Partida Rol por web

Vamos siguiendo la senda abierta conmigo a la cabeza hasta que llegamos a un claro, es entonces cuando me inclino hasta el suelo y busco alguna señal, huellas, piedras o ramas desplazadas. Todo con una pose muy profesional.

Uuum. Digo cuando me parece ver algo.

A Jaelle le lleva un buen rato pero al final encuentra el rastro del jabali y os adentrais mas en el bosque, alejandoos del lago. La marcha continua aunque Jaelle se va parando a intervalos. Tras una caminata de 20 minutos, llegais a la entrada de una cueva muy estrecha. Cabriais de uno en uno si os metierais de lado pero el interior esta negro como la boca del lobo.

Miro hacia la cueva, su estrecha entrada y como no logro ver nada dentro a pesar de mi buena vista, pienso mi trabajo ya está hecho, ahora le toca a otro y me dirijo a todos.

Yo veo dos opciones, una encender una antorcha y entrar de uno en uno o, dos esperar que no haya otra salida y quedarnos aquí hasta que salga.

Quedo a la espera del valiente que entrará primero.

El Guerrero se ajustó una de las correas de su vieja cota de escamas, la cual había sido un regalo del viejo Enano herrero, una armadura vieja y sin valor. La llevaba a todos lados puesta, "el peso de tu armadura debe ser cmo el peso de tu cuerpo, imperceptible, eso se logra usándola todos los días" Solía decir su mentor.

De su espalda desenfundó su escudo pesado de madera, redondo y grande, difícil de usar para un brazo débil. Y su lanza, la cual planeaba utilizar para pescar el almuerzo del día.

Se alistaba para entrar a la cueva, pero cuando tenía medio cuerpo por dentro, cayó en cuenta de la situación: -Si vamos a entrar -Dijo calmadamente el valiente (o estúpido) hombretón. -Necesitamos algo que ilumine dentro!. Gaelan, tú sabes hacer luz con tus dedos ¿No es así?... -Concluyó con un gesto pensativo, la verdad no recordaba haberlo visto encender un fuego, no recordaba bien, pero había visto alguna vez a alguien crear luz en una roca.

Avanzaba junto al resto sin muchas ganas de encontrar aquel jabalí, seguramente solo les traería problemas, pero oye, sus amigos eran así, que podía hacer. Jaelle parecía haber encontrado un rastro que les llevó hasta una cueva.

- Saber… sé. Muy bien dicho Brynn, otra cosa ya es poder. Me temo que no dispongo de ese hechizo en este momento. – respondió algo desolado… Íbamos de día y en este pueblo nunca pasa nada… ¿Para qué narices tendría que haber estudiado el conjuro de luz?... Intentó auto convencerse de que no lo había hecho tan mal. - ¿Alguno tiene una antorcha?. - esbozó una nerviosa sonrisa al preguntar esto último.

Antorchas no llevais encima porque os ibais al lago. Podeis intentar una tirada de supervivencia para improvisar una.

 Adolamin dejó de pensar por un segundo en sus melodías y se concentró en la tarea que Ronald les había pedido para así continuar cuanto antes con su viaje al lago.

- Se me ocurre algo, ¿y si hacemos un fuego en la entrada para que el humo se extienda por toda la cueva y así lo obligamos a salir? Así no tendremos que adentrarnos uno por uno jugándonos el pellejo. O hacer mucho ruido hasta que el jabalí se asuste y salga corriendo de miedo.

 La verdad es que lo de adentrarse en la cueva le parecía algo bastante peligroso y no quería que nadie saliese herido, así que tenía que buscar la forma de hacer que el jabalí saliese, o muriese dentro de la cueva, para luego conseguir el anillo sin ningún problema.

Cuando Brynn se dispone a entrar y le pide a Gaelan luz, me doy en la frente mentalmente. Siempre se me olvida que a pesar de lo reservado que es, tiene varios trucos bajo la manga. Por la repuesta de éste parece que hoy no es el día, estoy dando la vuelta para ir a por una rama que pueda servirnos de antorcha cuando Adolamin propone hacer una fogata en la entrada y ahumar la cueva.

Podría servir y si no ya tendremos varias teas encendidas, pienso mientras asiento. Tienes razón Adolamin, quizás sea lo mejor, voy a recoger algunas ramas, me ofrezco de inmediato y hago un barrido por la zona cogiendo ramas de distintos tamaños y algo de pinaza seca para la yesca.

Jaelle desaparece y vuelve a los 15 minutos con una buena pila de madera en varios formatos. Afortunadamente, la semielfa lleva siempre yesca y pedernal.

Brynn se quedó pensando unos segundos en la idea del bardo. ¡Era espléndida!. Se lamentó en su interior porque a él nunca se le ocurrían ese tipo de ideas para impresionar a sus compañeros. Siempre había sido así..... Empezaba a pensar cosas durante mucho tiempo para sorprender a sus compañeros, pero nunca lo conseguía, era frustrante no haber nacido con una mente más prodigiosa.

-Quién lo enciende?. Preguntó, sabiendo que cualquiera excepto él sabían utilizar el yesquero para encender la chispa.

No sabía por qué a veces unas fogatas producían humo y otras simplemente no. Su mirada se perdió pensando en ello y en lo extraña que era la naturaleza.

La idea de Adolamin era espléndida… ¿Cómo no se me habrá ocurrido a mi?... pensó, y rápidamente, sus neuronas comenzaron a trabajar en su cabeza para idear la mejor forma de hacer salir a aquel animalejo. Observó las caras de sus compañeros, los cuales no parecían muy duchos a la hora de idear la fogata, así que tomo las riendas de la situación, cosa que no le agradaba demasiado la verdad. – Bien, lo que ha dicho Adolamin es cierto, con una gran cantidad de humo podemos hacer que el jabalí salga. – comenzó la explicación. - Para ello necesitamos ramas y hojas secas para hacer que prenda la fogata. Luego necesitaremos ramas y hojas algo más verdes para provocar mucho humo. – detuvo un momento su explicación, colocó sus dedos índice y gordo sobre su barbilla y permaneció unos segundos con la mirada perdida en un punto perdido. – ¿Cómo era aquello que me dijo Harold?. – susurró para sus adentros. – Ah si! Si encontráis ramas podridas o trozos de corteza que se hayan desprendido por estar podridos también cogedlos. La madera podrida genera aun mucho mas humo, aunque eso si… huele mal… Ah, y también necesitamos hojas grandes que nos hagan la vez de abanicos, para hacer que el humo entre más rápido en la cueva.-

- Una vez que tengamos todo es sencillo, Jaelle siempre lleva encima la yesca y no tendrá problemas en encender la llama, la cual deberíamos hacerla dentro de la cueva para evitar que se salga el humo. Luego hay que hacer que las hojas secas prendan bien y una vez haya bastante llama añadiremos las hojas y ramas verdes y las podridas, con esto lograremos que se produzca bastante humo y lo suficientemente denso como para que se haga muy molesto para el jabalí. Con las hojas grandes abanicaremos la fogata e introduciremos el humo al interior de la cueva y… hecho… el jabalí saldrá por su propio pie y seguramente bastante confundido, aunque eso si, es muy probable que algo cabreado. – Soltó la parrafada sin apenas coger aire y a una velocidad de vértigo, como si realmente se lo estuviera explicando a sí mismo.

-Ahhhh Dijo el grandulón algo sorprendido, en realidad no pudo entender todo a la perfección, su concentración se centro en la palabra "abanico", no recordaba lo que significaba, pero tampoco era su intención preguntar y quedar como un tonto ante los demás.

Por suerte, entendió la parte de reunir hojas verdes, ramas secas y trozos desprendidos y podridos, así se puso en la tarea inmediatamente.

Bueno. Ejecutais el plan de Gaelan. Reunís las maderas y os las apañais para encontrar incluso algo de madera de pino semipodrida. Lo colocais todo en la entrada y Jaella enciende un fuego. Entonces os poneis a "abanicar" con las grandes hojas de un helecho. Brynn tarda un poco mas pero enseguida os imita.

Al cabo de un rato, cuando ya os empiezan a doler los brazos, os parece brillar un par de ojos en la cueva, a unos 4 o 5 metros de vosotros, que estais en la entrada.