Es 12 de noviembre de 2012.
Tu jefe a tenido la grandiosa idea de cambiarte el turno a ultima hora y decirte que ese dia tendras que hacer un turno doble y trabajar por la noche lo cual significa que tendrás que cerrar la tienda y organizar el almacen ademas de reponer todos los productos y hacer inventario.
Es una mierda un trabajo horrible mal pagado y donde claramente están abusando de ti, pero necesitas el dinero y no te queda mas remedio que tragar con ello, ademas el verdadero problema no es que tengas que trabajar de noche, es que tenias un par de entregas de droga que hacer y obviamente no podras hacerlas desde la tienda y eso si que te traería auténticos problemas reales.
Si no le entregas la mercancía a tus clientes estos buscaran alguien nuevo que se la de y perderás dinero y sin dinero no sabes cuanto durara tu madre, es una maldita vida de mierda pero hay que sobreponerse y buscar la manera de apañarlo todo.
Cuando recibo el mensaje por parte de mi jefe de mi inesperado cambio de turno, mantengo un semblante serio y no comento nada. Este cabrón, además de pagarme una mierda, me explota. Que se joda el negro, seguro que piensa eso. ¿Qué será lo próximo, mandarme a África de una patada para recoger algodón? Una vez se ha marchado y cierro la tienda, me dirijo al almacén no sin antes dar un manotazo a la puerta mostrando mi ostensible enfado.
Mientras voy reponiendo los productos, recuerdo algo muy importante... Esta noche tengo que hacer dos entregas y si no lo hago me quedaré sin clientes y sin pasta. Cojo mi móvil y mando un mensaje a mis clientes, diciendo que quizá me retraso un poco, pero que tendrán su parte. Total, prefiero perder este empleo antes que perder a más clientes. Me doy prisa por terminar de colocar los productos, luego tengo que hacer inventario aunque dudo mucho que tenga tiempo...
Me habia tocado quedarme otra vez por la noche ya era la quinta vez ese mes y lo peor de todo es que no me pagaban las horas extras que echaba y ademas si protestaba me recordaba ese capullo del jefe que me podia despedir cuando le diera la gana y contrarar alguien mejor, aun tenia que aguantar que de vez en cuando me diera una palmada en el culo y hacer como si nada, seguro que cualquier dia de estos me pedia que le hiciera alguna cosa o que me acostase con el para no despedirme y ese seria el dia limite, ese dia me largaria y le pondria la mayor denuncia por acoso del mundo.
Pero para que engañarnos por ahora me hacia falta el dinero y no podia hacer nada mas, me dirigia hacia el almacen para salir por la puerta de atras cuando vi a laurent ordenado cosas, el pobre tambien me daba pena le trataban incluso peor que a mi, pero que se podia esperar de un negocio dirigido por un gordo pervertido y retrasado que seguramente era medio nazi o algo así.
- Buenas noches Laurent veo que tambien te han engañado a ti - dije en un tomo muy amable con una gran sonrisa.
Estaba colocando los bricks de leche cuando escucho una voz a mis espaldas, miro por encima del hombro y veo que es Adriana, una chica que trabaja aquí conmigo. El jefe tampoco la trata muy bien, ya le he visto varias veces manoseándola y ella aguanta como puede esa situación. Desde luego, si fuera yo, ya le habría pegado un puñetazo en la cara. Me giro hacia ella, esbozando una amplia sonrisa y saludándola con la mano.
-Buenas noches Adriana, por lo visto no soy el único al que ha puteado el cerdo para trabajar.
Al menos tendré una agradable compañía y con suerte terminaremos antes de que llegue la hora acordada con mis clientes.
- No - digo intentando que no se me borre la sonrisa de la cara aunque no puedo evitar poner una pequeña mueca de asco, no por Laurent si no por el cerdo acosador de nuestro jefe - Siempre se encarga de dejarme hasta las tantas de la madrugada con amenzas pero bueno no se puede hacer mucho - me encogí de hombro resignandome.
- En fin si quieres pueda ayudarte para que termines un poco antes -
Lo único que se puede hacer es pegarle una paliza, aunque lamentablemente no es una opción viable... De momento. Pienso mientras en mi rostro se dibuja sin querer una leve sonrisa. Adriana está dispuesta a ayudarme y eso me haría terminar mucho más rápido.
-Pues te lo agradecería, la verdad. Tengo un asunto entre manos y necesito atenderlo esta misma noche -comento en voz baja y continúo colocando los productos en sus respectivos sitios.
- ¿Un asunto entre manos? - pregunto dandole un tono de misterio a la cosa - Lo dices en plan misterioso, seguro que mañan descubro que en realidad eres un tipo que va salvando el mundo disfrazado o algo por el estilo -
Bromee un poco por pasar el rato mientras le ayudaba siempre era mejor hablar que permanecer en absoluto silencio mientras reponiamos cosas, aquel trabajo era una verdadera mierda se suponia que tendrian que haber estado haciendolo durante el dia pero claro tenia 4 compañeras de las cuales 3 se acostaban con el cerdo del jefe y otra... bueno no queri ni pensar en que haria esa exactamente, los otros empleados eran todos tipos enchufados por la mujer del jefe y a esos siempre los trataba de maravilla, el dia que me marchara de alli me aseguraria de conseguiralguna foto de ese cabron tirandose a las harpias inutiles de las otras solo para vengarme.
Al escuchar el comentario de Adriana vuelvo a sonreír.
-Sí, soy como Clark Kent pero más moreno y guapo -digo soltando una carcajada y sigo colocando las cosas-. Oye, ¿tú dónde te ves de aquí a... no sé, cinco años? Yo ojalá pueda pagarme la universidad y estudiar periodismo o algo parecido, por eso de tener soltura y labia, creo que se me darían bien las entrevistas. Pero lamentablemente, todo eso lo veo ahora mismo como un sueño.
- Ves hasta quieres ser periodista igual que Superman - digo continuando la broma, aunque realmente era una pregunta dificil de responderle ni siquiera sabia donde me veia dentro de dos dias mucho menos dentro de cinco años, la verdad es que viendo las cosas así me esperaba una vida muy triste.
- La verdad es que no lo se, empece este trabajo como medio para pagar las facturas y seguir estudiando, pero hace ya tiempo que ni siquiera puedo con las facturas así que amenos que pase un milagro no se por que me veo aqui atrapada dentro de cinco años y tan desesperada y amargada de la vida que seguramente me dejare tocar por ese cerdo gordinflon -
Mi expresión cambia cuando comenta que no puede ni pagar las facturas. Nunca había hablado mucho con Adriana, la verdad, pero imaginaba que estaba en este trabajo únicamente para pagarse los estudios y al parecer no tenía ni para las facturas. Joder, pobre chica, en el fondo hasta tenemos cosas en común. Al escuchar sus últimas palabras respiro hondo y la miro fijamente a los ojos.
-No hables así... Tú no eres como ellas, aunque quisieras. No deberías pensar eso. Mi situación desde hace varios años es jodida pero siempre confío en que tarde o temprano todo mejorará -afirmo con rotundidad y mi mirada se torna violenta-. Si ese asqueroso te hace algo, se las verá conmigo, créeme.
No quiero que sufra nadie más...
No pude mas que reír un poco ante su comentario - Bueno entonces te tomare la palabra y te usare como mi caballero andante, si el se me acerca te llamare -
Aunque la verdad es que era bueno ver como alguien se preocupaba por ti aunque fuera simplemente por quedar bien como compañero de trabajo pero era una manera de sentirse querida y no es que tuviera demasiadas en mi vida.
Bueno, por lo menos he conseguido que no se deprima más... Dejo de colocar las cosas y cojo la libreta de hacer inventario y apunto mi número en una de las hojas, la arranco y se la doy a Adriana.
-Por si necesitas hablar algún día, sobre lo que sea... -murmuro mientras me meto las manos en los bolsillos y miro hacia el suelo.
Entre los dos hacer el inventario es mas rapido y antes de que os deis cuenta ya casi habeis terminado y por suerte para ti tienes tiempo de sobra para entregar la mercancía sin retrasos ni problemas, era una suerte que la chica te hubiera ayudado.
Al final si tendría tiempo para hacer las entregas, todo gracias a Adriana. Se merece mucho más de lo que tiene y sin embargo aquí estamos los dos, jodidos y con un futuro que no pinta muy bien...
-Muchas gracias, de verdad. Seguro que cualquiera de los demás ni se habría molestado en hablarme y tú estás aquí ayudándome -musito mientras me llevo la mano al bolsillo trasero del pantalón, asegurándome de que las dos bolsitas están en su sitio.
Ya casi aviamos terminado y eso era una suerte por que asi el podria marcharse y yo tambien y podriamos cerrar esto y dejarlo todo bien para que el gordo retrasado se sintiera orgulloso.
- No tienes que darme las gracias, la verdad es que me abria sentido mal si me marchaba y te dejaba aqui trabajando toda la noche y ademas es entretenido hablar contigo -
Sonrío de nuevo pero esta vez no digo nada más y apuro lo que queda de inventario para terminar cuanto antes. Ya estoy bastante cansado de esto...
-Creo que ya va siendo hora de cerrar, si ha quedado algo, que se joda y lo haga él. Que a este le gusta mandar pero no le mola el rollo de currar -manifiesto y hago un gesto indicando que podemos salir de la tienda.
Entre los 2 os asegurais de que todo esta en su sitio y cerrais el local, no hay mucho que cerrar solo salir por la puerta de atras y aseguraros de que esta todo correptamente cerrado y que no hay nadie sospechoso esperandos, despues de eso podeis marcharos a casa tramquilamente.
Pero cuando Adriana y tu estais decididos a separaros para ir cada uno a vuestro destino algo extraño sucede, ambos teneis la sensación de que alguien os llama, alguien que esta sobre vosotros no es un sonido exactamente es mas como si vuestro cuerpo entero sintiera que algo os reclama.
No puede evitarlo y subes la vista al cielo y te encuentras con la visión mas impresonante de tu vida, la luna completamente llena y mas grande de lo que jamas la habias visto, pero no solo eso brilla con una intensidad inimaginable casi parece que es de dia, no puedes apartar la mirada de la luna y en todo momento tienes la sensación de que te esta hablando.
Tu cuerpo no se mueve estas como paralizado observando fijamente la luna.
Postea pero que tu personaje no se mueva, osea solo lo que sientes.
Salimos de la tienda y tras estar caminando un par de minutos me dispongo a irme, entonces sucede algo insólito.
-Buenas noches, Adriana. Mañana nos vem... -no consigo terminar la frase, una extraña sensación embarga todo mi cuerpo-. ¿¡Pero qué demonios!?
Mi cuerpo no reacciona a mis órdenes e instintivamente miro hacia la luna, la cual se encuentra hoy llena y extremadamente cerca. La cosa no acaba ahí, también desprende un brillo inusual. Intento apartar la vista de ella mas no lo consigo... Y había más, juraría que me estaba... ¿hablando? ¿Era eso posible? Miro de soslayo a Adriana y se encuentra igual de extasiada que yo. ¿Qué me está pasando? ¿Será un sueño? Me pellizco en el brazo pero el dolor atestigua que estoy bien despierto.
Cambia de escena continuamos en Casa Laurent.