Partida Rol por web

La voz del sargento del escuadrón Gatling apareció nuevamente por el canal de comunicaciones de los mandos.

- Aquí Frost; Miller el capitán ha ordenado atacar inmediatamente y no desaprovechar la oportunidad -

- Se que es duro, pero tendrás que salir de allí ahora mismo -

La última afirmación era en parte pregunta. Jhonny se quedó a la espera de una respuesta del líder de la operación.

-¿Y ya está?. ¿Esto es la muerte?. Un último instante grabado en el cerebro que perdura hasta que este se descomponga...

Con el rostro congelado apenas sentía nada, el brazo ni notaba que estaba y los zumbidos de alerta de la armadura sonaban demasiado lejanos como para hacerlos caso. Con la mirada perdida en el cielo Rivas se encontraba mejor que nunca. Tranquilo, en paz y con ganas de dormir de una vez por todas.

- Un cambio de planes, supongo. - Dijo, y esta vez miró a Frost. La idea de bajarse del Gecko le parecía nefasta, pero peor le parecía bajarse del Gecko y "Limpiar" la colina de bichos. No era un cobarde, simplemente valoraba su vida. Y poniendo en una balanza valores y su propia vida, por ahora pesaba más su propia vida.

Cargó su arma, mirando como Tychus se ponía en pie y no pudo evitar negar con la cabeza, preocupado por él. - Sargento. Le sigo. - Anunció, maldiciendo el tener que abandonar el gecko para ir a dar caña a los bichos.

Mia asintió a las órdenes de Frost con determinación. Estaba agotada mentalmente y muy malherida, pero el discurso de Tsumina había sido realmente inspirador para ella. Un último esfuerzo... un último esfuerzo y podremos salvar a los que acabamos de dejar atrás... podremos ganar esta absurda batalla... y estaré más cerca de la ciudadanía que nunca. Respiró profundamente, acordándose de su padre. Por tí, papá. Por tí hago esto hoy.

La Consejero Táctico continuó operando la radio, contactando con los MRLS y el resto de vehículos para que se preparasen para recibir a los técnicos y para reabrir fuego sobre la colina en cuanto pudieran.

- Listo sargento, todos han sido informados. ¿Requiere mi ayuda con las reparaciones o prefiere que los drones hagan una primera limpia sobre la colina? Tengo... - Mia chequeó rápidamente su Databox - Tengo un único TAC con ametralladora útil pero 3 rondas de misiles disponibles. Eso son 3 tanques muertos o gravemente heridos... Esto segundo le atraía bastante más que salir arreglar nada. Ella quería acabar con toda aquella situación de una vez por todas.

La orden era clara, tenía que atacar de nuevo, pero “oh maldición”, como dolía hacer aquello, sobre todo para infantes como el veterano sargento Miller quien sabia que todo el contingente estaba tan golpeado y débil, que si el enemigo reaccionaba esta vez nadie saldría vivo para contarlo. Y sumado a ello, todos eran cocientes de que allí, en medio de la marabunta de bichos y sobre el helado suelo , había infantes muriendo, infantes que habían entrenado con ellos en Sirius y que habían combatido con ellos por largo tiempo.

Y sin importar todo ello, había que cumplir las ordenes y eso pensaban hacer con sus rifles listos y las granadas sobrantes en mano, listas para ser lanzadas a diestra y siniestra. Y de la nada, un estallido sobre la colina, tan silencioso e inesperado como era toda aquella situación de combate. Sobre la cima de la colina una explosión se había suscitado, probablemente de un conjunto de granadas, pero ningún infante había disparado aun. Y tal como había surgido, se fue, y todo volvió a quedar en aquel silencio en el que solo reinaba el sonido natural de la marabunta de bichos que se movía erraticamente como hormigas sin rumbos y el constante viento helado de aquel condenado planeta.