Pocos quedan que hayan pasado esa rabieta. Sólo los juguetes más duros la aguantaron. Aún los más viejos recuerdan al cocodrilo sacamuelas salir disparado por una puerta y nunca regresó, y cosas peores ocurrieron aquel día. Ya sólo queda un juguete que estuviera aquel día, cuando el amo se enteró de que los reyes eran los padres. Es un juguete tan jodidamente duro que los ataques normales sólo le hacen mella en su regio porte. Necesita dos ataques para ser aniquilado, pero si el consejo decide que es culpable de nada le sirve su habilidad. Gana la partida cuando no queden traidores.