Partida Rol por web

Te dejó desconcertada, pero casi mejor así que con angustia, pues pronto notaste como la gente se apresuraba a encerrarse en sus casas ¿Pero que sucedía?

Pasaron dos o tres minutos cuando escuchaste cuatro disparos, se te encogió el corazón y ataste cabos, Ringo, Luke Plummer y sus dos hermanos… Ese era el motivo por el que Ringo tenía el rifle y se había guardado tres balas, iba a por ellos.

¿Cómo habría quedado la cosa? Ahora que por fin parecía sonreírte la vida…

…

Tras un par de interminables minutos Ringo apareció por la esquina por la que se había ido, caminaba lento hacía ti ¿Estaría bien?

Los minutos que tardo Ringo en volver se me hicieron los mas largos de mi vida, tenia el corazón en un puño. En mi mente solo podía pensar que algo malo le iba a pasar, por que a mi nunca me pasaban cosas buenas.
Al volver a ver a Ringo venir de mis ojos cayo una lagrima de felicidad, había vuelto. Corrí hacia el con una sonrisa en la boca. -¿Que ha pasado?¿Como estas?

Ringo te recibió entre sus brazos y acto seguido te besó de nuevo, al separarse parecía que su rostro estaba fatigado y a la vez relajado – Mejor que nunca Dallas, por fin se ha hecho justicia… Fue un duelo justo así que no pueden acusarme de nada…

Entonces se escuchó una carreta acercarse lentamente, era el Sheriff, se detuvo al lado vuestro.

- Ringo, es hora de cumplir con la justicia… - El Sheriff se apeó de la carreta

Ringo subió a la carreta y te habló – Curley se encargará de llevarte a mi rancho ¿Verdad Sheriff?

- Así es y… - Se rasca la cabeza – Creo que a la señorita le gustaría acompañarte por última vez en este trayecto ¿Verdad? – Te hizo un ademán para que subieses

Acepte la oferta del Sheriff y subi a la carreta, sentandome al lado de Ringo. Debíamos pasar el máximo tiempo posible ya que por desgracia íbamos a estar mucho tiempo separados, mas tiempo separados del que habíamos pasado juntos. Agarre su mano fuerte.-Podemos hacer planes por el camino, sonreí. Apoye mi cabeza en el hombro de Ringo.

El doctor llega seguramente preocupado por el tiroteo y tras relajar su rostro contempla la escena.

El Sheriff que sigue bajado de la carreta os miró y negó con la cabeza, entonces y sin que nadie lo espera coge una correa y azota el trasero de los caballos que salen disparados.

- ¡Maldita sea! ¡No paréis hasta México! – Este y el doctor se ríen satisfechos de por una vez haber hecho lo correcto, la carreta enfila la salida del pueblo , el futuro por delante, poco que echar de menos detrás excepto unos pocos amigos hechos en este viaje, Ringo toma las riendas y te besa de nuevo.