Partida Rol por web

Hans Von Wagner debe ajustarse sus lentes para ver bien algo que acaba de percibir en la máscara. Elevándola un poco con los brazos y buscando algo de luz en una llama cercana, descubre un ingenioso resorte oculto en la base del cráneo. Con cuidado, lo pulsa con la punta de su estilográfica, la que nadie sabe para qué ha traído al Himalaya, y activa unas diminutas agujas escondidas que salen a toda velocidad para volver a ocultarse.

No había sobrevivido ninguno pensó Madeleine apesadumbrada. Ella era la primera que sentía hervir su sangre pero no entendía como alguien podía encargar el asesinato de gente inocente de forma tan gratuita. No creía que fuese necesario esa matanza, seguro que los monjes no habrían puesto mucho problema en entregar la reliquia si se viesen obligados a ello. Se quedó unos segundos pensativa hasta que Hans mencionó la tarjeta.

La observó unos segundos tratando de hacer memoria. Podía jactarse de conocer a casi todos los principales coleccionistas y organizaciones que trataban con antigüedades del mundo y trató de hacer memoria sobre el misterioso antifaz.

- Es posible que esa tarjeta nos diga muchísimo más de lo que usted cree Sr. Von Wagner.

Las palabras  de la señorita Archer se perdieron en la inconsciencia de Hans Von Vagner segundos después de alcanzarle la tarjeta a la joven dama  y poner las manos en la máscara que ahora observaba absorto sin atender a nada más.
Cuando Hans encontró el resorte que activaba unos pequeños y peligrosos pinchos  solo un pequeño susurro salió de su boca- curioso, muy curioso - que significaba aquello podía ser lo que se estaba temiendo, pero como comprobarlo quizás podría probar sus efectos en alguien, de golpe su mente volvió en sí, se acordó donde estaba  y de que estaba acompañado.

Erg señorita Archer mire esto.., bueno los demás también por favor -dijo mostrando el interior de la máscara  y activando el resorte recién encontrado- solo se me ocurren dos opciones para esto la primera  y menos factible  pero no imposible seria la siguiente- hizo una pausa sabiendo que lo que iba a decir podía convertirlo en un loco ante sus compañeros pero su mente siempre había estado abierta a cosas que los demás tachaban de locuras

-En mis  país he leído algún pequeño estudio que pese a no poder ser demostrado fehacientemente pequeñas punciones y/o corrientes en el cerebro humano pueden ser desencadenantes de una mejora cerebral en los individuos dándole capacidades más allá de las de un ser humano normal -siguió escudriñado los rostros de sus compañeros  mientras proseguía con sus alegatos.

-Esto explicaría igual parte de la leyenda sobre los poderes de la máscara pero sinceramente no creo que nadie quiera presentarse voluntario para el estudio ahora mismo, por otra parte la opción más viable y sensata es pensar que esta no es la verdadera mascara si no un señuelo dejado en la antigüedad para proteger el verdadero objeto de valor, lo cual... significaría que hemos subido aquí arriesgando nuestras vidas para conseguir un preciosa antigüedad pero que no es la que buscamos, ¿ qué opinan del tema?-  dijo para terminar con un suspiro

Cambiando la pistola a la mano izquierda, para poder dejar que la mano diestra recokoque el gorro y haga una inspección de aspecto y equipo, David Wilson-Harris escucha detenidamente el discurso del profesor Von Wagner antes de responder Deduzco her Doctor, que si su segunda hipótesis es cierta, los monjes se han llevado el secreto de donde se encuentra la verdadera a su tumba y que, sea quien sea que mandara a esos tipos, no se va andar con remilgos cuando sepa lo que ha ocurrido. Hecha do un vistazo a su alrededor David sigue diciendo Propongo inspeccionar el monasterio para ver lo que podemos encontrar y salir de aquí lo antes posible diciendo esto, cambiando la pistola a la mano diestra, se décide à inspeccionar el monasterio

Mientras registra el lugar para ver si encontrase algún monje con vida o indicio de la hubicacion de la "otra" máscara, David se dice para si mismo - Si me hubiesen dejado llevar a la señorita Archer en avión, no hubiésemos tenido que traer al mastodonte maleducado ese... Aunque admito que un avión ahora mismo nos daría mucha ventaja- mientras sigue buscando vida o algún indicio

Madeleine Archer juega con la tarjeta entre sus dedos, dándole vueltas como una ávida jugadora de póker, mientras la examina desde todos los ángulos. En la parte trasera, en pequeño, se puede apreciar la palabra "Katmandú" como único detalle adicional impreso. Al acercarse la tarjeta al rostro para leer la letra diminuta, la joven se percata de algo más. Huele la tarjeta con unas sonoras inspiraciones y entonces detecta un fuerte olor a tabaco.

Mientras, por los alrededores del interior del monasterio, David pasea entre los cadáveres ensangrentados de los monjes con el arma en la mano buscando algo de interés, pero la vida austera allí arriba no da para almacenar muchas cosas. El monasterio es un lugar prácticamente vacío, donde se tiene únicamente lo imprescindible para sobrevivir y alimentar el alma allí arriba. Conservas, instrumentos religiosos y ceremoniales, ropas y demás artículos habituales es todo lo que se puede encontrar en su interior.

David se dirige hacia la puerta del monasterio, poco interesado en la tarjeta y mascara encontradas, se da la vuelta, mientras que se asegura de que su sombrero esta bien en su sitio a pesar de las corrientes de aire, que dan la impresión de que te van a sacar volando del templo, antes de dirigirse al grupo. -Si se me permite queridos compañeros, creo que no hay mucho mas que ver por aquí y cuanto antes volvamos al campamento base, antes podremos seguir buscando a quien pertenece esa tarjeta... aunque dudo que el propietario sepa, que aquí solo se encontraba una burda copia Una vez dicho esto, se decide a salir del templo.

Estoy totalmente de acuerdo mein Kamerad, nada mas que frio y muerte queda en este sitio - dijo el aleman mientras  guardaba la mascara falsa entre sus pertenencias- mas tarde tendremos tiempo de buscar en que parte de la historia se ha perdido el rastro de esa mascara y donde ha acabado realmente, de todos modos no me parece mala idea investigar a nuestros recien adquiridos amigos para cubrirnos las espaldas.
con todo bien cargado Hans von vagner se dirigio  rapidamente hacia la salida del lugar, estaba harto de aquel lugar frio y violento.

Escucho toda la chachara de mis compañeros. Grupos secretos, Reliquias falsas... me encanta. Bueno, ahora toca bajar otra vez, menuda mierda, tanto esfuerzo para nada.

Con un encogimiento de hombros, y fumándome bien a gusto mi puro, me preparo para descender al campamento base.

Madeleine asintió en silencio a la sugerencia de dejar el monasterio. Observó con tristeza los cuerpos de los monjes regando con sangre el monasterio en el que habían pasado sus vidas. Volvió a mirar la tarjeta antes de guardarla en su bolsillo mientras pensaba en quien estaría detrás de estos asesinos. Después salió del monasterio y siguió al resto del grupo en su descenso de aquella montaña.

¿Katmandú?

Sin perder más tiempo, os dirigís a la ruta de ascenso que habéis usado para recorrerla en sentido inverso. Abajo, una recompensa y quizá, una deliciosa copa de algún destilado de los que Herb siempre lleva consigo...