Partida Rol por web

Se encontraba en el pasillo junto a la señora del carrito cuando las dos chicas comenzaron a discutir y las cosas se salieron de control. Frunció el ceño, lo que en un comienzo no le había parecido un asunto muy importante, los altercados con Cordelia Greengrass no eran precisamente algo fuera de la norma en la escuela, estaba tornándose molesto. Cerró los ojos y se centró en terminar sus compras, depositando en manos de la agradable mujer el importe equivalente a unas doce barritas de regaliz negro y tres ranas de chocolate: para entonces su semblante ya evidenciaba la molestia de que el encontronazo se alargase en el tiempo contra la intervención repetida de algunos alumnos bienintencionados.

-Pretrificus totalus.- Pronunció con firmeza, disimulo y los suaves movimientos pertinentes, tras empuñar sigilosamente su varita contra la espalda de Cordelia que era la única que tenía visible desde su perspectiva y que era imposible que le viese actuar a menos de que tuviera ojos en la nuca. No le interesaba quien había empezado que o si estaba interrumpiendo un duelo medio oficial, pero aquello lo debería terminar para bien de ambas, del tren y el suyo propio. -Creo que también voy a llevarme un paquete de babosas de gelatina...- Continuó conversando con la mujer de la tiendecita, fingiendo que no había tenido nada que ver con el tema.

La propuesta de Alec sonaba como una excusa decente. Es posible que no estuviera motivada por las intenciones más lícitas académicamente hablando, pero se veía prometedora: en cuestión de aprendizaje muchas veces no importaba de donde procediera la inspiración sino que al final fuese funcional y en este caso, a ojos de Audrey, lo era. Sus obligaciones se mezclaban con el ocio y eso no tenía porque ser exactamente algo malo... sólo muy marca Lupin. -Encontraré un hueco cuando lleguemos para hacer formalmente la propuesta y me pasaré mañana a entregártela para que pongas tu firma mágica en ella.-   Los ojos del metahumano se entrecerraron: puede que el resto estuviera escuchando un leve borboteo de sonidos pero a sus oídos eran todo un escándalo.

Cruzó las miradas alarmadas de Stella y Addy, asintiendo y poniéndose en pie. -Esta vez no han esperado siquiera ha llegar a Hogwarts para empezar a molestar.- Musitó con tono frío, empujando la puerta con una mano mientras buscaba su extensa varita con la otra.

En un principio se limitó a cerrar los ojos dejándose llevar por los cada vez más entregados besos de Henry, sintiendo el nudo que los nervios habían hecho en su estómago intensificarse por cada nueva palabra de él: sus primeras navidades lejos de lo que significaba Gran Bretaña, volver a pasarlas con su hermano mayor, averiguar algo más de Henry y su familia... como era su vida al otro lado del océano. Todo sonaba muy emocionante y era demasiado pronto para aventurarse a pensarlo ignorando todas las cosas que podían salir mal, y-seguramente-lo-harían, en el largo camino por el primer trimestre de quinto año. Estaba absorta, disfrutando el contacto tan directo y la inadvertida soledad en que habían conseguido aislarse una de tantas veces. El ruido de la sirena del tren avisando de llegar a medio camino parecía haberse escapado un buen rato atrás y seguro que deberían estar cambiando sus ropas casuales al uniforme de ravenclaw y gryffindor respectivamente: deberían regresar posiblemente al vagón muy pronto, ya, y- //...mmhg// Cuando robó el último beso antes de contestar al pequeño desajuste sobre las citas tuvo una idea un tanto loca: pero no le iba a faltar el valor de ponerlo en práctica antes de escaquearse de vuelta.

Poco tardó  el tema precedente en ser eclipsado: la intensa mirada del adolescente la incomodaba un poco en-el-buen sentido. Se encogió ligeramente de hombros con inocencia antes de responder confundida por su incredulidad y el tartamudear de Boot. Era consciente de que probablemente aún no se hubiese quitado de la cabeza por completo la tontería de las diferencias de sangre, ¿Pero porqué no iba a querer hacerlo? Llevaban un tiempo con aquello rondando. -Ahm... bueno, ¿Siiiií?- Pronunció un poco más forzado de lo que pretendía que sonara en realidad. -No-es-que-te-lo-esté-pidiendo-pero, ¡Yo que se!- Suspiró fijándose en la poca distancia que les separaba, pero no parecía importarle sólo le importaba. -Se me sale el corazón del pecho más que cuando juego a quidditch cuando rozas mi mano en la biblioteca y pierdo la respiración cuando nos besamos a escondidas.- Se apresuró en proseguir -Eso...- Guardó un poco de aire en sus mejillas inquieta. -Ya sabes que opino que eres uno de los chicos más increíbles de la escuela, he descubierto bastante de ti en estos meses: me pareces inteligente, divertido, torpe-como-yo, bastante guapo y no soy una experta en nada de esto, ¿Pero porqué no iba a querer? Quiero decir... antes aparecía Avery y me ponía nerviosa ahora todo lo que puedo hacer es acordarme del arbitro molesto en cada partido.- Seguramente había hablado demasiado, pero no sabía hacerlo de otra; era su manera. Isabella Black.

Addy escucha claramente como las voces de Nahirobi y Cordelia se encuentran en pleno duelo, algunos gritos de otros alumnos que claramente están siendo perjudicados, al igual que Audrey, Stella que aunque no diferencia las voces sí que nota los gritos y forcejeos de lo que podría ser una pelea, prácticamente igual que lo que nota Cygnus.

Bella escucha algo de jaleo fuera del baño, gritos y algo de forcejeo.

El hechizo de Ethan pasa inadvertido entre la gente hasta que todos notan que el semblante de la rubia de Slytherin cambia drásticamente a neutral y cae al suelo totalmente petrificada con un sonoro plof que escucha todo el vagón.

Pegó un bote desde su compartimento al escuchar el "PLOF" que había fuera. Joder, él estaba tan ricamente echándose una siesta después de lo mal que había dormido... es absurdo pero el traqueteo del tren le hacía sentir mejor que su propia cama... naaah... seguramente simplemente estaba muy agotado después de las pesadillas constantes  con Brian.

Se puso en pie perezosamente y se rascó la nuca aún con los pantalones vaqueros y la camiseta suelta gris puesta saliendo del compartimento para ver qué demonios había pasado.

— ... Bloody hell, ¿qué demonios ha pasado aquí? -preguntó al ver a Greengrass en el suelo petrificada acercándose en lo que había sido la escena del duelo con sorpresa. A ver... no es que Cordelia no se lo buscase peeero... miró a la otra chica aún con la sorpresa en su cara pintada -¿duelos en el tren? No has empezado tú, ¿no? Puff... ya se levantará supongo pero bloody hell -exclamó preguntándose cómo sacar a la rubia de ahí para que no la pisasen o algo, así que solo intentó recogerla del suelo a ver si al menos no pesaba mucho, aun que él tuviese bastante fuerza para hacerlo, claro.

Nahirobi mira a todas partes pues había sido Cordelia la que había empezado a lanzar hechizos a diestro y siniestro a los demás, ella solamente había salido en defensa de sus compañeros de clase y porque uno de los hechizos de la Slytherin la había alcanzado en un brazo, no había pronunciado ni un solo protego cuando alguien de la nada petrifico a la rubia Greengrass.

Tras eso se encontró de sopetón con Barton, el cual le preguntaba sobre el duelo:

-¿Yo? Por quien me tomas….ha empezado ella a lanzar hechizos a diestro y siniestro, sin saber porque-contesto Nahirobi con gestos demasiado exagerados, en ese momento Anthony Ollivander se atrevió a decir-eso es cierto, no sabemos qué mosca le ha picado…-

El profesor se percata del sonoro plof tras escuchar el grito de Addy y el comentario frio de Audrey, fue el primero en levantarse y salir por la puerta del compartimento tras Audrey, sin temer ir en segundo lugar pues antes de nada se gira y se dirige a las chicas:

-quedaros detrás de mi…-sabiendo que aunque las ordene que se queden en el compartimento no van a obedecer y prefiere tenerlas cerca para que no sufran ningún daño.

Allí se encuentran con Amadeus que está hablando con Nahirobi y Anthony, Cordelia se encuentra petrificada en el suelo.

-ahora entiendo el plof, ha caído redonda. ¿Has sido tú, Barton?-pregunta el joven profesor.

El albino consideró que no sería importante para una posible investigación alzar la voz para declararse autor del hechizo que había hecho desplomarse a Cordelia, su intervención en cualquier caso se había limitado a eso y no pretendía dar explicaciones innecesarias o meterse en líos por los demás. Aún debía regresar con Cygnus y darle sus regalos. Tomó aire con pesadez, aquello de "empezar a atacar sin ton ni son" no sonaba muy natural, probablemente alguien hubiese estado jugando con pociones o encantamientos indebidos para gastar una mala pasada a la bruja y dejarla en mal lugar: no es que le faltarán los enemigos. Pero fuera lo que fuera no le interesaba, quería que los disturbios parasen y eso había ocurrido. Buscó con la mirada a Cygnus chucherías en mano, por si está había salido alertado por el ruido... aunque dada su asocialidad a lo mejor lo ignoraba. 

Los latidos del muchacho fueron en aumento, sus nervios le estaban jugando malas pasadas en su estomago, ¿será esto lo que se conoce como mariposas? Se pregunto a sí mismo por un momento para seguir con sus pensamientos fijos y en blanco enfocados en esos besos que solamente Bella podría proporcionarle, ¿podría decirse que se estaba encaprichando demasiado de ella? Posiblemente pero tampoco había sopesado los pros y los contras de ello. Ni si quiera se había planteado lo que supondría que Bella fuera a pasar las navidades a Nueva York, lo que su madre pensaría sobre una chica británica y maga, un problema bastante notorio para él posiblemente.

-sería mejor que nos viéramos en las calles de Nueva York-fue lo único que dijo tras separarse brevemente para respirar y escuchar lo que Bella respondería a su delicada pregunta sin compromiso, de lo que ahora se dio cuenta que tendría igual un sentido que no quería darle, por lo que se puso extremadamente rojo como un tomate pero al escuchar la afirmación en forma de pregunta, sintió alivio pero también confusión por lo que espero a que la muchacha terminara de hablar, y sin querer ni pensarlo a cabo abriendo la boca de par en par sorprendido como al niño que le dan una gominola por primera vez.

-….eso es justamente lo que siento yo cuando te miro cada vez que pasas a breves metros de mi-comenzó a decir tartamudeando por los nervios y bajando la mirada con timidez pero sin deshacer su aun cercano abrazo-puede que seas torpe pero tu torpeza me parece adorable, cuando juegas al quidditch, vuelas como si fueras un pájaro sobre la escoba, me quedaría mirando durante horas y alguna vez lo he hecho descuidando mis responsabilidades como árbitro, espero que los Slytherin no se hayan dado cuenta aun pero ya son muchos años….soy un imbécil-al escuchar el comentario sobre Avery musita-Avery pone nervioso a cualquiera….-procura mirar hacia otro lado levantando la mirada para que no se note que solamente con pronunciar el nombre de su némesis se pone algo nervioso-me pareces demasiado valiente, creo que eso te viene de tu parte de familia Gryffindor, lo siento, he leído demasiado sobre Sirius Black, un gran auror…aunque se retirase hace poco, has sacado lo mejor de esa parte de tu familia, eres leal, lista y muy guapa. ¿Por qué yo? Podrías tener a cualquier chico, incluso a alguien de séptimo….-

Salió del compartimento tras los dos muchachos, colocándose a su altura sin dificultad, debido a su reducido tamaño. Podía oír la voces de Nahirobi y Anthony hablando con otra muy familiar.

- ¿Furo? -exclamó sorprendida. Todo aquello era muy raro. Se mordió el labio mientras sus agudos ojos planeaban sobre la escena.

Amadeus agarraba a Cordelia con ambas manos, ni rastro de su varita. No parecía haber participado en el intercambio de hechizos. Nahirobi y Anthony presentaban algunas heridas leves. Aseguraban no haber hecho uso de sus varitas y sería absurdo negarlo delante de todos aquellos testigos.

Buscó con la vista a Terry y Marlene, recordando que momentos antes los había visto en el mismo compartimento que Cordelia. Sus rostros tenían poco que ocultar, se encontraban junto al resto de alumnos, compartiendo la misma expresión de estupefacción. Qué extraño... Aquella expresión no tenía sentido en el escenario típico de una pelea. Algo los había sorprendido. Entonces ¿era cierto que Cordelia había comenzado a atacar a los alumnos sin motivo alguno? A no ser...

Devolvió su atención a la Slytherin. La ropa parecía en su lugar... y parecía la suya. Se fijó en la varita. También parecía la de Cordelia. Meditó unos instantes antes de dirigirse a Audrey y Alec en un tono bajo y monótono que era un reflejo de su estado de concentración, colocando un dedo sobre sus labios y con su vista aún revoloteando por la escena.

- Amadeus no está usando su varita. No tiene sentido que Nahi y Tony mientan habiendo tantos testigos. Están heridos, habría que llevarlos a la enfermería. Terry y Marlene estaban con ella, pero parecen igual de sorprendidos que el resto. Sería conveniente llevarlos a los cinco al vagón de los profesores para que puedan ampliar la explicación de los hechos. Audrey y yo podemos quedarnos aquí. Intentar calmar el ambiente y buscar algo más de información. -miró a Alec a los ojos-. Cordelia... no haría algo así. No sin motivo. -su tono de preocupación dejaba intuir la posible influencia de un tercero.

Al ver cómo Cordelia se desplomaba parpadeó con sorpresa. No había visto de dónde salía el hechizo pero sí cómo Cordelia caía al suelo, pero sí había escuchado al amigo de su primo hablar con la Gryffindor. ¿Había atacado a alguien sin motivo? Cordelia podía ser muchas cosas, pero no creía que fuese a atacar a alguien sin motivo... Frunció el ceño, empezaba calentito el año en Hogwarts. Un escalofrío recorrió su espalda buscando casi con desesperación a Ethan y encontrando su mirada no muy lejos de él. Suspirando tranquilo, hizo un gesto con la cabeza para indicarle que fuesen al compartimento. No iba a interactuar con el resto, solo quería escuchar... y tal vez más tarde en Slytherin... haría lo que no había hecho nunca y preguntar directamente a Greengrass. No le gustaba eso... no creía a Cordelia de las que atacan así sin motivo... algo fallaba ahí. Era retorcida, pero no una loca... no a ese nivel al menos.
 

Miró a Ethan sonriendo ligeramente al verle cargado con las chuches. Aún se tenía que vestir el Hufflepuff... y demonios ahora mismo tenía muchas ganas de abrazarle por la preocupación que había tenido de que también le hubiesen atacado a él. Aun que ahora que lo pensaba...

Con inquietud buscó a Bella, Audrey y a Adhara preocupado por las pocas personas con las que se relacionaba,  pero Bella no estaba por ningún lado... y parecía que Weasley estaba bien. Le miró de reojo, de hecho, comprobando con la mirada su estado. No parecía haber estado envuelto en todo aquello por lo que parecía... eso estaba bien... o eso creía. Adhara parecía salir junto a él y estar bien también... y Lupin parecía tener controlada la situación. Eso era bueno al menos... ¡¿Pero dónde narices estaba Bella?! Miró con preocupación a Ethan, quería volver con él, pero quería saber si Bella estaba a salvo. Tal vez Adhara supiese más.

Tragando fue hasta el grupo de amigos de Isabella y tragó saliva acercándose a Adhara intentando aparentar más rectitud de la que realmente tenía... era la primera vez en cinco años que hablaba delante de ella creía recordar... y eso le ponía muy nervioso así que intentó que solo le escuchase ella en un susurro preocupado.

—¿Bella? -le preguntó esperando que con solo una palabra se entendiese por quién preguntaba ahora que la veía bien... aun que aun así estuvo comprobando con disimulo cómo estaba la chica con la que trataba de relacionarse últimamente haciéndolo también con su primo con mucho disimulo... o eso esperaba.

Addy se asomó tímidamente al pasillo por detrás del profesor Lupin, poniéndose de puntillas para ver bien la escena. Cordelia estaba tirada en el suelo, completamente inmóvil por un hechizo y a Nahirobi tratando de dar explicaciones a diestro y siniestro. 

Apenas logró escuchar la vocecilla casi imperceptible de su compañero de casa, que buscaba a su amiga entre aquel fenomenal revuelo.

– ¿Be-Bella? Salió hace un rato del camarote... –se apresuró a contestar, tratando de sacar algo en claro de la caótica situación del pasillo–. Se marchó con Henry y no la hemos visto en el resto del trayecto –miró en dirección en la que se habían marchado los dos hacía un buen rato, tratando de verles; suponiendo que así ayudaría a calmar la inquietud del Slytherin–. Pero seguro que está bien, no te preocupes. Seguro que aparecen en seguida.

La alerta previa por el (para el vampiro) molesto griterío se mantuvo al salir de la habitación y ver como el cuerpo inerte de Cordelia Greengrass caía desplomado delante de la enorme expectación. Algunos de sus compañeros estaban más impresionados que otros, pero el no saber y la sorpresa parecían ser el tónico general: eso no era buena señal, no podía permitir que cundiese el pánico. Se mantuvo atento, Alec no tardó en aparecer por detrás suya seguido de las chicas: adorable, pero bastante ingenuo si pensaba que se quedarían como buenas niñas a su abrigo. Aguardó un poco más antes de tomar la iniciativa, quería ver como se desenvolvía el gentío ya que los primeros segundos tras un conflicto siempre tendían a ser los más significativos a corto plazo.

Cruzó una importante mirada de confusión con Amadeus en el tiempo que duraban un par de parpadeos. "¿Qué puñetas estabas haciendo tu aquí?" Su ceño se contrajo un poco antes de suspirar y continuar con el examen visual del entorno, el estrés hizo una vez más que sus dedos hicieran el gesto de tamborilear aunque sordamente sobre el pantalón del uniforme: su mejor amigo era impresionante en la habilidad de siempre estar metido en problemas. Se guardó sus aclaraciones para más tarde: todos los presentes sabían el orden de acontecimientos, repetirlo solo podría entorpecer y alimentar el caos ya generado, en un principio, por la sangre-limpia. Bajó el rostro al percatarse de la presencia de Stella y la escuchó con atención, era la opinión que estaba esperando oír antes de actuar. -Amadeus no ha entrado hasta después de escuchar la caída, Cordelia estaba palideciendo cuando he abierto la puerta para salir.- Confirmó la teoría de la pequeña ravenclaw internamente orgulloso de su observación, su pequeña rivalidad en cuestión de notas quedaba opacada en situaciones de verdadera relevancia.

-...- Tomó un par de segundos más de silencio que continuara. El no descartaba en absoluto que Nahirobi y Anthony pudieran estar mintiendo, aún era pronto, no tenían todas las piezas y era posible que los testigos no hubiesen llegado hasta ya comenzado el altercado o que alguien estuviese procurando inculpar a los demás. Greengrass era por si misma un nido de víboras y problemas, pero quedarse con la explicación más sencilla no servía como solución sin antes investigar adecuadamente. -Guardemos la calma todos, por favor.- Alzó la voz con la severidad y calma propia de lo que se espera que sea un delegado y caminó un paso hacia donde se encontraban los protagonistas del altercado, terminando de afianzar su varita entre los dedos antes de lanzar un simple (aunque eficaz) encantamiento revelador a cada uno. Un mero protocolo con el que pretendía comenzar la investigación sin que nadie se sintiese particularmente inculpado, ¿Cómo hacerlo si estaba dedicado a todos? Era el proceso habitual con Weasley.

-Falconi tiene razón, para desgracia de todos el Expreso de Hogwarts no cuenta aún con enfermería alguien debería sugerirlo próximamente.- Procuró quitar algo de hierro al asunto con un deje divertido y ver si así lograba calmar un poco a los niños. -Habría que esperar al castillo para que sean atendidos por un profesional así que creo que es mejor que la señorita Shackelbolt y Ollivanders entren a nuestro compartimento y nosotros nos encarguemos de atenderles de momento. Barton, lleva también ahí a la hechizada.- Se dirigió a Stella y buscó con la mirada al profesor de criaturas mágicas, Addy y su primo: maravilloso, todos estaban cerca. -Alec es tan buen profesor como cualquier otro para encargarse de la situación con Marlene y Avery, debería regresar junto a ellos a su compartimento para ver si saca algo en claro. No es necesario alertar a todo el vagón de profesores por algo que seguramente no se trate más que de alguna broma o intento de venganza contra Greengrass que se ha salido de control.- El mensaje parecía general, un recordatorio de que la rubia tenía suficientes enemigos para que se tratase de una tontería, pero en realidad era una indirecta a Stella de que aunque todas las posibilidades bienintencionadas y no estaban sobre la mesa: no era una buena elección dispersar tanto a la gente y agravar la alarma social. -Mackintosh con nosotros, los demás volved a vuestros asuntos lejos de los los compartimentos de enfermería y detención improvisados.-

Por otra parte estaba su molestia con Marlene, pensar en ella le ponía de los nervios: por su bien esperaba que el hechizo que había paralizado a Cordelia hubiese salido de su varita porque era una vergüenza de prefecta si todo lo que se había limitado a hacer era poner cara de circunstancias mientras todo se desmadraba a su alrededor. Tenía otras impresiones, pero se las reservó completamente para él: tanto de otros compañeros como de lo que podría haber pasado. Sería mejor hablarlo en privado.