Partida Rol por web

- ¿Picas para hielo teniendo espadas y hachas? ¡Golpead con lo que tengáis a mano!

Dijo el mago lanzando un misil mágico a la puerta.

El proyectil mágico de Sadrik impacta contra la capa de hielo y multitud de esquirlas saltan por los aires. El impacto consigue abrir un boquete y resquebraja todavía más la capa de hielo. Pero el boquete es demasiado pequeño como para pasar a través de él.

- Parece que esto funciona, voy a intentar agrandar el agujero con otro golpe más.

El enano mira con cara burlesca a Clevor.

Bien hecho Maese Sadrik, parece que de nuevo tus poderes arcanos nos saca de un aprieto. Asi que no tenemos que estar debajo de la avalancha de esquirlas de hielo, y quedarnos en un sitio mas seguro. No le parece, Maese Clevor?

Dicha estas ultimas palabras le sonrie y le guiña un ojo.

Clevor estaba intentando organizar una incursión quizá arriesgada al exponer su cuerpos a un potencial derrumbe, observó al enano cuando se negó y no dijo ni una palabra Probablemente Travok lleve toda la razón, exponernos a este peligro no es necesario teniendo al hechicero con nosotros... dejando su plan de lado, el guerrero se alejó prudencialmente, dejando que Sadrik obrara sus encantamientos.

Un segundo misil impacta en el recubrimiento helado de la torre, del que vuelven a saltar más esquirlas de hielo, y el boquete se agranda un poco más, pero todavía no es suficiente para pasar por él.

- Esto va a costar más de lo que yo pensaba. Echaos un rato si queréis. - dijo Sadrik mientras seguía lanzando misiles mágicos sin parar

Con tres proyectiles más, el boquete se hace lo suficientemente ancho como para que podáis pasar. Cumpliendo los presagios de Clevor y Travok, una buena parte del armazón de hielo se desprende tras el último impacto, pero por suerte no estabais debajo.

Con el camino libre hasta la puerta, os encontráis un último obstáculo. La puerta está cerrada con llave. Pero eso no es problema para vuestro compañero Sombra. El ladrón saca un juego de ganzúas y se pone manos a la obra. Al principio le tiemblan las manos debido al frío, lo que hace que le cueste forzar la cerradura. Tras respirar hondo y templar su pulso, Sombra consigue abriros la puerta hacia el interior de la torre...