Partida Rol por web

"Animalico, su cuerpo ha soportado las torturas de la guerra, no puedo mas que compadecerme por el, por todas sus vivencias en conflictos armados...-Pensaba mientras miraba al militar que pese a su extravagancia se hacia querer.

- Bien monsieur Teilhard de Chardin, creo que aquí empieza nuestra vigilia, haría bien en echar una cabezada, no se preocupe yo estaré al tanto. Una vez llegas a cierta edad en la vida que vas perdiendo el sueño poco a poco; añoro aquellos días en los que podía dormir a pierna suelta toda la noche.-Comentaba al jesuita con cierto tono de nostalgia a la vez que sonreía tristemente con la mirada perdida en uno de los rincones del sótano.

Me arrope un poco para resguardarme de las humedades del sótano aguardando pacientemente los sucesos que acontecerían aquella noche en aquel lugar.

El religioso asiente en silencio y, tras rezar un par de oraciones de su breviario, se acomoda en la silla, no sin antes decir: Despiérteme a las 2, por favor.

Acurrucado bajo las escaleras permanezco despierto atento a cualquier movimiento en el sótano, para hacer mi guardia mas efectiva al menor síntoma de sueño coloco algún objeto punzante bajo mis posaderas.

"Maldita sea van a entrar al sótano".-Pensé alarmado ante la posible visita inesperada de Cheng, a lo mejor con un poco de suerte solo se trataba de alguno de los compañeros de fatigas que había decidido finalmente acompañarnos en esta nuestra aventura.

Salgo de mi escondite y alcanzo a Pierre, alargo la mano hacia Pierre para despertarlo:
- Pierre, oiga despierte, viene alguien al sótano, vamos bajo la escalera - digo en voz baja y acto seguido voy hacia William.
- Connor, Connor, viene alguien, corra a esconderse bajo la escalera - le aviso de nuevo en voz baja tras lo cual salgo dirección hacia mi escondite y tal cual indique atrás me situo detrás de las cajas que puse estrategicamente para que no me vea el visitante.

Pierre, con el instinto de antiguo seminarista aún vivo, actúa sin pensárselo demasiado y se refugia bajo la escalera.

William, se medio despierta con las palabras del viejo chino. Aun así, le cuesta desligarse del apasionado sueño que estaba teniendo y, con los ojos entrecerrados comenta a la ensoñación.- No, no guapa. No te marches sin darle un besito a papa Connor... 

Tras esto, se desvela un poco más, consiguiendo que su mente se percate de la situación donde se encuentra. Viemdo que estaba junto con sus compañeros en el sótano y no en el burdel de turno, les mira y sonrie.

Luego se aclara los ojos y, casi desde otro mundo, le llega la advertencia de Wei:

Cita:

William, abre los ojos como platos y, al estilo militar, se escabulle bajo la escalera cual trichera improvisada.

Una vez todos reunidos bajo la escalera comienzo a poner objetos delante nuestra para ocultar nuestra posición, que son las cajas, cuadros y demás objetos que ya tenia preparados de antemano para pasar desapercibidos de ojos indeseables.

" Jejeje, el corazón me va a explotar pero recuerdo mi infancia cuando me escondía en la mansión de mi padre y tenia a las sirvientas durante horas buscándome, jejeje."-Pensaba alegremente con el objetivo de serenarme un poco ante tal tensión ambiental.

(En voz bajita le digo a Pierre y William).- Bien, veamos quien osa bajar al sótano a estar horas intempestivas. No hagáis ruido y prestad atención a todo lo que haga. Esperemos que no nos descubra y si lo hace... ¿Que hacemos?

Según quién sea, seremos nosotros quienes hagamos las preguntas, afirma Pierre.

Rápidamente os hacéis fuerte en el hueco de la escalera mientras Zhang coloca algunos objetos por delante vuestra para hacer de pantalla y taparos.

Escucháis el sonido de la puerta al abrirse y unos pasos que bajan por la escalera pero parece que no se trata de una solitaria persona, o lo que sea que este bajando, sino que se escuchan pasos como si varias personas estuvieran bajando las escaleras o tal vez... sea una gata muy grande.

Los pasos avanzan lentamente hasta que terminan de bajar las escaleras y entonces se convierten en un leve susurro hasta que finalmente la luz del sótano se enciende y una voz conocida habla en voz alta.

¡Rendez vous immédiatement!

Arretez de déconner!*, responde Pierre, saliendo de su escondite.

Bien, bien, monsieur Bousquet, continua Pierre una vez llega a la altura del propietario de la casa. Estábamos esperando a una gata, pero su presencia supera toda expectativa. Dígame, ¿qué le trae por aquí a estas horas y qué podemos hacer para ayudarle?

- ¡¡Señor Bousquet!! Nos ha dado un susto de muerte.- Dijo William saliendo de detrás de su improvisado escondite.- Esperabamos un gato o algo parecido, no un anfitrión.- Dijo sonriendo el militar.- Queríamos descubrir que tipo de gato puede colarse en el sótano sin que haya entradas aparentes.- William se acerca a Paul y, un poco más relajado, sigue con su monólogo.- Si ya les decía yo a todos los demás, que sería un gato nada más. Que estos bich... animales, siempre encuentran una forma de entrar a los sitios. Pero ya sabe, la curiosidad nos puede y deseábamos saber más acerca de este misterio.- Continua William sonriente.- Es como aquella vez en Casablanca, que, ya siendo Capitán, el teniente primero y yo, nos quedamos... ya sabe, contándonos batallas solos con nuestras petacas. Cuando de repente, pillamos de improviso a tres sodados y a su cabo, que querían salir "de paseo" por la ciudad. Al final no pasó nada. Nosotros no decíamos que abandonaban el acuartelamiento y ellos no decían a nadie que estabamos como un par de cubas.- Dicho esto, William esboza una sonora carcajada que resuena por todo el sótano. Tras un momento para tomar aire, el capitán, se limpia sus lágrimas y luego mira a su anfitrión. Con su sempiterna sonrisa en la boca, William le dice a Paul.- Si lo desea, se puede quedar usted con nosotros, para descubrir el mistrio.- Al decir la palabra "misterio" levanta las cejas, abre los ojos y pone una entonación un tanto siniestra.- Además,- Comenta cambiando de tono a un poco más jovial,- podremos conversar durante la espera. ¿qué le parece?.- Pregunta, devolviendo por fin la palabra a su anfitrión.

Seguimos en la escena nueva.