Jimm estaba totalmente nervioso, se había salado de la muerte por los pelos y ahora estaba de nuevo en peligro y con Indi en un peligro aún mayor, cuando el profesor desaparece Jimm no sabe que hacer, lo que lo hace temblar y empezar a hablar como sin voluntad.
Mierda, mierda, mierda, MIERDA INDI!!
Y lo dejo por acá para no interferir mucho con lo que diga el libro xD.
Esto parece el fin. Y tú no puedes pensar en otra cosa que no sea Indy y su valeroso esfuerzo por escapar a su destino. Los ojos se te llenan de lágrimas. Sólo esperas que seas capaz de morir tan valerosamente como él. Cuando toda la tribu cierra su círculo en torno a ti, tú levantas los puños, apretados, preparado para morir luchando. De repente el jefe se para en seco. Ante tu asombro, el hombre abre enormemente los ojos y deja caer al suelo su lanza. El resto de la tribu sigue su ejemplo y luego se van inclinando ante ti uno a uno.
En lugar de matarte, te están tratando como a un dios. ¡Y de pronto comprendes! ¡Tienes lágrimas en los ojos! Sin apenas darte cuenta has estado llorando. Y estos nativos, muy religiosos, creen que tus lágrimas son una señal del favor de sus dioses. Corres al pozo esperando lo inesperable: que Indy de alguna manera haya sido capaz de sobrevivir. Y ahí le tienes, unos diez pasos más abajo, sujeto a unos salientes de los bloques de piedra.
—He preferido entretenerme por aquí arriba — dice jadeante.
Al ver la reacción de los indios Jimm se los queda mirando atonito.
¿Pero que mierda?
Y cuando se da cuenta que Indi está tratando de subir, trata de alcanzarle algo para ayudarlo a volver arriba.
Vamos profesor, sube!
Con ayuda de los nativos, no cuesta mucho tiempo rescatar a Indy. El jefe, creyendo que ambos habéis sido enviados por el «dios del llanto», dibuja en el suelo un pájaro enorme que ha caído en la jungla. Os pregunta si es así como habéis llegado.
—¡El avión de carga! —grita Indy.
Los cazadores de cabezas os llevan a la linde de un valle sombrío. Ellos no pueden seguir adelante. Parece que esa tierra les está prohibida. Sin dilación, os despedís de ellos y tú e Indy os adentráis en el valle. A los pocos minutos encontráis el avión... intacto. Y dentro sentados tranquilamente escuchando la radio están ¡el piloto y Sir Reggie!
—Os estábamos esperando —dice Sir Reggie a Indy— No podíamos abandonar este valle a causa de los cazadores de cabezas y no podíamos comunicar con Cuzco porque tenemos estropeada la emisora.
Precisamente cuando la radio de vuestro avión sólo podía enviar mensajes, la de ellos sólo puede recibirlos.
—¡Han tardado ustedes mucho!—se queja el piloto—. ¿Qué les retuvo?
Indy y tú sólo podéis responder riendo.
—Bien —dice Sir Reggie a Indy—, Te cedo el honor de llevar personalmente esto al museo.
Y entrega a Indy el fabuloso Colgante de oro de los Incas.
FIN
10
Bueno, en tu caso, has agotado los dos finales disponibles. Pese a ser una partida relámpago, ¡espero que lo hayas pasado bien!