Partida Rol por web

Escena de cajón desastre para ir poniendo aquí las cosas que crea que deben estar a mano.
 

Dossier del documental:

Durante años, incluso cuando la economía de vuestra zona empezó a resentirse hasta el punto de que cualquier consumo considerado accesorio se desechaba, la productora bonaerense Contacto Producciones ha sido la principal fuente de vídeos de temática ocultista y paranormal que reciben televisiones de Argentina, pero también de Uruguay, Paraguay y Chile. Aun cuando el hambre aprieta, a la gente le gusta creer en algo.
Estamos en el año 2006. Vuestros personajes trabajan todos para Contacto y forman un equipo de creación de documentales sobre lo paranormal, llevando el peso de la redacción de contenidos, grabación y locución. El material que entregáis se post-produce y comercializa ya en la sede de Contacto y se emite en la televisión o televisiones que lo hayan adquirido.

Ahora que la economía se está regenerando por un lado, y hay una crecida comunidad emigrante hispanoamericana en Europa por el otro, la oportunidad de filmar en exclusiva un acontecimiento paranormal en España ha venido como anillo al dedo a Contacto, que desde hace tiempo valoraba la idea de empezar a diversificar y vender materiales a televisiones de ambos lados del Océano Atlántico.
La historia que os ha llegado es realmente escabrosa. Hace una década, un grupo de diez estudiantes de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid alquilaron una casa de veraneo en el municipio español de El Espinar, situado en el lado segoviano de la sierra de Guadarrama, una cadena montañosa que separa las provincias de Madrid y Segovia, en el centro del país. La casa no está en realidad en el mismo El Espinar, sino en un barrio satélite llamado La Estación, a unos siete kilómetros del pueblo. El edificio fue construido a mediados del siglo XX y en la actualidad se anuncia para ser alquilada como "Villa Los Chopos, alojamiento rural".
El tercer y último día de su estancia en la casa, los estudiantes solicitaron a los dueños de la misma, Javier Sánchez y su esposa Henar, realizar una barbacoa en el jardín de la finca. Los arrendadores prepararon en efecto las brasas y se dice que no poca bebida. La familia Sánchez fue invitada a quedarse:
Javier, Henar y el hijo pequeño de ambos. Ahí se pierde el rastro de los acontecimientos. Lo siguiente que se supo de ellos fue cuando la Guardia Civil, un cuerpo de policía de origen militar que en España tiene jurisdicción sobre tráfico, medio ambiente y áreas rurales, llegó a la finca tras el aviso de unos vecinos de haber escuchado gritos allí.
La Guardia Civil encontró los cuerpos destrozados de cinco hombres adultos que, como los forenses dictaminaron después, habían sido atacados por varias personas desarmadas. Las víctimas eran cuatro de los estudiantes, encontrados en el jardín, y el marido de Henar, encontrado en el interior de la casa. Habían sido estrangulados, mordidos, dislocados y hasta devorados vivos por al menos tres asaltantes. Henar y su hijo fueron encontrados sanos y salvos en el interior de la casa, encerrados en un dormitorio barricado con un mueble.
En su declaración, la madre dijo estar durmiendo la siesta con su hijo cuando empezó todo. Los gritos la hicieron guiarse por el sentido de conservación y encerrarse con su hijo, ambos presa del shock. Según Henar los asaltantes debieron de hacerse ayudar, a juzgar por los ruidos, por perros de presa, e intentaron entrar al dormitorio donde se encontraban, pero la llegada de la policía les hizo huir antes de terminar su horrible crimen con ella. El hijo de Henar, Javier, tenía entonces cuatro años; su edad y su estado de trauma hicieron imposible tomarle una declaración que sirviera de algo.

Del resto de los veraneantes no había ni rastro. Sus coches seguían estando allí y no se les había visto marcharse, por lo que se supone que debieron huir a pie por la parte trasera del jardín. Hacia dónde huyeron y por qué es una absoluta incógnita. Sopesando tanto un secuestro como la intervención de una secta como un ataque de perros asilvestrados, se dieron batidas en su busca pero sin resultado. Tampoco lo tuvo la investigación posterior. Ninguno de los estudiantes tenía antecedentes o motivos para desaparecer.

Hace tres semanas varias agencias de comunicación recibieron una nota de prensa del representante de un grupo punk español llamado Cianuro, desconocido más allá de circuitos muy alternativos de la ciudad de Madrid. Según la nota, la banda celebrará un concierto y una fiesta en los terrenos de Villa Los Chopos el décimo aniversario de los asesinatos. Se da la circunstancia morbosa adicional de que Ramón Crespo, frontman del grupo, es hermano pequeño de Andrés Crespo, uno de los fallecidos en aquella fatídica tarde una década atrás.
Ramón dice estar convencido de que aquello fue obra del demonio o de otros entes sobrenaturales y quiere que el concierto beba de ese ambiente demoniaco y quizá incluso llegue a haber alguna aparición fantasmal gracias a la “energía del ambiente”.

“Nosotros, al menos -ha declarado Ramón-, vamos a intentar que algo acuda a la llamada de nuestra música”.
Al tener esta situación entre manos, vuestra productora ha negociado con el cantante de los Cianuro y obtenido permiso para grabar el reportaje en cuestión. Ramón asegura que tendréis la exclusiva de la noticia. El director ejecutivo de documentales en Contacto Producciones, Pablo Faroni, os ha dejado claro la importancia que para la productora tiene este primer intento de colarse en el mercado europeo.

Para ayudaros, ha contratado a una tal Elena Ferrín, española, como adjunta a producción para asesoraros y daros apoyo en el país si fuera necesario, ejerciendo como mano derecha de Ernesto. Elena os irá a esperar al aeropuerto a vuestra llegada a Madrid.

Alojamiento: dado que el concierto termina a última hora de la tarde se les han reservado habitaciones en el Hotel El Espinar, de tres estrellas. Es un negocio de apertura reciente situado en la misma carretera Nacional 6, a dos kilómetros de El Espinar y casi seis del barrio de La Estación. A destacar del hotel está su tranquilidad, separado de todos los núcleos urbanos, así como su restaurante con menús sencillos y baratos, pero de buena calidad. Entre sus servicios se incluye un garaje subterráneo donde aparcar la furgoneta.

El Espinar.

La Muy Ilustre villa de El Espinar es un municipio de la provincia de Segovia, Castilla y León (España), con una población aproximada de 9.000
habitantes, aunque en la época en que llegan los personajes, en especial un viernes como en el que aterrizan, esta cifra puede duplicarse con la llegada de turistas de fin de semana y “domingueros”.
La villa está conformada por varios núcleos urbanos y barrios rurales. El núcleo originario conocido como El Espinar es el más importante de ellos, estando ubicados en él el ayuntamiento, los principales edificios públicos y la iglesia parroquial. Los otros núcleos o barrios alrededor del primero son: San Rafael, La Estación y la urbanización de Los Ángeles de San Rafael y a estos hay que sumar los parajes de Gudillos y Prados, de unas pocas casas cada uno.
Al pie de la Sierra de Guadarrama y atravesado por la carretera nacional N-VI y la autopista de pago AP-6 que unen Madrid con A Coruña, se sitúa al sur de la provincia de Segovia limitando con las provincias de Madrid y Ávila. El barrio de San Rafael es el mejor comunicado, al pie del puerto del Alto del León y a la salida de la autopista, así como en el cruce de la carretera nacional N-VI y la N-603 que va a Segovia. El núcleo principal de El Espinar está apartado unos tres kilómetros de este nudo de comunicaciones.

La línea regional de ferrocarril que une Madrid con Segovia tiene su origen en la madrileña estación de Atocha y dispone de dos estaciones en el municipio, en San Rafael y La Estación, la cual dio origen al barrio homónimo situado a 7 kilómetros de El Espinar y escenario principal de la acción. En La Estación viven en verano cerca de un millar de personas. Tiene una pequeña iglesia en la que se da misa con poca frecuencia, una plaza arbolada con centro social, bar, fuente, colegio y parque infantil contiguo a varias pistas de tenis en las cuales se realiza cada agosto un campeonato challenger internacional. La mayoría de los edificios son casas independientes, en invierno cerradas los días de diario, pues pertenecen a turistas. Hay solo tres bares (dos de ellos con servicio de restaurante), una tienda de comestibles y ningún quiosco de prensa. Si los personajes quieren acudir al médico, deberán desplazarse hasta El Espinar. Desde La Estación una carretera de montaña sale hacia La Garganta, zona boscosa donde más allá de un área recreativa con piscina y merenderos hay que continuar a pie o en bicicleta; solo los servicios públicos de protección de la naturaleza están autorizados para ir más allá con vehículo a motor, aunque es posible esquivar la escasa vigilancia. En el interior de estos bosques, por donde circula el estrecho río Moros, hay corzos, jabalíes, zorros, hurones, dos presas que abastecen de agua a la zona, bosque de coníferas, espinos y helechos y varias rutas pedestres para explorar, así como refugios de caza y algunos edificios casi en ruinas, vaquerías y molinos de agua.

Ramon, frontman de la banda cianuro:

Coño, un argentino. ¡Che, boludo! ¿De la tele? ¿Qué tele? ¡Será psicoanalista! ¡Ah,sí, claro, de cosas paranormales! ¿Lees el tarot? ¿Me lees la mano? No te ofendas, ¿eh? Oye, seguro que tú lo sabes, ¿por qué últimamente hay tantos anuncios en televisión con acento argentino? ¿Qué pasa, tron? ¿Queréis unas birrillas para entonaros? Sí, soy Ramón, de Cianuro. Estos son Dani, Sergio y “Kali”. Pues al concierto vendrán, no sé, en el jardín entramos todos. A mí “me flipa” la leyenda esta de los muertos de la casa. Pero no solo porque sea la ostia, no. Qué, ¿no te lo han contado? ¿No lo sabes? Uno de los que mataron era mi hermano. ¿Eh? ¿Cómo te quedas, pibe? Este pueblo de mierda lo mató, algo pasó aquí que no es normal y si hace falta le agarro de los huevos a Satanás y se lo pregunto, ¿sabes? Andrés se llamaba. Estudiaba derecho, era un tío aburrido mi hermano. La música que hacemos es punk, rock duro, reivindicativo, callejero. Verás, la vamos a liar. Va a haber carne que te cagas, música a todo volumen y si tenemos suerte, chicas guapas. Ya, sí, menuda putada lo de esa señora. No le ha caído una gorda ni nada. Por si fuera poco lo de su hijo, que se ha quedado medio loquito, encima esto. Jajaja. Nada, que ya la hemos pagado, que se joda. ¿Que qué vamos a hacer? Bueno, en realidad algo parecido a lo que hicieron Andrés y sus amigos hace diez años, ¿no? Una barbacoa en el jardín mientras escuchamos música. Pero nuestra música. Mucha gente la considera satánica, ya sabes. Hacemos covers punk de los Rolling, los Maiden, Ozzy, etcétera. Y esperamos, no sé, que ocurra algo. No sabemos qué. Algo especial.

Mientras no sea grave, ¿no? ¡Los Cianuro convocan a los fantasmas! Habrá, no sé, ruidos raros, muebles que se mueven, voces de muertos... No sé. No, nosotros no grabaremos nada. ¿Os importa darnos luego una copia de lo que filméis? Para promoción. La verdad es que estaría bien tener grabado algo si ocurre... bueno, lo que sea.