novata que se acababa de unir a la guardia.

yo estaba perdido en mis ideas y ordenando los expedientes, el que el Comdante Enrick nos girtara ya era algo comun... y seghuia en lo mio... entoces llega la exuberante Madame Satín y me quedo atontado un momento mientras la veo y oigo todo lo que pasa, me pongo de pie -madam que cosa ha dicho??... que clase de monstruo insensible osaria a sabotear un lugar que presta tan grato servicio a la comunidad como "La mansion rosa"??..............-

e intento sacar mi espada pero esta atorada en la funda... asi que solo me limito a decir finjiendo una voz varonil -no se preocupe Mi Lady, que sacaremos a esas cucarachas en menos de lo que el Comadante Enrick se come su queso vespertino A LA CARGA!...-

y torpe y graciosamente me tropiezo con mi propia cola... -aaay!- y me levanto adolorido y me empiezo a ir -digo, ya vamos alla....... vienes sally??-

voy a prepararme para salir a por esas cucarachas malvadas XDDD

Durante un segundo, el Comandante Enrick se queda helado ante las palabras de Chinchulino: “… en menos de lo que el Comandante Enrick se come su queso vespertino”, repite para sus adentros, furioso, para luego calmarse de forma fácilmente visible para el observador perspicaz.

¡Sí, iros! -ordena, conteniéndose las ganas saltar sobre el nuevo recluta…- Lo hace sin malicia -piensa, mientras que se acerca nuevamente a la madame-. Yo me quedaré aquí preparando un informe con la señorita Satín.

-¡Por fin esto empieza a animarse! No se preocupe, madame, su mansion rosa va a ser desinfectada....¡a cuchillazos!-dicho esto Sally saco sus dagas, mientras se reia.

Cogio del brazo a Chinculino y arrastrandole dijo:
-Las cucarachas se iran de puro aburrimiento como no vayamos ahora... ¿quien mas se viene?

-Uff , menos mal , ya hay algo que hacer...¡es la hora de las tortas! - y sin decir nada se va caminando a la puerta tranquilamente y al mismo tiempo tambien alegre, preparado para endiñarle palos a los bichejos aquellos si hacia falta.

Y mientras Sally me arrastra, levanto el pulgar y añado...

 -gracias amiga Sally...... "LARGA VIDA A LA GUARDIA RATALIANA" "NUESTRA ES LA VISTORIA Y EL GRAN QUESOTE" "ALLA VAMOS"-

Sally solto a Chinchulino, pero con cuidado, no queria herir a un guardia antes de hacer nada.

-Deberias comer menos queso, ¡pesas mucho! ¡Y como sigas asi no llegaremos nunca! -le dijo en broma.

me levanto con una sonrisa :) -esta bien, esta bien Sally, vamos alla pues...- tomo mi arma y tambien ya salgo -vamonos Jimy-

Los tres agentes se marchan, animosos, a cumplir con su misión, dejando a los dos altos cargos de La Guardia solos con la llorosa y desconsolada madame.

Satín alterna su mirada de Comandante a capitán, indecisa.

¿Cómo es que se quedan conmigo los dos mejores guardianes y van unos meros agentes a encargarse de mi mansión? -pregunto por fin, visiblemente disgustada.