Partida Rol por web

Uno de los guardias evitó todo el chorro de fuego, pero no así otros dos... uno cayó herido gravemente mientras que otro empezó a rodar por el suelo ardiendo hasta morir

Viendo que su argucia e interpretación dejaban mucho que desear, decidió levantarse como pudo y moverse, en busca de alguna cobertura, algo donde poder guarecerse de los disparos. 

Guilz se quedo parado unos segundos observando el cuerpo de Fortuna. Hace poco luchabamos juntos-penso, esto no tendria que haber pasado. En voz baja maldecio a la puta que habia provocado esto y levanto la mirada. Vio a su otro antiguo camarada y fue hacia el. Cuando antes acabase con essta pesadilla mejor.

McStreen vio llegar a su antiguo compañero y se echó ligeramente hacia un lado justo en el momento en el que le lanzaban una estocada.

Ya todo dio igual... la música llegó a los oídos de todos los guardias, tanto traidores como leales. La escuadra de Lukas se quedó momentáneamente paralizada. Los guardias de la ciudad se apartaron mirándose los unos a los otros y el gentío hizo un pasillo; se escucharon emocionados gritos de júbilo, de fans, todos saltando de alegría y algún que otro comentario os llegó a vuestros oídos - ¿Va a dar un concierto? ¡Espero que sí! - comentaban.

Pocos segundos hicieron falta para ver quién era... la visión os aterrorizó a algunos y enamoró a otros, fuere como fuere, un marine del caos se os acercaba... armadura rosa, con rebordes plateados y negros, tocando una guitarra eléctrica de proporciones gigantescas mientras la música era emitida a través de unos amplificadores sonoros que estaban acoplados a la mochila de la espalda... Seguramente cantaba él, pero era difícil saberlo, la boca estaba cubierta por una máscara con forma de dientes, el caso es que poseía varios registros vocales y resultaban hirientes... tanto, que los oídos de Guilz empezaron a sangrar.
Pero lo peor no era aquello, sin duda alguna lo peor era la escolta... demonios, demonios del culto de slaanesh, mujeres de cuerpos voluptuosos violáceos... su belleza y mirada eran hipnóticas, y resistirse era realmente difícil. Hacían voces corales de vez en cuando, alguna que otra mataba a cualquier civil que se atreviera a tocarlas (y eran muchos lo que hacían).

Ya nada importaba, la muerte estaba cerca, y seguramente aquello era algo que Lukas supo, pero daba todo igual.
Los guardias acribillaron a Astaldo que estaba tendido en el suelo, una muerte bastante triste para un hombre importante dentro de la compañía, pero estaba muy mal herido y no pudo revolverse cuando fue rodeado y acribillado a quemarropa.

Guilz se destrabó al verse rodeado de diablillas y empezó una batalla que no podía ganar... y no por su habilidad sino por el ingente número de demonios que eran... Lukas, en cambio, se giró y disparó con la pistola de duelo que le dio la arbitradora acabando con la vida de McStreen con un solo tiro certero en plena cabeza... el teniente lloraba amargado mientras sacaba la espada de energía dispuesto a abalanzarse sobre el marine espacial... no sin antes, poder vislumbrar como Reimus era devorado, literalmente por los diablos de Slaanesh y Guilz caía valerosamente tratando de defenderse.

El último hombre en pie, Lukas, saltó sobre el marine... la espada de energía llegó a atravesar la ceramita de la servoarmadura, pero se quedó a torada... el marine, sin esperar ni un segundo agarró a Lukas por la cabeza y se la arrancó de cuajo sacando la espina dorsal intacta...

Y así, de ese modo cruel e injusto, aquellos destinados a ser héroes, aquellos en los que el Emperador puso su ojo para conseguir un nuevo tipo de guerrero Imperial, así... acabó todo.