Ciempiés gigante: criaturas pacíficas y tranquilas, que se alimentan de los hongos y musgo que crece bajo tierra. En general son fáciles de derrotar y tienen una carne que constituye la base de la alimentación en la ciudad subterránea. Algunas veces pueden suponer un problema para las plantaciones de hongos de los orcos, pero en general no causan daños.
Chtonians: relativamente parecidos a los anteriores, sus patas parecen más bien atrofiadas y poseen unas bocas circulares con 3 hileras de dientes. Son extremadamente agresivos, y atacan a cualquier cosa que puedan pillar. Son bastante lentos, lo que les hace relativamente fáciles de matar, y su carne también puede ser consumida, aunque es algo menos sabrosa que la de sus primos.
Serpientes camaleónicas: pequeñas serpientes altamente venenosas que han adaptado su piel hasta hacerlas casi indistinguibles de la piedra donde se esconden.
Plantas-aguja: pequeños seres a medio camino entre una planta y un animal. Crecen en el suelo, alimentándose de los nutrientes que captan, pero cuando un animal pasa cerca de ellas, saltan y se clavan a su piel absorbiendo una pequeña cantidad de sangre antes de desprenderse. No suelen ser un problema por separado, pero se juntan en colonias de miles de individuos y en ese caso sí puede suponer un peligro para cualquiera que pase cerca. Los ciempiés gigantes suelen alimentarse de ellos, pero no es rara la ocasión que uno se mete en una cueva plagada de estos seres y el cazador acaba convirtiéndose en la presa.
Coral subterráneo: una especie de coral que habita en zonas húmedas. Utiliza sus tentáculos para apresar a seres que pasen cerca de él, llevarlos a su núcleo donde se cuela en las vías respiratorias tras cubrir por completo a su víctima y la asfixia. Luego usa su cuerpo para cultivar sus esporas y que nuevos corales surjan.