Partida Rol por web

La Marca del Este

Robleda

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10/11/2014, 12:45
Director

Robleda es una ciudad pequeña, recogida y acogedora. Se encuentra situada sobre una colina que domina los campos circundantes. Alrededor de la ciudad se ha construido una muralla sobre un terraplén empinado. El muro exterior cuenta con torres de vigía, contruidas en madera de roble y reforzadas con piedra y yeso colorado.

Las calles de la ciudad son estrechas y empedradas, manteniendose limpias y cuidadas. Las casas son bajas, de una planta, aunque algunas hay más altas, incluso de dos o tres pisos. Las viviendas están construidas con fuerte y nudosa madera de roble, reforzada con piedra de canto en sus esquinas y planta baja. Las techumbres son a dos aguas, de pizarra negra en algunas casas (aquellas de las familias más acomodadas) y de pajizo de cáñamo anudado en las haciendas menos favorecidas. Unos pocos caserones grandes y solariegos están construidos integramente en piedra oscura y gris, con techos y artesonados de madera.

Las calles se abren y distribuyen desde la plaza central de la villa, donde se levanta la casona del Burgomaestre, frente al centenario roble albo que da nombre a la ciudad. Muy cerca de ella se alza la Casa de la Mañana, templo consagrado a la luz y la bondad, construida en granito ocre.

A un lado del consistorio se encuentra el Alguacilazgo de la Guardia de Robleda y la pequeña prision anexa. También cerca del Consstorio, pero en el lado opuesto al casón del aguacil, podemos encontrar la oficina del Licurgo de Aduanas, que realiza a su vez funciones de almotacén, recaudador de impuestos e intendente de la corte de Marvalar. La casa siempre está custodiada por dos guardias apostados en garitas de pie y armados con grandes alabardas.

Muy próxima a la plaza, en una casona cuadrada, hecha en madera de roble y techada de pizarra marrón claro, se reúne el influyente consejo de Vevería. El consejo se dedica a velar por el buen uso y cuidado de las veredas de pastoreo, así como la organizacion de las recuas de arriendo para el trajín de los campos de labranza. Un pequeño almacén, en la parte de atrás de la casona del Consejo, contiene los apareos y armas de los Guardas de Vecería, que cuidan de los campos y colinas, manteniendo a raya a alimañas y ladrones de ganado.

Junto al consejo de vecería se levanta la imponente mansión fortaleza del Duque Reginbrad, adelantado de la Reina Vigdis y señor de Robleda, a cuyo mando está la guardicion de la villa y el batallón de soldados del Ejercito del Este (600 hombres de armas a pie y 100 a caballo), cuya misión fundamental pasa por custodiar las fronteras orientales de la Marca y mantener el orden en sus dominios.

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10/12/2014, 13:37
Director

Hace un dia ciertamente gris en Robleda, las nubes han tapado durante dias la luz del sol y una leve pero incesante llovizna acompañada de un viento frio y humedo han puesto de los nervios a la mayoria de los habitantes de la normalmente alegre ciudad. Los mercaderes vigilan sus puestos con caras que denotan su aburrimiento, pues estos dias pocos tienen ganas de acudir a los mercados mas tiempo del necesario requerido para conseguir el alimento diario.

Mientras descansais en el salon principal de la posada "La parada" de vuestra reciente incursion en la mina "abandonada" escuchais numerosos ruidos de caballos y armaduras en el exterior, curiosos os sobreponeis a vuestro estado de embriagadez y os levantais para mirar por las ventanas a que viene tanto puñetero escandalo. Fuera de la taberna hay toda una patruya de soldados a caballo que se dirigen rapidamente a la casa del Burgomaestre, pronto las campanas de la ciudad suenan pesadamente en intervalos de 6 veces, sabeis que si suenan en intervalos de 4 significa un ataque a la ciudad, pero no teneis ni idea de que ha podido pasar tan grave para que suenen 6 veces. Mirais a vuestro alrededor y parece que la mayor parte de os parroquianos que aun se mantienen en pie estan igual de desconcertados que vosotros, de repente un noble venido a menos que estaba bebiendo alguna bebida exotica se levanta bruscamente de su mesa y en un tono algo embriagado grita:

-¡A muerto el Duque Reginbrad!

La posada enseguida se llena de ojos abiertos mientras en el exterior la gente sale a las calles confusa y con cierto temor, el Duque Reginbrad no tenia hijos aun, pero era lo suficientemente joven para vivir durante bastantes decadas mas, a fata de algunos rumores sobre una enfermedad esta claro que su muerte no ha sido natural. Tiempos oscuros podrian cernirse sobre Robleda, pues estais seguros que dentro de poco los posibles herederos del titulo del Duque se disputaran el dominio de Robleda y de sus ricos territorios circundantes, y eso podria traerle muchos problemas a la ciudad.