Edward y tú os enfrentasteis cómo valientes a los enormes orcos, dando tiempo a vuestros amigos para adentrarse en la fortaleza por una de las puertas laterales, pero muy a tu pesar tu inexperiencia se hizo patente bastante pronto y cuando otro guardia apareció por detrás vuestro apenas pudisteis defenderos quedando los dos fuera de combate.
Te despiertas en una celda oscura, húmeda y mohosa, recostado sobe un montón de paja sucia que se te pega en el pelo y la ropa.
La mazmorra está compuesta por rocas grisáceas y grandes y la única luz proviene de unas antorchas colocadas en la pared del pasillo que hay delante de los barrotes de metal.
No tiendes tu daga y Edward yace todavía "inconsciente" en el fondo de la misma celda, con una herida y sangre reseca en la sien.
¿Pero qué...?
Me levanto y miro a mi alrededor, me duele mucho la cabeza y estoy muy incómodo, hay algo pegajoso por allí y en este momento desearía estar en el orfanato de nuevo en mi cama, me pregunto cómo estarán los chicos.
Veo a Edward y me sobresalto, me acerco corriendo a él e intento sacudirle un poco para que despierte.
Edward, Edward despierta...
Las lágrimas empiezan a saltar de mis ojos, tengo miedo, tengo frío y estoy solo.
Empiezas a zarandear a Edward y por suerte y para gran alivio tuyo, tras unos momentos empieza a reaccionar, incorporándose con un quejido mientras se sujeta la cabeza dolorido y después se frota el brazo izquierdo.
-Hmp... ¿estás bien? Al menos seguimos enteros, de momento- te mira de arriba a abajo para asegurarse de que así es y te sonríe amigablemente para tranquilizarte un poco.
-Sin armas, no sé cómo vamos a salir de aquí- comenta ceñudo mientras se acerca a los barrotes observando el pasillo.
Tengo miedo... ¿qué le habrá pasado a los otros chicos Edward? ¿Qué nos van a hacer?
Me echo a una esquina y me siento agarrándome las piernas, asustado y muerto de frío.
-Tranquilo Jared, saldremos de aquí... todavía no sé cómo pero lo haremos- se sujeta a los barrotes y tras mirar a ambos lados del escalofriante pasillo se acerca sentándose junto a ti.
-Sólo hay un guardia sentado en una silla tallando algo, está bastante entretenido... Apuesto a que el resto están bien y vendrán a sacarnos de aquí ya lo verás- te sonríe para animarte y acaba pasando su brazo por encima de tus hombros.
-No nos dejarán aquí después de que nos arriesgaramos por ellos, ya lo verás- afirma aparentemente convencido de ello.
Eso espero... ¿pero qué harán ellos solos? Son muy pequeños, no sabrán defenderse ¿y si les pasa algo malo?
Jared mira lloroso a Edward, tiene miedo por los chicos pero también por él y aunque intenta parecer responsable realmente está derrumbado.
Edward sigue a tu lado, algo ceñudo y pensativo, cómo si intentara pensar en un plan de fuga que la verdad, en estos momentos parece casi imposible.
Pasan los minutos y parecen interminables, pero para tu sorpresa distinguís varios pasos amortiguados acercándose hasta que todos tus pequeños compañeros se detienen frente a la celda...