Al ver que el esquife se empieza a mover y se libera miro mis manos asombrado abriendo la boca. En ese momento veo como Farald termina de empujar y pone el bote de nuevo sobre el agua. Con cara de infinita decepción, corro y salto dentro antes de que se aleje demasiado de la orilla.
- Era demasiado pedir... - Murmuro por lo bajo. Tras comprobar que nuestros dos nuevos acompañantes están dentro y todo lo cómodos que podrían, me acerco a un lado del esquife y miro alrededor. - Estaremos lejos, calientes y cenados antes de que esos mounstruos sepan si quiera dónde hemos ido amigo. - Digo sonriente a Khargûl.
Y yo de vigía de nuevo!