Ralph se queda mirando a Quicky y le dice:
-miau, miau, yo me llamo Ralph, y tu? HIJOS DE PUTA, CABRONES, ZORRAS. Tienes las orejas muyyyyyyy largas.
Después de esto bajó de la encimera y se puso a corretear por toda la casa, parandose al lado de Malefica. Se pusó a ronear entre sus piernas como si fuera un gato de verdad. Tras eso volvió a corretear para despues ponerse a beber de un vaso de los que habia preparado Quicky al estilo mas gatuno que podia hacerlo.
-Esta rico. Y hace que Ralph vea colores en su cabeza....
Hades vió que todos lo ignoraban, que su canción no gustó y enseguida se acercó al ratón.
Disculpe usted, don rata. ¿Prefiere que le cante una de Thalia? Amor a la mejicana. La balada de un pistolero, si esa creo que le iría mejor a usted. Digo, es raaaaaaarooo.
Hades le devolvió las mismas palabras que Speedy mismo había dicho
Parecía que había entrado para ganar, para conseguir que sus planes culminaran en el más televisado de su éxitos... claro que todo el resto de sus éxitos estaban alterados por los malditos productores. Las estúpidas princesas siempre eran la hija, la nieta, la mujer o hasta la amante de algún guionista amigo de Disney. Por otro lado, yendo aún más a la fuente, como le hubiese gustado ser ella misma quien envenenase, estrangulase, cogiese y mutilase a los hermanos Grimm. Que al fin y al cabo eran otros que habían tergiversado tantas historias.
Este lugar no era lo que imaginaba, esto era un loquero. Y Maléfica se vio nuevamente sóla en aquel rancho que oficiaba de escuela a sus 5 años... debía comenzar el jardín de infantes. Pero ella no era sociable, no sabía tampoco qué significaba esto. Recordaba como si fuera ayer cómo esa pequeña hija de algún rey le había quitado su muñeca y le había arrancado la cabeza en sus narices. No le sorprendió verse a si misma arrancándole la cabeza a la princesa. Ojo por ojo... como se había enfurecido su madre aquella vez...
Continuó con sus brazos cruzados viendo pasar al niño gato y por un momento estuvo tentada de drogarse con el resto... por otro... lo hizo...
- Bueno parece que comienza la fiesta... - Maléfica se acerca a Quicky y le pide un poco de sus polvitos - Esta es una magia que no conozoco ...
El ratón no se ofende ante la agria ironía, en cierta forma sonrie de manera burlona y dice
No manches Hades, si te sabes las canciones POS TE FELICITO... YUPI FELICITACIONES..., sí quisiera oirlas, puedo ser una rata en todo el sentido si lo deseas, nunca subestimes a un ratón- dice con ascento mexicano-y no sé si quieras saberlo, sería bueno ver como un gringo canta canciones de esas.... pos seguro sería divertido, y dado que claro, tienes talento, segurisimo alguien aquí te escucha y te contrata para su bar nudista... imaginate Hades tendras trabajo, algo que seguro te cuenta conseguir en el inframundo.
Miro al pollo de reojo y me alejo.
¿y el Pollo gringo, es que tienes pulgas?... lo del virus aviar seguro...
Si quieres Hades hasta te hago el acompañamiento con la guitarra...
Quicky dejó en paz a Ralph porque no le quedó más remedio. El lindo niñito, barra, gatito salió corriendo en cuanto le hizo las primeras caricias. Quicky salió tras él hasta que alcanzó a Maléfica y el conejo miró a la gran mujer en todo su esplendor. Era hermosa como una gran y exhuberante mujer. Aquellos dos pechos que poseía podía amamantar a una docena de niños, y de la leche que saliera de sus ubres junto a sus polvitos mágicos, podría hacer una gran bebida que enganchara a grandes cantidades de niños. Aquella mujer, quizá, y solo quizá, podría ser el principio de su sueño.
Ralph parecía cariñoso, pero un poco psicópata y eso no le terminaba de gustar. Era demasiado agresivo para ser una criaturita tan amarilla y tan linda. De todas maneras debía seguirle la pista a ambos. Quizá pudiera hacer buenas migas con ellos.
Después observó a Maléfica que le pedía sus polvos, y Quicky, con sumo gusto se puso a prepararlos para darle el bebedizo a ella también. Había llegado la hora de la fiesta.
¡Ándale! Gritó mirando al repugnante ratoncito. ¡Ándale! Volvió a gritar. ¡Dale compadre, que empiese la buena música! Dijo alterado mientras sus grandes orejas se enroscaban entre sí.
Al ver como el extraño hombre azulado lo daba todo de una manera tan... dramática le aplaudí con fuerza.
-¡¡¡Bravo, bravo, bravisimo!!!- Comenté mientras le encendía el fuego de la cabeza de nuevo con una cerilla. Por lo visto con tanto meneo no se había dado cuenta de que se le había apagado.- Eh tio, estas on fire.
Aproveché la cabeza-hoguera para sacar un purito que tan diestramente había colado en la casa para encenderlo.
-Esto marcha, si señor... En invierno tienes que ser los populares por lo que veo ¿Eh huesos? Me gusta tu color de piel. muy cian.