- Bueno, seguro que se podría arreglar. La directora sabrá que tienes una familia, un hijo. Puede que te deje visitarnos más a menudo o que te visitemos. O a lo mejor podría pedir el puesto de guardabosques y llevarme a Dean conmigo.-bromeó, aunque bien pensado tampoco era una mala idea. Podría ser una de las soluciones. Miró a Tabatha y la besó en los labios.- Acéptalo, porque sino te arrepentirás. Y ya luego pensaremos en las demás cosas. Sabes tan bien como yo que lo correcto es que enseñes en Hogwarts.
-No sería mala idea, señor guardabosques.
Sonríe y le besa. Si él está de acuerdo, no puede decirle que no a la directora. Su principal miedo es que alguien quisiese tenderle una trampa a Lucas, pero su novio no parece muy preocupado por eso. Así que solo queda dejar atrás las preocupaciones e iniciar una nueva vida de nuevo en Inglaterra. Pero lo mejor de todo es que será con su familia. Todos juntos.
-Tendremos que hablarle a Dean acerca de la magia.
Si no fuera porque sólo había bebido agua, diría que empezaba a estar borracha porque estaba a nada de entrarle la risa tonta por nada en concreto. Quizás fueran los nervios o simplemente la certeza de que todo aquello era una soberana locura, lo cuál, de hecho, no le importaba en absoluto.
Le dirigió una sonrisa a Zoey antes de meterse con ella en la llameante chimenea de casa de sus padres para aparecer, poco tiempo después, en el salón de casa de Bella. Sacó un pie de ahí para mirar con los ojos entrecerrados hacia el sofá, tras lo que relajó el gesto.
- Me alegro tanto de pillaros con ropa - anunció con fingido alivio y un tono de voz cargado de burla antes de saludar a Emily y a Sean -. ¿Qué tal, chicos?
Como era normal cuando se encontraba con los dos, acabó por dejar que su mirada se posara en Emily, enarcando levemente las cejas en una pregunta muda que quizás no le llegó a la rubia "¿Estás bien?".
Y hablando del rey de Roma, por la puerta asoma. O por la chimenea. Y la tía iba tan tranquila, como si no acabase de sacarse una boda de la manga.
- Pues aquí estábamos, intercambiando opiniones. - le contesté a Eileen - Hemos coincidido en que se te ha ido la olla. Ahora estábamos decidiendo si era por un golpe en la cabeza o los vapores de tus pociones.
La verdad era que no sabía muy bien qué decirle. ¿Tenía que felicitarle? ¿Desearle suerte? Demasiado complicado, y más siendo Eileen. Lo mejor era seguir protegiéndome en mi burbuja de humor, acidez y sarcasmo.
La reacción de Emily no le sorprendió en lo más mínimo pero decidió tomársela a bien. Entre otras cosas porque en caso contrario aquello podía acabar en un desastre que no quería, porque Emily y Zoey no se tenían en demasiada estima. Pero el principal motivo por el que no le molestó fue porque tenía bastante razón.
- Ya sabes, un poco de todo - reconoció con desenfado y sin perder la sonrisa. A decir verdad, estaba de bastante buen humor. Aunque una parte de ella sentía que aquello no estaba sucediendo. La parte sensata se había ido directamente de vacaciones -. Yo creo que igual fue cuando Kegan me estranguló, fijo que el cerebro ya no me riega - y de nuevo, sentido del humor para enfrentar cosas sobre las que no se debería bromear -. ¿Me has traído mi algo prestado o qué?
-Por el interés te quiero Andrés. - dije susurrando mientras señalaba a Eileen con el pulgar. - ¿Alguna vez te he fallado?- le dije sacando entonces su ansiado "algo prestado".
Era un brazalete platino con la forma de dos alas de aguila y un pequeño zafiro.
- Cuando mi madre puso interés en Hogwarts y descubrió Ravenclaw, decidió regalarme esto para no recuerdo qué fiesta. Pensé que te quedaría bien, el azul siempre ha sido tu color. Resalta tus ojos. - le dije esta vez sin bromear. Locura o no, era un día importante para Eileen. Debería comportarme un poquito más. Un poquito. - Aunque eso de quitarme el derecho a preparar fiest de soltera y vestido de dama de honor no te lo perdonaré nunca. - En realidad seguramente era Bella la que de verdad se había decepcionado con ello. Pero tenía que decirlo.
Miró el brazalete con extrañeza, tan poco propio del estilo de Emily, algo que entendió cuando le explicó que era debido a que era uno de esos regalos de su madre que tenían más a ver con quién quería que fuera que con quien era realmente. Puso los ojos en blanco antes de ponerse el brazalete. En ella que iba casi sin adornos, se veía todavía más inusual.
- Ah, qué bien, has decidido prestarme algo que no querías, eso sí es amistad - bromeó, haciendo como que se quitaba una lagrimita -. Pues que sepas que te lo voy a devolver - le sacó la lengua antes de anunciar -. Y la despedida de soltera la podemos hacer póstuma. Siempre y cuando venga acompañada por los regalos. No estarán al nivel de mis vales pero qué remedio, me conformaré con vuestras migajas... - miró a su alrededor, contenta de que nadie le hubiera sugerido ponerse un vestido bonito para la ocasión. Con que Zoey estuviera guapa por las dos, valía. Ella ya iba a pasar suficiente vergüenza haciendo todo ese paripé como para añadirle el sentirse disfrazada -. Buenooo.... - acabó por decir, un tanto incómoda, dándose con la mano cerrada en la cadera -. ¿Estamos todos? ¿Nos vamos?
Todos se fueron y dejaron a Zoey y Bella a solas para que pudiera vestirse. Zoey, al parecer, sería la que llegara más tarde. La novia auténtica y a Eileen le tocaba el papel que tan bien se le daba: el del novio. Y es que hasta Audrey le dijo a su hija que si no podía haberse puesto otra cosa. ¡Que era un día importante!
Y justo en ese momento se escuchó una musiquita y apareció Zoey sujeta del brazo de su padre. ¡Su padre había ido!
Y Bella corrió para colocarse al lado de Emily y Stana. Parecía contenta y feliz por su trabajo.
Bella:- ¿Qué decíais de perfección?
Y es que Zoey estaba increíblemente hermosa. Los vestidos siempre le habían quedado bien, pero en esta ocasión se la veía deslumbrante. Sean no comentó nada, porque sabía que Emily no soportaba a Zoey, pero la verdad es que Zoey estaba guapa. Si bien seguía creyendo que aquello era una locura de las grandes.
Cinco minutos después, ambas eran mujer y mujer.
Juez:- Podéis besaros.
Y ahí estaba Eileen, la novia novio de aquella boda lésbica, vestida con unos tejanos negros y una camiseta de manga corta de color morado, los únicos detalles el sencillo anillo que le había dado Zoey, un colgante con forma de caldero y el brazalete que le acababa de prestar Emily. Para rematar la imagen su algo azul era Bloomy, el pufskein que yacía a sus pies mientras temblaba de excitación. El colmo de la elegancia.
No sólo parecía fuera de lugar sino que se hallaba terriblemente incómoda frente a un improvisado altar que no debería estar ahí. Ella había esperado un juez que las haría sentar ante su mesa, les daría un discursito legal y las declararía mujer y mujer. Fin. Pero alguien, presumiblemente de la familia de la novia novia, había decidido que aquello sería muy soso. Así que altar, filas de asientos en su gran mayoría vacíos y...¿maldita sea eso era una marcha nupcial?
Estaba esbozando su mayor cara de fastidio cuando la puerta se abrió y apareció Zoey, simplemente preciosa. Su expresión como novia novio no se hizo esperar y mostró su perplejidad ante la chica que iba a convertirse en su esposa. Vaya. Siempre había sabido que era afortunada pero... Vaya. Ni su cerebro se decidía a ser elocuente. Por si fuera poco, empezó a sonrojarse consciente de que las miradas iban de Zoey a ella, seguramente porque en su papel de novia novio querían ver la arrobación típica de cuando la novia se dirigía al altar. Y lo peor era que, aunque estaba tratando de no mostrar nada similar, las emociones estaban reflejándose en su rostro sin que pudiera hacer nada para controlarlas.
Así que cuando Zoey llegó a su lado tenía una sonrisa de flipada que no se aguantaba.
- Estás preciosa - le murmuró en voz baja con aspecto un tanto enfurruñado. Decir esas cosas con público era demasiado vergonzoso...Pero Zoey se merecía el cumplido.
Por suerte el juez decidió no alargar su tortura, quizás porque las caras de Eileen demostraban que siendo el centro de atención en algo tan emotivo no estaba en su mejor momento precisamente. Y de repente se encontró con el momento clave. Eran mujer y mujer. Y tenía que darle un besazo a Zoey delante de todos... incluida su familia. Y su padre. Horror.
Desvió un momento los ojos hacia los invitados de forma evidente antes de hacer un puchero y mirar a Zoey, acabando por sonreír y encogerse levemente de hombros tras lo cuál, como novia novio - más baja que la novia novia -, eliminó la distancia que la separaba de su pareja y le dio un beso apasionado, tratando de ignorar a los invitados.
- ¿Los echamos fuera y pasamos directamente a la noche de bodas? - bromeó para que sólo ella lo escuchara, antes de separarse de Zoey.
La verdad era que en serio creía que aquél brazalete era perfecto para ella, pero no iba a decir nada más al respecto. Seguí al resto a lo que parecía era una boda por lo penal: rápida, práctica, agnóstica. Cómo una boda Ravenclaw debía ser. Me pregunté por unos instantes a qué casa fue Zoey en su juventud (en la prehistoria o así). Cuándo Zoey apareció con aquél vestido y Bella volvió a dejar ver su pasión por la rubia, puse los ojos en blanco.
- Aunque la mona se vista de seda... - susurré entre dientes, muy flojito, sabiendo que cómo mucho Sean y Bella a mi lado me oirían. No era tan maleducada cómo para que las novias se enfadasen.
"Además, su cara de caballo no se disimula ni con tantos kilos de maquillaje."
Eileen no compartía mi opinión para nada y su cara de idiota se merecía una foto... Que no tardé en hacer. Me odiaría toda la vida en público, pero me amaría en secreto por plasmar ese momento. Cuándo la corta ceremonia terminó y el juez les dijo que podían besarse, el nerviosismo de Eileen tomó un nuevo rumbo. Sin duda no estaba acostumbrada a tener público cuando enseñaba al mundo su orientación sexual, y encima sus padres estaba allí. Ni siquiera yo estaba cómoda besando a Sean frente a los míos. Pero, finalmente, las novias se besaron y aquella boda express estaba concluída (excepto por firmar todo el papeleo, pero eso no tenía show). Y ahora podría por fin dormir el jet lag.
La misma noche en que Kegan había regresado de Hawai, Jane Porcher llegó a casa con semblante serio y una carpeta bajo el brazo. Se alegró de encontrarse a su hijo allí porque aunque era tarde, había asuntos urgentes que atender.
- Kegan, tenemos que hablar.- se sentó frente a él, en uno de los sillones del salón, dejando la carpeta sobre la mesita de café.- Me han informado en el departamento. Hemos avanzado ligeramente en el caso. Aún no sabemos el paradero de tu amigo, pero creemos tener una pista acertada.- Hizo una pequeña pausa, mirando a su hijo, confiada de que podría ayudar a la causa perfectamente.- Existe una profecía sobre esa cantante, Vilma Williams, aunque no es seguro que se refiera a ella exactamente.- Abrió la carpeta y sacó un papel que le extendió al chico.
"La sangre de su sangre guarda la respuesta. Allí donde la magia se enseña, despertará, y solo en ese instante la ubicación exacta proporcionará. Seis más irán con ella y solo uno la podrá encontrar"
- Creemos que se trata de una estudiante de Hogwarts y hemos decidido enviar a agentes encubiertos para investigar. Gente con capacidad para resolver este asunto, que no despierte sospechas y que sea de total confianza. Me gustaría que fueras en mi lugar.- ella ya era conocida y despertaría sospechas entre enemigos y aliados. Debía de ser gente que no pareciera estar dentro del caso.- Irás a Hogwarts como profesor e investigarás sobre este asunto. No es buscar exactamente una aguja en un pajar, ya que tenemos ciertos nombres.
Volvió a la carpeta y fue sacando diferentes informes que le fue extendiendo.
Anastasia Robson.
Melany Robson
Jake McGuire
Ashley Turner
Nick Wilson
- Tenemos la seguridad de que uno de esos chicos es a quien buscamos, tanto nosotros como el enemigo. Uno de ellos nos llevará a la siguiente pista.- sonaba todo muy extraño, pero las piezas, de alguna manera, encajaban.- Creemos que son ellos porque tienen algo en común. Han robado muestras de su sangre en San Mungo y precisamente fue una mujer extranjera de origen alemán. Anne Lotte. A esa me encargaré de investigarla yo. Pero tranquilo, no me iré.- explicó, directa.- Y eso no es todo.- una nueva pausa.- Lo que causó aquel revuelo en la boda de tu amigo tiene nombre. La sangre del dragón de la sombra.- comentó. Aquello parecía sacado de un cuento oscuro.- Hay un historiador alemán que está ayudando en el caso. Dice que esto viene a causa de la segunda guerra mundial y del colegio de magia y hechicería alemán. Había un clan antiguo y oscuro dentro del colegio, que se dedicaba secretamente a la experimentación y creación de...supermagos. Creemos que están detrás de esto.- hizo una nueva pausa, mirando a su hijo. Era todo un hombre que se había enfrentado a retos muy complicados. Un hombre capaz y bueno.- Sé que querías que te mantuviera informado y quiero que me ayudes. ¿Irías a Hogwarts?