Partida Rol por web

Orislsetr es una ciudad de tamaño pequeño, cuenta con unas treinta mil almas, en su gran mayoría son enanos, que gobiernan la ciudad según los antiguos preceptos, sus muros son de casi diez varas de alto de un espesor suficiente como para que los soldados puedan correr por la base a defenderla y entre las almenas se erizan las lanzas y escudos de una docena de soldados enanos, el interior es una ciudad ordenada y casi cuadriculada, muy al estilo enano, aunque hay algunas zonas claramente humanas y en la zona norte hay un pequeño bosquecillo que según dicen frecuenta un druida elfo que pasa por ahí de vez en cuando.

Wodo, después de ser expulsado de tu tribu y de tu tierra, vagaste por las tierras desiertas y cruzaste las montañas y finalmente agotado, caíste a las puertas de esta ciudad, los enanos en su mayoría no querían recogerte, otros por su lado querían lanzarte a la hoguera, solo un elfo, el druida itinerante que tiene un bosquecillo en la ciudad, te acogió y te enseño el camino que de algún modo ya habías vislumbrado, ha pasado algún tiempo desde ese entonces, no eres mas que un aprendiz de druida, pero las enseñanzas de tu maestro han conseguido que por lo menos dejen de tirarte piedras.

Tu maestro marcho hace un par de lunas y tu estas pensando en si merece la pena quedarse aquí sin su tutela o tal vez deberías de buscar nuevas enseñanzas mas allá de estos muros y las malas miradas de estos enanos.

Akai’zar, Lorey, los elfos igual que los enanos son vestigios de un mundo antiguo que poco ha poco ha ido desapareciendo y vosotros dos sois claros ejemplos de como esto ha sucedido, pues independientemente de que vuestros antepasados hayan surgido de debajo de las piedras o de entre los bosques salvajes que rodean el mundo, la humanidad esta llenando la tierra con su enorme prole, el como habéis llegado a esta ciudad, es lo de menos, pues es una parada casi obligatoria antes de atacar el paso del enano, que une esta con su gemela Tumunzir, la pregunta que resuena entre la mayoría de los presentes en la posada en la que habéis coincidido y en la que se aloja una variopinta compañía que según dice partirá en breves.

Xhafer, la noche es larga, mas cuando usan magia sobre ti para alargar tu, ya de per se enorme resistencia, pero todo se acaba y la mañana llega, es tiempo de pagar las deudas y al fin quedas a solas, con la druida, la hechicera y sus mascotas.

Cuando las otras chicas se han marchado, aunque aun estas algo aturdido, oyes la bulla en la parte de abajo, al parecer hay juerga y no te han invitado.

Niszu, los enanos no son amables con aquellos que no consideran dignos de confianza y el que tu piel sea escamosa y de un tono verdoso, te hace candidato perfecto a que te quieran mal, con lo que han mantenido una férrea vigilancia sobre tu persona desde que llegaste y el mas mínimo desliz te ha llevado a tener tus huesos en prisión, junto a cinco semi orcos que trajeron por la tarde y que al parecer van a dar justicia rápida en forma de cuchilla enana y si se equivocan y te toman por uno de ellos y si aprovechan la ocasión para quitarte de en medio, malditos enanos.