Partida Rol por web

Ubicación: B6. Pasillo.

Las escaleras que suben desde la planta baja continúan hacia el ático. Hay una mesita baja y colgadas en la pared unas viejas lámparas sin una sola gota de aceite.

Yendo en cabeza tras el sutil ofrecimiento del chico que no se separaba de sus gafas de sol ni para dormir, detecté con una mirada de soslayo el vistazo descarado que echó a mi culo. "Todos son iguales..." Detuve mis pasos, girándome momentáneamente, con una sonrisilla perfilando mi rostro.

—¿Te gusta lo que ves, no? Lo digo porque estás dejando un rastro de babas por toda la escalera y alguien puede resbalar sin querer —dije, picándolo un poco. Justo antes de reanudar la marcha se escuchó un extraño sonido metálico y el atizador de la chimenea se estampó con violencia en la puerta de entrada—. ¡Hostias! ¿Qué coño ha sido eso? 

No comprendía qué estaba ocurriendo, pero me estaba empezando a cansar de esto. La primera idea que cruzó mi mente fue la de bajar de unas zancadas los escalones, para inspeccionar el salón de nuevo. Pero no habíamos visto a nadie escondido, así que tampoco creía que lo viésemos ahora. Desistí entonces, caminando hasta llegar a la planta superior, sin prestar mucha atención a las lámparas. Lo que estaba claro es que alguien debía haberlo lanzado con el fin de asustarnos... y no con poca fuerza precisamente. 

—¡Eh, tú! ¡Vale ya con la puta broma! ¡Ven aquí al pasillo si tienes huevos y deja de esconderte! —grité, asomándome desde lo alto de las escaleras.

-Eso es lo que digo, Jade, demasiadas "cosas extrañas". Igual que la serie.
Como para pasar desapercibidos con estos ruidosos escalones. Total, si de sobra se notaba que estábamos en la mansión. Bueno, sigamos. Iluminó para Lisa y para él. -Avancemos, sí, Maravillas. -se detuvo un momento- Oye…¿Quieres tomar mañaba tarde un helado conmigo? -Entonces pasó aquello.
-¡Joder! ¿Habéis visto eso? -se quedó paralizado un instante. El atizador se clavó en la puerta donde un momento antes estaba Jade. Thess increpó al atacante. Rob decidió echar un vistazo.
-Voy a ver si pillo a ese tipo. -y descendió un poco a la carrera para localizar al misterioso o misteriosa bromista pasado de rosca.

Todavía ando recuperandome del susto del perchero cuando el atizador sale volándo hasta clavarse en la puerta. Más que un grito suelto una maldición mientras me quedo helada contemplando ese hierro.

-!! JODER!!.. hostia puta.. No puede ser, ha venido disparado desde la chimenea, y no hay nadie allí.. Ya tengo suficiente. 

-Esa cosa ha salido de la chimenea.. No hay nadie.. Ha salido sola..podria haber matado a alguien.. Esto no es una puta broma, aquí no hay ninguna fiesta.. Yo me largo.. Me importa un huevo que hay en el piso de arriba.. Ignatius casi se desgracia una pierna.. Y si eso le de a alguno lo mata... Ya he tenido bastante.. ¿Alguien viene conmigo? - Me dirijo hacia la puerta de la cocina, mirando con precaución de no sufrir ningún percance. 

Oís un ruido sobre vuestras cabezas. Un sonido parecido al de unos pies arrastrándose y un crujido desagradable. Una figura humanoide que se mueve como un grotesca araña, de gran tamaño, se deja caer en el medio de las escaleras. A pesar de su cuerpo artificial es capaz de moverse con gran agilidad.

Os separa, pues está en medio de vosotros. Aquellos que aún no han subido están a su espalda. Aquellos que están arriba pueden ver sus ojos, que aunque deberían carecer de vida, están llenos de maldad y locura.

Lo que sin duda es el cuerpo de un maniquí antiguo, desnudo y sucio, compone en su cara una mueca muy similar a una sonrisa burlona. Extiende sus manos hacia adelante y sube las escaleras, haciendo crujir sus articulaciones y ganando velocidad con cada paso.

Su sed de sangre es infinita...

—Uish. ¡Me encantaría Roby!—digo sonriendo. 

A veces perdiendo cada detalle del entorno y otras muy atenta a ellos. El miedo me impulsa a negarlo, a no querer saber nada con lo que sucede pero también me limita. Más ahora cuando es evidente que algo está sucediendo en la Mansión y ya no puedo hacer más la vista gorda. 

—¡Ahhh! ¡Que horror!

Por un segundo mi gesto de terror es inevitable y me cubro la cara por el miedo. Luego al ver que Rob va hacia aquel lugar sigo sus pasos para no perderlo de vista mientras Jade y Theresa hablan. Estoy con la primera, hay que salir de aquí como sea. Ya se terminó el recorrido. 

—Yo... Yo también creo que es mejor retirarse... Si—respondo a Jade y veo esa especie de araña—. ¡AHHHH! ¡ME MUERO! Salgamos de aquí. ¡Cómo sea! ¡Por favor Roby! ¡Chicas! 

Mis ansias de salir corriendo se incrementan. 

La estrella del equipo de fútbol sonrió de ireja a oreja cuando Lisa aceptó su cita. Contento y satisfecho bajaba las escaleras tratando de calmar a Lisa y a Jade.

-Eh, esto es un misterio que tenemos que resolver. No os va a pasar nada malo- intentó mostrar seguridad aunque no las tenía todas consigo. Y cuando apareció sorpresivamente aquella cosa repugnante, se le abrieron los ojos como platos.

Se movía sola...miró hacia arriba por si descubría los cables de quien la manejaba enfocando con la linterna y por si había más de estos maniquíes. Aquello ya no era una broma de mal gusto sino un venganza grotesca. ¿Por qué?

No se lo pensó más y se lanzó por detrás contra la araña en un placaje igual que en el estadio.

Oh, me encanta. Es difícil no mirarte, estás cañón nena.- En un vago intento de dedicarle un piropo, le guiñó un ojo a través de las gafas de sol que claramente no vería al llevarlas puestas, volviendo a soltar ese pequeño gruñido que ya parecía una broma de ambos. Sin embargo el ligoteo terminó con el sonido metálico y el golpe en la puerta, girándose tras dar un pequeño salto.

Qué coño? – Pensó que había sido cosa de una fuerte brisa, pero teniendo en cuenta que todo estaba cerrado era casi imposible que fuera la respuesta correcta. Pero no fue lo único extraño puesto que un nuevo ruido le hizo alzar la cabeza hacia el techo, viendo un ser extraño o un disfraz demasiado elaborado. Fuera cual fuera la respuesta, no quería pararse a averiguarla.

¡Joder! – Su instinto de supervivencia superó a las ganas de fiesta que tenía, agarrando la mano de Theresa con la intención de bajar las escaleras con ella, queriendo alejarse de aquella cosa.

La criatura no es capaz de resistir el placaje de Rob y cae de rodillas varios escalones más abajo. En ningún momento parece herido. Su cuerpo no está pensado para que sienta dolor y no tarda en alzar la mirada hacia el deportista. Una mueca burlona deja bastante claro que ha seleccionado a su siguiente víctima.

Esta noche la sangre regará el suelo de la vieja mansión.

El agradable flirteo se vio interrumpido en el momento en el que algo cayó sobre las escaleras. Sobresaltada por el susto, por primera vez en toda la noche desde que accedimos a la mansión la inquietud se apoderó de mi cuerpo y sentí algo similar al miedo después de ver esa desagradable y siniestra mueca en el rostro del maniquí. Esto ya no era una broma estúpida que nos habían gastado varios estudiantes con ganas de echarse unas risas. Las leyendas urbanas en torno a la familia Hudson y su vieja mansión parecían estar a punto de cumplirse. "Tenemos que hacer algo..." —sin embargo, era incapaz de mover ni un solo músculo.

Noté de repente la mano de Carlo cogiendo la mía y cómo este empezaba a tirar de mí escaleras abajo. ¿Pero qué quería? ¿Que nos encontrásemos de frente con el muñeco diabólico? Justo entonces, Rob demostró su fama como deportista y quarterback estrella, placando al maniquí y haciéndole caer varios escalones. Aprovechando la situación, tras quedarse de rodillas ante nosotros y a una altura perfecta, descargué una patada con fuerza en su cabeza.

—¡Que te jodan, puto muñeco!

La patada de Theresa impacta en la cabeza de maniquí, pero este no parece acusar el golpe. No sangra, no se lamenta. Sólo se pone en pie y se sitúa en el medio de la escalera, ocupando todo el sitio posible en el peldaño donde se encuentra.

Cualquier que quiera subir o bajar debe pasar a su lado sin que le atrape...

—Ayyyyy. ¡Que horror! —digo desesperada, incluso Roby y Theresa le dan duro—. ¡Vamos chicos! ¡Robyyyyy ten cuidado!

Pero claro, estoy aterrada así que miro los alrededores para ver si encuentro un candelabro antiguo y en cuanto pillo alguno intento pasar por al lado y asestar con ello. No es que soy la Señorita agresión pero al menos quiero ayudar un poco, además hay que sí o sí cruzarlo y madre mía como esa cosa me pille. 

—¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Cosa fea! ¡Malo! 

Voy diciendo entre golpe y golpe, curioso es ver a Wonder Woman atizando con un candelabro. 

Me niego a pensar que estamos peleando contra un maniquí, pero es lo que estoy viendo. Una cosa que se mueve y eso es imposible. La voz que llamó a Lisa, el columpio, las tijeras, los ganchos, el cuadro arañado y el atizador volando ; todo eso también es imposible y ha pasado.. Intento hacerme con otro atizador de la chimenea, más para defenderme que para golpear al maniquí mientras me acerco a Ignatius.

-Eso no puede ser.. ¿Un fantasma?.. Esas cosas no existen..Igni..hay un montón de maniquíes en el camino de salida.. ¿Que hacemos? Tú eres el listo - 

hhhhhhhhh Al ver a ese maniqui me veo en la necesidad imperiosa de respirar de nuevo con el ventolín, y sentia mi corazon latir a 1000 por hora. Mis pulmones luchan por respirar y les doy su medicina lo mas rápido que puedo

hhhhhhhh

Estoy acojonado. Los libros se me han caido al suelo de la impresión. Mi católica madre siempre me forzó a llevar un crucifijo al cuello pese a que no creia en supersticiones cristianas. Instintivamente lo saqué de mi cuello y lo antepuse entre ese engendro y mi persona estirando el brazo

no p-p-p-puede ser, no hay auauauautomatas tan bien construid-dos. vuelve al a-a-a-a-averno del que s-s-saliste, espiritu inm-mundo
tiene que haber una explicación

Mire los libros caidos en el suelo. En algún lugar de la biblioteca, en algun oscuro grimorio estaria el modo de desencantar ese muñeco. Y tengo miedo pero intentro mantener la compostura.

Jade pregunta que que hacemos. genial, no tengo ni la mas remota idea....
podemos..... prender fue-fuego a esa co-cosa con la lampara de aceite. se fu-fundira, quiz-zas

El maniquí recibe el golpe de la animadora sin inmutarse. De un manotazo le arrebata la lámpara y la aplasta con el pie.

¿Quienes tratáis de pasar junto a la criatura y en que orden?

Arriba de las escaleras: Rob, Theresa, Carlo y Lisa.

Abajo de las escaleras: Jude e Ignatius.