Partida Rol por web

Siento un tremendo alivio al escuchar su voz afirmando que ya me ha perdonado. Pero la feliz sonrisa que está a punto de brotar de mis labios se desdibuja antes incluso de ser una realidad, al seguir escuchando sus siguientes palabras. Son palabras frías, distantes, las palabras de alguien que habla de quien no le importa.

No le importo.

¿Y qué esperaba?

Me pregunta sobre el significado de mis palabras. Que la aprecio. Deseo decírselo, deseo aclararlo, decir que no es aprecio lo que siento, que es algo más, mucho más. Pero no se cómo decirlo, no se cómo expresarlo con palabras. Ni siquiera se cómo debería sentirme. Solo separo los labios, decidido a decir algo, lo que sea, lo primero que surja de mi interior. Confiando en que la sinceridad sea suficiente. ¿No es eso lo que afirman los puros de corazón? ¿Que con la verdad por delante puede conseguirse cualquier cosa?

Pero no digo nada. Me quedo boquiabierto cuando sigue hablando sin esperar mi respuesta. Y sus palabras son el trueno en un día despejado, advertencia de una tormenta que todo lo arrasa. El viento sacude mi corazón, la lluvia arrastra mis esperanzas, y un relámpago me hace parpadear.

Se marcha.

La pierdo.

Pe... pero... -¿Como que la pierdes? Nunca ha sido tuya, grandísimo imbécil- ¿Cómo? Quiero decir... Después de todo lo que hemos pasado... -¿Qué esperabas? ¿Encontrar la felicidad a su lado? ¿Al lado de alguien que no seas tú mismo?- ¿A donde irás? ¿Qué harás?

¿Y a mi que me importa? Ella no me quiere a su lado, no dejará que la acompañe. Y tengo un pacto de honor que me liga a esta contienda. Hasta que mi venganza contra la Orden no se haya completado, no tengo el privilegio de abandonar como ella. Sea como sea, la he perdido.

Imbécil, nunca ha sido tuya...

Elenaide se queda uno segundos pensando y entonces dice:

- Pero no siempre todo el mundo es poderoso, es decir, todos empezamos con un poder pequeño que debemos aumentar y sobretodo forjar, no creas que para nostros en aquel tiempo fue facil, de hecho como te he dicho no todos sobrevivimos y eso es algo que nos pesa a todos y sin duda marca.

La elfa mira entonces a Katsu a los ojos y dice:

- No es el poder lo importante, sino la fuerza para poder hacerle frente lo que importa y en cuanto a lo que sucedio, bueno, todo empezo por un grupo de personas que pretendian hacer que todo el mundo entrara en guerra ya que ganarian muchos beneificios con ella, digamos que algunas naciones y mercaderes especialmente poderosos e influyentes deseaban que de nuevo se produjese una guerra como la de los Shanjim ya que podrian ganar muchas riquezas y estabamos seguros que una guerra asi acabaria con Gaia, por eso decian que salvamos Gaia

Beatrix no tardo mucho mas en llegar a las habitaciones de Tenebrae, la mujer llamo a la puerta antes de que este le permitiese pasar, la habitacion era comoda aunque austera, una cama de colchon de paja, un escritorio con una silla y algunos pergaminos con tinta a un lado y una pluma para poder escribir, ademas de un baul al pie de la cama y unas estanterias vacias. La habitacion de roca era algo fria sin duda debido a la lluvia que caia incesantemente fuera y que por la ventana podia verse:

- Disculpad, espero no haber tardado demasiado

El chico se quedo en silencio, intentado memorizar aquella conversacion. Hacia mucho tiempo que no podia hablar tranquilamente con ella. De alguna manera o de otra, la elfa samurai tenia casi aquella aura de bodhi, de iluminacion... Sabia muchas cosas, daba muy buenos consejos pero... era criptica. Sus respuestas no eran facil de encontrar el sentido. En fin. Katsu habia tenido el inmenso honor de recibir una clase particular de la elfa samurai de ida hacia el Templo, en el barco. Una sola mañana, le habiasupuesto un entrenamiento como una semana. Si la elfa samurai decidiera apostar por el... que no podria conseguir:

-De acuerdo Elenaide-dono, intentare no obsensionarme, pero es dificil...vos, Yui, Hack... sois muy diestras en vuestras disciplinas... agradezco de sobremanera, pero me gustaria pediros un ultimo favor...aquella mañana, en el barco, fue como entrenar una semana, os lo pido por favor, tomadme como uchideshi (discipulo), aprendo mucho mejor si me enseñan que por mismo.

La verdad, no sabia si estaba llevando bien la conversacion. Decia las cosas precipitadamente. Su insconciente queria sacar algo en claro, y seguramente lo haria pero, le llevaria algo de tiempo sacar algo util. ¿Como decirlo? Elenaide daba informacion, no respuestas.Aggghhh aquello era un rollo. Tenia el cerebro a medio gas, aun aturdido por lo pasado con Yui... Poco que decir.

De alguna manera, y seguramente, Katsu no lo sabia, aquella conversacion marcaria de alguna manera un punto de inflexion, para alguna cosa. Dependia mucho de las mas personas, aunque no le gustara o quisiera reconocerlo. ¿Porque las personas que le importaban acaban haciendole daño? Nunca podia estar mucho tiempo con ellas o ser feliz por mucho tiempo. Y eso engendraba dudas, dudas y mas dudas.

Queria entender las palabras de la elfa samurai pero no podia. Si solo estuviera un poco menos aturdido y pudiera ver las cosas un poco mas claras, pero no, no seria en ese momento... Esperaria la respuesta de Elenaide y quizas le preguntaria algo mas. ¿El dia siguiente? Ni idea de lo que haria... a saber.

La habitación en donde Tenebrae descansaba, era más de lo que el necesitaba para descansar, incluso la cama era bastante cómoda y tenía lugar de sobra ya que no tenía muchas cosas. Pero cuando Beatrix llegaba, el no tenia su espada en su poder, aquella arma de hoja carmesí siempre estaba a su alcance, pero esa noche no.

Me está haciendo un favor al venir, no debe disculparse

La recibía y se apartaba para dejarla pasar al interior de su habitación, afuera la lluvia no se detenía y parecía que partirían acompañados por ella con el amanecer. Pero no era algo que lo preocupara en ese momento, era hora de descansar y con Beatrix allí, se sentía más calmado.

Use mi cama, yo dormiré en el suelo… Le agradezco mucho que no me deje solo en esta noche.

Agregaba mientras su mirada seguía los pasos de Beatrix, aquello era diferente a las noches que compartió con Eliza, ellos casi siempre terminaban descansando juntos y aunque no debía ser muy diferente, si había algo nuevo.

Elenaide se queda unos segundos pensando y a continuacion dice:

- Yo podria enseñarte pero yo domino el arte de la espada, el arte de la lucha sin armas no es algo que conozca demasiado, sin duda lo que se de la lucha sin armas es similar a lo que tu mismo conoces de ella.

La elfa se queda unos segundos mirando fijamente a Katsu y entonces añade:

- Podria guiarte en el camino del Chi, del poder interior, pero eso es algo que es mas de conocimiento propio y de entrenamiento propio, podria darte indicaciones, realizacion de algunos ejercicios y sobretodo consejos, pero no mas alla de eso

La sacerdotisa parecia confundida, desde la puerta dice con tono de voz extrañado:

- Pensaba que deseabais hablar de algo importante, pero por lo que veo lo que deseais es no estar solo

Se acerca a la cama y se sienta en ella, a continuacion mira por la ventana de la habitacion y dice:

- Si necesitais hablar solo teneis que despertarme

Después de todo lo que hemos pasado..., repite Kayla las palabras de Khan, ¿para qué? No hemos conseguido nada. Tú fracasaste en tu misión. Y yo ya no tengo claro cual es la mía.

Proteged las llaves nos encomendaron en Drasenloft. Que tontería, eramos un puñado de aventureros, busca-fortunas y luchadores de alcanzar honores y gloria. Gaia está en grave peligro, la Orden persigue las llaves para despertar al Filisnolgos y vuestro deber es proteger el mundo. Kayla habla sin darse cuenta que algunas de las cosas que dice, el hombre-gato no las sabía. Unas llaves que encierran a una criatura capaz de destruir todo. Sacude la cabeza en señal de desaprobación. En el templo del agua, la sacerdotisa se cree invencible; en el de las sombras, ayudamos a destruir la llave y ahora estamos aquí. Levanta las dos mano, ¿y para qué? Este ni siquiera es mi mundo. Perdí Fardem a manos de los no-muertos y son a ellos a los que debería estar enfrentándome. No a hombres de carne y hueso.

Kayla se concentra, intentando que la oscuridad se forme en la palma de su mano. Quería demostrar al asesino que él era el causante de que la magia negra despertase en ella. Pero nada ocurrió. Volvió a sacudir la cabeza. Debía aprender a controlar ella el poder, no que la oscuridad la dominase a ella.

Por ello, iré donde la lucha esté. Estoy cansada de viajar para ver que nuestros esfuerzos no son suficientes.

Cierto, en el poco tiempo que estuvo en ese Templo, Beatrix se había vuelto también su confidente, alguien con quien compartir sus preocupaciones. Pero por otro lado, el asunto que lo inquietaba era un asunto interno del Clan, un asunto que no se debía discutir con nadie más.

Confía en mi Beatrix, lo que me inquieta es algo que aun no puedo compartir… Su compañía es más que suficiente para no perderme en mis pensamientos, solo necesito estar con alguien que crea en mi…

Le respondía notando como ella parecía un poco confundida, tener a alguien que confíe en el lo ayudaba a no dudar en esos instantes, no pensar en la carta teniendo algo mas importante que hacer en la mañana siguiente. La compañía de Beatrix lo calma y luego de acomodarse en el suelo, el cerraba sus ojos dispuesto a dormir o al menos, hasta que la escucho de nuevo.

Es la carta Beatrix y cuando llegue el momento, sabrás el porque te necesito ahora…

Eran sus nuevas palabras antes de guardar silencio, palabras susurradas como un secreto ya que Tenebrae no solía decir cosas así. No le gustaba sentirse asi, pero lo cierto era que con ella, el sentía que podía dormir hasta la hora de partir.

Observo el decaimiento de la elfa y, por primera vez, comprendo ese sentimiento. La impotencia, el desconcierto, la desorientación. La búsqueda de un camino que poder seguir. Lo comprendo, a pesar de que no pueda compartirlo. No, en mi caso es más bien al contrario, tengo ese camino marcado, tengo el motor que guía mi vida grabado a fuego en mi mente y mi alma, incluso a pesar de no estar de acuerdo con ese sendero. Incluso aunque sea un sendero de dolor y desgracia.

Ella no encuentra motivos para seguir el camino, y yo no puedo abandonarlo a pesar de tener motivos para hacerlo.

Te rindes -constato, sin el menor atisbo de reproche- Me parece bien, es lo justo. Has sufrido demasiado por una guerra a la que nada te ata. Demasiado. Bien lo se... -Porque tengo una gran parte de culpa, algo con lo que deberé cargar en adelante.

Doy un paso atrás, de modo inconsciente, con la mirada avergonzada puesta en el suelo. No se qué decir, no se qué hacer. Siento el impulso de acercarme, de abrazarla, de implorarle que no se marche, que no abandone. Pero reconozco lo injusto que sería, lo egoísta. No, es mejor para ella dejar este sendero sin esperanza que hemos comenzado. Que logre lo que no lograría conmigo cerca, que sea feliz.

Espero que, al menos, me permitas despedirme antes de partir. Me... gustaría.

Las palabras brotan torpes, llenas de vergüenza, ocultando los verdaderos deseos, el verdadero sentimiento. Me giro, dispuesto a alejarme. La cabeza me da vueltas, siento fío y entumecimiento en el cuerpo y un calor sofocante en el rostro. Mis grandes ojos se nublan por una película que ni yo se si es lluvia o el atisbo de las lágrimas. Pero a pesar de mis impulsos no salgo corriendo, sino que me giro levemente para decir unas últimas palabras.

No albergo la menor esperanza de sobrevivir a todo esto -digo sin el menor ánimo de victimismo. Hace ya tiempo que lo he asumido como el curso natural de todos estos acontecimientos: deberé seguir con todo este asunto de las llaves hasta que logre pistas suficientes para encontrar a esa Orden, y entonces deberé ir a por ellos. Es una misión de honor, la retribución a su traición, hacia mi y hacia toda mi Escuela Ninja. Una misión kamikaze, absolutamente suicida de la que será casi imposible salir con vida. Sus muertes me otorgarán honor, mi muerte otorgará honor a mi Escuela. La perspectiva de conseguir ejecutar a un objetivo tal y salir con vida es... ridícula- pero, si el azar o los dioses así me lo permitieran... me honraría poder ir a verte. Si me lo permitieras.

Buen punto. Katsu se parecia bastante a Elenaide como luchador arisiano, podria decirse que tenian muchas similitudes. Mucha de la base del arte de espada arisiano, era aplicable al combate sin armas. Kobudo, Aikido... eran artes marciales del pueblo, que usaban armas improvisadas, etc... pero entendia, el punto de la elfa samurai. Podia mas hacer de Sempai que de Sensei, eso le desanimo un poco pero... no habia obtenido un no. Ahora que comenzaba a dar pasos importantes con ek Ki, aunque fuera los primeros, aquello era importante muy importante.

Antes de decir nada, penso un poco. A parte de todo lo que tenia en comun, se le ocurrio una idea, y mira que estando como estaba, o estando como deberia estar, ya era dificil:

-Os lo agradezco mucho, Elenaide-dono y me seria de gran ayuda ademas, y seria un gran honor pero... por ejemplo, los desplazamientos con los pies, podeis ayudarme... son parecidos en el arte de la espada y en la lucha sin armas... mi maestro me dijo que casi son tan importantes como la parte superior del cuerpo...en eso tambien me podriais ayudar...

La conversacion con Elenaide significaba mucho, y aunque por su cabezota egoista, se le habia pasado mas de una vez, la idea de no ir a por el baculo, mas que nada porque le doleeria mucho ver a Yui, si iba. Le iba a costar horrores llevar aquello, de alguna manera... Pero bueno, realmente eso lo veria por la mañana.

Comio un poco mas de lo poco que habia cogido y espero a ver lo que tenia que decirle la elfa samurai. El chico, aunque no pudiera darse cuenta de ello,  lo que podia aportarle mas valor eran sus consejos y experiencia... otra cosa era... ¿Katsu haria caso de lo que le dijera?

Elenaide asiente y dice:

- Muy bien, en cuanto terminemos aqui en el templo, ahora si me disculpas he de irme, ya que aun debo hablar con la hermanastra de Khan y deseo descansar antes de partir a nuestra mision

Se dirige a la puerta y dice antes de salir:

- Descansa y sobretodo centrate en la mision, es demasiado importante lo que hay en juego

Tras esto sale de la sala

Poca cosa mas que decir, no iba a entretener mas a la elfa samurai. Para ser una conversacion con la Maestra de Maestras, habia ido bastante bien. Es decir, sacaba una promesa de ella y un valioso consejo de ella... dar tiempo a Yui, intentar comprender porque habia tomado aquella decision tan rara. Otra cosa era como lo conseguiria,el siguiente dia seria muy duro, ni sabia que iba a hacer. Se despidio de la elfa samurai con un gesto, pero sin decir nada.Miro la comida que le quedaba, con desgana y desapego. Comio un par de bocado mas y lo dejo. De lo que habia cogido, dejo algo menos de la mitad.

Katsu estaba cansado fisicamente pero su estado animico era tal que no tenia ganas de dormir ni nada. Pero el cuerpo es sabio, y cuando te dice que estas cansado, es que lo estas. Otra cosa es que lo que hay entre las orejas no funcione como debiera. A trancas y barrancas, se levanto y se fue despacio. No tenia prisas por ir a su habitacion y podia vagabuendear un poco por los pasillos del Templo... Total, para como estaba.

 Tenia la cabeza cabizbaja, rostro triste y en pleno mutismo, el chico andaba. Si en ir a su celda donde dormiria, hubiera tardado 10 minutos, tardo 35... en su cabeza, mil cosas se arremolinaban ¿Porque?¿Que debia haber obligado a Yui a esa decision?¿Miyu? No, tenia que dejar de ser conspiranoico, de ver a la diosa vampiresa, ninjas y enemigos de donde no estaban... De vez en cuando, entre dientes soltaba algo como "Maldita sea" o "porque??". Parecia una alma en pena...

Sino se encontraba con nada o nadie interesante se iria a la cama, tiraria su macuto por cualquier sitio de la celda y sin quitarse la ropa ni nada, se tiraria en la cama... la cosa es ¿conseguiria descansar o dormir aunque fuera un poco? Dificil lo tenia... la herida causada por Yui era muy reciente y grande.

La llama vuelve a avivarse, el mal genio sale a relucir. ¿Rendirme? No puedo rendirme, porque nunca ha habido objetivo que seguir. ¿Proteger las llaves? Vaya una broma, replica en tono mordaz. Hubo razones para avanzar, bien lo se... explica con una mirada cargada de explicación.

Habrá tiempo para despedidas. Aún quedan varios días. Hay un bastón que encontrar y un ejército que derrotar.

Ay Kayla, joven necia. ¿Por qué no te das cuenta? ¿Tan hondo es el pozo en el que te encuentras que no consigues ver la luz que se asoma? Esa cuerda que cae para rescatarte... En pocos días has construido un nuevo escudo alrededor de tu corazón, que te impide reaccionar y que poco a poco va perdiendo su humanidad.

Son señales tan claras de ver. ¿Por qué no las ves? Tan diferente acabaría todo...

Si fuera por los dioses, nos dedicaríamos a corretear por Gaia mientras ellos se ríen. Borran y crean un nuevo mundo, así de fácil es para ellos. Y el azar tampoco juega ningún papel. Encuentras lo que buscas. Y si buscas la muerte igual que el idiota de Tenebrae, la acabarás encontrando.

Escucho su frío discurso y cada palabra es una cuchillada en mi corazón. Comparte el mismo cinismo con que yo he observado el mundo desde siempre. Yo cambié ligeramente ese cinismo por ella. Por todos ellos, pero sobre todo por ella. Ya no divido el mundo en enemigos y objetivos, ya no veo la vida como la simple espera entre misión y misión. Ya no me siento enfrentado al mundo entero. Pero ahora veo mi yo anterior reflejado en ella. Es como yo, sin un código que arrastre sus pasos, pero como yo. Y mi rostro se ensombrece al darme cuenta de que no podré devolverle lo que ella me ha dado. Mi honor, mi maldito honor me obliga a seguir con esta tarea, una que me resultaba mucho más sencilla cuando sabía que ella estaría ahí conmigo, a mi lado, o al menos cerca. Pero yo no puedo hacer brotar en ella lo que ella ha creado en mí. No me veo capaz, no tengo nada que ofrecer, no soy digno siquiera de ofrecerlo. Ni siquiera respondo, no tengo respuestas. Solo asiento antes de volver a ponerme la capucha y la máscara, de ocultar mi rostro al mundo nuevamente. Y con la derrota en la mirada me giro para alejarme bajo la lluvia. No quiero estar en ningún lugar, no quiero ver a nadie, solo quiero perderme en la noche.