Parecía que me acababa de levantar de un mal sueño con una resaca de cojones, instantes después volví a la realidad y me vi encima de una mesa con el cuerpo del señor Miller frente a mí. Me incorporé lentamente y bajé de la mesa tambaleándome un poco, el costado seguía doliéndome muchísimo, pero el dolor era bastante menor que antes, observé la herida y pude comprobar que alguien me había extraído aquel trozo de vidrio, no parecía el mejor vendaje del mundo, pero estaba mejor que con aquello perforándome.
Miré a mi alrededor, parecía un pequeño taller, me acerqué al cuerpo de Miller pero era más que evidente que la vida lo había abandonado hace ya rato, caminé hacia una de las paredes de donde colgaban bastantes herramientas y me hice con un martillo que podría resultarme de ayuda en caso de tener que golpear a alguien. - Bien... tal vez esto me sirva. - Dije con el martillo en mis manos, entonces me dirigí hacia las escaleras para intentar averiguar que pasaba en aquel sitio, acerqué mi cabeza a la puerta e intenté escuchar algo de lo que se murmullaba al otro lado.
Se sentía agotada, como si hubiese corrido una maratón entera. El mismo hecho de caminar suponía hacer un esfuerzo. Para colmo, los pinchazos en el pulmón izquierdo al despertar eran constantes cuando respiraba más profundamente y el costado escocía al moverse. El brazo izquierdo hormigueaba, como si se le hubiese dormido, y notaba como si fuese débil. Cuando se dirigió hacia la puerta, pudo observar rastros de sangre en forma de salpicaduras en el suelo. Claramente alguien la había movido desde arriba y la había depositado allí.
Las voces podían oirse más claramente desde el marco de la puerta, que estaba entreabierta. Pudo reconocer las voces del accidente.
-¡Aún estamos a tiempo de deshacernos de ella, Trish!. -dijo una voz masculina y profunda. Era la del negro que te había cogido.
-No, ya es tarde. -dijo la mujer que oyó en el accidente.
-¡Sólo tenemos que dejarla en algún hospital! ¡No es tan complicado! -se escuchaban sus pasos, pesados, andando por el suelo.
-Brand, piensa -el tono de la mujer parecía irritado. -Si la llevamos a un hospital y le hacen preguntas, la llevarán hasta el Orion's Dreams. Y esta noche ya hubo un accidente allí. Los polis irán a husmear y podría ponerse en peligro la Mascarada.
-¡Su puta madre, Trish! ¡¿Entonces qué cojones vamos a hacer?! ¡¿Eh?!
-No me hables en ese tono, Brand, no te lo consentiré. -la mujer
-¡Todo es culpa de esa puta rata de cloaca! ¡No nos dijo que estaría acompañado! ¡MALDITO CABRONAZO! ¡CUANDO LO PILLE LE VOY A DAR DE HOSTIAS... -se escuchó un golpe y como si algún objeto se hubiera roto.
Durante el monólogo, la voz se había ido volviendo más grave, excitada y frenética, y al final sólo pronunciaba sonidos incoherentes, como si la misma rabia lo hubiese vuelto loco y balbucease. Se escucharon ruidos de estropicios junto a pisadas y lo que parecía una pelea. Finalmente, tras varios segundos, un sonido fuerte de algo contra el suelo. Se produjo el silencio.
-Brand, juro que la próxima vez que no te controles, te meteré un maldito palo de escoba por el trasero para atravesarte el corazón y luego te dejaré en el sótano con nuestro invitado un par de noches para que recapacites, ¿me has entendido?
-Sí, Trish, ya... ya estoy mejor. Lo siento. -mas sonidos. Esta vez parecía que el grandullón se había incorporado.
-No lo sientas, contrólate mejor.
Se produjo un silencio.
-¿Entonces qué hacemos? -volvió a insistir el hombretón, aunque su voz era más tranquila, aunque podía detectar nerviosismo.
Se escuchó el suspiro de la mujer.
-Convertirla a la Sangre -dijo con convicción una voz femenina, aunque distinta a la que hasta entonces había escuchado. Esta era más suave y melódica que la anterior.
-¡Joder Zoe! ¡Por qué cojones apareces así, tía! -dijo Brand.
-¡Ey! No es culpa mía que seas ciego, Bi. (la nueva voz llama Bi al hombre, usando la pronunciación inglesa de la letra)
-Ni yo que tú seas una zorra tocapelotas. -respondió irritado el tipo.
-¡Vaya! ¡Te han crecido un par! Y yo que creía que Trish te había capado después del numerito que montastes. -dijo con una risita malévola la chica.
-Quieres cobrar, ¿no, so puta? -dijo el tipo, claramente cabreado, y se escuchó cómo se movía pesadamente.
-Gracias, pero no me vaya el rollo S&M tano como a ti-siguió provocando la otra con veneno.
-Silencio los dos -dijo Trish en un tono sosegado pero firme. Amber podía sentir que la voz no sólo era tranquila, sino que le parecía sabia y completamente cuerda en aquel lugar. Aquellos dos se estaban excediendo y Trish había actuado como una persona racional debía hacer. Decidió que aquella tal Trish le caía bien. Sin embargo, el dolor de su costado la hizo parpadear y recapacitar sobre lo que había pensado: ¿le caía bien su secuestradora?
-Trish, no vuelvas a usar ese truco conmigo. -protestó la tal Zoe con tono enfadado.
-Lo haré si no me dáis otra opción. Ahora volvamos al problema entre manos.
-Pero ¿por qué darle tantas vueltas? Le damos el Gran Mordisco y ya está. Es mejor que seguir siendo una bolsa de zumo -siguió la otra chica en tono serio.
-Las cosas no son así, Zoe. Puede que tú vida fuese mala, pero no tiene por qué ser el caso de la chica. -replicó Trish como si estuviese hablando con una niña pequeña.
-¿Qué otras opciones tenemos? Ninguno podemos obligarla a olvidar lo que ha visto. -replicó ésta.
-Trisha, Zoe tiene razón. Sólo podríamos convertirla en una Esclava si la secuestramos durante varias noches, tiempo en el que los polis empezarán a hacer preguntas y harían peligrar la Mascarada.
-Sí, y para entonces uno de los perros falderos de "Su Majestad" -dijo en tono burlesco la chica- habrá tenido que intervenir para evitarlo y nos husmearán el cuello. Además, me niego a convertirla en una anqüilae, no contéis conmigo para eso.
-Está bien, habrá que Abrazarla. -era Trisha esta vez- Pero todos sabemos la gravedad de este acto y la responsabilidad, por no decir los peligros, de lo que implica. La cuestión es, ¿quién lo hará?
Se produjo un nuevo silencio.
-Yo lo haré -dijo el hombre. -Si no hubiese tardado tanto en empalar a Frank, ella no hubiese despertado. Yo me ocuparé de ello.
-De todas maneras, no estarás solo. Te echaré una mano con tu retoño -hablaba Trisha.
-Yo también, no quiero que acabe como el gilipollas de su padre -dijo con tono burlesco Zoe.
Brand gruñó.
-Bajaré contigo a ayudarte. Zoe, ¿por qué no llamas a alguna marioneta? Va a necesitarla en breve.
-Sí, eso hago. -Escuchas un sonido de ropas. -¿Joe? Soy Z. Oye pringao, ¿cuánto haces que no te pones? -no podía escuchar nada. -Vale, eso es hace nada. No, cuatro días es muy pronto para colocarte de nuevo, no me sirves. -más silencio- No me llores, ¿vale? Ya te llamaré. Venga, ciao.
-Estos tipos son patéticos. Si no fueran porque son útiles en momentos como éstos ni hablaría con ellos. -siguió Zoe. -Julian, soy Zoe. ¿Cuándo fue la última vez? -silencio- Me vale, ¿te interesa esta noche? -silencio- Sí, pero es para una amiga. Es nueva. -silencio- No, no sé si está buena, está al caer. Pero eso debería pelártela. ¿Vienes o no? -silencio- Sí, ahora. Como dentro de 15 o 20 minutos. -silencio- Me da igual si tienes que dejar a tu pava, ¿quieres o llamo a otro? -silencio- Bien, pues quédate con tu parienta. Nos vemos.
-Joder, vaya mierda de marionetas, Zoe. -dijo Brand.
-Cállate cabrón, agradéceme que te consiga una bolsa de zumo para tu retoño. Yo no tuve esa suerte.
Se escuchó a un móvil sonar. Era una canción de Heavy Metal.
-¿Sí? -silencio- ¿Seguro? -silencio- Vale, te esperamos. Te mando la dirección por gps. -silencio- Ciao.
-Julian viene. Ya puedes ir haciendo los honores, Bi. ¿Quién diría que te convertirías en todo un papi? -dijo mordazmente la chica.
-Bajemos, Brand. Hay que hacerlo antes de que llegue la marioneta.
Se escucharon los pasos de un tipo pesado y otros pies más ligeros dirigirse hacia el sótano.
Vale, espero que la espera haya valido la pena. Es un tochopost que me he currado a lo largo de varios días. Ojalá te guste.
Ahora sí que sí, empieza lo bueno de verdad. Te queda ya apenas para convertirte en vampi. Ahora decides tú si Amber se resigna, si lucha, si intenta huir, si intenta convencerlos de que la dejen, etcétera. Este momento hará, por ejemplo, que Bran o Trish te vean de manera distinta, y que tengas más o menos afinidad con uno u otro, con los dos o con ninguno.
Todo de lo que hablaban me parecía completamente extraño, ¿qué cojones era eso de la Mascarada? Recordaba la voz de dos de ellos pero no sabía quien era la chica nueva. Escuché atentamente toda la conversación hasta que de repente se decidieron a venir hasta mí. Bajé corriendo las escaleras aunque esto agudizaba el dolor de mi costado, llegue hasta aquella mesa y me volví a tumbar en ella ocultando el martillo bajo mi cuerpo de manera que pudiera acceder a el facilmente. Tal vez este sea el momento más adecuado para intentar hacerles daño y huir de aquí.
Echada sobre la mesa con el martillo oculto bajo su pierna, Amber esperó a sus secuestradores. Los pasos se volvieron más audibles a medida que bajaban por las escaleras y abrían del todo la puerta.
Un tipo grande, que debería medir al menos 1,90 con una camisa granate y pantalones oscuros entra primero, seguido por una mujer que deberá medir 1,70 con cazadora de cuero y vaqueros. Ambos son afroamericanos: Brandon es fuerte y ancho como un roble empotrado, y parece caber justo por el marco de la puerta, con un rostro tenso que parece cabreado; Trisha parece una modelo recién salida un casting, y aunque seria, no transmite esa tensión que se transluce en el cuerpo de su compañero.
Brandon
Trisha
-Está inconsciente aún.
-Entonces aprovecha ahora, antes de que despierte, yo me ocuparé de nuestro invitado -dice Trish mientras vuelve a coger el cadáver del abogado en sus brazos como si pesara lo mismo que una caja de cartón y se dirige con él hacia la puerta.
Brandon se acerca a Amber y le coge una de las manos, abriendo la boca para morderle su muñeca...
Vale, éste turno tienes la iniciativa tú, ya que ambos creen que estás inconsciente. Hazme una tirada de Daño (Fue + Pelea C. a C.) para ver la cantidad de daño que le haces. Luego hazme una tirada de Destreza + Atletismo (dif. 6) para ver lo rápida que eres.
Recuerda que estás muy malherida, por lo que tienes una penalización de -2 a todas las tiradas.
Motivo: Fuerza + Pelea
Dificultad: 8
Tirada (3 dados): 6, 4, 6
Éxitos: 0 Fallo
Motivo: Destreza + Atlet
Dificultad: 8
Tirada (6 dados): 5, 2, 9, 10, 8, 1
Éxitos: 2
Vale he sumado dos a la dificultad por el penalizador, dime lo que sea con respecto a las tiradas (aunque han sido bastante puta mierda) y te roleo despues.
Perdón, no te lo he explicado y por eso no lo sabías, pero las penalizaciones no se aplican a la dificultad, que seguiría siendo la misma, sino a la cantidad de dados que puedes tirar. Normalmente, si una dificultad está modificada, te lo diré yo. De lo contrario, asume que es siempre 6.
No sólo eso, sino que puedes gastar un punto de Fuerza de Voluntad temporal para anular las penalizaciones durante un turno. Siempre tienes la opción de gastar 1 punto de Fuerza de Voluntad para no tirar los dados y obtener el equivalente a 1 éxito en la misma, que lo sepas.
La próxima vez lo haremos en condiciones, ya que esto es simplemente el Preludio de tu historia, no pasa nada.
Otra cosa, en ediciones anteriores, los dieces (10) permitían a los jugadores volver a relanzar tales dados si querían, de manera que podrías obtener un segundo éxito extra si volvías a superar la dificultad. En las reglas de V20 no consigo encontrarla, no sé si porque no lo estoy mirando donde debo, o si la han quitado (cosa que dudo, pero bueno). Nosotros vamos a contar siempre los 10s como dos éxitos en lugar de uno.
De esta manera, en tu segunda tirada, serían en realidad 3 éxitos en lugar de uno solo.
Los resultados para que rolees un poco: básicamente haces poco daño. Tu pj esgrime un martillo, así que suma +2 a los éxitos obtenidos. Eso significa que harás 2 puntos de daño de tipo Contundente a Brandon. Sin embargo, también tienes la Iniciativa en el siguiente turno, de manera que actuarás primero que nadie.
EN Vampiro existen 3 tipos de daños que indican las probabilidades de resistirlo y su capacidad para recuperarlo. El Contundente suele provenir de golpes que no matan, pero pueden incapacitar a una persona normal; el Letal ya puede llevar a una persona a morir; por último, para los seres sobrenaturales, existe el Agravado, que es un daño especialmente dañino para ellos, como puede ser la luz del sol para los vampiros. Pero bueno, ya lo iremos viendo.
Conseguí soltar mi mano rapidamente ya que aquel tipo no se había percatado de que estaba despierta, agarré fuertemente el martillo con mi mano derecha y, apoyando mi otra mano sobre el borde de aquella mesa, me incorporé de manera fugaz soltando un quejido de esfuerzo mientras ejecutaba un veloz golpe que hizo impactar el acero del martillo contra el pómulo izquierdo de aquel tío enorme, aunque esto apenas lo hizo retroceder un par de pasos por el fuerte impacto.
Cuando me puse de pié sobre el suelo un agudo dolor en mi costado derecho se hizo notar, esto me hizo dar un gran grito de dolor e hizo que mis piernas se flexionaran hasta casi clavar la rodilla en el suelo. - ¡¡Jodeer!! - Dije mientras cerraba mi ojo derecho y apretaba los dientes como señal del gran dolor. Pese a esto logré mantenerme en pié empuñando el martillo con la derecha y agarrándome el costado, que aún sangraba, con la izquierda.
Sonreí de manera pícara y tome una pose de batalla, un poco torpe aunque me serviría para defenderme, mientras no soltaba mi costado, mi mano izquierda ahora se encontraba algo ensangrentada. - Que tal grandullón, bienvenido a mi humilde sótano, espero no haberte asustado con mi bienvenida. -
Muy bien, gracias por la explicación tio muy aclaratoria, lo tendré en cuenta para las próximas tiradas ^^
A Brandon ni siquiera se le había pasado por la cabeza que la chica pudiese estar despierta después del accidente, así que cuando ésta pegó un tirón para librar su mano apenas le dio tiempo a reaccionar, llevándose un golpe del martillo que hizo crujir su mandíbula mientras retrocedía unos pasos.
-Te fas a arrefentir -dijo con voz rara por el hueso dislocado. Los ojos del hombretón mostraban enfado claramente mientras se recoloca la mandíbula rota con un chasquido grotesco. Entonces gruñe mientras enseña una dentadura blanca en la que asoman caninos largos y feos, que recuerdan a los de los leones o lobos.
-Brandon, espera. Ocúpate tú de Frank mientras yo me en- no le da tiempo a terminar la frase porque el tipejo se te echa encima a una velocidad que no puedes siquiera concebir. Como un vídeo al que le han dado a cámara rápida, el negro apenas es un borrón en tu visión cuando lo tienes delante de ti y se te echa encima como si fuera un jugador de fútbol americano realizando un placaje.
El estado de nerviosismo de Amber hace que esté en máxima tensión y alerta a todo. Eso, sumado a su juventud, que hace que su cuerpo esté en óptimas condiciones y el hecho de cuidarse, la convierten en un ejemplo excelente de hasta dónde puede llegar el ser humano en condiciones extremas. Sin embargo, eso no es suficiente para detenerlo.
El impacto contra el suelo de cemento te corta el aire, y el golpe de la parte posterior cabeza al chocar contra el mismo te envía un ramalazo de dolor que eclipsa por un momento el del costado y se extiende por el cráneo. Sin embargo, apenas te da tiempo a registrarlo porque notas otro golpe, esta vez en la cara, cuando el puño de Brandon se estrella contra tu cara. Notas un crujido en el pómulo izquierdo y un latigazo en el ojo. Tu visión se oscurece ligeramente, como si alguien hubiese disminuido la luz del sótano y estuviese todo en penumbra. Ves como pequeños puntitos de luz que explotan en los márgenes de tu visión, y te das cuenta de que el tipo está delante tuya, con una expresión de satisfacción, con los dientes apretados y echado sobre ti mirándote.
Entonces, mientras tu cabeza intenta entender lo ocurrido, Brandon es lanzado con gran velocidad hacia el otro extremo del mismo, golpeándose contra una de las estanterías, que vuelca parte de sus contenidos en el suelo. Antes de que se pueda levantar, la muchacha, con la misma velocidad que él, le clava el mango romo de madera de una brocha en el pecho. Incluso en tu estado, te fijas en un detalle curioso: pese a no estar afilado, Trisha le ha clavado el utensilio como si la carne del tipo fuese simplemente arcilla. Observas cómo los ojos de Brandon siguen ardiendo de furia unos instantes, antes de volverse opacos.
-Te avisé -dice la mujer suspirando, que deja el cuerpo del hombretón en el suelo con mucha facilidad, como si fuese un muñeco de trapo.
Después camina hacia ti, que apenas puedes moverte, y aparta con un empujón por el suelo el martillo que estaba cerca de tu pie y antes sostenías. Acto seguido se pone a tu lado derecho, arrodillándose y escrutando el lado izquierdo de tu cara. Cuando roza con cuidado con sus dedos la mejilla, el dolor es terrible, como si te estuviesen abriendo un boquete con un taladrador como el que ves en la estantería metálica de al lado. Aparta los dedos y te mira a los ojos.
-Está roto. No sé si puedes oirme, pero siento que estés pasando por todo esto. Lo menos que puedo hacer por ti es quitarte el dolor. -sabes que no tendrías motivos para creerla, pero lo cierto es que lo haces. Hay algo dentro de ti que quiere creer en ella, y te entregas sin problemas.
Entonces coge una de tus manos. Cuando lo hace, aunque lo realiza con suavidad, te das cuenta de que no podrías desembarazarte de ella, porque es como si sus manos fuesen de acero y su presa inamovible. Te das cuenta de la tremenda fuerza que tiene. Trisha, como su compañero antes, abre la boca y observas como por arte de magia que los caninos se extienden. Entonces clava los colmillos en la palma de tu mano, provocándote una nueva punzada que hace que tu visión esté a punto de volverse completamente oscura.
Sin embargo, el dolor dura unos instantes sólo, reemplazado por una sensación tremendamente placentera y exquisita, como si te hubiesen metido hasta arriba de calmantes mientras tuvieses un orgasmo. Todo lo que hay a tu alrdedor deja de ser importante, mientras curiosamente escuchas el sonido de algo martilleando a lo lejos que va creciendo. Te das cuenta de que es tu corazón bombeando sangre. No sabes cuánto tiempo estás así. Simplemente pierdes la noción del mismo. No obstante, poco a poco, vas notando que un frío mayor del que hayas sentido nunca en toda tu vida en Nueva York se apodera de tu cuerpo. Comienza en la punta de las extremidades y se extiende por todo tu ser. A medida que lo hace, el placer que vas sintiendo va desapareciendo, y también la consciencia. Cuando el frío llega a tu cabeza, lo último que ves antes de que todo se vuelva oscuro es a la hermosa Trisha bebiendo tu sangre en medio de aquel sótano.
***
Notas algo. Al principio es una molestia, pero luego se convierte en un dolor que va en aumento. Notas cómo el costado y la parte izquierda de la cara te molestan. Al mismo tiempo, las entrañas te arden, como si hubieses tomado un licor o whisky o tacos mejicanos con puñados de tabasco. El resto del cuerpo te hormiguea, como si se te hubiese quedado dormido por una mala posición, aunque la sensación va desapareciendo. Abres los ojos y estás en el sótano aún. Las luces fluorescentes te dan la bienvenida de nuevo. Pero lo que te llama la atencion es que estás agarrando el brazo de color chocolate de alguien mientras chupas sangre como si fuera la mejor bebida que has tenido nunca. Cada gota roja, aunque metálica y asquerosa de sabor, disminuye el dolor y vigoriza tu cuerpo como si fuese la mejor droga del mundo.
-Eso es, aliméntate, te hará más fuerte -dice la voz de Trisha, algo tensa. Es ella de quien estás alimentándote. Se encuentra detrás tuya, sentada y sosteniéndote como si abrazara a una amiga. No sabes cuanto tiempo pasas, bebiendo y haciéndote más fuerte y notando cómo todo tu cuerpo te respondiese cada vez más. Sin embargo, por muy largo o corto que sea, es demasiado corto para ti cuando la chica negra te dice:
-Basta -mientras aparta su brazo de tu boca.
Hazme una tirada de Autocontrol (dificultad 8) para evitar entrar en frenesí e intentar beber más sangre. Necesitas al menos un éxito para controlarte durante un turno, y necesitas acumular un total de 5 en tiradas sucesivas para resistirlo por completo. Si fallas (no sacas ningún éxito) sigue intentándolo hasta tener al menos uno. Durante el tiempo que no lo consigas, Trisha usará su tremenda fuerza para inmovilizarte hasta que lo logres, así que postea interpretando eso también. La Brujah te soltará cuando lo consigas y podrás hablar con ella, así que puedes empezar a hacer preguntas o decirle lo que quieras.
Como miembro del Clan Brujah, no puedes hacer como otros vampiros y gastar Puntos de Fuerza de Voluntad para aplacar inmediatamente el frenesí, además de que esto para otro vampiro sería dificultad 6, pero la debilidad de tu linaje sanguíneo hace que sea 8 porque tu gente es más propensa a ella.
Por cierto, disculpa que haya escrito tanto, pero los Brujah iban a hacer contigo lo que quisieran. Sus poderes les conceden diversas acciones en sus turnos, mientras que tú ya gastastes el único que tenías, así que realmente tu resistencia iba a ser futil. Espero que no te haya importado mucho. A partir de ahora estas libertades que me he tomado se acaban y seré justo contigo con las tiradas y turnos.
Ni siquiera lo vi venir, aquella mole se lanzó sobre mi en un abrir y cerrar de ojos y no pude hacer nada. Cuando caí al suelo mi respiración se cortó del impacto y sentí un dolor tan fuerte en la cabeza y mi costado herido que no sería capaz de explicarlo con ninguna palabra. Aquel gigante se movía tan rápido que ni siquiera percibí el movimiento de su puño que impactó con mi cara con tanta fuerza que mi visión se nubló por completo, creo que mi mandíbula se rompió también con el impacto. La cara de aquel tipo mientras me golpeaba me provocaba terror, creí que iba a morir en ese momento, justo entonces salió disparado hacia el otro lado de la habitación y aquella chica lo empaló contra la pared con una puta brocha, ¡una puta brocha! ¿como cojones se hace eso?
Escucho las palabras de la chica sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando, pero parecía una buena persona y me inspiraba confianza, así que la deje hacer lo que tuviera que hacer. No entendía muy bien que quería hacer con mi mano, aunque me quedé alucinada con el truquito de los colmillos, entonces, la chica me mordió provocándome un dolor tan agudo en la mano que mi visión se distorsionó por un momento. La sensación de dolor se fue rápido y de repente comencé a sentir un tremendo placer. - "Dios pero que es esto, se siente muy muy bien." - Las piernas me temblaban e incluso solté algunos gemidos sin poder evitarlo, pero conforme se iba perdiendo esta sensación, un frio enorme se iba apoderando de mi, el lugar cada vez era mas oscuro y frio, mientras oscurecía miré a aquella chica no entendía que hacía. - "Se esta bebiendo mi... mi....." - Me desmayé.
***
Noto bastante dolor y las entrañas me arden como si el mismísimo satanás se hubiera mudado a vivir a mi estomago, aunque va desapareciendo poco a poco. No lo entiendo, noto mis labios húmedos, como si estuviera bebiendo algo viscoso en una vieja taza de hojalata. Abrí los ojos momentos mas tarde para comprobar que seguía en aquel oscuro sótano, aunque para mi sorpresa, estaba sosteniendo el brazo de aquella chica de piel oscura. Que leches, ¿es sangre lo que estaba bebiendo del brazo de aquella chica? Dios, estaba completamente repugnada y aterrada, pero solo duró unos instantes, intenté resistirme y apartarme de ella pero me fue imposible, aquello era lo mejor que había bebido jamás - "Joder, ¿soy una perturbada?" -
Entonces la chica apartó su brazo quitándome aquel maravilloso nectar de los labios, - ¡¡Pero que haces, dame eso!! - Necesitaba más, mucho más, me lancé como una loca gritando hacia la chica pero sin ningún tipo de dificultad me golpeó y me arrojó al suelo, clavando su rodilla en mi espalda y agarrando mis brazos con fuerza. -¡Suéltame, suéltame joder! - Forcejeé durante un buen rato contra la chica pero era mucho más fuerte que yo, tras un buen rato mis pensamientos volvieron en sí y dejé de forcejear. - Esta bien, discúlpame, creo que ya estoy mejor. - La chica me soltó y pude ponerme de pie de nuevo, me sacudí el polvo de la ropa y miré a mi alrededor algo extrañada.
Miré a la chica y le sonreí - Gracias, no se que me ha pasado, te llamas Trisha ¿verdad? Escuché antes al grandullón pronunciar tu nombre mientras hablabais arriba. - Dije señalando a aquel tipo. - Lo siento pero es que no entiendo nada de lo que está pasando, ¿podrías explicarme que ha ocurrido aquí? Me siento muy extraña. -
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 3, 6
Éxitos: 0 Fallo
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 5, 3
Éxitos: 0 Fallo
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 6, 9
Éxitos: 1
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 10, 6
Éxitos: 1
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 2, 2
Éxitos: 0 Fallo
Motivo: Resistir frenesi
Dificultad: 8
Tirada (2 dados): 10, 7
Éxitos: 1
Vaya he tenido bastante suerte con los dados, esos dieces me han salvado x)
No te preocupes por el post, entiendo que no podía hacer nada en un combate directo con ese tio.
Alrededor seguía estando todo igual que antes, con la excepción del cadáver de los dos tipos que había visto hasta aquel momento, que estaban fuera de la vista. Trisha se había erguido tras observar que la joven vampira había recuperado el control de sí misma.
-Bien, me alegro de que estés más calmada, pero creo que es mejor que te sientes, porque lo que tengo que decirte no te va a gustar lo más mínimo. De hecho, es posible que no me creas, pero quiero que pienses mucho en lo que ha pasado esta noche antes de negarlo, ¿vale? Pero antes, un par de cosas. La primera, ¿cómo te llamas? Ninguno sabemos tu nombre. La segunda -dijo mientras sacaba de su bolsillo un móvil cuyo modelo databa de al menos cuatro o cinco años atrás y se lo lanzaba a la chica- es que envías un mensaje o contactes con alguien que se preocupe por ti para decirles que estás bien y que vas a necesitar estar apartada un par de días antes de volver. Me da igual la excusa que pongas, pero es necesario. Podrás volver a verlos pasado ese tiempo, pero no antes. Sé que tienes muchas preguntas, pero será mejor para ambas que me hagas caso ahora.
Una vez satisfecha con la respuesta, continuó:
-Amber, escúchame con claridad, porque lo que estoy a punto de contarte no es ninguna broma. Esto no forma parte de ningún espectáculo de televisión o estafa de ningún tipo. -La miró directamente, dejando unos segundos para que captase la seriedad del momento. -Eres un vampiro, un bebedor de sangre, o un no muerto. Me da igual cómo lo llames. No estoy hablando metafóricamente. Y no, no es chachi, guay o divertido como en las pelis. ¿Recuerdas cómo bebías mi sangre hace unos minutos?
La estaba mirando seria, esperando la reacción de la muchacha. Aunque Trisha parecía tener la misma edad que Perry, sus ojos dejaban translucir una madurez que trascendía su edad.
No entendía nada de lo que estaba pasando, le dije mi nombre a aquella chica y cogí el movil al vuelo, no sabía porque pero sentía que debía confiar en ella. Marqué el teléfono de mi hermana pequeña, tras unos tonos descolgó. - Hola Emily soy Amber... si si, es que he extraviado el móvil. Oye escucha, me han ofrecido en el trabajo hacer un curso y tendré que estar un par de días fuera de la ciudad, díselo a mama y papa, ¿vale? Un beso cariño. - Colgué y volví a lanzar el móvil a Trisha.
Me senté en un pequeño banquito que tenía cerca y apoyé los codos sobre mis rodillas atendiendo a Trisha, empezó a contarme aquel cuento sobre ser un vampiro y cuando terminó me quedé fijamente mirando al suelo, meditativa, me levanté y caminé de lado a lado bastante seria llevándome la mano a la cabeza y el cuello... Entonces comencé a reir. - Tienes que estar de broma, nadie se creería esa historia. - Dije mientras reía, entonces acaricié mis labios con dos dedos y los observé, percatándome de la sangre que ahora manchaba mis yemas, seguidamente miré el brazo de Trisha y pude ver como aún podía soltar un poco de sangre, mi rostro se tornó serio. - Porque estas bromeando... - Me acerqué a ella unos pasos muy preocupada. - ¿Verdad? -
-No -dijo una voz a la espalda de Amber, que resultó ser la de Trisha, que como por arte de magia había dejado de estar delante suya para situarse detrás. -Por desgracia para ambas, no lo es.
Levantó el brazo, enseñándole la muñeca, que tenía algunas gotas de sangre oscuras.
-Puedes sentir la sed en tu interior, ¿verdad? -efectivamente, Amber podía sentir dentro de sí el deseo de tomar aquellas diminutas gotas, aunque la sed no era incontrolable como antes, pero seguía ahí de fondo. De hecho notaba algo más. Un gran malestar por todo su cuerpo, que iba en aumento, y un tremendo frío que se extendía por ella debilitándola por momentos. Tisha la estaba mirando, seria como siempre.
-Tú cuerpo está muriéndose -dijo para darle algunas explicaciones. -Todo vampiro es un cadáver andante, pero tu conversión es reciente y por ello el proceso aún no ha acabado para ti, pero pronto lo hará.
Efectivamente, poco a poco el dolor iba desapareciendo como decía, aunque durante unos breves instantes pareció convertirse en lo único que sentía, tan grande era su intensidad. Sin embargo, aunque aquello pasó, el frío perduró. Notaba las extremidades heladas, como cuando los dedos o las orejas se congelan en invierno, sólo que no le dolían.
-La sangre que bebemos nos devuelve durante un tiempo la calidez de la vida, pero no dura más allá de unos minutos. Morimos de nuevo cada vez, aunque el ciclo se vuelve soportable. Lo cual nos lleva a algo importante: alimentarte.
Miró fijamente a la muchacha:
-Debes entender una cosa: antes o después beberás. Si no lo haces voluntariamente, te debilitarás y serás presa de tus instintos, y será mucho, mucho peor, créeme. -una pequeña pausa- Sin embargo, si aprendes a hacerlo bien, podrás controlarte e incluso no harás daño a nadie.
Miró un viejo reloj en su otra muñeca que Amber pudo reconocer de la marca Casio.
-¿Tienes alguna pregunta? Son las 4 de la mañana y dentro de un par de horas amanecerá. Tenemos que alimentarte un poco más antes de que acabe la noche.
Tu personaje tiene ahora una Reserva de Sangre. Este es básicamente el número de Puntos de Sangre que tienes en tu interior. Tu máximo acumulable es 10, y ahora mismo, dispones de 4 Puntos. Tal cantidad es la mínima para empezar a dominar tu lado vampírico sin incurrir en penalizaciones.
El cuerpo de tu pj está básicamente agonizando, para que te hagas una idea de lo que está sintiendo. Amber estaba al borde de la vida y la muerte, y justo en esos instantes lo convirtieron en vampira. Sin embargo, la maldición del vampirismo no consiste en una resurrección limpia, sino en una transformación de todo el ser. No sólo no está viva, sino que su cuerpo está muriendo a pasos acelerados, como si lo hubiesen envenenado. Todos sus órganos vitales están fallando en su totalidad, quedando inertes para siempre, como restos de la mortal que fue.
Posteriormente, cuando un vampiro se alimenta, su cadáver vuelve a la vida durante varios segundos, antes de morir de nuevo. Sin embargo, este proceso ya no es doloroso, si bien es algo incómodo, ya que aunque tomar sangre es tomar la vida de otro ser, ningún vampiro es capaz de volverse mortal, por lo que es una segunda muerte más ligera, por así decirlo.
Respecto al frío, es simplemente el calor de la vida que desaparece también. El cuerpo del vampiro está siempre a temperatura ambiente, más frío que el de cualquier humano. No sólo eso, sino que es una especie de energía negativa, por así decirlo, que proviene de la maldición empapa el cuerpo. No hace daño, no mata a nadie y es algo a lo que se acostumbran ellos mismos, pero que los vivos más sensitivos a veces perciben.
Te dejo un poco de margen para que rolees más con Trisha antes de pasar a la siguiente escena.
Intentaba buscarle sentido a lo que la chica me contaba, por mas que intentaba que entrara en mi cabeza me resultaba imposible, pero lo que me decía cuadraba perfectamente, aquellos impulsos, el frio...
- Pero Trisha... ¿que debo hacer? Estoy muy confundida, no entiendo nada de lo que me está pasando... - Miraba a un lado y a otro de la habitación por simple nerviosismo, caminaba en circulos mientras sin saber porque agarraba mi muñeca izquierda con fuerza. - Necesito tu ayuda, por favor. -
-Te ayudaré, pero debes calmarte primero. No te va a pasar nada malo.
Cuando dijo aquello, Trisha sonaba como una veterana que había pasado otras veces por experto. En comparación con Brandon, tenía desde luego mucha más delicadeza y tacto, y decía cosas razonables.
-Nos alimentamos de personas, incluso de animales, si es necesario. Pero no es necesario matarlas ni hacerles daño alguno. Te voy a enseñar cómo, así que préstame atención, ¿de acuerdo?
Se puso con una mano en la cadera mientras se señalaba con un dedo a la boca
-Ahora mismo no son visibles, pero todos los vampiros podemos extender nuestros colmillos de manera que se alarguen. Fíjate bien, pero no te asustes.
Abrió la boca, y rápidamente pareció que los caninos superiores e inferiores de Trisha crecían hasta parecer los de un gato. No eran tan grandes como los de las películas, pero eran afilados. Después volvieron a replegarse, empequeñeciendo, aunque lo hicieron más lentamente que antes.
-Es fácil. Sólo piensa en la sangre, y verás que se extienden sólos. Pero debes tener cuidado de no mostrarlos en público. Las emociones fuertes e intensas, como la furia, el miedo o la sed de sangre pueden hacer que salgan involuntariamente. Es una de las razones para no estar hambriento. Ahora prueba a hacerlo tú, no te costará mucho.
Cuando vio que la joven lo lograba, continuó hablando.
-Bien, debes saber que, al igual que en las leyendas, necesitamos morder a nuestras presas, de ahí los colmillos. La persona a la que muerdas sentirá la mordida, pero tan pronto empieces a chupar su sangre, comenzará a sentirse muy bien. Hace un rato estuve bebiendo de ti, ¿recuerdas esa sensación? Pues es la misma que cualquiera que bebas experimentará. -se cruzó de brazos, apoyada contra la pared de cemento del sótano- Sin embargo, debes tener cuidado del lugar en el que lo hagas. Aunque es romántico pensar en beber del cuello, evítalo por ahora hasta que cojas práctica. Los hombros o algunas zonas de la palma de la mano proporcionan suficiente sangre sin que la cantidad sea excesiva. Luego, cuando termines, muérdete la lengua y lame o besa la herida con un poco de nuestra sangre, nuestros poderes vampíricos harán que la herida se cierre al instante, como si no hubiese pasado nada.
Señaló hacia arriba con la cabeza:
-Arriba tenemos a una marioneta o muñeca de sangre. Así es como llamamos a los humanos que se ofrecen voluntariamente como alimento para nosotros. Se vuelven adictos a la sensación del Beso, que es como denominamos a alimentarnos. Te servirá para practicar y podrás comprobar lo que estoy diciéndote. Una compañera llamada Zoe y yo estaremos a tu lado. Luego te contaré más sobre tu condición. ¿Alguna pregunta antes?
Trisha usa al principio un poder de Presencia para calmarte un poco. Por eso he puesto que te parecía tan sabia y comprensiva a diferencia de Brandon. A diferencia de otros poderes, Presencia no altera tu libre albedrío, pero afecta a las emociones que sientes. En este caso, Trisha las ha manipulado para hacerla parecer más agradable hacia ti. A medida que te adecues a tu condición, podrás ir detectando estos usos, aunque encontrarás que ciertos vampiros son tan sutiles que no te percatarás de ello a menos que lo deseen.
Sigue roleando o dime que está lista Amber para abrir la siguiente escena.
Trisha parecía una chica muy sabia, la escuché atentamente intentando aprender todo lo que podía de ella, era la única referente que podía tener en estos momentos. Me quedé alucinada mientras miraba como se expandían sus colmillos y señalé a los míos con incredulidad. - Es impresionante, ¿yo también puedo hacer eso? - Cuando la chica asintió con su cabeza y me explicó como hacerlo cerré mis ojos e intenté visualizar el momento en el que agarraba el brazo de la chica, comencé a sentirme extraña y empecé a notar como mis colmillos crecían.
Todo seguía pareciendo bastante irreal, pero ya estaba más convencida de la situación. - Gracias Trisha, creo que mas o menos voy pillando las cosas, supongo que será cuestión de acostumbrarme. -
Podemos avanzar si quieres
Continuamos en la siguiente escena...