Partida Rol por web

Era imposible aquella chica, él debía recibir el impacto, al menos había conseguido eludir las garras de aquella bestia.

Como un resorte, Alrik trató de contraatacar, pero su postura era defensiva para aguantar el golpe, y cambiar tan rápido la posición de los pies era difícil, haciendo que errase su golpe.

Escondido entre los árboles, Ozymandías sonrió ante las amenazas de la exploradora y la montaña, pero sin perder de vista a la masa de pelo y plumas que cargó contra sus compañeros. Eligiendo el momento en que este pasó lo suficientemente cerca, lanzó su red sobre su cabeza, con el fin de entorpecer sus movimientos

- Ahora si! - exclamo al ver como su táctica daba resultado, dejando caer el extremo de su curiosa arma, empuñó su escudo y sacó el tridente de su espalda, donde lo llevaba colgado mientras buscaba la mejor posición para ayudar a sus compañeros

- Pronto habrá un Osobuho menos en el mundo - aseguró convencido tras encontrar su posición

Gregory dispara su ballesta al gran osobuho.

- No arriesguéis, no merece la pena, y estad atentos, a veces hay más de uno...

Luego de esquivar la poderosa carga de la bestia, Sombra reculó con su espada y atacó a su enemigo, pero la piel de la bestia fue muy gruesa como para hacer el daño que pretendía.

La ballesta de Gregory falla, la saeta queda clavada sobre la piel de la criatura sin hacerle daño alguno.
La maniobra de combate de Alrik fue buena, atacando y golpeando ferozmente a la criatura, los huesos resonaron y un chidido se desprendió del pico del osobúho.
Por su parte, Sombra si logró penetrar lka dura piel con su enorme espada, en el costado del osobúho, pero no fue mas que un simple rasguño.

La criatura intentó desesperadamente quitárse la red de encima, pero lo único que logró fue enredarse mas.

Los ojos de la mujer se tornaron de un color rojizo, mientras abalanzaba su espada por los aires, su bastarda se enterraba fuertemente sobre el costado de la bestia, mientras esta lanzó un alarido de dolor.

- Veamos que puede hacer - el chaman se mantuvo sonriente mientras intentaba clavar su tridente, en el corpachón del Oso emplumado, aparentemente sin estar demasiado preocupado por el posible contrataque del mismo - Despues de todo es solo un oso conm plumas - arengó a sus compañeros - Un par de golpes más y lo acabamos -

Curiosamente, los movimientos de osobuho para desenredarse impidieron a Alrik golpear con claridad, estaba más acostumbrado a objetivos que intentaban defenderse que a objetivos que hacían movimientos aleatorios para desenredarse.

El agua y el polvo había heco mella en el arma del embaucador, el gatillo se había trabado, lo que le ocasionó la perdida de unos segundos valiosos en un combate.
Por su lado, la bárbara asestaba un certero golpe en el costado de la criatura, hacéndole una fea herida y exponiendo su carne.
El movimiento extraño de dolor que realizó la bestia fue la causa de que el tridente de Ozymandias no diera en el blanco; pero por el contrario, el  enorme hombre logró impactar con su mangual los huesos de la bestia, haciéndola chillar de dolor.

Malherido y desesperada por librarse de la red, el osobúo atacó con garras y pico a la red, su fuerza y el filo de sus armas naturales bastaron para dejar la red totalmente desgarrada e inservible.

Alrik volvió a golpear, a pesar de su tamaño sus golpes no eran muy contundentes, pero habían dado ya muchos golpes y aquel bicho se resentía ya del daño sufrido.

- Mi red! - curiosamente Ozymandías parecía más preocupado por su arma que por el desarrollo del combate - Como te atreves! - amenazó al Osobuho antes de empuñar su tridente y buscar clavarlo en su cuerpo para evitar que el mismo siguiera intentando romper su red de combate

- Debes quedarte allí atado - lo amonesto mientras buscaba clavar suarma