Partida Rol por web

Felices fiestas mis bebés... Creo que en estas fiestas tan divertidas y bonitas, es el momento de que sea vuestro narrador en esta maravillosa historia de cómo unos bebés ayudaron a Papá Noel en estas fechas tan señaladas... Así que tomar asiento... Y recordad en vuestras cabecitas la historia de cómo salvásteis la navidad con vuestros pañales lleno de ilusión y chocolate.

Era un día de invierno, mediados de diciembre. Ya llevabais tiempo conviviendo entre ustedes... Y dándole quebraderos de cabeza no solo a vuestra profesora la dragona, sino al resto de los docentes y empleados de esta curiosa guardería.

Pero ahora, todos estaban descansando tranquilamente en sus futones chiquititos... Era la apacible hora de la siesta, cayendo dormidos gracias a la hipnótica imagen de los copos de nieve caer por fuera de la ventana amontonandose fuera en el recreo pequeños montículos blancos... Vuestra profesora estaba totalmente K.O sentada en su mesa, usando sus brazos como almohada improvisada. Sin duda le venía bien descansar de todo el trabajo que le dabais, y ni un bazucazo podría levantarla, estabais más que acostumbrados...

Y no fue exactamente un bazooca, pero de repente, todos escuchasteis el sonido de algo muy grande chocando fuera del recinto de la guardería, que venía de la ventana siempre cerrada de la clase... Aunque la puerta no... Y a vosotros os despertó, pero a vuestra profesora solo le hizo ronronear un poco y recolocarse en su sitio.

— Padowu Padowu… —  metida en sabrá Odín qué clase de sueños degustaba con peculiar ahínco mi pulgar, babeando también por lo mismo de tener la boca abierta, con un pie por fuera del futón ya que no me podía estar quieta cuando dormía y bueno, extremadamente cerca de Azuchi (por no decir usando su brazo de almohada) debido a que éramos vecinas de siesta y ella siendo tan suavecita me atraía con magnetismo (a diferencia de Kaowuki, el cabeza de pinia). Mi “almohada original”, que era Woso, estaba más allá de donde tenía la cabeza.

De todas las cosas cuqui que hacíamos allí, la siesta era sin duda una de las mejores, especialmente en invierno cuando el calor de las mantitas hacía olvidar el fwío y estar más a gustito, durmiendo como los ositus con tal de recuperar energías para lo que venía después.

Normalmente el período onírico se extendía un buen tanto, siendo suficiente para calmarnos un poco luego de las aventuras de las primeras horas pero no para que pasáramos de la noche a la mañana, como al dormir en casa, sin embargo aquel día decembrino (¿no deberíamos estar ya de vacaciones?) las cosas al parecer serían diferentes…

— Hmmm ¿huh? — estremecida desperté por el fuerte ruido, buscando a Woso de manera instintiva, miraba a todos lados confundida ¿dónde estaba? Ah sí, en la escuela, eso lo supe apenas ver a dwawiwi-sensei, ¿pero qué había pasado?

No sin pegar un bostezo monumental me tallé los ojos y me levanté poco a poco, despeinada, tratando de ver si mis companewitus habían escuchado lo mismo o solo era un sueño feo de esos que a veces tenía…

Subaru había abierto mucho los ojos. Estaba soñando con camiones de muchas formas y colores, que iban y venían por carreteras amplias y suaves, cuyos márgenes estaban salpicados de árboles, casitas y... 

¡CRASH!

—¡Aaah!

Dos camiones chocaron en el sueño y despertaron a Subaru con un sobresalto. Cuando se incorporó en su futón, con media cabeza tapada por la manta, se quedó mirando a Homura. Ella también estaba despierta. Entonces, ese ruido... ¿no había sido sólo el sueño?

—¿Qué... qué ha pasado...?

Mis sueños eran siempre muy lindos y simples. Yo en un campo de hierbas y flores muy aromaticas, con Agi corriendo a mi lado y jugando juntos. Un paramo de frescor, libertad y buenos aromas... Ahí el pañal no olía mal, sin duda...

Lo raro es que mis sueños no se cortaban de mala manera, es por eso que cuando el suelo del campo botó y me hizo flotar con mucha ligereza me asusté un poco. Eso no pasaba nunca - Buaaaaaaa, puedo flotad - decía en mi sueño hasta que entonces esa gravedad pasó y el grito de Agi mientras caiamos al suelo me hizo despertar.

Con una cara de molestia poco a poco abrí los ojos y me desperté mirando a mi alrededor desorientada, para variar. Miré que Homuchan estaba a mi lado y me pegó su bostezo. Mientras me refregaba los ojos vi a Subaru y entonces supe que estaba donde la dragona, la clase Macedonia - Buenos días... ¿Qué ha pasado? - preguntaba mirando a todos lados intentando descubrir cual era el origen del despertar de cada uno.

Hoy la Mar del Norte se había relajado después de una fuerte tormenta de nieve, creando grandes icebergs y montañas de hielo a nuestro alrededor. Eso nos hizo quedar varados en un páramo helado, sin saber que nos podía acechar.

-Deberíamos empezar al sacar el hielo de nuestro casco y empezar a abrir camino si no nos queremos quedar congelados aquí. Manda a los demás a que rompan las primeras placas. Mientras tanto veré que ruta puedo hacer...-

-Sí, mi capitán!- 

Volví al camarote para contemplar la mejor ruta para posible para no estar siglos en esta dichosa mar, pero justo ese fué el peor momento para hacerlo. Unos sonidos de un tumulto se escuchaban por toda la zona. y no fué cuando una lluvia de flechas por poco nos rompe el barco.

-NOS ATACAAAAN! - 

Más flechas empezaron a clavarse en el casco y las velas. Corrí rápidamente afuera con sable en mano mientras observaba la lejanía. Un tumulto de nativos norteños seguido de unos estandartes donde se observaba un pingüino de color rojo y azul se observaban por el horizonte. Mierda...

-ES EL CLAN PINGÖ! Cubríos!- 

Arcos tensándose y soltándose empezaron a sonar en la distancia, seguidos de los silbidos de flechas. Nos estaban rodeando y rápido. Pero lo peor fué el cañonazo que sonó en la distancia y una bola de acero venía derechita al barco...

-CUIDADO!-

Un gran golpe sacudió toda mi camita y la clase entera. 

-AAAAAAH!- De un grito levanté del futón y me reincorporé de pié. NOS ATACABAN! EL CLAN PINGO NOS ATACABA EN NUESTRO PEOR MOMENTO. Estaba ya despierto y mi pequeña mente ya no podía relajarse. Tenía que proteger a todos! Desde mis Hermanitas Azuchi y Homuchi, la pequeña Nonoko y su conejo parlante, a Hana y sus fwutas y tomates que hacen PLAF, a Subaru y su timidez (y su gran camión megachuli y grande) y como no a la profesora 'Guazabi', O la dragona que guarda su gran artefacto musical en una caja de wampiro... EL CAPITÁN KIDD ERA EL UNICO QUE PODÍA PROTEGERLES! 

Cogí el gorro y me até la mantita al cuello, como la gran capa pirata que era. Donde había metido mi 'ezpwada'? NO HABIA TIEMPO QUE PERDER! 

Y subiría a la ventana para ver que era sino fuera porque estaba cerrada y perdería más tiempo del necesario. Así que sin dudar un momento salí por la grande puerta de la clase. 

Estaba todo oscuro, y no podía ver quien estaba despierto, pero pude escuchar las vocecitas de Homuchi, Azuchi y Subaru. -EL CLAN PINGÖ NOZ ATACA! QUEDAOZ AQUI! El capitán Kidd oz zalvara a todoz- Y salí corriendo por la puerta en pos de defenderme. ESTO ES LA GUERRA SALVAJES! NO HAREIS DAÑO NI A MI FAMILIA NI A MIS COMPAÑEROS!