A decir verdad, Robert no se sorprendió demasiado al ver la sangre, ya estaba preparado para encontrarse algo, incluso algo peor. Con más tranquilidad de la que él mismo se hubiese esperado limpió bien las tijeras debajo del grifo, luego frotó bien con estropajo y lejia la mancha del suelo, se lavó bien las manos, por último se cuidó de que nada más que pudiese parecer sospechoso quedaba a la vista. Tranquilamente, al menos en apariencia, cerró la puerta del viejo cobertizo y dio una pequeña vuelta por los alrededores del mismo por si encontraba algo más. En cuanto acabase con su pequeña ronda, y si no habia incidentes, se acercaría a la cena, esperaba que su puesto de trabajo no estuviese vacante ya...
Master, cuando quieras, y si no encuentro nada más por los alrededores, me metes en la escena de la cena, empezaré llamando a la puerta del salón, a ver que me encuentro, jejeje.