George no había disparado, al menos por ahora, aunque estaba apuntandole con la pistola. Esperaba que McRae se rindiese y soltase el arma, pero estaba segura que al final le dispararía y luego le atacaría a el.
- McRae, espero que ya no tengas dudas sobre tu compañero y acabes con él, sinó tu serás el siguiente. - Esperaba que las palabras ayudasen a reaccinoar a McRae e impidiese que George saliese impuno de esta.
Suelta el arma McRae repite lentamente el policía Esto podría ser el final de tu carrera ¿una jodida negra liandose a tiros en medio de la calle? ¿Y periodista además? Sacude la cabeza Suelta el arma, yo me encargaré de que esto no vaya a mayores Explica con voz calmada, como quien explica una situación a un niño
Motivo: Patear el arma
Tirada: 2d6
Resultado: 4(+1)=5
Tras oir las palabras de Loretta, Eva cogió rápidamente el arma, justo a tiempo para ver como George la intentaba apartar de un puntapié.
-Suelta el arma George, esto no tiene por que seguir así
Eva estaba completamente descolocada después de los eventos que se habían sucedido en los últimos minutos. Apuntaba fijamente al pecho de George con su arma mientras se situaba junto a Loretta.
-No eres mas que escoria... no eres mejor que los monstruos a los que buscamos...
Motivo: Agarrar la pistola
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+1)=9
John seguía sujeto por Duncan con fuerza. En su rostro se podían ver signos del dolor de la herida que tenía en el hombro, y que comenzaba a empapar su ropa de un rojo mate. El hombre que había disparado Loretta cesó sus gritos, quedando inmóvil en el suelo. Por su parte el hombre que había atacado a Eva permanecía alerta ante el repentino disparo de Bushemeyer a la periodista, y el último daba un paso a un lado apartándose de George en el momento que Eva levantó su arma hacia él.
Ninguno de los tres pareció abrir la boca, quedando expectantes a las reacciones de sus supuestas víctimas...
Lo dicho, primero actúan Duncan, Eva y Loretta. Una vez actuados ellos lo hace George y vemos las reacciones de los otros tres tipos.
Duncan estaba a punto de alcanzar una bien ganada jubilación, a punto de retirarse y de disfrutar sus últimos años con su mujer y sus nietos. Había trabajado duro para que llegara ese día, contaba las semanas que aún le quedaban.
Y ahora ese hijo de puta racista iba a cargárselo todo de un plumazo.
El agente negro no necesitó más que una fracción de segundo para analizar la situación. George les acababa de reconocer sin tapujos su claro intento de asesinato. Había disparado a una víctima inocente únicamente por el color de su piel y Duncan tenía claro que pensaba acabar su trabajo. Y luego, ¿qué? Pensar que les iba a dejar marchar como si nada era una idea de lo más ingenua. Les había convertido en testigos de un crimen cometido por un policía y no podía permitirse dejarlos con vida.
Solo quedaba una salida. Aunque esta pudiera suponer acabar entre rejas.
– ¡George! ¡Suelta el arma! Por favor, George. ¡Hazme caso! Estas apuntando a un agente de policía. No me obligues a…
Y Duncan disparó al agente Bushemeyer. Toda aquella palabrería había tenido una única finalidad: concederle una excusa para disparar a un policía. Dejar que los testigos hablaran de defensa propia.
Motivo: Disparar a George
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 10(+1)=11 (Exito)
Motivo: Daño a George
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Si uso la consecuencia Vulnerable con George, entonces ¿no nos podrá atacar?
Eva temblaba de la cabeza a los pies, nunca habia tenido un arma en las manos, intentaba parecer decidida, pero estaba claro que ella era la que tenia mas miedo de aquella cosa. Se mantuvo apuntando al Agente Bushenmeyer hasta que oyó el disparo... ¿Habia sido ella? No, habia sido Duncan que habia abierto fuego contra su compañero, aquello era una carneceria de la que no podian salir ilesos. Lo unico que le quedaba era mantenerse firme e intentar proteger a Loretta como pudiese
Al parecer McRae había abierto los ojos y se había enfrentado a su compañero. Quizas eso le costaría el puesto pero era el único camino de salir con vida.
Por otro lado Eva permanecía junto a ella, intentando protegerla de George aunque no se atrevía a disparar. Era comprensible, a nadie le gusta mancharse las manos de sangre y les aterroriza la idea de arrebatar la vida de otra persona. Incluso a Loretta le asustaba matar a George, pero prefería seguir viva.
Se apoyó con una mano en el suelo y puso la otra sobre la mano de Eva que sujetaba el arma. Tenía la esperanza de disparar y darle, así que apretó el gatillo.
Motivo: Disparo
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 5 (Fracaso)
Soltó un grito de ira más que de dolor cunado recibió el disparo de ese sucio negrata de McRae. Tendría que haberle metido un tiro por la espalda como merecía el maldito mono.
Has firmado la condena de tus hijos negrata dijo apretando los dientes tratando de sobreponerse al dolor del disparo Me aseguraré de que tus hijso tengan que ganarse el pan de rodillas en los lavabos de la estación de autobuses. Y levantando la voz exclamó ¡A por los negratas! ¡Acabad con la jodida negra y el mono traidor!
La muchacha, Green, iba a ser para él. Iba a pagar muy caras sus dudas pensó mientras apretando el gatillo disparó contra McRae.
Motivo: Disparo McRae
Tirada: 2d6
Resultado: 8
Creo que pertoca que el DM asigne una consecuencia tanto a la acción de Loretta como la mia
Tu creo que aciertas el disparo, lo mío ha sido pifia.
George apuntó su arma procurando no dar al tipo que Duncan tenía a modo de parapeto. Eso hizo que el daño causado por la bala no fuera más que una rozadura en la cara que dejó una fina línea de sangre y un ligero zumbido en el oído.
Mientras tanto Loretta de un salto se incorpora y logra agarrar la mano de Eva y ejecutar un disparo, pero el tener frente a ella a un policía disparando a otro y que le acaba de disparar a ella, la sangre saliendo lentamente de su herida y el dolor incesante de la misma nubla su vista lo suficiente para que este solo sea un estruendo que se pierde a los pocos segundos de disparar.
Los matones miran a George, y antes de poder tomar la decisión de si lo ayudan o no el sonido de varios pasos y gritos los alertan.
- ¡¡ Alto !! ¡¡ No se muevan, policía !! -
A lo lejos se ve a dos agentes que debían estar de patrulla por la zona y que corren hacia vosotros posiblemente alertados por el sonido de los disparos. Los tres tipos que estaban libres os miran y emprenden huida en dirección contraria. John por su parte trata de zafarse con poco acierto de la presa de Duncan que lo mantiene como escudo humano sin dejar de quitar ojo a su compañero...
Algunas luces de casas cercanas se encienden, parece que el jaleo a despertado a quien estuviera dormido y llamado la atención a quienes todavía estuvieran disfrutando de la cena o de la tranquilidad de sus casas.
Motivo: Daño George
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Motivo: Cordura Loretta
Tirada: 1d3
Resultado: 2
Motivo: Llegada de la policía
Tirada: 1d3
Resultado: 3
Daño que hace George a Duncan: 1 (actualiza la ficha por favor)
Consecuencias a Loretta:
- Vulnerable (no puedes usar modificadores a tus tiradas durante el siguiente turno)
- Estrés: Pierdes 2 puntos de cordura. (actualiza la ficha por favor)
Consecuencia a George:
- Pedir Ayuda: La policía llegará en 3 turnos.
Seguimos el turno como hasta ahora. Duncan, si sacas 9 o menos la consecuencia será que John se zafará de tu presa y se pirará. Si sacas más lo mantienes (Además de hacer lo que quieras). Si no quieres hacer nada que requiera tirada tira igualmente violencia para mantenerlo preso pero dificultad fácil (ya que te centras en hacer eso).
Seguimos el mismo turno que hasta ahora, primero el bloque de Duncan, Eva y Loretta y cuando hayan actuado los tres vamos con George.
Sintió como la bala le rozaba la mejilla y la zona ardía. La sangre comenzó a salir del corte y a correr por su cara, húmeda y caliente. Pero no tenía tiempo para ponerse a pensar en ello. Su compañero, agente de la policía, había atacado a una mujer inocente y acababa de dispararle a él. Sus intenciones estaban claras.
Escuchó entonces unas voces dando el alto y se alegró. Llegaban refuerzos y eso significaba que aún podrían salir con vida de aquella maldita situación.
Sujetó aún con más fuerza al cabecilla de aquellos matones, manteniéndole en todo momento frente a él y escudándose así con su cuerpo, mientras apuntaba con su arma a George.
– ¡Tira el arma, George! No seas estúpido. Ya no tienes escapatoria. –dijo refiriéndose a los compañeros policías que se acercaban rápidamente–. Déjalo estar como esta y no compliques aún más tu situación.
El agente Bushemeyer había demostrado ser un auténtico hijo de puta racista con la única misión de hacer el mayor mal posible a aquellos de piel más oscura que la suya, pero Duncan esperaba que fuera lo suficientemente inteligente, como para saber cuando había llegado el momento de ceder.
Motivo: Mantener sujeto a John
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 7(+3)=10 (Exito)
Todo parecia que iba a acabar por fin, Eva no podria aguantar mucho mas.... seguia sujetando el arma con la que Loretta había disparado pero cada vez le temblaba mas el pulso y tenia miedo de herir a alguien. Entonces se fijó en los policias que se acercaban.
-¡Ayuda por favor! ¡Está herida!
Eva declararia todo lo que habia visto, Georgeno se saldria con la suya... pero ¿y si los otros policias tambien eran como el? Ya no estaba segura de nada.
Le toca a Loretta y luego a George.
Loretta soltó la mano de Eva después de disparar. Por desgrácia el disparo fallo y el estrés empezó a apoderarse poco a poco de ella. Estaba malherida y sabía que irónicamente era un "blanco" fácil.
Se puso de pie e intentó avanzar en dirección al coche patrulla con la intención de ponerse a cubierto.
Ahora se iban a enterar esa banda de negratas y la perra de Eva. ¿Un policía negro que trataba de acabar con un oficial blanco? No iban a esperar ni a llegar a la comisaría para empezar a darle una paliza brutal.
Os vais a cagar negratas. La caballería está a punto de llegar a rescatarme. Dijo viendo como se acercaban los pasos. ¡Rindete Duncan! Has tratado de agredir a unos ciudadanos blancos, has conspirado con una periodista que porta un arma ilegal y le has disparado a un compañero. Estás acabado.
Y para rematar sus palabras disparó contra Loretta, un testigo menos y una negrata metomentodo fuera de circulación.
¡Que noche!
Motivo: Disparo a Loretta
Tirada: 2d6
Dificultad: 8+
Resultado: 11(+1)=12 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Como consecuencias ¿puedo escojer algo para causar más daño a Loretta y acabar con ella?
Nada personal ^^
Los policías llegan corriendo a la escena y apuntan con su arma a George justo después de golpear en la cabeza a Duncan haciendo que caiga al suelo. Loretta se deja caer por el dolor, tratando de no morir desangrada por sus heridas. Siente el suelo de la calle frío y húmedo y es como si por las dos heridas de bala estuviera entrando todo el viento que había en la zona.
Eva no puede aguantar, y rompe a llorar, demasiada tensión, y se da cuenta de que mientras uno de los policías no deja de apuntar y pedirle a Bushemeyer explicaciones parecen pasar tanto de su compañera a punto de morir en el suelo como de McRae que parece haber perdido el conocimiento.
Un chillido agudo y fuerte se oye a lo lejos. Duncan abre los ojos para encontrarse en una celda de la más que reconocible comisaría de su distrito. En la celda de al lado Eva y George están cada uno en un lado de otra celda, mientras dos policías que estaban discutiendo callan ante tan pertubador sonido.
Después del grito solamente silencio. Un silencio que tan solo es acompañado por los pitidos de las diferentes máquinas del hospital donde Loretta se debate entre la vida y la muerte con un gotero en un brazo y unas esposas en el otro. Dos agentes custodian el cuarto.
Aquel silencio se expande por todos los rincones, un silencio que precede a un olor nauseabundo e irreconocible que comienza a inundar el aire. Acto seguido, el firmamento comienza a rasgarse ante vuestros ojos, y... de esa brecha, empiezan a salir una gran cantidad de esferas de un color negro brillante que descienden hacia todos los rincones de la ciudad, lentas e imperturbables.
Todo parece volverse oscuro por momentos, y cuando os dais cuenta, la luna, que iluminaba con vergüenza las calles de la ciudad se esconde detrás de unos apéndices monstruosos e incorpóreos que se abren paso a través de la brecha...
Duncan se despertó con un fuerte dolor en el cráneo. Estaba totalmente desorientado y tuvo que mirar un par de veces a su alrededor hasta que por fin se hizo una idea de donde se encontraba y recordó lo que había sucedido.
Ese hijo de puta de Bushemeyer les había tendido una trampa y a punto había estado de matar a Loretta. Aunque, pensándolo bien, quizás incluso había lo había conseguido el muy cabrón. Por un segundo se arrepintió de no haber disparado a matar al policía racista, pero en seguida se dio cuenta que, de haberlo hecho, ahora se estaría enfrentando el mismo a una acusación de asesinato. Ahora podría aclararlo todo y, con un poco de suerte, saldría bien parado de todo ese farragoso asunto. Su imaginación voló por un momento a la pequeña casita de campo que tenía con su mujer en New Orleans y donde pensaban ir a vivir cuando se jubilara. Quedaba ya poco para disfrutar de un futuro tranquilo y alegre. No sabía lo equivocado que estaba.
En ese instante se fijó en que los policías están mirando intranquilos -algo sucedía- y recordó de repente que un chillido agudo e innatural le había traído de vuelta del mundo onírico al que le había llevado la inconsciencia. Siguió la mirada de los dos agentes hacía una ventana desde la que podía ver el exterior.
El cielo se estaba tornando negro. Pero no de forma gradual, como cuando unas nubes tormentosas avanzan lentamente por el firmamento, impidiendo el paso de los rayos del sol. No. Esa negrura parecía viva y era la antítesis de la luz. No se conformaba con oponerse a su paso, se alimentaba de ella y ocupaba su lugar.
Duncan no supo cómo, pero su cerebro aún fue capaz de comprender que la humanidad estaba siendo engullida por un horror más antiguo que la propia tierra, un horror degenerado que buscaba el dolor y el tormento de galaxias enteras solo para su propio disfrute.
Miró a Bushemeyer y supo que de alguna manera el policía racista era de alguna forma culpable de lo que les estaba sucediendo. Que su estupidez, o quizás fuera locura, había llamado a aquel ser y de esa forma ajusticiado a toda la raza humana.
Antes de que el cerebro de Duncan se bloqueara y negara todo contacto con el exterior, tratando de proteger así al policía de terminar de descubrir la verdad de lo que estaba sucediendo, una verdad imposible de comprender sin perder la razón, creyó ver un fulgor especial en los ojos de Bushemeyer. No supo si era gozo, complacencia o quizás arrepentimiento tras descubrir las verdaderas consecuencias de sus actos.
Ya daba igual. Estaban condenados.
Encerrado como un perro el joven Bushemeyer mira con aprensión hacia los dos policias y luego hacia Eva. Si esta se hubiese atrevido a seguir el destino de la raza, si el maldito McRae no se hubiese entrometido, si esa negrata no hubiese llevado un arma... Los "sies" se acumulan y George nota un escalofrio pensando en la ira de su padre.
Y entonces lo oye. El canto escalofriantemente dulce seguido por el silencio que es el canto olvidado de eras antiguas, el canto eterno de aquello que fue y será en los eones más allá de la muerte.
Estan aquí, están aquí y todas sus lecturas son ciertas. Están aquí para traer el extasiante dolor que abrasa la mente. Están aquí para servir a aquellos cuyo simple nombre ya es blasfemia para la vida.
Mientras un hilillo de baba se escapa de la comisura de sus labios y nota como su mente de deshace George aplasta la cara contra los barrotes y mirando a la nada ahora llena de horror repite con el ansia del demente
Tekeli-li Yog Sothoth! Tekeli-li Yog Sothoth!