La situación táctica es la siguiente:
El enemigo ha quedado reducido al orco E (que se había llevado un impacto) y el uruk, que está entero.
Por vuestro bando están Mata y Akin en vanguardia, Fredegar y Eurainon en posición abierta, y Ioli en retaguardia.
El uruk se enfrenta a Mata, mientras que el orco E lo hace con Akin. Por la posición, Fredegar puede ayudar a Mata y Eurainon a Akin. Ioli puede disparar a cualquiera de los dos orcos (si acierta al orco E, lo tumba).
Va el orco E: acierta a Akin, 5 puntos, al suelo (no muerto ni moribundo, simplemente exhausto).
Va el uruk: acierta a Mata, 4 puntos; tira Protección (3 rangos por la armadura) contra NO12.
Tirada oculta
Motivo: Orco E
Rangos de habilidad: 2
NO: 11
Tirada: 9 + (5, 1)
Total: 9 + 6 = 15
Éxito
Tirada oculta
Motivo: Uruk
Rangos de habilidad: 2
NO: 13
Tirada: 10 + (3, 1)
Total: 10 + 4 = 14
Éxito
Arrastre de puntos de aguante restantes antes del ataque de los orcos:
Fredegar 23, Mata 19, Ioli 23 (1 herida), Akin 5, Eurainon 11.
Vais vosotros después de la tirada de Protección de Mata.
¡Akin!
Grita el joven hombre de bardo al ver caer al enano. En un parpadeo Ioli ha vuelto a poner una flecha en el arco y la cuerda se tensa para luego destentarse en un susurro.
Motivo: Disparo al orco E
Rangos de habilidad: 2
NO: 14
Tirada: 8 + (4, 5)
Total: 8 + 9 = 17
Éxito
El mediano aprovecha los espacios de Mata para meter su espada corta e intentar sorprender a su oponente. Tras un par de fintas cuela la hoja por el costado de su compañero y la clava en el muslo de uruk.
Motivo: ataque espada corta
Rangos de habilidad: 2
NO: 12
Tirada: 10 + (6, 4)
Total: 10 + 10 = 20
Gran éxito
He dejado la dificultad en 12 aunque será más pero con 20 espero darle :-D
El enano notaba como la sangre fluía por varias de sus heridas, y a pesar de ello había continuado haciendo enormes esfuerzos para continuar levantando su piqueta y golpeando una y otra vez, su vista empezaba a nublarse ¿Había abatido a dos orcos o a tres? En un momento notó como el arma del orco volvía a superar su armadura y cuando quiso responder le fallaron las piernas, cayendo al suelo. Bajo él, el suelo estaba completamente rojo, y su sangre se mezclaba con la de aquellas infames bestias.
¿Puedo hacer algo en mi actual estado?
Mata resistió estóico el golpe del Uruk, y con un sutil movimiento, intentó golpear con su hacha una de las rodillas del enemigos que tenía delante, pero no tuvo tanta suerte.
Estaba delante de él, podía sentir su pútrido aliento en la cara.
Aún así, no iba a dejar que se vaya de rositas tan campante.
Iba a luchar.
Hasta la muerte.
Motivo: Protección
Rangos de habilidad: 3
NO: 12
Tirada: 2 + (4, 6, 6)
Total: 2 + 16 = 18
Éxito espectacular
Motivo: Hachazo Uruk
Rangos de habilidad: 2
NO: 12
Tirada: 2 + (4, 3)
Total: 2 + 7 = 9
Fracaso
Ioli abate de un flechazo al soldado orco que quedaba, y ahora podéis concentraros en el uruk, si bien al precio de no poder contar con Akin quien, exhausto, se ha dejado caer al suelo y rueda lejos del alcance de la bestia.
Fredegar, con su agilidad habitual, maniobra bien y clava su espada en el uruk con la enorme fortuna de que no tan solo resta puntos de aguante sino que traspasa la armadura de éste, que cae al suelo, muerto.
Mata consigue esquivar la hoja del uruk lo suficiente como para no resultar herido, si bien su ataque falla.
El combate acaba repentinamente, y sólo se oye el jadear de cansancio de todos.
Tirada oculta
Motivo: Uruk protección
Rangos de habilidad: 2
NO: 16
Tirada: 10 + (1, 2)
Total: 10 + 3 = 13
Fracaso
Fredegar: el uruk tiene parada 7, luego vas de 16 para darle.
Gran tirada, Fredegar: provocas tirada de protección, no la pasa y al suelo.
Akin: sólo puedes quitarte de enmedio.
Balin y Oin, los dos enanos que rescatáisteis, aparecen procedentes de donde se habían cobijado, y atienden como buenamente pueden los resguños y morados que lucís. Después, os animan a subir al bote y emprender el camino de vuelta.
Al cabo de 8 días y 2 pruebas de fatiga (que obviaremos porque ahora no conducen a nada), de remar río arriba llegáis a Esgaroth.
Una vez allí, sois recibidos triunfalmente. Gloin se reune con vosotros a bordo de la gran barca dorada del gobernador de la ciudad, mientras avanzáis por el lago, listo para concederos vuestro premio.
Podéis rematar la faena contando lo que hacéis al llegar a Esgaroth, etc.
Poco hace el elfo, y poca alegría lleva su alma durante el viaje. A pesar del éxito de la batalla, ha notado entre enanos y elfos la misma desconfianza de siempre. La nube de pesar que se ha instalado en su corazón le hace dudar que sea posible la comprensión entre los pueblos libres, y el aumento de movimientos de la sombra le llena de inquietud.
Durante el viaje habla poco, y casi siempre con Ioli y con Mata. Se acerca a Akin, y comprueba que su herida no vaya bien, pero no entabla conversación con él, y tampoco con los otros dos enanos.
Al llegar a Esgaroth mira a Gloin
- No eran los elfos los que produjeron mal alguno a los enanos. Me alegra saber que vuestros hermanos se encuentran bien - dice con el cansancio y la fatiga marcados en el rostro.
Quizás si la sombra en su pecho fuera menor, distinta, muy distinta, fuera la actitud del elfo. Pero no así, no ahora
Fredegar estaba pletórico tras el combate y los días posteriores de viaje fueron un poco estresantes para sus compañeros. El mediano había conseguido vivir una de las aventuras que escuchara en la taberna a tantas leguas de viaje de aquí y había abatido varios orcos y un uruk. No sólo rememoró el combate decenas de veces sino que se puso a la tarea de crear una historia para la posteridad, una narración de la compañía que salvó a Balin y Oin, y devolvió el regalo de Gloin al señor de las águilas en la celebración de Esgaroth....sin duda una historia para la posteridad.
Akin devolvió con toda la pompa enana la espectacular joya, y se puso al servicio de Gloin para emprender en un futuro una nueva expedición, al menos cuando estuviese recuperado de sus múltiples heridas.
Algo había cambiado en él, ahora era más seguro de sí mismo y su autoestima era otra. Aquella batalla, a pesar de terminarla en el suelo, había limpiado por fin la huella de la derrota en el pasado. Ahora sabía que él era un enano digno de tal nombre, y no un cobarde que había caído al primer golpe.
Mata estaba distraído.
No había prestado mucha atención al viaje por el río, ni tampoco a todo lo que sucedió una vez llegaron victoriosos a su destino. Estaba pensando en los bosques, en los ríos, y por sobre todas las cosas, en su hogar.
De más está decir que le alegraba que todo haya salido bien.
Sus compañeros, y él mismo, habían resultado algo magullados en el anterior combate, pero todo había salido a pedir de boca. Todos vivos, todos sanos y salvos y el trabajo cumplido.
Cuando todo hubo terminado, Mata continuó con su camino, tan silencioso como había venido, dejando detrás a unos buenos amigos que en cualquier momento, se los volvería a encontrar.
Así son de extraños los caminos del destino.
Ioli recibió, orgulloso, los honores de su pueblo. En cierta medida su nombre se había limpiado, y aunque en el futuro el joven seguiría teniendo más de poeta que de guerrero, nunca le faltó una espada en la mano cuando su pueblo le necesitó.
Aunque el rescate de los enanos le había hecho merecedor de un descanso, algo le decía que la calma no duraría para siempre en su tierra. Tenía un presentimiento...
Los compañeros se separaron para dirigirse cada uno a su lugar de descanso habitual, donde pasar el invierno rodeados de su gente, habiendo recibido una sustanciosa cantidad de parte de Gloin, por no hablar de un festín bajo la Montaña que se prolongó durante horas interminables, y en el que llovió bebida y nevó comida.
Prometieron volverse a ver para emprender nuevas aventuras, pero esa es otra historia, y deberá ser contada en otra ocasión.