Un poco de historia
Hace ocho meses, un joven con un traje negro y una capucha apareció en los periódicos y los telediarios del país por su inusitada actividad justiciera. The Mask, como se hacía llamar, redujo a un grupo de atracadores en un motel a punta de pistola, los encadenó y llamó a la policía para que los detuviesen. Poco después sacó a dos niños de un incendio (sólo tuvo un par de quemaduras de segundo grado, nada demasiado importante) y un mes después atrapó a dos narcotraficantes de poca monta, aunque sin pruebas suficientes como para encarcelarlos.
Gracias a su iniciativa, han surgido en la ciudad otros superhéroes como él. Son gente anónima que busca hacer del mundo un lugar mejor. Se han unido a él y han formado lo que se conoce como La Patrulla de la Justicia. El problema es que mientras que The Mask se ha mantenido de buenas con la policía, estos nuevos superhéroes son más violentos y desesperados que The Mask y sus métodos trascienden en ocasiones los límites.
Pero eso no los detiene, sino que les da fuerzas. Aún no se han convertido en una amenaza demasiado importante y la poli les da algo de manga ancha, pero un grupo de desquiciados enmascarados como ellos no tardará en liarla bien gorda… si los criminales no los matan antes.
En su última actuación han matado a dos camellos y han quemado un par de kilos de cocaína recién llegada de Colombia junto al resto del almacén en el que se encontraban. Jimmy DeRuggiero, el capo de la mafia en la ciudad, se ha decidido a aplastar a esos cinco superhéroes… Y no descansará hasta conseguirlo.