- ¡Pues claro que si !. Ese viej...tu padre es un hombre duro y una cosa como un temblor no lo va a asustar. Desde luego duro de mollera era un buen rato, con un carácter difícil que lo hacía especial a la hora de tratar con el si no lo conocías.
- Mira, ¿ves que te decía?. Esta ahí sentado, como si nada. Me fijé en su venda y en quien lo atendía, pero no hice alusión a su herida para no preocupar a la chica.
- ¿Que hay?. Dije saludando a ambos al llegar junto al porche, a sabiendas que el hombre solo tendria ojos y oidos para ella y el resto simplemente estábamos ahi, con una imagen difusa que esta en segundo plano hasta que te pica la curiosidad y acabas atendiendola.
- Vaya sacudida, no recuerdo que esta zona hubiera tenido terremotos en el pasado... Comenté frente al emotivo encuentro familiar al enfermero. Y ya añadí bajando el tono. ¿Esta bien?. ¿Es grave?
El policía asiente ante la respuesta.
- No se acerquen demasiado al centro, es la zona mas afectada y no sabemos si es estable. Vayan a sus casas, a ver si sus familiares están bien y si las estructuras han sido dañadas.
El coche sigue su camino.
No, si Layla mira su móvil verá que no tiene nada de cobertura, ni siquiera vía satélite.
Chad, te dejo que hagas lo que me comentaste y vuelvo a postear cuando os pongáis en camino.
Miro a la cafetería un segundo de reojo mientras Layla pone el contacto en la furgoneta para ir a la granja.
- Dame un segundo, voy a avisar a Dakota que nos vamos. Ahora mismo vuelvo.-
Con paso decidido entro de nuevo en la cafetería. Asombrosamente la puerta sigue en pie, aunque los cristales están por todos lados. Rápidamente localizo a Dakota.
Con paso decidido entro de nuevo en la cafetería. Asombrosamente la puerta sigue en pie, aunque los cristales están por todos lados. Rápidamente localizo a Dakota.
-Dakota, fuera hay un jaleo de tres pares de narices. La policía se dirige al centro.. parece que alli hay mas lio. No saben que ha pasado pero... hay mas destrozos que por aquí.- Digo mientras rebusco en una copa de trofeo encima de los estantes. Saco una llasves y se las doy a Dakota.
- Toma, mira... son las llaves de la pickup ( mi furgoneta^^). Esta aparcada detrás, ya sabes donde... por si necesitáis usarla. Yo voy con la cartera a la granja... tengo que ver como esta mi padre. Seguro que está nervioso y no se si Mary o Tobias siguen allí. Asegura la puerta de atrás . Cuando llegue veré a ver que mas está roto... Creo que tengo tablas y esas cosas en el almacén para tapar la ventana... ya lo haremos después, tu tranquila.- Digo tranquilamente para no alarmarla.
- Señor John - Digo mientras miro al hombre grande. - Le pido que cuide de Dakota y Josh un ratillo mas... no será mucho, se lo prometo. Quedaros el tiempo que necesitéis, chicos.- Digo a los demás mientras salgo por la puerta de nuevo en dirección a la furgoneta de Layla.
-Bueno.. todo en orden - Digo mientras me subo a la furgoneta con Layla.- Dakota se encargará de la cafetería.
Después miro hacia donde tenemos que ir e indico el camino a la repartidora.
- Es ... por allí... sigue el camino recto hasta el final... está en las afueras, unos 5 minutos en coche... este pueblo no es muy grande. Deberías venir mas a menudo por aquí ... es un sitio muy tranquilo- Bajo la ventanilla de la furgoneta por mi lado- ...Bueno.. hasta hoy, claro. - Digo sonriéndola.
- Una vez se cayo un poste de la luz cerca del centro transformador y estuvimos varios días sin luz. ¡¡Ademas, pegó un petardazo increible!! A lo mejor ha pasado algo así ahora- Digo mirando a mi alrededor y descubriendo que lo mismo que había pasado en el local estaba también por nuestro alrededor.
De camino a buscar al padre de Chad, iban mirando a ambos lados de la calle, y el panorama era igual de desalentador. Cristales rotos por doquier, gente mirando desorientada, extrañada. Corrillos de curiosos comentando, y realizando alguna cura a heridos, algún cartel de negocios también derribado por el temblor... Pero la calzada parecía mantenerse firme, sin obstáculos que les impidiesen la marcha, salvo algún contenedor que debía haber rodado desde su posición para quedar en medio de la carretera, obligando a Layla a esquivarlos sin mayor dificultad.
- Nunca había estado aquí. esta ruta la cubre mi compañero, pero hoy me ha tocado, mira que casualidad...
La llamada que había intentado realizar no se la había logrado, pues no había señal telefónica.
- El repetidor debe haber resultado afectado por el siniestro, quizá en las afueras podamos recobrar la cobertura y avisar a la central.
Poco a poco, siguieron avanzando, saliendo del centro del lugar, a baja velocidad, mirando a todas partes, viendo el destrozo general del temblor.
- ¿Usted siempre ha vivido aquí? Es un lugar tranquilo, no se ofenda, pero, está un poco apartado de la mano de Dios. ¿A cuánto quedan las poblaciones más cercanas? Esta mañana no lo he calculado con precisión, pero juraría no haberme cruzado ningún pueblo en al menos una hora...
Su tono no era ofensivo ni mucho menos, sino más bien de preocupación ante la imposibilidad de comunicar su situación a la central, y de llamar a su familia, por si, de alguna manera, hubiese podido suceder algo similar en su ciudad de procedencia. No la hacía gracia quedarse incomunicada en ese lugar, aunque la carretera para poder salir parecía estar en condiciones.
-Qué haría sin ti-devolvió a su hijo el dibujo y le besó en la sien- guarda el dibujo contigo que nos lo llevaremos a casa, ¿qué es?- preguntó despejando parte de la cafetería colocando las sillas sobre las mesas para poder barrerlo todo más fácilmente y que nadie tropezase con el mobiliario al salir o entrar apresuradamente con el caos reinante.
Cuando Chad entró no le dio opción a protesta y estuvo de pie unos instantes con las llaves de la pickup sin acertar a darle las gracias o a desearle lo mejor en su visita a la granja familiar a comprobar el estado de su padre. Cerró la mano apretando contra la carne las llaves del coche y suspiró, volviéndose hacia el hombre que había protegido a su pequeño.
-No es necesario que se moleste, usted tendrá cosas que revisar-dijo volviendo hacia Joey. Su única familia estaba en aquella cafetería así que no le urgía salir corriendo a comprobar los desperfectos materiales, haría las cosas bien y guardaría el dinero de la caja en su lugar correspondiente, esperaría a que las chicas saliesen del lugar y que el salvador de Joey (aunque quizá fuese un poco desproporcionado nombrarle así) decidiese qué hacer antes de marcharse hacia su casa.
Aunque desde luego no lo haría en la pickup de Chad, por su parte dejaría las carreteras libres para que circulasen los que tuviesen que hacerlo.
No le importaba nada. Solo que Ally estuviera bien, así que hizo caso omiso a las reacciones de las demás personas del local.
Tomó la cara de la rubia entre las manos y le limpió las lágrimas con los pulgares justo antes de volver a soltársela.- Se te ha corrido un poco el maquillaje pero nada que una toallita y un lápiz de ojos no pueda arreglar. -Dijo intentando distraerla de lo ocurrido.
Lys, ¿estará bien la moto?
Miró de reojo hacia afuera. La pasma.. También localizó la moto con la mirada. Estaba como cuando la aparcaron, o eso le parecía a ella.
¿Y Mórbido? Quizás deberíamos llamarle.
Ni un terremoto de grado 9 podría levantar ese culo gordo del suelo, pero sí, será mejor que le llamemos.
Nada más terminar la frase sacó el móvil y le llamó.
En lo que ese mórbido se giraba en la más que destrozada silla para coger el teléfono, o eso imaginaba ella, señaló a la camarera y a su hijo con la cabeza.- ¿Por que no les echas una mano? No tardaré mucho.
Sigo o me espero a la master XD
Mientras íbamos por el camino escuchaba a Layla. Era una mujer simpática. Lastima no haberla conocido antes y en otras circunstancias. de todas formas, quien querría estar con un gordo. Bueno... al menos soy simpático. Pienso para mi mientras sonrío.
- Yo nací aquí, pero... es cierto, el pueblo es pequeño y ofrece poco futuro para las nuevas generaciones. Yo me fuí a estudiar cocina a la Gran Manzana. Estuve trabajando un tiempo de ayudante de cheff.. hasta que, tuve que volver. Mi madre murió y mi padre empezó con el Alzheimer. - digo mientras veo por la ventanilla un poste de la luz caído- Tenemos una granja familiar en las afueras. Casa grande, tierras grandes... mucho trabajo para mi solo. Y muchos gastos también, claro...Pero necesitamos mas dinero. Esa maldita enfermedad no solo consume al que la tiene: también los ahorros de los demás. Así que hice lo que mejor sabía hacer: cocinar. Puse la cafetería y bueno... salimos al paso.
Bueno, yo sigo XD